domingo, 26 de julio de 2015

Efemérides astrológicas 1950 - 2025.









 
En el estudio de los cuerpos celestes, una efemérides, efeméride o efemeris es una tabla de valores que da las posiciones de los objetos astronómicos en el cielo en un momento o momentos dados. De las Efemérides obtendremos dónde estaba cada planeta en el momento de nuestro nacimiento, o para un dia y hora determinado, algo que será fundamental para el cálculo de la Carta Astral. Recuerda que la rueda del zodíaco tiene 360 grados y esta dividida en 12 signos de 30 grados cada uno comenzando por Aries.


Se puede descargar aquí :


http://www.campus-astrologia.es/efemerides-astrologicas-1950-2025/



viernes, 24 de julio de 2015

La incomodidad de los planetas " desterrados ". Por Silvia Ceres.












Frecuentemente se afirma que un planeta en detrimento -presente en el signo opuesto a su domicilio o exaltación- se encuentra debilitado, acrecentando sus facetas maléficas y disminuyendo sus efectos benéficos.

Sin duda una afirmación un tanto difícil de captar, en tanto implica una categórica e incuestionable división entre benéfico y maléfico –como el muchachito y el villano de los western de nuestra infancia- que no resulta tan sencilla, pues ya hemos aprendido a dudar de los buenos buenísimos y de los malos malísimos.

Previo a definir la particularidad del funcionamiento de un planeta en esta posición, vale recordar que el exilio o el destierro era una severa condena para el ciudadano de la Grecia clásica, en tanto lo sometía a una experiencia de extrañamiento como consecuencia del quiebre de los lazos del ciudadano con la polis.

Devenir extranjero, significa entre otras cosas, entrar a un territorio cuyo código resulta ajeno, desconocido. Perder la lengua materna, no se reduce a un problema intelectual sino principalmente a un asunto emocional de percibirse desenraizado, extraño para sí mismo.

Siguiendo la idea del significado griego del castigo al desterrado, podríamos enunciar que un planeta ubicado en el signo opuesto a su regencia carece de empatía con las características del territorio ocupado, y en su necesidad de expresarse, lo hace de manera inadecuada, como una nota desentonada.

El astrólogo vienes Oskar Adler, sostuvo que las posiciones exiladas no son realmente “debilidades” -en el sentido de poca vitalidad en la manifestación- sino más bien una función de los planetas extrañamente intensificada, fuera de foco, en tanto el planeta carece de sintonía con la naturaleza del signo donde se ubica.

En lenguaje coloquial, podría pensarse en un sordo, que como no oye a los demás, habla a los gritos. Por lo tanto, el planeta exiliado muestra una exacerbada vehemencia en su manifestación.

Así es frecuente observar al Sol en Acuario con una actitud arrogante, fruto de la certeza de pertenecer a una aristocracia intelectual rara vez apreciada por el vulgo.

O a una Luna en Capricornio semejante a la madre de Woody Allen, que en su sobre protección interfiere la vida de su hijo cuarentón.

Convengamos que los Mercurios de Sagitario o de Piscis no carecen de elocuencia, más vale cuesta ponerles límites y organización a discursos que fluyen ininterrumpidamente como agua de manantial.

¿Quién no ha observado a esas Venus de Escorpio siempre preparadas para asaltar con su seducción a su posible presa? ¿O a ese Marte de Libra querellante y mandón? ¿O a ese Júpiter de Géminis dispuesto a enseñar todo el tiempo al interlocutor e iluminarlo con su sabiduría?

Ni a ese Saturno en Cáncer, que lejos de perder responsabilidad, aún se reprocha no haber estado allí para impedir que Eva diera de probar la manzana a Adán.

Dejando de lado las descripciones caricaturescas, sería pertinente redefinir la debilidad no como “carencia de…” sino como “exceso de…”.

Según mi criterio, la ignorancia del funcionamiento de planetas en exilio, dio pie en los últimos tiempos, a la interpretación de “personalidad polarizada”.

Así escuchamos afirmar alegremente que un Libra desconsiderado se polarizó en Aries, olvidando que en tanto signo de detrimento de Marte –exilio- y Sol –caída- es un ser necesitado del reconocimiento a su individualidad, pero imposibilitado de afirmar con fluidez su autonomía.

De la misma manera, Tauro resentido, no se polarizó en Escorpio, simplemente es el detrimento de Marte y Plutón y lo que en un escorpiano de ley es la espera paciente de ver pasar el cadáver del enemigo, será para ese taurino una fuente constante de rencor y enfado guardados en su interior como un tesoro preciado.

