sábado, 11 de marzo de 2017
Christopher Reeve
https://es.wikipedia.org/wiki/Christopher_Reeve
"El 22 de mayo de 1995, la vida del actor cambió para siempre. Durante un concurso de equitación con salto de obstáculos en Culppeper (Virginia), al intentar superar un obstáculo cayó de su caballo, provocándole la fractura de dos vértebras cervicales y le seccionó la médula espinal, quedándose sin poder respirar, perdiendo al mismo tiempo la movilidad total de su cuerpo y desde entonces permaneció en una silla de ruedas, con respiración asistida."
Vamos a ver la carta de Christopher el día de ese fatídico evento con distintas técnicas de Prognosis.
Empezamos con las Direcciones Primarias.
Tenemos a Marte como protagonista, tanto por regente del grado del Divisor como por planeta participante en cuadratura al Grado del divisor.
Marte está peregrino en su carta y rige la casa IV y la casa IX, estando presente en casa V.
El Sol de Primarias está recién entrado en la cúspide de la casa IV, y la Luna de Primarias hace oposición a Urano natal que está en la cúspide de la casa XII.
Veamos la RS de ese año.
Destaca la oposición que hace Marte a Urano y Neptuno, además es un Marte que se encuentra en caída.
La Luna también hace una cuadratura con Saturno.
Se repite el protagonismo de Marte, Urano, la Luna y Saturno, que ya señalan las Primarias.
Lo vemos ahora en el gráfico triple.
Es un año de Saturno para él.
Tenemos a Marte de Profección sobre el MC de RS, y al Ascendente de Profección sobre Saturno de RS, para ese día.
Si miramos Partes arábigas para su RS, tenemos este gráfico.
A mi lo que más me llama la atención es la Parte del Accidente, en conjunción al Nodo sur en casa VIII.
El tema de las Partes en la RS hay que seguir investigándolo.
Apología de los Talismanes Astrológicos. Por Pablo Ianiszewski.
Ante la pregunta sobre lo adecuado del uso de
talismanes por parte del astrólogo tradicional hay que señalar que su
empleo data desde muy antiguo. Siendo conservadores, los talismanes son
parte del arsenal técnico de los astrólogos desde hace por lo menos dos
mil años. Su uso se hallaba muy extendido tanto en Europa como en la
India y el Medio Oriente. En la astrología védica (Jyotish) siguen
siendo una herramienta corriente y al uso, pues la tarea del astrólogo
no se reduce simplemente a predecir, sino que también a intervenir para
ayudar a sus consultantes. En la vieja Europa pasaba exactamente igual,
pues encontramos numerosos ejemplos de talismanes astrológicos en la
edad media, el renacimiento y el barroco. Pueden parecer un artilugio
extraño a los ojos modernos, incluso pueden sorprender a más de algún
colega de oficio, pero debemos subrayar la importancia que los
talismanes han tenido en la historia y ejercicio de la astrología
electiva a lo largo de los siglos.
La palabra talismán proviene del árabe طلسم y éste a su vez del griego τελέω, vocablo que significa “consagrado” o “ritualmente completo”. Ilustres astrólogos del pasado los emplearon con frecuencia. Entre ellos podemos citar a Thabit ibn Qurra, Maslama al-Mayriti, Guido Bonatti, Alberto Magno, Abraham ibn Ezra, Marsilio Ficino, Gerolamo Cardano, John Dee, William Lilly y un larguísimo etcétera. El encuentro entre magia y astrología bajo el principio de simpatía universal (sunthemata) data desde la fundación misma de nuestra ciencia en Babilonia. Sin embargo, los astrólogos de occidente siempre hemos tenido que utilizar los talismanes con extrema cautela; antes por el celo de la Iglesia, después por la estrechez del racionalismo cientificista. Hay quienes piensan que la confluencia entre magia natural y astrología es impropia o antojadiza. Basta estudiar con atención la historia de la astrología en Europa entre los siglos XIII y XVII para comprobar cuán difundido estaba el uso de los talismanes astrológicos, al punto de que fueron comunes incluso en la práctica médica. Para despejar dudas al respecto existen buenos estudios académicos sobre el asunto, como por ejemplo «Astrology and Magic from the Medieval Latin and Islamic World to Renaissance Europe: Theories and Approaches» de la reconocida historiadora italiana Paola Zambelli (PhD) o «The Starry Rubric: Seventeenth-Century English Astrology and Magic» del profesor Alexander Cummins (PhD), por citar sólo un par de investigaciones históricamente rigurosas sobre el tema.
