jueves, 15 de enero de 2015

Astrología electiva. Por Patricia Castignani.








  Astrología electiva: el delicado arte de encontrar el momento justo
 
"nos vamos a casar pronto, podría usted ayudarnos a encontrar una buena fecha?"

"tengo una operación quirúrgica por delante, podría usted ayudarme a encontrar una fecha segura?"

"estoy planeando un viaje, cuando podré realizarlo"

Estos mensajes se han convertido en habituales en los contestadores telefónicos de los astrólogos en los últimos años. Las personas que solo tienen una pequeña apertura y conocimientos de la astrología saben que hay momentos en el tiempo que son mas auspiciosos que otros.

Cuando "llevar a cabo" un evento corresponde al campo de la "astrología electiva", como por ejemplo si debemos o no efectuar un hecho corresponde , dentro de la ciencia Astrológica al campo de la astrología horaria o de los tránsitos.

La astrología electiva presupone que la decisión de llevar el hecho a cabo será favorable para el consultante. Si así es el astrólogo especializado lo ayudara a encontrar un momento astral adecuado para que el evento se lleve a cabo exitosamente.

Esta técnica se esta extendiendo a nivel mundial. Se sabe a ciencia cierta, por ejemplo, que el ex presidente norteamericano Ronald Reagan, luego de sufrir un atentado que casi termino con su vida, contrato los servicios de la celebre astróloga californiana Joan Quagley que le manejaba permanentemente la agenda y digitaba que días debía aparecer
en publico o no. Reagan había asumido el poder en un año critico, según una profecía norteamericana los presidentes que asumían el poder con la conjunción con la que el asumió no sobrevivirían.
Así le ocurrió a Lincoln y a Kennedy. Reagan venció a la mala configuración astral y no volvió a sufrir ataques contra su persona.

Volvamos ahora a nuestro tema inicial:

Mucha gente me pregunta "podrá usted elegir una fecha para que nuestro matrimonio
Funcione" cualquier astrólogo que además de haber estudiado Astrología sea una persona sensata sabe que por mas que la carta de un evento sea excepcional no se podrá crear la felicidad o la afinidad entre dos seres que no se aman o son incompatibles.

Llegamos entonces a la mas importante regla astrológica:
La astrología electiva no puede ir contra la ley universal o contra el sentido común.
Antes que nada, un individuo sensato y bien ubicado procura saber "que quiere lograr" con el hecho que va a llevar a cabo. Es sumamente importante conocer "los fines" del consultante antes de elegir el momento del evento.

La astrología puede encontrar momentos favorables y mejorar ciertas tendencias, pero a la larga los principios de la ley Universal se cumplirán indefectiblemente.

Por ejemplo: si alguien planea casarse, Venus, el planeta del amor deberá aparecer en un lugar destacado y prominente de la carta del DIA del casamiento.

Si la persona desea comenzar una empresa comercial, los Planetas Júpiter o Mercurio deben encontrarse también en un lugar destacado.

Si la persona quiere lograr un aspecto de alta durabilidad y firmeza en algún ámbito de su vida (por ejemplo construir su vivienda para largos años por venir), es conveniente
colocar a saturno, el planeta de la firmeza y la durabilidad importante en la carta del evento.

Se debe definir siempre el planeta que representa la acción y de allí colocarlo en una posición muy importante.

En astrología medica, para la elección de operaciones, Cesáreas, cirugías estéticas, la luna es siempre un factor de fundamental importancia.

Desde tiempos inmemoriales el celebre Hipócrates decía que no había que operar cuando la luna estaba pasando por el signo que regia la parte del cuerpo que estaba siendo tratada. Por ejemplo, en una operación de la vista, nunca hay que operar cuando la luna transita por Aries, porque Aries gobierna en astrología la cabeza.
También se deben tomar en cuenta los aspectos que forma La luna, etc, pero podría asegurar que cualquier tratamiento de salud funciona mejor si se hace bajo un buen aspecto astral.

Por lo tanto, realizada ya la elección de llevar a cabo un suceso, es altamente favorable buscar el consejo de un Astrólogo especialista en astrología electiva para que
elija un momento acorde para que nuestro evento se lleve a cabo con el mayor de los éxitos.









Los tristes prejuicios astrológicos. Por Manuel Ignacio Quiles Sibantos










Los tristes prejuicios astrológicos.
Por Manuel Ignacio Quiles Sibantos


“A mi no me gustan los acuarianos” “todos los geminianos son superficiales” “Conozco
bien a los librianos, siempre son falsos o complicados” “Los capricornianos son terribles” “Dios me libre de los escorpianos”. “Tal signo es malo / difícil / inferior”.
Declaraciones como éstas denotan prejuicios astrológicos, actitudes preformadas delante de personas de ciertos signos solares que nos alejan de ellos, o nos hacen actuar siempre igual, es decir, negativamente.
Todos tenemos prejuicios astrológicos. Hasta los astrólogos (recientemente una famosa
declaró que no le tenía confianza a Kirchner porque era de Piscis, y todos los piscianos
son una nube de pedos...). Yo mismo luché largo tiempo con uno hasta que lo vencí. La gente común se basa en su experiencia con personas de su medio que son de determinado
signo y saca conclusiones apresuradas. Con aproximadamente 3500 cartas natales en mi haber, puedo afirmar que en todos los signos hay personas buenas y malas, simpáticas y antipáticas, burras e inteligentes, espiritualizadas y materialistas, cortas y largas de mira, concientes y alienadas, trabajadas y perezosas, neuróticas y saludables. El grado de desarrollo ético, el amor, la voluntad, la conciencia, no se encuentran en una carta natal, eso es espíritu puro y depende de la persona, del ser, y no de la personalidad o del alma, que es lo que refleja un mapa astral. Mucho menos depende de los signos solares.
No hay signos buenos o malos, mejores o peores, todos son partes indispensables de la
totalidad que somos, que refleja la Totalidad que es Dios. Si tenemos prejuicios astrológicos no estamos más que hablando de la dificultad de lidiar con esa parte nuestra, una pura proyección.
Si hablamos mal de algún signo, patéticamente ¡estamos hablando mal de nosotros mismos!... “Pero entonces por qué siempre me encuentro con taurinos jodidos??...” pues porque simplemente ud. atrae ese tipo de taurino que refleja su problema interno... Cuando uno supera el conflicto con esa parte, comienza a atraer mágicamente personas increíbles y diferentes de ese signo solar. Si ud nota que ciertos signos solares le son antipáticos o desagradables (frecuentemente son de alguno de los padres), tómelo como una oportun idad de auto-conocimiento y transformación.
Reflexione sobre qué cosa es lo que no le gusta de ellos, y en un acto humilde de introspección, reconozca que Ud. tiene problemas con esos rasgos, que si los ve en los otros y los rechaza, por algo es. Una vez es casualidad, más de una vez es destino. Y destino es lo que ignoro de mí mismo. La Sombra no integrada que me quita libertad.



