sábado, 17 de octubre de 2015

Entre Direcciones y Atacires......entre Tránsitos y Progresiones.....¿ que sistema utilizar ?. Por Néstor Echarte.







 

Entre Direcciones y Atacires… entre Tránsitos y Progresiones…. ¿que sistema utilizar?




Por Néstor Echarte
nestor@echarte.com.ar


La recurrente simplificación por la que, desde hace varias décadas, transita la práctica astrológica, alimentada por la abundante proliferación de software que “todo lo hace” y “todo lo tiene”, pero que al momento de ser aplicado provoca en la mayoría de los astrólogos la sensación de no comprender en forma correcta el procedimiento realizado, azuza cada vez más la discusión sobre las eternas preguntas que los estudiantes de esta disciplina formularon (y aún formulan) a sus profesores, sobre cual de todos los sistemas de “direcciones” es   el correcto o el más eficiente, a la hora de establecer la fecha de realización de un pronóstico basado en la ciencia astrológica. Quienes durante años estudiamos los diferentes métodos para “direccionar” un planeta y llevarlo al aspecto con otro llegamos a comprobar que su efectividad siempre fue alta, independientemente del método y la clave utilizados para el cálculo de dichas direcciones planetarias.




Es prudente dejar en claro, sobre todo para la importante cantidad de astrólogos que aún alimentan algún tipo de confusión sobre las denominaciones y efectividad de las técnicas de “direcciones” sobre las técnicas de cálculo de los “atacires”, que en ambos casos estamos hablando del mismo tema, y que a diferencia de los astrólogos latinoamericanos que seguimos conservando la denominación  de “direcciones” al referirnos a la utilización de este tipo de herramientas, la denominación “atacir” fue adoptada masivamente en los últimos años por el colectivo de astrólogos españoles, sobre todo a partir de la traducción de la obra de Alí Ben Ragel: “El Libro Conplido en los Iudizios de las Estrellas”, consistente en la traducción de los ocho libros conplidos del árabe, castellano medieval y latín.  

Pero en nuestro caso, y en lo que respecta a los alcances de esta nota, conservaremos el término genérico de “direcciones” para hacer referencia a los distintos métodos de proyección, profección, desplazamiento o movimiento de un planeta al que denominamos “promisor” hacia la conjunción o aspecto de otro al que denominamos “significador”, para encontrar, luego, mediante la utilización de la clave correspondiente, la fecha posterior al nacimiento en que dicho aspecto se hará efectivo en la vida del nativo propietario del tema natal en cuestión.
¿Que son las “direcciones” en la práctica astrológica?:


Cuando hablamos de “direcciones” utilizamos un término que comprende una gran cantidad de métodos o técnicas de pronóstico astrológico. Determinar el momento aproximado por el cual una configuración presente en un tema natal se hará efectivo, es uno de los desafíos más importantes de la astrología.

Es por este motivo que desde la más remota antigüedad, los astrólogos han desarrollado una importante variedad de métodos para medir el tiempo en que los anuncios que el mapa natal encierra, se desencadenarán.

Muchos de estos métodos se basan en el desplazamiento de los planetas por el zodíaco hasta alcanzar puntos sensibles del tema natal que indican acontecimientos de importancia en la vida de las personas desde una perspectiva de movimiento real, más allá de que en su fundamentación jueguen principios simbólicos. Tal es el caso de los tránsitos, las progresiones secundarias, las revoluciones planetarias y los ciclos planetarios.

Otros de estos métodos, están basados en en el desplazamiento simbólico de estos mismos planetas, también sobre la franja zodiacal, aunque según el método también son proyectados sobre otros círculos de posición astronómica. Es en este caso cuando hablamos de “direcciones” comprendiendo en ella una enorme variedad de métodos y sistemas con diferencias de cálculo y fundamentación, pero con principios de interpretación casi idénticos en todos los casos.

Con respecto al primero de los sistemas señalados, sólo haremos mención aquí, que a diferencia de los métodos de “direcciones”, los tránsitos, las progresiones secundarias, las revoluciones y los ciclos de los planetas se basan, indefectiblemente, en el movimiento real de los planetas, y para su cálculo debemos tomar sus posiciones de las efemérides planetarias, cuya lectura resulta esencial para el cálculo y seguimiento de los mismos.

En cuanto a la utilización de los diferentes métodos de “direcciones”, los mismos se obtienen mediante procedimientos estrictamente matemáticos, donde no es necesaria la utilización de efemérides astrológicas para la obtención de resultados, más allá de lo sustancialmente necesario en el momento de la construcción de la carta natal. Es decir que con solo tener a mano una carta natal con el detalle de todos sus elementos constitutivos y una calculadora que nos asista en la tarea, podemos disponer de un sinnúmero de métodos de pronóstico a partir de lo que genéricamente conocemos como sistema de “direcciones”.

Conceptos básicos sobre el pronóstico:


No hay pronóstico sin Carta Natal. Es tal vez, este, el más básico y elemental de los conceptos con la única y merecida salvedad de las técnicas de astrología horaria, las que tienen sus propias reglas y su propia mecánica de interpretación. Lo menciono porque he visto en innumerables oportunidades a astrólogos interpretar una revolución solar fuera del contexto de una carta natal, o un mapa totalmente progresado, pero sin la base de su correspondiente Rádix.  Debemos tener esto claramente presente al momento en que nos disponemos a trabajar con cualquier método de pronóstico tradicional, ya que siempre y en todo momento, la base interpretativa surge de lo que dice la propia Carta Natal.

Al respecto, es el propio Morín de Villefrance en su Teoría de las Determinaciones Astrológicas, quien señala este concepto al escribir que “no se debe olvidar que los astros han sido pasivamente determinados para toda esa existencia en ocasión del nacimiento y que esta determinación persiste durante toda la vida del Nativo. Por consiguiente, ya sea en las Revoluciones, ya sea en otros tránsitos, los planetas no pueden recibir determinaciones contrarias a las radicales, pero sí pueden ser activamente determinados para que desencadenen su acción”.

Morín avanza mucho más en este concepto poniendo a las “direcciones” por encima de cualquier otro método interpretativo y supeditando a esos métodos al vencimiento efectivo de dichas direcciones junto a su correspondiente relato en la Carta Natal, cuando señala en su misma obra “De un tema de Revolución nada importante puede predecirse que no se halle anunciado en el tema radical y en las direcciones que vencen en el curso de la Revolución. Y viceversa, nada puede deducirse de las direcciones que no se encuentre confirmado en la revolución correspondiente. Pues si, por ejemplo, el Sol radical se halla en X y vence su dirección de trígono con un Júpiter bien aspectado, mientras que en Revolución Solar el Sol se halla en XII y en cuadratura con Saturno o Marte, sin recibir aspectos benéficos de Júpiter y estando mal aspectado este último, las promesas de la dirección benéfica del Sol no se verán realizadas. Además en toda revolución, deberán examinarse los tránsitos del mismo día y si estos son favorables los resultados serán bienes (y si desfavorables serán males), teniendo en cuenta para esto, tanto las determinaciones radicales como las de revolución”.  

Dígame usted, estimado colega astrólogo, llevando una mano a su corazón, ¿cuántas veces en su práctica astrológica tuvo en cuenta este concepto sin caer en la tentación de mandar todo al demonio y si conoce a más de un colega suyo que tenga en cuenta estas consideraciones antes de responderle muy suelto de cuerpo a su consultante, solo mirando el tema natal, algo así como “es muy probable que a tus 40 años te cases con un hombre millonario que llegará a tu vida montado en un caballo blanco…”

Sin llegar al punto de dramatizar y confrontar con la forma de trabajar de nuestros colegas y con lo que es o no correcto hacer, lo cierto es que toda esta complejidad interpretativa surge de una astrología planteada en los Siglos XVI y XVII, cuando los astrólogos que desarrollaron los conceptos con los que aún trabajamos no disponían de mayores ayudas para el cálculo que su propio cerebro y las tablas por ellos mismos construidas, mientras que nosotros, en esta época en que vemos reemplazados nuestros cerebros por potentes computadoras que nos simplifican hasta nuestra capacidad de dibujar correctamente un tema natal, ni siquiera nos tomamos la molestia de interpretarlos decorosamente, aún teniendo los cálculos ya resueltos. Una paradoja que nos juega el destino, justamente a nosotros, astrólogos, que supuestamente convivimos y trabajamos con ese mismo concepto de destino.

