Algunos apologistas trinitarios, acérrimos oponentes a la teología de la unicidad, han intentado dañar el legado teológico de Miguel Servet presentándolo como un altísimo ocultista y un hombre entregado por entero a Satanás, que según ellos se la pasó toda su vida haciendo vaticinios a través de la astrología judiciaria (o adivinatoria). Sin embargo, la verdad es que el paso de Miguel Servet por la astrología judiciaria fue bastante breve (empezó a sus 25 y terminó a sus 27 años), y se produjo en un periodo de su juventud en el cual él reconoció haber abandonado la causa de Dios casi por completo. Finalmente, Servet se retractó de todo cuanto había dicho a favor de la astrología judiciaria. Curiosamente, el argumento utilizado por estos apologistas trinitarios, que dice que donde quiera que se vea la astrología, esta hace que la visión de Dios que tengan sus practicantes esté ligada con el ocultismo, se devuelve violentamente contra ellos, pues bajo dicho criterio se tiene que concluir irremediablemente que la trinidad es ocultismo, en razón a las multitudes de trinitarios que la han practicado a lo largo de los siglos, entre ellos Papas, clérigos, reyes y hombres del común, e incluso protestantes que lideraron la reforma como Felipe Melanchthon (1497 – 1560).