Sagitario estilo “Wikipedia” no se polarizó en Géminis, simplemente padece de bulimia informativa, debido al exilio de Mercurio. 


Diferentes naturalezas del exilio


Morin de Villefranche indicó que no todos los destierros son iguales y por lo tanto se hace necesario diferenciarlos. La Luna en Capricornio, enclave de Saturno –domicilio- y Marte –exaltación- se encuentra más hostigada que Saturno en Cáncer, territorio de Luna -domicilio- y Júpiter –exaltación-.

De la misma manera, los exilios de Venus son más tensos que los de Marte, en tanto la primera ubicada en Aries o Escorpio, padece la beligerancia de Marte, mientras éste en Tauro o Libra, recibe el buen trato de Venus.

Por supuesto ninguno de nosotros nos sentiríamos cómodos al estar perdidos en una ciudad desconocida, cuya lengua ignoramos. Pero si los transeúntes nos miran con simpatía y sonríen estaremos menos asustados que si nos encontramos en igual situación pero atravesados por miradas hostiles y amenazantes.

Siguiendo la reflexión de Morin, es interesante observar que si al evaluar una carta natal, no perdemos de vista el movimiento planetario implícito en ella, también podemos realizar distinciones.

En aras de la sencillez, acordemos utilizar las direcciones ptolomeicas que permiten el avance constante de todos los planetas de acuerdo a la ecuación de 1º = 1 año, independientemente de la velocidad de su desplazamiento astronómico.

Dejando de lado las luminarias, poseedoras de un solo domicilio y por lo tanto de un solo exilio, encontramos el siguiente cuadro diferenciado de destierros:

Mercurio en Sagitario, pasará a Capricornio -trigonocracia, dignidad menor asociada con un elemento acorde a su naturaleza planetaria, en tanto rige a Virgo, signo de Tierra-. Mientras que Mercurio en Piscis progresará a Aries, signo perteneciente al elemento Fuego, poco afín a su funcionamiento.

Venus de Aries, antes o después ingresará a Tauro -domicilio-. Venus en Escorpio, seguirá su camino hacia Sagitario, sector ajeno a su expresión.

Marte en Libra, se desplazará hacia Escorpio -domicilio-. Marte Tauro, ingresará a Géminis, signo escasamente análogo a su naturaleza.

Júpiter en Géminis, irá rumbo a Cáncer -exaltación-. Júpiter en Virgo, pasará al territorio de Libra, siendo el Aire un elemento extraño para el planeta.

Saturno de Cáncer, progresará a Leo -sale de un signo de exilio para entrar en otro de igual condición-. Saturno de Leo se trasladará hacia Virgo -trigonocracia-.

Algunos opinarán que es hora de abandonar estas antigüedades. Personalmente creo que no es cuestión de excluir sino de incorporar, por aquello de que lo cortés no quita lo valiente. 







jueves, 23 de julio de 2015

Zodiaco Sideral o Tropical ?. Por Pepa Sanchis.









Zodiaco sideral o tropical?

¿Zodiaco sideral o tropical? Es una pregunta que me han hecho varios astrólogos últimamente y siempre contesto lo mismo: zodiaco tropical en astrología occidental y sideral en astrología védica.  Los dos son verdaderos y eficaces.  Y allí es cuando la gente se "raya" y se pregunta: ¿Cómo pueden ser verdad al mismo tiempo dos cosas distintas y contradictorias?  Pues sí, pero es que no son en absoluto contradictorias, aunque lo parezcan.  Pero vamos por partes:

1-¿Qué es el zodiaco?

Dice la Wikipedia: 
En astronomía el zodiaco o zodíaco (del griego "zoon-diakos" que significa rueda de los animales) es una banda que circunda la esfera celeste comprendiendo a la eclíptica y que es suficientemente ancha para contener al Sol. Comprende 13-14 constelaciones.
En astrología el zodiaco está basado en la división en doce partes iguales de la banda celeste sobre la cual trazan sus trayectorias el Sol, la Luna y los planetas, avanzando un sector por cada mes del año. Cada sector contiene la constelación tradicional a la que debe su nombre. Los babilonios y griegos dividieron esta banda en doce partes iguales, siendo cada una de ellas un sector del cielo de una extensión de treinta grados de arco, bautizadas con el nombre de las doce constelaciones más destacadas que veían en cada una de las subdivisiones. El zodiaco posee una importancia fundamental en la astrología occidental. Otras culturas con tradición astrológica como la china otorgan también una importancia especial a esta región del cielo, aunque definen un zodiaco diferente."
La civilización sumeria (Mesopotamia) desarrolló las matemáticas utilizando un sistema de contar que tenía como base el número 60, a partir del cual nació el concepto de 360 grados para una circunferencia (60 x 60) y el sistema temporal actual. También ellos dividieron el día (media circunferencia) en "12 pasos" solares, que luego se convertirían en las 12 horas del día y las 12 horas de la noche.
Ellos creían que las estrellas estaban fijas a la esfera situada más allá de Saturno, de ahí que llamasen "estrellas fijas" a las estrellas y "estrellas errantes" a los planetas. Fueron los primeros en definir las 12 constelaciones del zodiaco, que transitaban en 12 periodos que sumados conformaban un año solar. De ahí que el año fuera dividido en 12 meses y en cuatro estaciones de tres meses cada una. (...)