El mundo de las “direcciones” plantea como eje interpretativo los conceptos de “promisor” y de “significador” aunque deberíamos extender este concepto, no sólo a los sistemas de pronóstico basado en métodos “direccionales” sino a todos los sistemas de pronóstico en los que estemos buscando un resultado proyectado en el tiempo. Denominamos “significador” a todo elemento de la carta natal que se encuentra fijo y que por sus características es el portador de los significados de la casa que representa o de un significado sobre el que posteriormente actuarán los “promisores” modificando con sus diferentes características interpretativas y en el tiempo en que mensuremos su movimiento mediante la clave que hayamos decidido utilizar, aquello que nos indica el “significador”.

Pese a que, tal como planteamos anteriormente, estos dos conceptos son el eje interpretativo de los sistemas direccionales, nada mejor que ejemplificar su efecto con los conocidos tránsitos planetarios como para comprender mejor su efecto en el tiempo.

Los tránsitos representan el sistema de pronóstico más tradicional y más efectivo (a la hora de mensurar sus resultados) y se basan en el movimiento real de los planetas llegando a activar los puntos sensibles de la carta natal a partir de la conjunción u otro tipo de aspectos sobre estos puntos. Queda claro que la carta natal en su totalidad o cualquier planeta, cúspide o punto sensible de la misma son “significadores” porque están fijos, y sus significados representan sólo un tema determinado. Mientras que debemos considerar al planeta en movimiento, es decir al planeta que está transitando y cuyo recorrido tomamos de las efemérides, como un “promisor”, es decir, aquel que con su significado “promete” modificar o enriquecer en el momento en que produce el aspecto que estamos esperando, aquello que el “significador” nos indica.

Utilizando entonces este concepto, podemos decir que si en nuestro tema natal, por ejemplo, el Sol se encuentra presente en la Casa X en el signo de Cáncer (a lo que llamaremos el “significador” de nuestra vida social, nuestro prestigio, nuestra inserción en el mundo, etc. por su condición de elemento fijo en la carta natal) y consideramos un tránsito de un planeta sobre él como por ejemplo Júpiter (como “promisor” en virtud de su movimiento por el zodíaco), éste último “promete” la realización de honores, favores, bienes, ascenso, facilidades, éxito y triunfo en virtud de las cualidades favorables de Júpiter transitando el signo de Cáncer y teniendo en cuenta que el mismo se encuentra exaltado en este signo. Mientras que si el planeta que consideramos transitando sobre ese mismo Sol fuera Saturno (en que se encuentra en Detrimento en el signo de Cáncer), producirá sobre mi vida social y profesional, solo efectos negativos, pérdidas, caídas, desprestigio. Es obvio que ambos actuarán sobre el “significador” que es el Sol en la Casa X, pero con resultados diferentes en virtud de las características del “promisor”.

Es exactamente así, la manera en que funcionan todos los sistemas de direcciones. Consideramos un “significador” o elemento fijo de la carta natal, sobre el cual proyectamos (ya no como tránsito pero sí imprimiendole un movimiento simbólico basado en una clave numérica determinada) al “promisor” o elemento que promete modificar con su esencia simbólica aquello que el “significador” indica.

Durante muchos años, la astrología tradicional, basada en los trabajos de Ptolomeo y de los más cercanos Morín de Villefrance y Hieroz, consideraron la existencia de lo que llamaban “Significadores Universales” utilizando solo al Asc., MC, Sol, Luna y Parte de Fortuna como representativos de ese concepto. Mientras que todos los planetas podían ser “promisores”, las cúspides de casas solo podían ser “significadores”. Con el tiempo este concepto se fue flexibilizando y en la actualidad se utilizan a todos los elementos del tema natal como “significadores” y a los planetas como “promisores”. De cualquier manera es recomendable que cada astrólogo haga su propia experiencia y utilice aquellos elementos con los que se sienta más a gusto y que considere mucho más confiables.

Diferentes sistemas de Direcciones:


Todos los sistemas de direcciones respetan el concepto de mover un planeta de la carta natal hacia la conjunción o aspecto de otro planeta de la misma carta natal. En todos los sistemas se acuerda también la posibilidad de que este movimiento se realice en forma directa, es decir, siguiendo el sentido de movimiento contrario a las agujas del reloj pero respetando el orden de los signos del zodíaco, o en forma conversa, con un movimiento afín al sentido de las agujas del reloj pero siguiendo el orden inverso de los signos zodiacales. Pese a que los resultados que se obtienen son importantes mediante la utilización de ambos sistemas, el movimiento converso causa en la mayoría de los astrólogos algunas resistencias naturales que los lleva a experimentar solo con las direcciones de movimiento directo. Aunque en la experimentación, ambos tipos de direcciones deberían ser tenidas en cuenta.

La mayoría de los astrólogos está familiarizado con el zodíaco y calcula todos los movimientos planetarios a través del mismo. Pero tenemos que comprender que el zodíaco, es solo una parte de la totalidad que representa la esfera celeste, y que las coordenadas zodiacales no son la única manera de fijar o medir el movimiento de un planeta, o la posición del mismo dentro de la carta natal. Un planeta se puede medir, ubicar y desplazar utilizando coordenadas zodiacales, coordenadas ecuatoriales o coordenadas horizontales, obteniendo de esta manera resultados equivalentes en cuanto a su posición, pero diferentes en cuanto a su tiempo de realización.

Suponiendo que utilizamos la clave de Ptolomeo para el cálculo de nuestras direcciones que está basada en la clave de 1 grado = 1 año, encontraremos que si a cualquier planeta o punto sensible de una Carta Natal le sumamos 10 grados de arco, la nueva posición que encontramos para cada uno de ellos señala la posición de los planetas por Direcciones Simbólicas de Ptolomeo para los diez años de edad. Todos los aspectos que esas nuevas posiciones hagan sobre los distintos elementos de la carta natal, serán las direcciones que se cumplen en ese momento y aquellas que deberemos interpretar. Es decir que desplazamos los planetas desde su posición radical la cantidad de grados necesaria para llegar a la edad que queremos analizar. En este caso, teniendo en cuenta que la clave es 1 grado = 1 año, la cantidad de grados es coincidente con la cantidad de años. En el caso de utilizar claves distintas (como por ejemplo 6 grados = 1 año o 9 grados = 1 año… u otras tantas diferentes que responden a criterios simbólicos distintos, el arco a sumar a las posiciones originales será también distinto. En el caso del mismo ejemplo sumaremos 60 grados si utilizamos la clave 6 grados = 1 año, para llegar a la edad de 10 años, o 90 grados si utilizamos la clave 9 grados = 1 año, para encontrar las direcciones correspondientes a la misma edad.

De esta manera llegamos al punto en que los distintos sistemas de “direcciones” se diferencian entre sí por dos conceptos a tener en cuenta: uno de ellos es el marco de referencia por dónde proyecto o sobre el cual se desplaza la dirección, es decir, sobre qué sistema de coordenadas las calculo (zodiacales, ecuatoriales, horizontales); el otro concepto se basa en la clave a utilizar que marcará la cantidad de años que me muevo en el tiempo en relación a la cantidad de grados que se desplaza cada uno de los “promisores”.

Estos dos conceptos funcionan en forma conjunta. No hay dirección sin la elección de una clave y sin que se proyecte sobre alguno de los marcos de referencia mencionados. Es por eso que analizaremos ambos conceptos. En primer lugar todo lo que se refiere a los marcos de referencia, es decir, sobre que “espacio” proyecto los planetas en su movimiento real y/o aparente elgiendo el sistema de coordenadas adecuado a tal fin: zodiacales, ecuatoriales, horizontales. En segundo lugar la clave temporal que utilizaré para medir la distancia entre dos planetas o puntos de la carta, siendo uno de ellos el “significador” y el otro el “promisor”.