http://www.astrotranspersonal.com.ar/prejuiciosastrologicos.htm





miércoles, 14 de enero de 2015

El ejercicio profesional de la Astrología. Por Pedro González Silva.


 

 

 

El ejercicio profesional de la Astrología


Por: Pedro González Silva

Aunque dentro del mismo gremio de astrólogos hay divergencias en cuanto a considerar a la astrología como profesión, oficio o “apostolado”, así como sobre si debe considerarse a la misma como una ciencia, una disciplina o cultura, lo cierto es que su estudio si uno quiere adentrarse en ella seriamente requiere de rigurosidad académica;



el estudio de la astrología es mucho más que un “hobby”, lo cual no significa que es un conocimiento inaccesible, pero al igual que en otras profesiones, es necesario el estudio metódico, la investigación, la actualización y la práctica constante.

Asimismo, el ejercicio de la astrología requiere de un sentido ético; ella puede indicarle las potencialidades que usted posee y que con su libre albedrío debe desarrollar; la ciencia de los astros relaciona nuestro funcionamiento biológico y psicológico, con el funcionamiento global del universo, y nos hace entender que formamos parte de un todo, y que si nos armonizamos con ese todo, podremos lograr nuestros objetivos con menos esfuerzo y mayor naturalidad.

En el libro de Nicholas Devore, “Enciclopedia astrológica”, se recogen opiniones de diversas personalidades históricas, sobre la astrología. Quizás una de las opiniones más llamativas es la que hace Hipócrates, el padre de la medicina: “Un médico sin conocimiento de astrología no tiene derecho a llamarse médico”. Shakespeare, decía al respecto: “Las estrellas, en lo alto, gobiernan nuestras circunstancias”. Santo Tomás de Aquino, señaló: “Los cuerpos celestes son causa de todo cuanto tiene lugar en el mundo sublunar”.

CÁLLATE SI NO SABES.- Esta anécdota que a continuación transcribimos, puede perfectamente aplicarse a quienes cuestionan hoy día a la astrología: Cuando Isaac Newton al ingresar en la Universidad de Cambridge, se le preguntó qué deseaba estudiar. Contestó: “Matemáticas, porque deseo estudiar astrología judiciaria”. Años después, cuando un personaje de apellido Halley, le reprochaba su creencia en la validez de los principios astrológicos, Newton replicó: “Es evidente que usted no estudió astrología, yo sí”.

Dice el mismo Nicholas Devore, presidente de la Astrologic Research Society, que “a pesar de quienes la vituperan, la ciencia astrológica sobrevivió a través de los siglos y constantemente gana nuevas legiones de adherentes, en gran medida porque “funciona”. La astrología no necesita hacer “proselitismo”. Con dignidad y compasión permite que quienes la vituperan la descubran por sí mismos o sigan ignorantes en cuanto a su valor para ellos. Mientras tanto, la astrología despierta vasto interés y logra adherentes porque proporciona a la psicología el factor que falta, porque explica muchos misterios que desconciertan a los científicos”.

Por su parte, el reconocido astrólogo Dane Rudhyar, al explicar su enfoque en torno al ejercicio profesional de la astrología, señala que los astrólogos deben asumir esta disciplina en función de ser consultores, orientadores, como una forma de educación para hacer que el consultante aprenda a ser objetivo con respecto a su vida, y tome conciencia de los ritmos básicos de su existencia como persona.

Al igual que en otras disciplinas científicas y humanísticas, existen diversas concepciones y corrientes dentro de la astrología: hay quienes utilizan la astrología sideral, que se basa en las constelaciones, otros usan la tropical, basada en el movimiento aparente del Sol alrededor de la Tierra, hay quienes utilizan el sistema denominado ascensional (que se basa en el movimiento de rotación de la Tierra), y quienes prefieren como métodos de predicción las progresiones, o las direcciones primarias, o la revolución solar. Cada quien puede acogerse al sistema con el que más se identifique, pero es recomendable estudiarlos todos, para elegir con base.

martes, 13 de enero de 2015

Estudiar Astrología. Por Rafael Barrio.











