El pensamiento utópico se define como un conjunto de vastas aspiraciones, ensueños e ideales de extensos movimientos sociales, que ocurren normalmente en tierra de nadie. Envueltas en el ropaje de la fantasía, se plantean estructuradas y coherentes visiones del mundo. El escritor de utopías del Antiguo Régimen es, con frecuencia, un sabio, aislado del mundo en su despachoo celda, que busca ansioso la piedra filosofal para crear un mundo mejor. Dirige sus escritos a los reyes y a los ministros, o a aquellos sectores privilegiados a quienes aspira a convencer y atraer a causas nobles. La gran profusión de escritores de utopías conocidos a partir de Tomás Moro, creador del género, nos permite trazar esta descripción. En su día gozaron cierta popularidad; en la corte de los Estuardos la Nueva Atlántida(1626) de Francis Bacon fue un best-seller; losTudores se empapaban con Moro (1516), buen amigo de Enrique VIII y de Erasmo. Sabido es que el texto de Moro inspiró a Shakespeare, en particular la obra Ricardo IIl, mientras que en el Nuevo Mundo, el primer obispo de Michoacán, Don Vasco de Quiroga, intentaba establecer en suelo americano la utopía agraria de Moro, que él consideraba como la perfecta comunidad cristiana. No pocas utopías a partir de entonces se establecerán en el Nuevo Mundo hasta bien entrado el siglo XIX: baste recordar el fracaso cabetiano en Nauvoo, como conspicuo ejemplo.
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