Sistemas de coordenadas:

Lamentablemente todavía no hemos encontrado un medio gráfico de proyección que nos muestre la carta natal y el movimiento de los planetas tal cual es. Siempre que dibujamos una carta natal, tenemos que tener muy claro y muy presente, que estamos dibujando en un “plano” es decir en una proyección bidimensional, algo que en realidad se representa en la “esfera” es decir, una imagen que debería ser representada en forma tridimensional. Es por eso que debemos ser conscientes de esta limitación y adecuar nuestra imaginación para que realice el esfuerzo necesario como para comprender qué representa realmente un tema natal.

La carta natal es una representación de la esfera celeste en su totalidad, dibujada sobre un papel. De esta manera es realmente imposible dibujar todos los sistemas de coordenadas que confluyen en esa esfera en un mismo instante. Es por eso que cuando dibujamos la esfera celeste tratamos de graficar en ella la mayor cantidad de sistemas de coordenadas posibles en ese mismo gráfico, pero que luego, nunca representamos al volcarlo al dibujo final de la carta natal.

La intersección de la Eclíptica (o camino aparente del Sol) con el Ecuador Celeste, da origen a lo que denominamos Zodíaco Trópico (el verdadero zodíaco con el que trabajamos) y genera dos sistemas de coordenadas básicos y congruentes: el sistema zodiacal o eclíptico, y el sistema ecuatorial. Es justamente la inclinación del eje terrestre en relación al plano de su órbita, en un ángulo promedio de 23° 27´ lo que genera la intersección de estos dos planos fundamentales y la existencia de nuestro zodíaco. Si la Tierra no estuviese inclinada en relación al plano de su órbita, ambos planos (ecuador y eclíptica) no se cortarían y serían coincidentes en toda su trayectoria, y de esta manera no tendríamos Zodíaco Trópico.

En su movimiento diario, los planetas se desplazan en forma aparente siguiendo una trayectoria cercana al plano de la eclíptica, a veces al norte y otras veces al sur de ella. De esta manera yo puedo medir la trayectoria que un planeta describe en su movimiento diario haciendo la medición correspondiente sobre la Eclíptica. Es esto lo que luego llamamos “longitud eclíptica”. Pero teniendo en cuenta la cercanía del Ecuador Celeste a la posición del planeta, también puedo hacer la misma medición, pero calculando su trayectoria sobre este plano de coordenadas. De esta manera, la distancia de un cuerpo medida sobre el Ecuador Celeste recibe el nombre de Ascensión Recta.

Esto significa que un planeta tiene entonces, la posibilidad de que su posición sea medida mediante dos sistemas de coordenadas básicos, el ecuatorial y el zodiacal o eclíptico, y obtener para una misma posición real, dos valores distintos: uno de longitud eclíptica y otro de ascensión recta. De esta manera podremos decir, por ejemplo, que el Sol se encuentra en 5 grados de Tauro, o que el Sol tiene una Ascensión Recta de 32°43´. Ambos valores son representativos de una misma posición planetaria, una de ellas medida sobre el sistema zodiacal, y la otra sobre el sistema ecuatorial. Si además de medir la posición del planeta en las coordenadas ecuatoriales y zodiacales, que nos dan las posiciones planetarias para cualquier observador del planeta Tierra, incorporo ahora las coordenadas correspondientes a un observador nacido en la Ciudad de Buenos Aires, estoy incorporando al sistema las coordenadas horizontales, es decir, aquellas que son propias del observador, y que para una persona que nació con el Sol en 5° del signo de Tauro, con el Sol exactamente en el Ascendente del lugar, obtengo un nuevo dato que se denomina Ascensión Oblicua del Sol, que es una posición algo más ajustada que la de la Ascensión Recta, ya que tiene en cuenta la posición de nacimiento del observador.

Es así que para un mismo planeta, y según la referencia que tome para su medición puedo encontrar tres resultados diferentes:

Coordenadas Eclípticas =========================> 35° 00’ ( o 5° de Tauro)
Coordenadas Ecuatoriales =======================> 32° 43’ (de Ascensión Recta)
Coordenadas Ecuatoriales bajo el polo del significador=> 23° 25’ (de Ascensión Oblicua)

Estos tres resultados no indican posiciones diferentes para ese Sol en Tauro, sino que ante una misma posición en la esfera celeste, puedo obtener valores diferentes según el sistema de coordenadas desde el cual evalúes su posición.

El ejemplo mencionado anteriormente se grafica a continuación. Todas las medidas se calculan a partir del 0° de Aries o punto vernal. Si mido la posición del Sol a través de la Eclíptica obtengo lo que se denomina Longitud Eclíptica. Si lo hago a través del Ecuador, también lo hago a partir del 0° de Aries, pero en uno de los casos extiendo la medida hasta la intersección del Meridiano que pasando por el cuerpo del planeta toca el Ecuador Celeste, lo que me permite obtener la Ascensión Recta del Planeta, y en el otro caso extiendo la medida desde el 0° de Aries, hasta la intersección del Círculo del Horizonte del lugar, que también toca el cuerpo del planeta, pero se proyecta sobre un punto diferente del Ecuador Celeste, lo que genera una medida diferente que se denomina Ascensión Oblicua del Planeta.




El gráfico anterior está basado en la posición del Sol, que es el cuerpo celeste que define la eclíptica, por lo cual no tiene latitud a partir de ella. El resto de los planetas acompañan a la eclíptica, a veces posicionándose al norte de la misma, y otras veces al Sur.

En el gráfico siguiente agregamos a la posición del Sol, la posición del planeta Venus. Señalamos además las posiciones de ambos planetas bajo los diferentes sistemas de coordenadas: eclípticas, ecuatoriales y ascensionales, es decir, incorporando a estas últimas la posición del observador.

En este ejemplo consideraremos al Sol como punto significador, es decir aquel que recibirá los aspectos del planeta en movimiento o promisor, considerando como tal al planeta Venus.


- Gráfico de Direcciones entre Venus y Sol -



Es probable que el gráfico anterior presente cierta complejidad para su comprensión, pero lo cierto es que grafica con mayor detalle la posición de dos planetas en la Esfera Celeste. Cuando dibujamos e intentamos interpretar la carta natal el dibujo que estos dos planetas nos muestra es el siguiente:


Como se puede apreciar, la Carta Natal, proyectada sobre el Zodíaco Trópico, solo nos muestra la posición zodiacal de ambos planetas, y podemos contar en forma directa, con solo visualizar el gráfico, la cantidad de grados zodiacales que hay entre ambos. Es decir, Venus se encuentra a 20° grados de arco de distancia del Sol. De esta manera, sin utilizamos la clave de Ptolomeo, que adjudica el valor de 1° de arco = 1 año de edad, podemos decir que a los 20 años de Edad, el planeta Venus llegará por Dirección Simbólica a la conjunción con el Sol. Obviamente un aspecto muy fácil de calcular debido a que es visible a partir de la utilización del gráfico zodiacal.

Pero algo muy distinto ocurre, si en vez de realizar la cuenta sobre la eclíptica, realizamos la misma cuenta sobre el Ecuador Celeste, o Sobre para hacer más complejo el cálculo, sobre los valores de Ascensiones Oblicuas que incorporar en su naturaleza la posición del observador. Estas direcciones ya no se llaman simbólicas. Pertenecen a lo que denominaremos Direcciones Primarias, y su cálculo no surge de una representación a simple vista, sino que debemos trabajar con fórmulas trigonométricas que nos permiten encontrar los valores de esos mismos planetas pero proyectados sobre el Ecuador Celeste, en sus dos variantes: Ascensiones Rectas Planetarias y Ascensiones Oblicuas Planetarias. Con las primeras, estaremos calculando Direcciones Primarias Mundanas, mientras que con las segundas, obtendremos Direcciones Primarias bajo el Polo del Significador.