Estudiar Astrología
 
Por Rafael Barrio -

Todo estudioso de la astrología, en cierto momento de su curso por esta preciosa ciencia simbólica, se va a ver tensado entro dos polos superficialmente opuestos, aunque fuertemente opuestos para el “movimiento mental” habitual. Es así que se presentan dos caminos en donde la astrología corre el riesgo de convertirse en un libro de recetas y fórmulas o en un confuso e inconcluso océano de símbolos, en dónde nos podemos perder, e incluso ahogar.
El astrólogo debe cuidarse de dos tendencias mortales para su profesión:
1. Mirar la carta provocando despertar en él la síntesis que le permitirá “decir”, una síntesis a la cual no sabe cómo llego, ni cómo volver.
2. Caer en el conocido movimiento mental que pretende “calcular” y derivar lógicamente una conclusión, la llamada astrología científica, que usando el modelo de la ciencia moderna intenta traducir horóscopos.
Hasta acá parecen dos tendencias fatales. Pero debemos darnos cuenta que aquí se nos ha escapado algo que puede salvar a todo astrólogo de la fatalidad. Estoy hablando del pensar, de un pensar que intenta encontrar respuesta en el mismo mapa astrológico, un pensar que busca la lógica profunda de aquello que se nos muestra enfrente, un pensar que no proyecta esquemas sobre una práctica tan antigua, sino que desprende de está los modos que nos permitirán acercarnos a la misma.
Y esto es lo más difícil de la astrología, pero no por el esfuerzo neuronal que esto implica sino, sencillamente, porque no estamos acostumbrados. La astrología hace diferencias en dónde nosotros muchas veces no las hacemos y mantiene unido lo que nosotros tenemos bien separado. Toda nuestra vida nos impone subrepticiamente la tendencia a ver una técnica que nada tiene que ver con su uso y objeto al que se adecua, herramientas que no nos hablan de la cosa a “arreglar”, libros que nos “dan” la mirada justa de los hechos de nuestro propio entorno, profesores y maestros que nos cuentan sobre la mente y sobre la vida.
Sí, nos hemos especializado en técnicas y medios, para gobernar la cosa y que, luego, está nos conteste. A cada cosa un especialista, y cada vez más rápido nos aventuramos a un mundo lleno de especializaciones. Cada año la guía del estudiante tiene veinte páginas más. Lo que antes era el médico de cabecera, ahora es el psicólogo, el neurólogo, el gastroenterólogo, cardiólogo, etc..
Mayor especialización, mayor gobierno sobre lo pequeño. ¿Qué hay de malo en esto?, absolutamente nada si todo esto se mantendría en su “lugar” adecuado. Dime qué te circunda y te diré qué eres. Sin duda para lo astrológico esto es un vicio enorme, puesto que en vez de preguntarle a la carta, vamos corriendo al especialista más cercano de nuestro cerebro, y le preguntamos al aspectólogo, al elementólogo, al venusóloso, al saturnólogo, al signólogo, etc. a ver qué nos dicen.
Nos pasa que cuando vamos al psicólogo freudiano y después al junguiano, y después al lacaniano, y después al conductista nos terminamos preguntando: ¿entonces, cómo es? No piensen que voy a caer en: “lo que falta es una visión holística de la vida”, pero por holístico terminamos haciendo sumas de discursos, luego el resultado lo dividimos por la cantidad de discursos y tenemos la conclusión holística. Terminamos siendo holístas especializados en “cuentas”.
La pregunta es: ¿Somos capaces de confiar en la cosa antes que en su elemento de interpretación, si somos capaces de darle la última palabra a la lógica propia e intrínseca que configura el objeto al que contemplamos, si somos capaces de otorgar la flexibilidad a la mente que necesita para ella ajustarse a la visión de lo diferente y enigmático. Cuántas veces por nuestra cabeza llena de datos útiles, desfilan etiquetas, rúbricas, taxonomías, experiencias personales que “saben” por el hecho de ser recordadas cuando escuchamos al amigo que nos cuenta sus problemas?
Claro, si hay una especialización para todo, y cada especialización “domina” a su objeto: ¿Cuál master, qué curso, qué libro de mi mundo interno interpretará mejor a mi consultante? ¿Por qué no dejar eso a los especialistas y brindar un discurso de base diferente, por qué no dejarnos “penetrar” por el otro hasta descubrir su lógica profunda, luego preguntarle a un especialista del mundo interno que opina?
¿Por qué no, permitirse no saber, no descubrir, no desentrañar, no entender? Me pregunto si depende de las circunstancias externas lo novedoso en nuestras vidas, y a mi respuesta llega un sencillo No cuando me veo ajustando todo acontecimiento a mi medida interior. Miró la biblioteca que tengo frente mío y cuando me digo en silencio biblioteca me olvido a la vez de ella. Veo la mirada siempre furtiva de mi mujer y no me doy cuenta que es furtiva cuando me digo a mi mismo “mi mujer”.
Observemos seriamente estos sencillos hechos, y luego preguntémonos cómo estamos abordando una ciencia que es anterior a toda especialización. E investiguemos cómo tenemos que mirarla, y permitámonos desentrañar el logos (orden) de la astrología. Y si no lo encontramos, si no lo vemos, si nos damos cuenta que no nos transforma, si advertimos que proyectamos nuestras lógicas prestadas de la cultura, no nos desanimemos.
Si en nosotros mismos generamos un espacio abierto, siempre abierto a la transformación, de esta manera dejamos que la astrología nos transforme. Ella nos va a regalar a cambio una visión diferente, un orden diferente de las cosas que nos va a permitir ver (y por vez primera) el orden de las cosas en que vivimos, pudiendo recién ahí poder cambiarlo y ajustarlo al propio si mismo, a la totalidad de nosotros mismos. 


http://www.astrotranspersonal.com.ar/estudiarastrologia.htm




lunes, 12 de enero de 2015

Que implicaría para la mente del hombre que la Astrología fuera cierta ?. Por Juan Cicchetti,

 









Qué implicaría para la mente del hombre
que la Astrología fuera cierta?
 
Por Juan Cicchetti

 

Me gustaría comenzar la nota partiendo de una dificultad básica que plantea la astrología a la mente actual de nosotros los humanos. ¿Qué implicaría para la mente del hombre que la astrología sea cierta? El paradigma astrológico choca profundamente con cierta manera que tenemos los humanos de organizar la realidad. Es decir, cada uno de nosotros construye día a día una realidad organizada desde diferentes tipos de supuestos que son naturalizados por la cultura, somos educados desde dichos supuestos y tenemos un tipo de circulación social que los reproduce diariamente.

Creo que todos nosotros podemos afirmar sin problemas que para la mente del hombre moderno el Universo se presenta como un lugar amenazante al cual debemos controlar para sobrevivir. Obviamente estos supuestos no son meramente creencias que a alguien se le ocurrió un día enunciar y desde allí se repitieron, sino que estas maneras que tenemos de organizar la realidad responden a circuitos biológicos, tipos de organización animal que llamamos instintos de supervivencia.

