Miguel Serveto ha sido una de las figuras españolas más relevantes
del Renacimiento. Por una parte, por su amplia cultura multidisciplinar
propia de dicha época, además de su independencia de cualquier clero o
sistema oficialmente establecido. Así llegó a ocupar un lugar de honor
en una encrucijada clave para el desarrollo cultural europeo de la
época. Su conocimiento de las lenguas clásicas propias del trilinguis
homo: latín, griego y hebreo, le permitió leer obras clásicas que
todavía no habían sido traducidas al latín. En su obra principal,
Christianismi Restitutio, da muestras de una extraordinaria erudición,
llegando a describir perfectamente la circulación menor de la sangre e
intuyendo el círculo mayor.
Sin embargo, aunque el verdadero descubridor de la circulación menor
de la sangre fue el árabe Ibn an-Nafís (1210), su manuscrito no fue
conocido hasta 1924. Por lo que a Serveto le pertenece el mérito de la
primera descripción impresa de la circulación menor de la sangre en
1553, siendo muy probable que la conociera aún antes. La falta de
referencias anteriores a este trascendental descubrimiento en otros
autores de la época, como su compañero de disección Vesalio o incluso en
autores como el italiano Colombo, o el también español Valverde, dan a
Serveto la prioridad en el descubrimiento. Aún así, lo que realmente
tiene una gran importancia es el contexto en el que aparece, es decir,
en una obra de teología y recurriendo a argumentos y autores enmarcados
dentro de lo que se puede denominar literatura hermética. Así pues,
Serveto aplica a la anatomía y a la fisiología unas ideas teológicas o
herméticas como la doctrina del pneuma o del aliento vital, así como
ciertas doctrinas del alma.
Hasta ahora la obra más conocida de Serveto es la teológica y la
médica, motivo de múltiples estudios tanto españoles como extranjeros.
Pero todavía quedaba un vacío en la obra de Serveto por estudiar, como
es el aspecto astrológico y hermético, hecho que han resaltado
claramente algunos estudiosos de la obra de éste como Bainton, Alcalá o
el mismo José Barón.
El motivo inicial de esta tesis fue el de profundizar en las ideas
astronómicas y astrológicas de Miguel Serveto. Pero al comenzar a
analizar su obra principal, Christianismi Restitutio, se puso de
manifiesto la necesidad de aclarar igualmente ciertos conceptos
empleados por Serveto y estudiar las posibles influencias de ciertas
obras, autores o ideas muy poco conocidas hasta ahora en relación con su
obra, como son los textos herméticos y las doctrinas del alma en
relación con la astrología antigua.
Así, la vía: Egipto-autores clásicos como Platón, Hipócrates,
Estoicos, Plotino, Filón, Porfirio, etc.-Corpus
Hermeticum-Renacimiento-Serveto, se convierte en una hipótesis de
trabajo. Por otra parte, mis estudios sobre la lengua egipcia en la
facultad de Teología de Valencia me han ayudado determinantemente en
esta idea.
El Corpus Hermeticum revolucionó el pensamiento renacentista desde su
traducción y publicación, hacia 1471, por Marsilio Ficino por encargo
de Cosme de Medicis. Todos los humanistas, desde Ficino hasta Bruno o
Serveto, encontraron en Hermes la autoridad, el prestigio y la
legitimidad necesaria para su reforma cultural.
Para Serveto el aliento vital tenía que entrar desde el exterior
porque éste, como el pneuma, está presente en el aire. Y tenía que
hacerlo especialmente en el momento del nacimiento porque es en este
momento cuando entra el alma en el recién nacido. La obra claramente
astrológica de Serveto es la Apologetica disceptatio pro astrologia, de
la que se ofrece aquí la primera traducción castellana con notas y
comentarios.