De esta manera, esos mismos planetas, utilizando siempre la clave de 1° = 1 año, darán direcciones con diferente fecha de vencimiento según el sistema de coordenadas que utilicemos para proyectarlas.  Podemos tomar esos valores para ver los resultados obtenidos del gráfico anterior, denominado “- Gráfico de Direcciones entre Venus y Sol -”. Aquí obtendremos en todos los casos la distancia entre el Venus y el Sol, bajo sus diferentes sistemas de coordenadas para luego transformar esta distancia en el tiempo en que dicho acontecimiento tendrá lugar al cumplirse la dirección Venus conj Sol utilizando la clave de 1° = 1 año.

  • Coordenadas Eclípticas
  • Sol 35° 00’ ( o 5° de Tauro)
  • Venus 15° 00  ( o 15° de Aries)
  • Diferencia = 20° 00’ ===> 20 años.

  • Coordenadas Ecuatoriales
  • Sol32° 43’ (de Ascensión Recta)
  • Venus10° 31’ (de Ascensión Recta)
  • Diferencia = 22° 12’ ===> 22 años 2 meses y 12 días.

  • Coordenadas Ecuatoriales bajo el polo del significador
  • Sol23° 25’ (de Ascensión Oblicua)
  • Venus  2° 12’ (de Ascensión Oblicua)
  • Diferencia = 21° 13’ ===> 21 años 2 meses y 18 días.

Sobre sistemas de coordenadas y claves a utilizar:

El simple ejemplo anterior, donde se calcula una dirección de Venus como promisor hacia el aspecto de conjunción con el Sol deja al descubierto la falta de definiciones existentes en la práctica habitual de la astrología, en cuanto a la determinación de cual de todos los criterios es el más correcto de utilizar, tanto en la elección del sistema de coordenadas sobre el cual realizaré la proyección de dicha dirección, como también en la elección de la clave a utilizar para computar la cantidad de días en que la misma se cumplirá.

Nótese que pese a que la clave utilizada es la más simple y tradicional de todas (1° = 1 año, tal como la estableció Ptolomeo) los resultados obtenidos fueron ligeramente diferentes en función de los sistemas de coordenadas sobre los cuales apliqué dicha clave.

Y si tenemos en cuenta, que además de variar los sistemas de coordenadas, también podemos variar la clave a utilizar, mediante la aplicación de criterios simbólicos, astronómicos, o simbólico-astronómicos distintos, la multiplicidad de resultados diferentes en cuanto a fechas de vencimiento de una dirección donde estén involucrados los mismos planetas, puede llegar a confundir al más erudito de los astrólogos.

Es así que el astrólogo dispone de una gran cantidad de claves distintas, todas ellas aceptadas según diferentes criterios de interpretación, todas ellas probadas mediante la rectificación de temas natales, y basadas en concepciones simbólicas distintas, o en criterios matemáticos rigurosos que nada tienen que envidiarle a la simple clave de Ptolomeo a la hora de establecer resultados.

El astrólogo y matemático alemán Valentín Naibod cree perfeccionar la clave de Ptolomeo al acceder al siguiente valor: 0° 59’ 8.33” = 1 año. Esta clave muy cercana al grado redondo de la clave de Ptolomeo, se basa en el criterio de dividir la totalidad del Zodíaco (360°) por la duración del año trópico (365.2422) De esta manera obtiene el valor indicado, que representa el valor medio que demora el Sol para recorrer un día.

Quienes hacen de la exactitud matemática uno de los principios fundamentales de la Astrología, aún por sobre la justificación de la elección basada en determinaciones puramente simbólicas, no dudan en elegir la clave Naibod en lugar de la clave de Ptolomeo. De cualquier manera, quienes no son demasiado exigentes y creen que lo simbólico predomina por sobre la exactitud matemática utilizan habitualmente la clave de Ptolomeo. Sobre todo si se tiene en cuenta que los resultados obtenidos para una dirección como la del ejemplo, son muy similares y consideran a la diferencia despreciable, incrementándose la diferencia a medida en que el protagonista de la carta que analizamos avanza en edad. Mencionamos como ejemplo, la clave simbólica de Venus hacia la conjunción con el Sol, en la que si utilizamos la clave de Ptolomeo, señala que la misma se cumple a la edad de 20 años, mientras que si utilizamos la clave de Valentín Naibod se cumpliría a la edad de 19 años, 8 meses y, 17 días. Como se puede observar, la diferencia es mínima, sobre todo si tenemos en cuenta que en la mayoría de los casos se trabaja con temas sin rectificar, donde tampoco hay demasiada certeza sobre si la hora de nacimiento con que se calculó el tema es la correcta.

Hasta el momento, hemos trabajado sobre tres sistemas de coordenadas distintos, los que nos brindan resultados diferentes, y solo hemos mencionado la posibilidad de utilizar dos claves simbólicas: la clave de Ptolomeo y la clave de Naibod. Por lo que para una dirección entre dos planetas (como los mencionados Venus y Sol) puedo obtener hasta seis fechas distintas, variando a veces la clave a utilizar y otras veces el sistema de coordenadas sobre el cual aplico mis cálculos.

La enorme mayoría de astrólogos que trabajan sobre sistemas de coordenadas ecuatoriales, tanto mundanos como bajo el polo de signficador, han adoptado la clave de Valentín Naibod, aunque existen también muchos que en función de definiciones puramente simbólicas siguen utilizando la clave de Ptolomeo.

Pero si nos referimos a los métodos de pronóstico simbólicos, aquellos que se calculan directamente sobre la eclíptica transformando la diferencia en arco entre dos planetas en tiempo en función de una clave determinada han adoptado masivamente la clave de Ptolomeo.

Es este último método, el de direccionar planetas en forma simbólica sobre el zodíaco trópico, en que cuenta con la mayor cantidad de adherentes por su simplicidad, y por la posibilidad también de utilizar una enorme cantidad de claves diferentes basadas en concepciones interpretativas distintas. Claves que la mayoría de los astrólogos cultores de la astrología mundana o ascensional se resisten a utilizar, y que si lo hacen, justifican la utilización de esos procedimientos sólo con fines investigativos.

Mencionamos aquí, sólo algunas de las claves simbólicas más tradicionales y su conversión en tiempo en un ejemplo como el anteriormente expuesto, es decir en un ángulo de 20 grados, para que se pueda observar con facilidad la gran cantidad de resultados diferentes que podemos obtener con el sólo hecho de variar el valor simbólico de la clave a utilizar. En todos los casos daremos los ejemplos calculados sobre el círculo zodiacal y no sobre el ecuatorial.






Método de direcciones simbólicas
Clave ( = 1 año)
Tiempo
Naibod
0° 59´8.33”
19 años 8 meses 17 días
Ptolomeo
20 años
Subduodenaria
0° 12´30”
96 años
Narónica
0° 36´
33 años y 4 meses
Duodenaria
2° 30’
8 años
Navamsa
3° 20’
6 años
Septenaria
4° 17’
4 años y 8 meses


Las claves direccionales expuestas en el cuadro anterior son las más tradicionales y aquellas que se vienen utilizando hacen cientos de años, tanto en astrología clásica occidental, como en astrología árabe y, astrología hindú. No mencionamos aquí (para no abundar en exceso en el tema), las direcciones utilizadas en métodos más modernos o novedosos, que utilizan claves de 6° = 1 año, 7° = 1 año, 9° = 1 año, 12° = 1 año; o el estudio de Multiclaves realizados por el Dr. Spciasc (Carlos Raitzin), sin dejar de observar el método de Huber que utiliza una clave que parte del Ascendente a razón de 6 años por casa, o el creado y difundido por el astrólogo uruguayo Boris Cristoff, el de Proluna,  que plantea un método similar, pero en el que hace avanzar ese punto a razón de 7 años por casa.; o las posibilidades que brindan los sistemas de armónicos donde podemos utilizar cualquier número como clave direccional basándonos en esta interesante concepción de la astrología.