El mamífero que tenemos dentro tiene miedo del Universo, que se le presenta como un entorno inmediatamente amenazante, de allí claro está la necesidad de madriguera/ familia/ casa/ marido/ amigos/ manada para sentirnos seguros. Estos niveles de organización biológicos tienen muchas implicancias hoy día, y creo que esto no es ninguna novedad. Por ejemplo vivimos un paradigma de ciencia que busca encontrar las leyes que gobiernan la naturaleza para así volverla previsible, y desde ya el sistema económico que nos regula se mueve igualmente desde el supuesto de carencia y que por lo tanto el más fuerte prevalecerá y el más débil sucumbirá. Somos educados en la competencia de unos sobre otros y continuamente buscamos imponer nuestras ideas a los otros, buscamos de alguna manera actualizar día a día la capacidad que tenemos de controlar, dominar nuestro entorno, el mundo en sí mismo.

Estos “circuitos” que organizan nuestra manera de ver la realidad responden entonces al supuesto de que estamos separados de ella, por lo tanto la percibo como amenazante. Aquello distinto a mí debe ser controlado, sometido para que no me destruya. Este supuesto de realidad sobre el que está organizado la inmensa mayoría de la civilización moderna implica costos altísimos al hombre y al planeta. El paradigma astrológico en cambio surge del desarrollo de una sensibilidad entrenada en encontrar relaciones de un tipo diferente con el entorno. Es decir, para la astrología el Universo es una complejísima unidad que en un nivel es energía, vibración y en otro nivel formas, planetas, cuerpos que son la parte densificada de dichas energías. Y que dichos niveles de la realidad están profundamente imbricados unos con otros, formando un tejido viviente e infinitamente complejo y creativo.

Como la famosa máxima de Hermes Trimegistro “como es arriba es abajo, como es adentro es afuera”. Entonces el tipo de entrenamiento perceptivo que plantea el paradigma astrológico implica que habrá necesariamente relaciones entre “mi interioridad y mi entorno (que podríamos llamar destino)” o para plantearlo un poco más en términos astrológicos las formas que tome el cielo tendrán necesariamente un correlato a nivel terrestre, a nivel de sistema nervioso terrestre, es decir, nosotros los humanos, los animales, las circunstancias. Somos formas vivientes tejidas en este misterioso universo que se refleja a sí mismo en todas las direcciones.

Así, desde una percepción astrológica, aquellos aspectos negados de mí mismo vendrán a mi vida como destino para así poder reconocerlos en el afuera y de esa manera integrarlos al psiquismo que evoluciona con esta nueva lógica adentro/afuera. A modo de un breve ejemplo, si una persona que tiene dos núcleos contradictorios en su carta; un núcleo abierto, rebelde que busca cosas nuevas incesantemente; y otro núcleo que busca seguridad, que las cosas no cambien. Inevitablemente el psiquismo tendrá una tensión básica muy difícil de conciliar. Por lo tanto, lo que sucede habitualmente es que la persona se identifica con uno de esos núcleos dejando el otro en “sombra”. Así se armarán escenas de destino que gatillarán el núcleo en sombra en el afuera dando chances así de que el núcleo en sombra emerja y pueda ser integrado a este psiquismo que se desarrolla.

Como verán este tipo de información no es afín a un tipo de organización cerebral que organiza la realidad como “afuera = amenaza; por tanto protegerme del afuera.” Todos los astrólogos vivimos cotidianamente la distancia que existe en nosotros entre estos dos paradigmas cuando un consultante nos dice “¿Cómo es posible que sepas eso de mí viendo cómo estaba el cielo el día de mi nacimiento? Aquí se evidencia que la manera que tenemos de percibirnos en la vida es desde una matriz psíquico/cognitiva que se cree separada de la realidad, sino sería de lo más natural entender que indefectiblemente mi vida refleja los movimientos constantes del cielo.

La astrología es un lenguaje que ha sido desarrollado y sigue desarrollándose desde un entrenamiento perceptivo que implica ver y percibir cómo esas vibraciones que los planetas, signos y constelaciones representan encarnan en el tejido viviente de la tierra reflejando en este infinito proceso la relación de un tejido/forma sistema nervioso con un Universo vibratorio que se refleja en dichas formas. Entonces la carta natal es un momento determinado de ese flujo constante del movimiento celeste, es la foto del cielo en ese momento determinado. Y esa foto, obviamente se saca en el momento del nacimiento por lo tanto se lee en el cielo la matriz vibratoria de la persona.

Ahora bien, esta matriz vibratoria que la carta natal implica precipitará en diferentes acontecimientos y vínculos, ya que el cosmos se refleja incesantemente en el tejido de la tierra, por lo tanto la Astrología educa un tipo de mirada que comienza a leer poco a poco la partitura vibratoria con la que el Universo vibra. La música y su infinita complejidad comienza a ser leída por nosotros, comienza a ser captada y en la medida que esto sucede la posibilidad de acompañar el proceso creativo de la vida se incrementa; es decir, en lugar de repetir una misma respuesta siempre, la astrología y la lectura de la partitura vibratoria nos permiten responder de maneras más creativas a lo que profundamente somos, a lo que profundamente quiere manifestarse.

Es importante entender que el tejido viviente de la tierra se organiza desde patrones que inevitablemente deben sostener ciertos niveles de fijeza y repetición. Imaginen si nuestro esqueleto cambiase de forma momento a momento, jamás hubiésemos podido aprende a caminar, movernos, etc. Es necesario que ciertos niveles de la forma respondan a moldes rígidos que buscan permanecer, para que otros proceso más creativos y flexibles puedan suceder. Para que la Tierra genere formas que piensan, hablan y sienten fueron necesarios millones de años de evolución, millones de años de vincularse vibratoriamente con el cielo que momento a momento la preña con su constante creatividad.

Hago esta aclaración para que podamos entender un poco más lo que implica el trabajo astrológico. Es decir, nuestra carta natal tiene un potencial impensable de complejidad vibratoria, pero dado que ese potencial es a la vez una forma terrestre que implica estos niveles de inercia y forma, esa carta de potencial infinito encarnará, quedará determinada por cierto umbral que dicha forma terrestre posee. La vibración del cielo queda así definida en un cierto cuerpo, con una cierta madre, padre, parejas, vínculos. El cielo se jugará a través de esa carta.