La palabra zodíaco proviene del griego zodiakos (círculo de animales) y con él se dividía el firmamento en doce partes que incluían cada uno de los signos zodiacales y las demás constelaciones, a las que se les asignaba nombres mitológicos principalmente. La eclíptica, o movimiento aparente que hace el sol alrededor de la Tierra, está dividida convencionalmente en doce tramos donde están situadas las 12 constelaciones que constituyen el Zodíaco, de forma que cada mes el sol recorre uno de los signos del Zodíaco, precisamente aquel que no vemos durante la noche.
O sea, en resumen:
La banda zodiacal es la franja que rodea la eclíptica (camino aparente del Sol a lo largo del año), más o menos unos 8 grados arriba y abajo (por eso es una banda) y que se divide en 12 por analogía con el año solar.  En efecto, en un año solar hay 12 meses sinódicos enteros, más un pico.  De allí que el número 12 se considere simbólico de la unión de ambos luminares (Sol y Luna), que son los que permiten la vida sobre la Tierra, pues ambos son los símbolos del calor (Sol) y de la humedad (Luna) presente en el aire y el agua.

2-Aclarando

¿Hay 12 signos porque hay 12 constelaciones?

  Pues no.  De hecho, hay más de 12 constelaciones.  Y si hubiese 5 ó 6, también habría 12 signos.  No existen en el cielo 12 constelaciones igualitas pegadas la una a la otra de tal forma que en el grado 29.59 estés en Aries y cinco minutos después en Tauro.
Las constelaciones del zodiaco son sólo una referencia visual.  En realidad, nos importan un comino.

¿La naturaleza de los signos del zodiaco viene de esas constelaciones? 

  ¿Hay algún rayo invisible que salga de esas constelaciones y que te haga Piscis o Aries?  Un amigo mío es Piscis porque nació a las 19 horas.  ¿Si hubiera nacido 3 horas y 20 más tarde le habría pillado el "rayo" de Aries?  Pues no, no hay ningún rayo.  Nada de nada de nada de nada.

¿De dónde vienen entonces las características de los signos del zodiaco? 