Porque existiendo tantos sistemas de direcciones simbólicas, con la posibilidad de implementar  cada uno de ellos bajo diferentes sistemas de coordenadas, se multiplica hasta el infinito, la posibilidad de encontrar distintos resultados para un mismo aspecto. Por lo cual, parece convertirse en válida la observación de que “existiendo tantos sistemas siempre con alguno de ellos voy a encontrar el resultado que estoy buscando”, o mejor aún, la imposibilidad de responder la pregunta que permanentemente realizan quienes estudian y quieren aplicar estos sistemas sobre “¿cual de todos es el mejor y el más exacto?”.

¿Estamos, entonces, en condiciones de responder a estos interrogantes? Personalmente creo que si… o por lo menos lo intentaremos….

Existiendo tantos sistemas direccionales… ¿cual de todos debo utilizar?:

En principio es válido afirmar que “absolutamente todos los sistemas de direcciones aquí expuestos funcionan”.

Esta afirmación no abona la práctica de que todos los sistemas deben ser utilizados en forma indistinta y mucho menos que debemos mezclarlos, para su utilización, en forma caprichosa. Cada sistema es consistente en sí mismo, bajo sus propias reglas, y funcionará siempre que lo utilice en todos los casos que estoy buscando e investigando. Esto, obviamente, no invalida que también pueda encontrar respuestas con los otros sistemas que no he utilizado, pero debo saber en qué momento aplicarlos.

En primer lugar podemos abundar en los cientos de motivos existentes que justifican la utilización de la clave de Ptolomeo, o la más purista de Valentín Naibod, partiendo del significado simbólico que tiene el número “1”, partiendo del concepto del valor de la unidad, de lo que ella representa en astrología, como concepción del individuo en todos los órdenes de su expresión.

Es además una clave universalmente popularizada y difundida, y prueba de ello está, en la innumerable cantidad de resultados positivos que obtienen astrólogos de todo el mundo mediante su utilización cotidiana.

Por otra parte, cuando utilizamos la clave de Ptolomeo, sobre el sistema Zodiacal, tiene la enorme ventaja de la simplicidad, es decir, de mostrar al astrólogo con cierta práctica en el tema, el momento en que un evento puede ocurrir, con solo mirar la cantidad de grados entre un Significador y un Promisor del tema natal y convertir este número en años. Obviamente que muchas veces, tal facilidad atenta contra la propia interpretación, y vemos una superabundancia de eventos que en la gran mayoría de los casos no se cumplirán. Pero este no es un problema de la astrología ni de la técnica utilizada, sino de la tendencia de muchos astrólogos de hablar por demás.

Ahora bien, si deseo realizar el intento de utilizar otros sistemas como los mencionados en el cuadro anterior, tengo que tener claridad sobre los motivos que me impulsan a hacerlo, y no tomar la decisión por el solo hecho de probar para “ver si funciona”.

Aquí nos encontramos ante la responsabilidad de tomar una decisión importante, que podemos basar en otro tipo de conocimientos que también hacen a la formación esotérica. La numerología tiene un valor importante para muchas personas, y es tal vez en el valor de los conceptos numerológicos donde encuentre las respuestas adecuadas sobre qué clave utilizar.

Muchas veces, el número que resulta de la fecha de nacimiento o que resulta del nombre completo de la persona, pueden convertirse en la clave adecuada, más allá de que se encuentre o no comprendida en el cuadro anterior. Dentro de lo simbólico podemos trabajar con total libertad, y si tenemos en nuestra vida un valor o número que desde los simbólico nos representa, y con el que nos sentimos totalmente identificados nada impide que utilicemos este valor como clave numérica y la apliquemos a cualquiera de los sistemas de coordenadas expuestos, donde seguramente encontraremos resultados que, tal vez no sean válidos para otras personas, pero que si son válidos para la interpretación de mi propio tema natal y de sus direcciones. Es decir, que estoy aplicando así, mi propia clave personal, basada en la ciencia numerológica.

Aquellas personas que han estudiado en profundidad Astrología Hindú, o que en su vida cotidiana practican y adscriben a prácticas basadas en el hinduismo, no encontrarán dificultad en utilizar y en experimentar los excelentes resultados que para ellas les tiene reservadas las claves Duodenaria, Subduodenaria, Navamsa o Septenaria; todas ellas muy utilizadas y provenientes de la Astrología Hindú, pero que también pueden ser utilizadas en la práctica de la Astrología Occidental.

En cuanto a la elección del sistema de coordenadas a utilizar para la proyección de las distintas claves simbólicas, más allá de la facilidad en el cálculo que impulsa a la mayoría de los astrólogos a utilizar el sistema zodiacal o eclíptico, existen entre ellos diferencias conceptuales que pueden ayudar un poco más a la hora de tomar una decisión.

Hablar de sistema eclíptico o zodiacal, contraponiéndolo con el sistema ecuatorial u horizontal, es como ponerse a confrontar signos con casas, sabiendo que hablamos de temas diferentes.

La eclíptica es el lugar del cielo donde se proyectan los signos zodiacales con sus contenidos arquetípicos, que inducen en nosotros los diferentes comportamientos psicológicos. Cuando hablamos de signos hablamos de comportamientos y de potencialidades, pero nunca hablamos de hechos concretos y mundanos, como un choque, una caída, un casamiento, un nacimiento.

En cambio, cuando hablamos de sistema ecuatorial (con el agregado del horizontal o no) estamos haciendo referencia a los sistemas de casas y a la capacidad de realización concreta de hechos indicados en la totalidad de la carta natal.

Es decir que el zodíaco nos habla de motivaciones y comportamientos psicológicos que nos impulsan a determinadas actitudes, mientras que el ecuador nos habla de la realización de hechos concretos. Esto nos lleva a pensar, que cuando utilizamos direcciones medidas sobre la eclíptica o el zodíaco, sólo podemos esperar situaciones que tiene una mejor explicación desde la evaluación y ponderación psicológica que de la fáctica. Mientra que cuando hablamos de direcciones sobre el ecuador, hablamos de hechos concretos, como viajes, nacimientos, fallecimientos, mudanzas, etc.

Muchos podrán señalar que pese a haber utilizado direcciones zodiacales, pudieron predecir hechos concretos, y esto realmente puede ser así, pero hay para ello una explicación: muchas veces, a pesar de las pequeñas diferencias existentes entre una dirección zodiacal y una mundana, muchas de ellas pueden vencer en tiempos cercanos, obteniendo así los condicionamientos psicológicos necesarios para que algo ocurra, y que esto se materialice luego, en forma efectiva cuando vence la dirección mundana. La cercanía entre ambas las puede hacer concurrentes en un mismo evento, o interdependientes unas de otras.

Además, no necesariamente una dirección que vence es indicadora de solo un evento, sino que muchas veces nos habla de procesos que se inician, sobre su desarrollo o sobre su finalización. Esto conspira, obviamente, contra la tendencia de estar buscando permanentemente “eventos” que se dan en un instante, y nos hace pensar en que lo que debemos analizar es la existencia procesos que muchas veces se extienden en el tiempo y que pueden tener lecturas diferentes en función de los diferentes sistemas de coordenadas y las diferentes claves utilizadas.

No se trata de aplicar distintas claves numéricas en forma indiscriminada sobre el ángulo que un promisor de la carta natal realiza sobre algún significador, sino de comprender qué secretos y que distintos momentos en el tiempo encierra este ángulo en función de las diferentes claves existentes.

El ángulo entre dos planetas encierra diferentes instancias de mi vida que puedo obtener y leer correctamente sin descartar ninguna de las claves existentes. Es decir, que cuando elijo un sistema de direcciones (y solo uno), solo estoy limitando la lectura de los pronósticos a su mínima expresión y descarto por omisión y por ignorancia una cantidad de fechas que bien interpretadas pueden ser de enorme importancia en el seguimiento del proceso de vida.