Este umbral, esta frontera del encuentro entre el cielo y la tierra que somos es la carta natal y su despliegue. Por eso es tan valioso conocer nuestra carta natal, ya que así contaremos con un mapa vibratorio de potencialidades que podremos nutrir para que nuestra creatividad pueda florecer. Y a la vez conocer nuestros lugares inerciales que nos detienen y que quieren repetirse (porque es lo que conocen) para así comprenderlos y utilizarlos a favor de nuestro desarrollo. Cuando nos preguntan nuestro signo contestamos “soy de leo, cancer, acuario, etc..”. Lo que en verdad estamos diciendo es que a la hora de nuestro nacimiento el sol estaba en el sector de leo, cáncer, acuario, etc. Es decir, el sol vibraba con la cualidad zodiacal que llamamos nuestro signo.

Pero la carta natal es mucho más que esto, ya que además de estar el sol pulsando con determinada energía, también lo estaba, Júpiter, Urano, Saturno, Mercurio, etc. Todo ese entramado vibratorio es parte de nuestra matriz y todos los humanos tenemos en diferentes proporciones dichas vibraciones. Alguien tendrá fuertemente marcado ciertos planetas y aspectos y será diferente a la carta de otra persona, ya que el cielo cambia a todo momento, la partitura vibratoria esta viva a cada momento. La hora y lugar de nacimiento son fundamentales para determinar cómo se dibujará el sistema de casas de esa persona en esa hora y lugar de la Tierra específicos. Las diferentes casas marcarán áreas de experiencia, ámbitos discriminados de la vida cotidiana en donde se jugarán las energías de los planetas y las cualidades zodiacales.

En su libro “Las doce casas” Howard Sasportas lo explica de una manera más que sintética <Dicho de modo muy simple, los planetas nos muestran qué sucede, los signos cómo sucede y las casas dónde sucede>. Así como el Zodíaco es la división en doce espacios de la eclíptica ( la senda aparente del Sol alrededor de la tierra desde un punto de vista geocéntrico); las casas a su vez, responden a la división en 12 espacios de la rotación diaria de la Tierra sobre su propio eje en relación a la eclíptica Solar.

Astronómicamente hablando, la casa 1 (o Ascendente natal) marca la intersección de la eclíptica con el horizonte del observador. Dado que la Tierra gira completamente sobre su eje en un tiempo de 24 hs, entonces todos los planetas y signos pasarán en un día por las doce casas que constituyen la carta natal. Cada casa representa un ámbito de experiencia el cual experimentaremos desde las energías Zodiacales y planetas que estén emplazados allí. Este es un mapa muy específico que ayuda a aquellos que conocen su carta a discriminar con mucho mayor rango de precisión la manera más natural y fluida posible para abordar las vibraciones que dicho campo de experiencia plantea a la persona.

Un consultante presentaba una carta natal con mucha energía de orden, trabajo, esfuerzo y precisión. Obviamente esta persona tenía muchas dificultades para lidiar con los “imprevistos” de la vida ( que astrológicamente es representado por Urano), ya que su anhelo era de organizarlo todo ¡a modo de maquinaria de reloj suiza!. Una angustia muy fuerte que esta persona planteó en la consulta era su tremendo miedo en lo concerniente a los recursos materiales, su miedo era de perderlo todo imprevistamente. La casa 2 simboliza el área de nuestra vida en dónde contamos con los recursos para materializar, por lo tanto la relación que tengamos con las energías que allí emplazadas nos darán un indicio de la capacidad que tiene o no la persona para materializar.

Este consultante tenía a Urano en casa 2, y en la casa donde se encuentre emplazado nos mostrará el escenario para que desarrollemos nuestra capacidad de surfear los imprevistos, abriéndonos a aspectos nuevos y originales de nosotros mismos. Una vez que esta persona comprendió la posibilidad que le brindaba la casa 2 pudo poco a poco ir perdiéndole el miedo a los imprevistos que la vida le presentaba y así ir generando mayor poder de materialización. Su lado organizado y controlador aprende poco a poco a perderle el miedo a lo que no es controlable y así desarrollar cualidades más adecuadas y naturales para la materialización. Digamos que más amigo sea de lo que no se puede prever mayor será su capacidad de materializar.

Otros deberán encontrarse con el esfuerzo en la dos (Saturno), otros con la enseñanza (Júpiter) y así sucesivamente.. Este ejemplo sirve para entender el potencial que tiene para la Conciencia el hecho de discriminar los escenarios de la Vida y los desafíos energéticos que dichos escenarios plantean.

Hablemos un poco entonces en forma breve y sintética de algunas energías básicas de la carta para hacernos una idea un poco más concisa de lo que estamos diciendo.

La Luna: Como bien sabemos los seres humanos crecemos envueltos en diferentes tipos de “huevos vibratorios”, que obviamente generan cuerpo en el tejido terrestre. O sea, primero dentro de un útero, luego pasamos a construir una noción de mundo a través de nuestra madre, luego colegio, amigos, es decir la cultura.. La luna es aquella vibración que va generando contextos para que algo pueda desarrollarse. Entonces en la vibración zodiacal de la luna y sus aspectos podemos leer la manera que tiene la persona de armar madriguera, de armar casa; y a su vez, la cualidad vibratoria que esa persona experimenta con su madre (que es la que hace de primera luna por excelencia). La luna es la vibración donde el psiquismo experimenta un máximo de seguridad, es la vibración que el sistema nervioso traduce como “segura”, por eso la cualidad lunar y su maravillosa función de cuidado y nutrición pasa a ser posteriormente un refugio inercial y altamente regresivo. Esto sucede debido a la necesidad psíquica que tenemos a “estar en seguridad”, por lo tanto el sistema nervioso dice: “¡Envolvete en la luna!”, así la luna que debería ser una función de cuidado en las primeras etapas de desarrollo se vuelve una morada recurrente que no permite el desenvolvimiento de otras energías de la carta. Así vemos constantemente a personas que a ojos de lo social aparentan madurez y solidez, pero a ojos de la astrología son lugares de búsqueda de seguridad homeostática. Esto no significa que haya que estigmatizar a la luna, ya que si la persona realmente trabaja su madurez emocional, entonces la luna se vuelve un potencial único, porque es una vibración que realmente conocemos hasta la médula. Esta vibración una vez que atraviesa un proceso de maduración se vuelve un verdadero talento de la persona y con ello la posibilidad de entrar en contacto emocional profundo con otros, cosa que de otra manera se hace difícil ya que si el otro se lo traduce como amenazante el verdadero contacto no puede florecer.