 De la relación.  Sugiero leer este artículo de la Vanguardia
"Las relaciones entre hermanos suelen ser las más largas de nuestras vidas, y de las más importantes, porque forjan las directrices de la personalidad de cada uno. De hecho, los estudios psicológicos certifican que el orden de nacimiento es una variable psicológica importante: no es lo mismo ser hijo único que ser el mayor, el mediano o el pequeño. Es más, en algunos casos, aun habiendo crecido en una misma familia, se desarrollan caracteres tan diferentes que no es extraño pensar que no parecen hermanos. El orden, en este caso, sí importa, pues favorece que individuos que comparten los mismos padres vivan distintas experiencias.
“Dime en qué orden has nacido, y te diré quién eres”, defiende la teoría de Frank J. Sulloway, psicólogo y miembro del Instituto de Investigación Social y de la Personalidad de la Universidad de California, en Berkeley (EE.UU.). "
Se puede decir que esto depende de la actitud de los padres, y sería cierto en este caso, pero existe posiblemente también una relación "por posicionamiento". No recuerdo si era Asimov o Arthur Clake el que decía en uno de sus libros que el número ideal de tripulantes para un largo viaje espacial era de 3.  Uno solo acababa suicidándose.  Dos se mataban entre ellos.  A partir de 4, había una guerra.  En cambio, si eran 3, siempre habría dos confabulando juntos contra el tercero, pero, como las alianzas iban variando, se entretendrían lo suficiente para llegar vivos a la meta.
Tal vez hayan observado que cuando llega un nuevo amigo a un grupo ya formado, todas las relaciones cambian.  Y no es sólo por el hecho de integrar otra personalidad, sino porque se establecen nuevos parámetros numéricos.  Si hay dos amigos, tendrán complicidad entre ellos.  Si se introduce una tercera persona, dos competirán por el afecto del tercero o, al contrario, se confabularán contra él.  Si llegamos a 4, habrá dos bandos etc.
Decía Macrobio en su "Comentario al Sueño de Escipión": "Cuando nuestro pensamiento trasciende de nuestro plano al de los Dioses, la primera abstracción perfecta se le presenta en números."  Sigue diciendo: "El tratado (el Timeo), al profundizar, ha descubierto que también los números precedieron al alma del mundo, pues el relato augusto de Timeo, testigo y confidente de la naturaleza misma, reveló que el alma del mundo fue entretejida con números.  He aquí por qué los sabios no han dudado en proclamar que el alma es un número en movimiento" etc.
Explicaba hace poco, en un artículo sobre los planetas transaturninos, que las características de los planetas no vienen de ellos mismos, sino de sus parecidos o diferencias con el Sol y de su posición como planeta interior (empatía) o exterior (acción).  Y, dentro de cada tríada (la interior y la exterior), el más cercano a la Tierra era el que tenía la cualidad elemental pertinente en grado sumo, el más alejado negaba ambas cualidades, y el del medio era el del equilibrio. O sea: los dos extremos y el equilibrio en el medio.
Es decir: el orden númerico es significativo y entraña unas relaciones con todo el conjunto.  El primero siempre tendrá unas características, el tercero otras, el del medio otras etc.  Si lo miramos así, veremos que las características de los signos vienen de:
-La dualidad masculina-femenina, que no es más que la dualidad universal que hay en todas las cosas (frío-calor, luz-oscuridad, blanco-negro etc.)
-La división en 3: entre dos extremos siempre hay un punto de equilibrio.
-La división en 4: el 4 es el número que resuelve definitivamente la dualidad, pues entre cada pares de opuestos hay un punto intermedio que permite regresar al punto de origen.
-Los planetas regentes de esos signos.  La regencia de los planetas también es una cuestión de orden.  Mercurio rige Géminis y Virgo porque son los primeros signos a la vera de los luminares. Venus rige Tauro y Libra por ser los segundos signos etc.
Por lo tanto, si uno mira bien, llegará a la conclusión de que las características de los signos vienen de las relaciones numéricas que guardan con el conjunto.  Si Libra es como es, es porque es un signo masculino (dualidad o relación del 2), cardinal (relación del 3), de Aire (relación del 4) y domicilio de Venus (segundo signo contando desde el signo del Sol).
Y esto nos plantea la idea de que, en cualquier sistema compuesto de 12 partes (sean los signos u otras cosas), la séptima parte tendrá siempre unas características parecidas, o la segunda, o la octava etc.  Igual que los hermanos mayores se parecen entre ellos, o los menores, o los del medio.  No es sólo una cuestión de psicología: es una cuestión de armonía entre las partes de un conjunto.
Si esto es así, empiece donde empiece esa serie de 12, se creará automáticamente entre todas las partes una relación numérica significativa.

¿No hay pues nada físico en ello?

Personalmente, pienso que el zodiaco tropical tiene además asociado a él un biorritmo terrestre relacionado con los puntos astronómicos y las estaciones.  Esto se veía en el hemisferio norte porque allí coincidían ambos, y por eso la astrología se inventó en el hemisferio norte.  No es una relación de causa y efecto, sino la misma relación que existe entre el reloj de la estación y el tren: el reloj no hace venir al tren, pero como ambos están sincronizados sobre la variante "tiempo", el reloj te puede servir para saber cuándo llegará el tren.  Pero si se estropeara el reloj, el tren llegaría a la hora que le tocaba, no a la que marcaba el reloj.

¿Se pueden pues intercambiar ambos zodiacos?

Yo creo que no, porque, a pesar de los puntos comunes, cada astrología ha perfeccionado pautas de interpretación basadas en tal o cual punto de inicio.  Algunas de las cartacterísticas de los signos zodiacales de la astrología occidental van relacionadas con el biorritmo terrestre de las estaciones y, por ello, no son transplantables al zodiaco sideral de la astrología védica, que es puramente simbólico.  De hecho, las descripciones psicológicas de los signos son más cosa de la astrología occidental que de la védica, que habla de más de hechos y resultados numéricos.
Así pues, dejemos las cosas como están: zodiaco sideral en astrología védica y tropical en la occidental.