El siguiente gráfico muestra en forma resumida los diferentes sistemas de direcciones agrupados según el sistema de coordenadas sobre el cual se calculan y las distintas claves a utilizar según criterios interpretativos basados en simbolismos diferentes.

  • Direcciones Simbólicas
    • Simbólicas
      • Ptolomeo
      • Arco Naibod
      • Subduodenaria
      • Duodenaria
      • Septenaria
      • Narónica
      • Navamsa
    • Arco Solar Eclípticas - Movimiento medio diario del Sol = 1 año

  • Direcciones Ecuatoriales
    • Primarias Mundanas
      • Primarias Bajo el Polo del Significador
    • Arco Solar Ecuatorial - Movimiento medio diario del Sol = 1 año

Como conclusión vale decir que es sumamente importante investigar sobre el tema, sin cerrarse a conceptos fanáticos sobre uno u otro sistema, pero manteniendo la claridad y el equilibrio que surjan de los propios resultados obtenidos.

Estos sistemas, no son los únicos, y abren las puertas a muchas otras dudas e inquietudes sobre la utilización de métodos direccionales, métodos que aún se encuentran en el plano de la experimentación o que fueron planteados y nunca desarrollados, pero que correctamente aplicados podrían brindar resultados mucho más eficientes que los obtenidos hasta ahora.
Se encuentran en esta categoría, las direcciones por paralelo de declinación, las direcciones de planetas con latitud, los denominados tránsitos ascensionales elaborados por los astrólogos Polich y Page también creadores del Sistema Topocéntrico de Casas y también planteadas en forma indirecta por el astrólogo Charles Carter en su libro “Direcciones Simbólicas en Astrología Moderna” cuando hace referencia a las “Paralelas Raptas”; y la abierta y poco profundizada posibilidad de establecer un método de direcciones que se mida exclusivamente sobre el horizonte local bajo las coordenadas del Primer Vertical y del Horizonte, tema que llevaría el cálculo específica y literalmente, por “sobre la cabeza de los seres humanos”, algo que seguramente imaginó (aunque no llevó a la práctica) el astrólogo Giovanni Campanus cuando ideó la existencia de un sistema de casas edificado sobre las coordenadas del círculo horizontal.




 http://www.urania.com.ar/index.php?option=com_content&view=article&id=129:entre-direcciones-y-atacires-entre-transitos-y-progresiones-ique-sistema-utilizar&catid=35:investigaciones&Itemid=53






viernes, 16 de octubre de 2015

Profecciones.









 

PROFECCIONES



PROFECCIONES: (Según Alan Leo) Progresiones iguales y regulares del Sol y otros significantes del Zodíaco. Cada profección comprendiendo el círculo completo y un signo más, de modo que si el Sol en el primer año está a 30 grados de Aries, el próximo año estará a 30 grados de Tauro, y así sucesivamente. He aquí una breve explicación de la manera en que procedemos: numeramos los años desde el nacimiento hasta el año para el cual se desean realizar las direcciones profeccionales, y por cada año añadimos un signo a cada de los signos que contienen el Hyleg, el Sol, la Luna, el Ascendente y el Meridiano en el nacimiento. El regente del signo deducido así del lugar del Hyleg es el cronocrator de ese año. Hemos de tener en cuenta que el cómputo se realiza a partir del grado del signo que contiene el Hyleg; por lo tanto, el término puede incluir partes de dos signos. Si, por ejemplo, deseamos hallar el cronocrator anual del año veintisiete, siendo el Hyleg en el nacimiento 2°13' de Libra, vemos que entre los 2°13' de Libra y los 2°13' de Escorpio se hallaría el período regente del primer año, y entre los 2°13' de Escorpio y los 2º12' de Sagitario estaría el del año siguiente, de modo que para el año veintisiete se habría completado dos veces la progresión a través de los diferentes signos antes de llegar de nuevo al que buscamos, es decir de los 2°13' de Sagitario a los 2°13' de Capricornio, los regentes de cuyos signos son los cronocratores del año.
Una vez fijado este punto, se puede determinar la profección de la forma siguiente: consideramos un mes de veintiocho días y por cada mes después del mes natal añadimos un signo, contando a partir del signo del año. Si lo deseamos podemos atribuir regentes a los días, haciendo corresponder un signo a cada dos días y ocho horas transcurridas después del nacimiento, manteniendo el mes de veintiocho días y contando a partir del del mes en que tuvo lugar el nacimiento. Llegamos a tener un juicio correcto mediante una combinación acertada de los distintos integrantes. El signo anual y sus regentes manifestarán la influencia general del año y los signos mensuales serán responsables de las influencias mensuales. Sin embargo, debemos prestar atención a la representación de estos elementos en la raíz tanto en lo referente al signo como al planeta, y la posición que ocupan respecto al ascendente debido a este movimiento de progresión. También se ha de ver si en el momento de la profección hay algún planeta en tránsito por dichos signos que rigen el año o el mes. El valor de estas profecciones resulta evidente; Raphael dijo la vez que se sentía inclinado a desconfiar de las formas de reacción comunes en favor de las profecciones, ya que creía que se mueve en círculos. Indudablemente existe parte de verdad en esto, pero en el estado actual de nuestros conocimientos. Sólo podemos decir que su función principal consiste en proporcionar a las direcciones primarias y secundarias los medios que requieren para funcionar.
* * *
(Según Tito Macia) Las profecciones, son la degeneración de "perfecciones" que significa "giros completos y uniformes" y se usan desde tiempos de Ptolomeo. El sistema antiguo consiste en mover de forma continuada los cinco Hileg, que normalmente son el Sol, la Luna, el Ascendente, el Mediocielo y la Parte de Fortuna. También se realizaban profecciones con los demás planetas como dispositores de los diferentes asuntos de la humana, formando períodos de 12 años, y otros de menor tiempo para las revoluciones. Ptolomeo en su Tetrabiblos —traducido por Demetrio Santos— en el libro 4 capítulo 9 describe por primera vez este de direcciones uniforme.
Dice Ptolomeo: "Sabremos la correlación del tiempo tomando el número de años de la natividad o proyectándolos a partir de uno de los puntos de la prorrogación (los planetas con los que se opera) según el orden de los Signos, a razón de un Signo por año, tomando como dispositor al regente del último. Esto mismo hemos de hacer también con los meses; el número de éstos transcurrido desde el nacimiento lo proyectamos, tomándolo a partir de los lugares de los que es la disposición del año, a razón de 28 días por Signo. Igual haremos con los días, tomando el número de días a partir del día de nacimiento, proyectándolos desde los lugares mensuales de , dando a cada Signo 2 días y un tercio. Cuando operamos de este modo, el dispositor de un asunto será un planeta, lo mismo si es Fortuna o Infortuna, y ello es correcto. Pero hay muchos acontecimientos contradictorios simultáneamente, debido a las variadas alteraciones y ocurre, por ejemplo, que el individuo pierde un y hereda a la vez de él su riqueza; le sobreviene una enfermedad y es entonces cuando le llegan los honores; o bien pierde su y le nace un hijo al mismo tiempo, y otras muchas cosas. Porque el estado del alma y del , riquezas y honores, acontecimientos buenos y malos, no son siempre y en todo caso de la misma clase..."
Las Profecciones son una técnica tradicional que permite localizar momentos en el tiempo en los que se pueden detectar crisis o cambios predecibles, de manera similar a los tránsitos o las direcciones, pero en las que más se aprecia la relación del mundo circundante con el individuo y también se utilizan para conocer periodos de la vida en los que se suelen producir cierto tipo de crisis y en especial para entender sobre las enfermedades del cuerpo humano tal como hacía Marcilio Ficino y otros médicos astrólogos de la antigüedad.


jueves, 15 de octubre de 2015

La Luna progresada. Por Stephen Arroyo.