El Sol: Visualicemos un segundo al Sol irradiando luz, vitalidad y calor en el centro de nuestro Sistema Solar. Observen que la luz que todos los días ilumina nuestras vidas (literalmente hablando) proviene de una estrella muchas veces más grande que la tierra y que se encuentra a una distancia tan maravillosamente equilibrada que permite que esa potencia tremenda alcance la superficie terrestre con un determinado umbral de calor, posibilitando la vida en La Tierra. La órbita terrestre está a la justa distancia del Sol para la vida, y su vuelta alrededor de éste posibilita las estaciones generando diferencias en la temperatura Terrestre, diferencias necesarias para la Vida. Pero además el peso gravitatorio Solar organiza la órbita de todos los planetas de nuestro sistema solar, organiza un sistema, coherentiza un sistema de planetas (que para los astrólogos tendrán correlato de diferentes funciones psíquicas). Los soles del Cosmos con sus explosiones continuas, explosiones que equivalen a millones de bombas atómicas, son los generadores de Luz y calor en la infinita vastedad del Cosmos. Este efecto irradiante y generador de vida que el Sol es, implica en la carta natal el lugar en donde nos sentimos nosotros mismos. Es difícil para todos nosotros expresar y explicar esta frase “donde somos nosotros mismos”, pero creo que a todos nos toca en un lugar particular, que refiere a esa imagen Solar de irradiación espontánea y vital, ese es nuestro potencial Solar psíquico, es decir, sentirnos nosotros mismos y expresarlo. La cualidad zodiacal del Sol y sus aspectos hablarán de la vitalidad irradiante que esa persona posee. El principio Solar coherentiza nuestras vidas y nos brinda vitalidad para sentirnos Uno e irradiar eso que somos. Por eso leemos en el Sol la identidad de la persona, donde se siente que es, pero esta identidad, esta auto imagen se organiza con tejido lunar también, es un proceso complejo, ya que la auto imagen representa generalmente un lugar de seguridad que continuamente buscamos confirmar. Más allá de este nivel solar relacionado a la Luna se encuentran niveles solares de irradiación profundamente vital y espontáneamente originales.

El Ascendente: Es la puerta de entrada de la energía al Sistema Vibratorio que somos (La carta natal). Muchas veces se usa en astrología la comparación del Ascendente con el rostro, ya que este es la parte de nosotros que más nos identifica y que nunca vemos si no es en un espejo. Por lo tanto el Ascendente es aquella identidad vibratoria hacia la cual puja la energía de la carta, pero con la cual no nos identificamos, ya que lograr la identificación con el Ascendente implica todo un proceso de maduración psíquica muy importante que lleva muchos años de la vida. El Ascendente nos plantea un viaje de destino a recorrer y que lo sepamos o no, estamos recorriendo. Cuando el Ascendente es incorporado concientemente a la totalidad del sistema sucede una potencialización creativa global, ya que ahora la energía entra al sistema sin fallas ni obstrucciones, todo el Sistema se dinamiza. Pero esto lleva mucho trabajo psíquico, ya que el viaje empieza generalmente con una distancia muy grande con aquella energía que realmente somos, por lo tanto el ascendente crea incesantemente escenas de destino (a través de personas y situaciones) para que podamos responder a ellas desde nuestra energía de Ascendente y así reconocernos. Estas escenas se dan, precipitan, ya que constantemente el tejido terrestre refleja el orden del Cielo. Vibrar con la energía de Ascendente es fundamental para que la Vida alcance niveles creativos de mayor complejidad y plenitud.

La carta natal nos muestra nuestro potencial de despliegue vital, conocerla es una herramienta fundamental para que podamos nutrirlo y actualizarlo día a día. En la carta se refleja un anhelo del cielo para la tierra, conocer nuestra carta es sumarnos y abonar creativamente ese anhelo encontrándonos en el proceso como frutos vivientes de esa unión.

La carta marca un patrón de despliegue creativo y vital de la Vida. Fruto de la unión entre el cielo y la tierra ese patrón de despliegue debe ser abonado y nutrido por la conciencia para que florezca su máximo potencial.










domingo, 11 de enero de 2015

Astrología como perteneciente al mundo de las ciencias y de los lenguajes. Por Germán Rosas