LUNA PROGRESADA

La Luna progresada por progresiones secundarias es una herramienta especialmente valiosa, puesto que su velocidad relativamente rápida hace posible usar no sólo los aspectos concernientes a los puntos natales sino también la posición de casa que ocupa como lineamientos interpretativos. Además el lapso del ciclo completo de la Luna progresada a través del mapa de un individuo (27 a 28 años) sirve de complemento perfecto del ciclo de Saturno en tránsito (28 años y medio a 30 años).
La posición de casa de la Luna progresada indica, entre otras cosas, que estamos tomando consciencia de ese ámbito de nuestra vida y de ese campo de experiencia; nos sentiremos atraídos hacia aquello y nuestras mentes tienden a entretenerse en esos asuntos casi constantemente. Por contraste, la posición por casa de Saturno en tránsito representa específicamente un ámbito de la vida y de la expresión en el que estamos trabajando conscientemente o que las circunstancias nos están obligando a esforzarnos al respecto.
Nuestra disposición anímica total será simbolizada por la posición de casa de la Luna progresada, y por tanto que definidos desarrollos psicológicos tienden a ocurrir cuando asimilamos esta nueva experiencia. (Nótese que la Luna se relaciona estrechamente con la nutrición, la alimentación, el cuidado materno y, de esta manera, con la asimilación del sustento; de ahí que podríamos decir que nos alimentamos en ese ámbito de la experiencia durante la época en la que la Luna progresada está en cierta casa).
  Que en algunos casos la posición de la Luna progresada muestra, como lo expresan muchos autores, las circunstancias y el medio ambiente cotidianos; pero en casi todos los casos revela lo que está preocupando a nuestra mente.
  Que la posición de casa de la Luna progresada muestra adónde van nuestras energías vitales, hacia qué campo de la experiencia y tipos de intereses somos atraídos y hacia qué ámbito de nuestra vida somos particularmente afectos y sensibles.
Cuando la Luna progresada (lo mismo que Saturno en tránsito) está en una casa angular, tiende a corresponder a un período de actividad marcada. Cuando está en una casa sucedente, con una época de consolidación y construcción o búsqueda de seguridad. Cuando está en una casa cadente, con muchas experiencias nuevas y muchos conocimientos nuevos, provenientes, a veces, de viajes o tareas educativas.
Paso a través de las casas de aire (III, VII y XI): estimula la planificación, las ideas nuevas, las relaciones nuevas, el intercambio de ideas y la obtención de una perspectiva desapegada de las cosas.
Paso a través de las casas de fuego (I, V y IX): estimula fuertes deseos de acción y compromisos en cosas que haremos o crearemos, o a las que aspiraremos. Fuertes compromisos con el mundo externo.
Paso a través de las casas de agua (IV, VIII y XII): estimula la reflexión, necesidad de retirarse del mundo externo, y aprendizaje profundo. Puede ser un período de marcado crecimiento espiritual y acrecentada sensibilidad psíquica.
Paso a través de las casas de tierra (II, VI y X): estimula un conocimiento de necesidades y asuntos inmediatos relativos a trabajo, deberes prácticos y, en general, cómo encajar en el mundo externo. En ocasiones mostrará también períodos en los que se deben soportar cargas o pagar un karma específico mediante arduo esfuerzo.
Debe notarse que la posición de la Luna progresada en una casa de fuego o aire indica habitualmente un humor más alegre, en general, en la vida cotidiana que cuando pasa por una casa de tierra o agua. De hecho, a menudo es sorprendente cuán notable es el cambio de humor cuando la Luna progresada cambia de casas.
Con relación a los aspectos de la Luna progresada, Stephen Arroyo cree que tan sólo enfocar las conjunciones, cuadraturas y oposiciones de la Luna progresada a los planetas natales puede ser de mayor utilidad.
La Luna progresada es tan significativa no sólo porque, a menudo, se correlaciona con cambios interiores sino también porque sus aspectos marcan frecuentemente importantes acontecimientos externos: encuentros con nuevas personas que serán importantes en nuestra vida en algún tiempo futuro;

Publicado por Astrologia para comprender la vida-Stephen Arroyo-

miércoles, 14 de octubre de 2015

Las 12 consideraciones a la Revolución solar, según los clásicos.








LAS 12 CONSIDERACIONES A LA REVOLUCIÓN SOLAR SEGÚN LOS CLASICOS

Los 12 consideraciones en las técnicas de revolución solar
(recopilado de varios autores clásicos)


Norma primera


La primera es que te fijes en el regente de la vida del nativo; lleva a dicho regente cada año según las direcciones, mira el grado en el que recae ese año, fíjate quién es el regente del término de dicho grado, observa también si encuentras allí algún planeta o si algún planeta forma allí aspecto pues tendrás que mezclar su significación con la del regente del término.
y si en ese grado encuentras algún planeta, sólo tendrás en cuenta al regente del término en el caso de que éste fuera fuerte en el momento de la natividad y estuviese débil ahora, en el momento de la revolución anual, recibirá poco daño ese año.
y si ese planeta estaba débil en la horade la natividad y ahora está fuerte, obtendrá algún beneficio en ese año y esto sucederá de acuerdo a lo que signifique dicho planeta.
y si en los dos momentos están fuertes, indica más beneficio.
y si en los dos momentos están débiles, significa más desgracia.


Segunda norma.

La segunda es que has de fijarte en el regente de la triplicidad del signo en el que se encuentra el regente de la vida
El primer regente de la triplicidad tiene que ver con el primer tercio de su vida.
El segundo regente de la triplicidad nos indica el segundo tercio.
y el tercer regente de la triplicidad se refiere al tercer tercio de su vida.
y observa si dicho regente si está fuerte o débil en el tema natal o en la revolución del año y juzga a través de él tal y como se ha explicado para el regente del término.


Tercera norma.

La tercera es que mires cada uno de los planetas cómo actúa en el nativo según lo que dice Ptolomeo, quien afirma que la Luna es la gobernadora 4 años y dependiendo de la fortaleza de l aLuna en el momento de la natividad y en la revolución anual, así será su salud corporal
Después será Mercurio el gobernante durante 10 años; dependiendo de su fortaleza, así será su carácter y norma.
Posteriormente será Venus la que servirá durante 8 años y tal como sea su fortaleza, así será deseo de mujeres.
Luego se utilizará al Sol 19 años y tal corno sea su fortaleza, así será su escalada de nivel social.
Después será Marte el significador 7 años y dependiendo de su fortaleza, así será su trabajo para adquirir dinero.
Después será Júpiter 12 años y tal corno sea su fortaleza, así será su obediencia a Dios.
y por último gobernará Saturno hasta su muerte y tal corno sea su fortaleza, así será su capacidad de aguante.
Esto has de tenerlo en cuenta en cada revolución anual y fijarte en cómo está el planeta que gobierna ese tiempo de la vida.


Cuarta norma

La cuarta es que has de fijarte en el gobierno de los planetas, cómo sirven al nativo de acuerdo a lo que decían los persas y a dicha servidumbre se le llama fardarias.
y decían lo siguiente, que si el nacimiento se ha producido de día comienza a gobernar el Sol y 10 hace durante 10 años y gobierna él solo la séptima parte de dichos 10 años y el resto del tiempo se mezclan con él otros planetas.
Después gobierna Venus 8 años, y lo hace ella sola la séptima parte de esos 8 años y el resto del tiempo se combinan los otros planetas con ella.
Después gobierna Mercurio 13 años tal y corno se ha dicho en el caso del Sol y de Venus.
Después gobierna la Luna 9 años, de la forma en que se ha explicado para los demás Después gobierna Saturno 11 años, de la misma manera que se ha mencionado para los otros.