Astrología como perteneciente al mundo de las ciencias y de los lenguajes

  Por Germán Rosas


“Preguntémonos por qué el Ser Humano crea ciencias.
Preguntémonos por qué el Ser Humano crea lenguajes.
¿Responde a sus necesidades?
¿Si? ¿A cuáles?
  1. Necesidades de supervivencia.
  2. Necesidades de afecto.
  3. Necesidades de afiliación
  4. Necesidades de autorrealización.
Se crea ciencia para estudiar los fenómenos de la naturaleza (incluido el Ser Humano como parte de la Naturaleza) para observarlos, ordenarlos, establecer su naturaleza, ciclos, y para, antes que ellos se presenten, predecirlos; y, de ese modo, lograr ventajas.
Se crean lenguajes para crear memoria, para dar información, para registrar hechos valiosos que logren que las generaciones que recién nacen no tengan que intentar en vano adquirir toda la experiencia humana acumulada (todas las ciencias y todos los lenguajes), sino, para tan sólo apropiarse en forma rápida de lo registrado.
La ciencia se va innovando generación tras generación; igual los lenguajes; pero, también ciencias y lenguajes se van degenerando y, en muchos casos, perdiendo.
Es natural porque la moda opaca lo clásico; eso no sucede solamente con los zapatos, los pantalones, las faldas, la ropa interior y los sombreros; también pasa de las ciencias y lenguajes.
Ejemplo: para decir:
- "Mira Mario, venga y le digo"
No necesita usar latín, griego, o el dialecto en alemán -según Jorge Luis Borges- creado por Martín Heidegger...
Pero... para conversar acerca de Mario como ser existente, con un contenido y un posible sentido dentro del universo..., ya no nos sirve el lenguaje del gomelo ni el lenguaje pintoresco y suficiente, para ellos a lo largo de su vida, de los emo.
La Astrología como lenguaje tiene una historia de seis mil años. Pero ha sido en los últimos 120 años donde ha llegado a su madurez con una brillante excepción en el siglo 16 gracias a los aportes de un médico astrólogo, consejero de Renato Descartes, Jean Baptiste Morín de Villefranche, cuyo libro en 23 tomos está bien custodiado en la Biblioteca del Vaticano.
La Astrología, como ciencia, 1) adquiere presencia con la vida y obra de Isaac Newton, 2) posibilidad de uso masivo en lo elemental, con los ordenadores (computadores, iPad, tabletas, celulares de última generación, etc.) cada vez solamente más veloces y sorprendentes en su capacidad de diagramación, pero siempre necesitados de la intervención de un humano enredado en metros y metros de cables de los que no ha podido prescindir en forma completa; 3) producto tecnológico, aún no porque no es masiva la NECESIDAD de evolucionar al máximo como ser humano, ya que lo único que parece contentar a las masas, por su educación, es jubilarse y poder morir sin que la mesada mensual le sea escasa.
Como ciencia, la Astrología pertenece a la Física. Su campo de estudio es predecir lo mejor del inventario de la vida de cada humano e incitarlo a que lo desarrolle al máximo; hacerle ver que, una repetición genética por más brillante que parezca a la radioemisora de su pueblo o el periódico de su ciudad, es solamente un acto fallido, acto fallido de 40, 60, 70, 80 años de esfuerzos heroicos, sólo un esfuerzo estéril enfocado en usar el tiempo para estar “vertiendo la nada en el vacío” (la feliz frase es atribuída al gran George Ivánovich Gurdjieff).
Cuando las ciencias y los lenguajes están fundamentados y en su madurez alcanzan sencillez y diafanidad, lo que la disciplina de la gerencia puede producir es la tecnología.
Cuando las ciencias y los lenguajes no tienen madurez, se debaten en la confusión, en la variedad de pareceres que hacen imposible la creación de la tecnología; esto último desemboca en millones de estudiantes en diferentes países del mundo que terminan estudios de varios años pero no encuentran ser empleados, pues su capacidad adquirida no los hace deseables en el mercado laboral.
En la actualidad la Astrología en su contenido y uso está muy lejos del alcance de las personas cultivadas y de los hombres unamunianos "de carne y hueso". Porque a ellos solamente se les presenta las visiones históricas de la astrología de la Grecia clásica, de la Roma decadente o del siglo de oro Árabe (siglo X), y, aún peor, de los programas matutinos en los canales de los países del tercer mundo con televidentes, a esas horas, de escasa cultura.
Sin embargo se puede llegar a interesar en una ciencia y en un lenguaje valioso, como lo es la astrología, desde alguna faceta sencilla de su tecnología. Un ejemplo: se puede llegar a ser un innovador en la ciencia de la electricidad y de la energía usando un celular y preguntándose qué es una pila, por qué permite ella que el teléfono funcione, por qué la pila agota su poder, por qué no tiene más durabilidad, por qué no dura siempre.
De parecida manera, un habitante del mundo en el 2013 puede acceder a un programa de astrología, graficar las características del Sistema Solar en relación a su planeta Tierra y acudiendo a las leyes gramaticales del lenguaje astrológico (como cualquier gramática de cualquier lenguaje no pasa de 500 páginas), descubrir su inventario de acontecimientos y, asombrarse hasta lo indecible, que no usa el 1 por millón de sus posibilidades dado que está solamente repitiendo vidas biológicas porque solamente ha sido muy bien educado para dejar que su vida se acabe como una vela prendida al mando tiránico de sus genes y de sus paradigmas implantados con mucho esmero por los amorosos adultos y los educadores.
Siguiendo la historia de la astrología, así como puede hacerse con la Química, la Física o la Matemática, se desemboca en usos tan sencillos como maravillosos para el bienestar humano. Pero..., no sé si feliz o desgraciadamente..., ni las personas cultas, ni los que ostentan poder, ni las grandes muchedumbres tienen idea de la astrología actual, ni siquiera cuando creen que la están usando quienes en su lenguaje tienen repetidamente la palabra astrología.
Como toda ciencia y lenguaje válido, luego de una exposición que sustente su existencia, su metodología y objetivo, el sentido común indica la necesidad de ir al laboratorio. Mismo que podría ser en un auditorio de postgraduados o en aplicaciones puntuales en casos bien definidos y observados por especialistas de otras ciencias; en el primer caso, como docencia, bastaría unas 30 horas; en el segundo caso, como aplicación, sería necesario observación de unos dos años.
Febrero, 2013. Este escrito existe por una conversación motivada por Octavio Machado. Sin su pregunta, este contenido no existiría. GR.


 http://carta-natal.es/articulos/astrologia-como-ciencia-y-lenguaje.php



sábado, 10 de enero de 2015

El efecto Luna. Por Celisa Beranger.











EL EFECTO LUNA




Celisa Beranger. Rio de Janeiro (Brasil).


 La Luna es nuestro vecino celeste más próximo y a través de nuestra historia inspiró adoración religiosa, leyendas, músicas, literatura y ficciones.
Los pueblos que se establecieron 6000 años atrás en la Mesopotamia, donde la Astrología floreció, sumerios, asirios y acadios, observaron la regularidad de los fenómenos celestes y percibieron que a través de ellos era posible marcar el pasaje del tiempo. En función de los cambios de fase de la Luna cada 7 días, ellos crearon la semana y el mes y establecieron los primeros calendarios (algunas tradiciones, como la judaica, la árabe y la china, aún mantienen el calendario con base lunar). Estos pueblos consideraron los astros como dioses, y dedicaron cada día de la semana a un astro. La nuestra es una de las pocas lenguas latinas que no mantiene los días de la semana relacionados a los nombres de los astros, como es el caso del español, francés e italiano. Segunda es el día de la Luna, tercera de Marte, cuarta de Mercurio, quinta de Júpiter, sexta de Venus, sábado de Saturno y domingo del Sol.

La Luna ejerce una gran fuerza de atracción gravitacional sobre la Tierra, y su efecto más conocido es la elevación de las aguas de los océanos dos veces por día, provocando las mareas. Estas mareas son más altas en las Lunas Nueva y Llena, las dos fases de mayor fuerza del ciclo lunar, porque en estas ocasiones el Sol, la Tierra y la Luna están alineados. Pero hay muchos otros efectos de la atracción de la Luna sobre la Tierra. Los hombres antiguos también percibieron la importancia de la Luna para la vida vegetal y animal dando tratamiento diferente a los cultivos de raíz y de hojas, plantándolos y cultivándolos de acuerdo con la Luna, determinadas hierbas de medicinales eran recogidas en fases específicas de la Luna para que su potencia máxima fuese obtenida. Numerosos estudios modernos comprobaron que las plantas tienen picos de crecimiento en las Lunas Nueva y Llena. También están documentados los efectos de la Luna sobre los animales y sus ritmos de actividades y apareamiento, por ejemplo, fue constatado que hay más mosquitos activos en la Luna Llena. Por este motivo agricultores y criadores de animales continuam utilizando calendarios que a través de las fases de Luna y también de su posición en los signos del Zodíaco, informan sobre las mejores ocasiones para plantar, fertilizar, podar y cosechar, e indican  aún los períodos más favorables para la reproducción o la castración de los animales, evitando el sangrado excesivo.
También nosotros, que tenemos en nuestro cuerpo la misma composición de líquido del planeta Tierra, recibimos el efecto de la atracción gravitacional de la Luna. Pruebas de laboratorio mostraron que nuestras ondas cerebrales también son afectadas por los cambios de la Luna. Considerando que nuestro cráneo es la única parte del cuerpo que no puede expandirse rápidamente en función del aumento de la tensión de los fluidos, que ejercen una presión mayor sobre las células del cerebro, esta presión afecta nuestra conducta y varios estudios verificaron el aumento de la incidencia de comportamientos exacerbados o violentos y hasta brotes sicóticos en las Lunas Nueva y Llena, pero principalmente en la Llena. También en la Luna Llena, el aumento de tensión produce en nuestros cuerpos un efecto bioquímico y tendemos a tomar y retener gran cantidad de agua y podemos acrecentarnos, como las mareas en las aguas de los océanos. Estudios comprobaron que los ritmos del corazón, después del ejercicio físico, son más fuertes en la Luna Llena. La incidencia mayor de hemorragias y problemas en cirugías fue constatado en días muy próximos a los de la Luna Llena.
Lunas Nuevas y Llenas especiales ocurren cada seis meses lunares, promoviendo eclipses del Sol, en la Luna Nueva, ocasión en que la Luna esconde el Sol, y de la Luna Llena, cuando la Tierra esconde a la Luna en su sombra. Los pueblos que se desarrollaron en la Mesopotamia, interpretaban los eclipses como avisos del Cielo extremamente importantes para los lugares en los cuales ellos eran visibles. En agosto de 1999 tuvimos el más famoso eclipse total del Sol de nuestro tiempo y todos los lugares en que fue visible en su totalidad pasaron por problemas: los terremotos de Turquía y Grecia, los temporales en Francia y Alemania. La Astrología mundial utiliza los mapas de los horarios exactos de las fases de Lunas Nuevas y Llenas como factores muy importantes para el acompañamiento de los acontecimientos mundiales .
La Astrología personal interpreta la Luna como uno de los componentes más importantes de la personalidad. La Luna representa el arquetipo de matriz y origen de todas las cosas, indicando en el mapa de nacimiento lo que es familiar, la vida íntima, nuestros hábitos y comportamientos más arraigados e instintivos, nuestros humores, nuestras emociones y sentimientos. En lo físico la Luna rige los líquidos de nuestro cuerpo, y nuestro metabolismo y nuestra actividad de nutrición siendo por esto muy importante para cuestiones ligadas a la salud. Por representar la matriz, la Luna un principio femenino ligado a lo materno, sensibiliza más a las mujeres, tanto en lo físico como en lo psicológico. Entre tanto en cartas de nacimiento donde la Luna está más fuerte o el Sol o el Ascendente están en el signo de Cáncer (regido por la Luna), hombres o mujeres pueden percibir mejor el efecto de la Luna y sus fases en su comportamiento, su alimentación y físicamente en sus cuerpos.
En el ámbito individual, la localización en el Mapa de nacimiento de las Lunas Nuevas y Llenas es utilizada para indicar los asuntos que estarán en tema, en la vida personal, en el período de un ciclo Lunar (29 días). Los movimientos de la Luna, también pueden orientar nuestro día a día. Para comenzar alguna cosa que esperamos se desarrolle bien, debemos escoger el período en que la Luna está creciendo en luz, entre la Luna Nueva y la Llena, pero no en el día o en el día siguiente al inicio de la Luna Nueva, cuando su luz aún no está visible.

 En tanto debemos evitar los períodos en los cuales la Luna se encuentra Fuera de Curso. En estas ocasiones a Luna está sin dirección, por lo tanto desfavorable para el inicio de situaciones de las que esperamos buenas respuestas, porque ellas estarán sujetas a condiciones inesperadas o desconocidas. La Luna Fuera de Curso no tiene un período definido como las fases de la Luna, pueden ser minutos, horas o hasta uno o dos días enteros. Esto ocurrirá cuando, durante su recorrido a través de los signos del zodíaco, antes de cambiar de signo, la Luna no realice conexión con ningún otro astro, hasta su entrada en el nuevo signo. La tabla anual de la Luna Fuera de Curso puede ser encontrada en nuestro site en la página Luna Fuera de Curso.