Después gobierna Júpiter 12 años siguiendo la norma que se ha dicho para los demás.
Luego gobierna Marte 7 años y 10 hace él solo la séptima parte de esos 7 y el resto del tiempo se mezclan con él otros planetas, tal como se ha explicado, y luego gobierna la cola del dragón 2 años; la suma de todos estos años es 74.
Todo esto que se ha explicado, que el Sol empiece a gobernar, luego 10 haga Venus, y después Mercurio, tal como viene descrito más arriba, es con la condición de que el nacimiento se hubiera producido de día; ya que si el nacimiento se hubiera producido de noche la que comienza a gobernar es la Luna, luego Saturno, después Júpiter, a continuación Marte, seguidamente la Cabeza del dragón, le sigue la Cola del dragón, luego el Sol, posteriormente Venus y en último lugar Mercurio y gobiernan tal y como se ha explicado antes.
Cuando es el Sol el que gobierna y se combina con Saturno y Marte, es señal de alguna enfermedad que le sobrevendrá al nativo.
Esto sucederá si Saturno y Marte están conjuntos al Sol en la revolución y tenían mal aspecto con él en la natividad.
Especialmente si el regente de la Casa VI es Marte o Saturno.
Cuando es Venus la significadora y se mezcla con ella Marte, el nativo padecerá gran vergüenza y problemas a causa de una mujer.
También esto sucederá siempre que Marte esté conjunto a Venus o formase aspecto de cuadratura o de oposición en el momento de la natividad.
Cuando gobierna Mercurio y se mezcla con él Saturno, es significación de grave enfermedad que habrá de sufrir el nativo, especialmente si Mercurio fuese el regente de la natividad.
y cuando gobierna la Luna y se mezcla con ella Saturno, es significación de una enfermedad de la naturaleza del frío que el nativo tendrá que padecer.
Cuando gobierna solamente Saturno, el nativo tendrá riñas y se aconsejará mal a sí mismo.
y cuando es Júpiter quien gobierna él solo, el nativo obtendrá mucho bien, esto es lo que decían los persas que sentían una gran devoción por el gobierno de Júpiter.
Los sabios que vinieron posteriormente decían muchas cosas acerca de esta servidumbre o gobierno de los planetas y le llamaban fardarias.
Pero yo os diré dos conclusiones: la primera de ellas es que has de mirar cada planeta, si estaba fuerte en el momento del nacimiento y fuerte en el momento en el que gobierna, significa, sobre todo, beneficios en aquello que significa.
Si en los dos tiempos está débil, significa, sobre todo, mal en aquello que significa.
y si en uno de los dos momentos está fuerte y en el otro débil, dará resultados medianos en lo que significa.
y la otra conclusión es que te has de fijar en la naturaleza, de la siguiente forma: por ejemplo, si el nacimiento se produjo de día, cuando gobierne Venus, aunque la encuentres en la Casa VII y en buen lugar y fuerte, no podrás afirmar que el nativo vaya a casarse o a obtener placer de las mujeres, ya que en ese momento el nativo no tendrá más que 10 años y no está en su naturaleza el obtener placer de mujeres; pero sí que dictaminarás que las mujeres le habrán de amar a él. pero si el nacimiento se hubiera producido de noche, cuando Venus gobierne, y la encontrases en buen lugar, sí que dirás que tomará esposa y obtendrá placer de las mujeres ya que en ese momento tendrá dicho nativo 54 años. Y según estas conclusiones juzgarás todas las demás de las fardarias.


Quinta norma.

La quinta es que has de prestar atención al signo del año; el signo del año se extrae de esta forma:
El primer año de la natividad está gobernado para el nativo por los 30 primeros grados, los que hay desde el grado del Ascendente hasta 30 grados más, y el segundo año se utilizan los siguientes 30 grados que hay de allí en adelante.
El tercer año está regido por los 30 grados siguientes
El cuarto año está regido por los otros 30 grados siguientes.
El quinto año está gobernado por los 30 grados que siguen, y así se irá contando, 30 tras 30, hasta los 12 años.
Cuando se cumplen los doce años se han completado los 360 grados que corresponden a los 12 signos.
Al treceavo año vuelven de nuevo a gobernar los primeros 30 grados que van desde el grado del Ascendente, yendo así, va gobernando al nativo toda su vida; cada año debes mirar el signo que le corresponde ese año; si en dicho signo había algún planeta benéfico en el momento de la natividad y dicho planeta benéfico está ensu fortaleza, significa que obtendrá bien en ese año que gobierna ése signo, dicho beneficio dependerá del significado del planeta. y si en el mencionado signo hay algún planeta maléfico, significa que ese año obtendrá mal y que ese mal sucederá en función de lo que significa dicho planeta maléfico y el lugar en el que se encuentren.
Si está en la Casa VI, significa enfermedad
Si está en la Casa VIII, es señal de miedo y tristeza
Si está en la Casa 11, significa pérdida de sus bienes.
Si está en la Casa V, significa tristeza y miedo que le vendrán de los hijos, y así irás juzgando cada Casa según lo que le es propio.
Si en la revolución anual hay algún planeta en el signo del año, significa que alguna cosa nueva le va a venir al nativo, según lo que signifique ese planeta; también observarás atentamente al regente del signo del año y harás tus predicciones segun lo que él determine.


Sexta norma.

La sexta es que debes mirar el signo del año, que consiste en contar 30 grados desde el lugar de la vida; esos primeros 30 grados gobiernan el primer año; los segundos 30 grados, el segundo año; los terceros 30 grados sirven el tercer año, de la misma forma como lo que se ha descrito arriba acerca del grado del Ascendente, así harás con respecto al grado que es el lugar de la vida y estos 30 grados que sirven cada año se llaman signos del año del lugar de la vida.

Séptima norma.

La séptima es que has de fijarte en el regente de la primera hora de la natividad, ya que ese planeta es el que gobierna el primer año.
El regente de la segunda hora sirve el segundo año.
El regente de la tercera hora sirve el tercer año y así, uno tras otro todos los 7 planetas cada año; cuando se han terminado los 7 al cabo de siete años, a los 8 años vuelve a utilizarse al regente de la primera hora de la natividad
Sucede lo mismo a los 15 años, y así se van utilizando toda la vida; has de mirar cada planeta en qué instancia se encuentra en la revolución de cada año y de esa forma irás juzgando al nativo.


Octava norma.

La octava es que te fijes en el regente del Ascendente ya que él gobierna el primer año y el planeta que está por debajo de él en su esfera, ése sirve el segundo año y el siguiente que está después de él, gobierna el tercer año y así van utilizándose cada uno un año hasta completar los siete. años y al octavo año vuelve el primero a servir y así van gobernando toda la vida del nativo.

Novena norma

La novena es que has de mirar quién es el regente de la primera Casa en el momento de la actividad porque él gobierna el primer año
El regente de la Casa II gobierna el segundo año
El regente de la Casa III sirve el tercer año, y así van seguidos hasta completar 12 años y 12 Casas, y al año 13 vuelve a utilizarse el regente de la primera Casa y así se continúa otros 12 años, tal como al principio y así sirven durante toda la vida del nativo.


Décima norma.

La décima es que mires en la revolución de cada año qué grado ocupa el Ascendente y fíjate en el regente de ese grado y todos los planetas, en qué instancia están y qué tipo de aspecto realizan con él y así juzgarás al nativo ese año.

Undécima norma.

La undécima es que te fijes en todas las revoluciones anuales y en cada planeta, si alguno de ellos regresa al grado que ocupaba en el momento de la natividad, entonces dictamina que le llegará al nativo alguna cosa de las que significa dicho planeta, en bien o en mal.

Duodécima norma.

La duodécima es que has de fijarte en cada revolución anual si hay algún planeta ocupando el grado que ocupaba otro planeta en el momento del nacimiento y dictaminarás según esos dos planetas, pues eso le sobrevendrá al nativo.
y se hace así: si encuentras un planeta benéfico en la revolución anual en el mismo lugar en que había una infortuna en la natividad, dirás que ese año el nativo no tendrá ese mal.
Si por el contrario, encuentras en la revolución anual alguna infortuna en el lugar en que había una fortuna en la natividad, dirás que ese año poco obtendrá el nativo del bien que le prometía esa fortuna natal.

Si encuentras una infortuna en el lugar en el que había una infortuna, dirás que ese año recibirá mucho mal. y si encuentras una fortuna en el lugar donde había una fortuna, el nativo obtendrá en ese año mucho bien, de la naturaleza propia del planeta fortuna; todo lo que se ha expuesto aquí es para saber cada año qué signo rige al nativo.