Frente a lo anterior podríamos preguntarnos, ¿es la astrología parte de la ciencia o parte de la magia? Sin embargo esta pregunta sólo tiene sentido en la modernidad, por cuanto hasta antes de la Ilustración ciencia y magia se entremezclaban de manera confusa, como bien ha demostrado la historiadora británica Frances Yates en sus estudios sobre el pensamiento hermético durante el renacimiento tardío y el barroco. Aunque las cosas nunca han sido fáciles para la astrología, tras el obtuso racionalismo ilustrado el contexto cultural se volvió realmente adverso, mucho más que en tiempos del Santo Oficio. Si pudiéramos retroceder a la biblioteca de Lilly en la Inglaterra de 1650, nos encontraríamos con su bien atesorada copia del Picatrix, famoso volumen de magia talismánica. También hallaríamos su copia del Liber Hermetis De XV Stellis, otro importante grimorio de magia astrológica. Son las mismas copias que luego heredaría su amigo Elías Ashmole, ilustre miembro de la Royal Society, reconocido astrólogo y alquimista de la época. En la actualidad esos libros se guardan en la biblioteca Bodleiana de la Universidad de Oxford, prueba de que en otro tiempo los talismanes eran parte integral del acervo técnico de todo buen astrólogo.
Mucha polémica puede acaecer como producto de un choque de cosmovisiones entre astrología antigua y moderna. Los talismanes están justo en medio de la discordia por ésta razón. El astrólogo tradicional trabaja sobre un tapiz compuesto de metafísica y magia. El astrólogo moderno trabaja sobre un trasfondo de física y psicología. Es esta diferencia de paradigmas la que genera muchos episodios de incomprensión. En lo personal, no me avergüenzo de lo que hacían nuestros ancestros; por el contrario, me siento orgulloso de todos sus conocimientos y técnicas, magia talismánica incluida. Creo que es importante preservar todos estos saberes, que han estado a punto de desaparecer para siempre a causa de la persecución y del desprecio. Así como valoramos la conservación de las tradiciones mágicas y religiosas de los pueblos indígenas, creo igualmente importante conservar las tradiciones y técnicas de los antiguos astrólogos, pues no entiendo que consideremos relevante preservar la historia de todas las civilizaciones excepto de la nuestra. Todos tenemos una historia, unas raíces, una identidad. No nos avergoncemos de ellas.
La palabra talismán proviene del árabe طلسم y éste a su vez del griego τελέω, vocablo que significa “consagrado” o “ritualmente completo”. Ilustres astrólogos del pasado los emplearon con frecuencia. Entre ellos podemos citar a Thabit ibn Qurra, Maslama al-Mayriti, Guido Bonatti, Alberto Magno, Abraham ibn Ezra, Marsilio Ficino, Gerolamo Cardano, John Dee, William Lilly y un larguísimo etcétera. El encuentro entre magia y astrología bajo el principio de simpatía universal (sunthemata) data desde la fundación misma de nuestra ciencia en Babilonia. Sin embargo, los astrólogos de occidente siempre hemos tenido que utilizar los talismanes con extrema cautela; antes por el celo de la Iglesia, después por la estrechez del racionalismo cientificista. Hay quienes piensan que la confluencia entre magia natural y astrología es impropia o antojadiza. Basta estudiar con atención la historia de la astrología en Europa entre los siglos XIII y XVII para comprobar cuán difundido estaba el uso de los talismanes astrológicos, al punto de que fueron comunes incluso en la práctica médica. Para despejar dudas al respecto existen buenos estudios académicos sobre el asunto, como por ejemplo «Astrology and Magic from the Medieval Latin and Islamic World to Renaissance Europe: Theories and Approaches» de la reconocida historiadora italiana Paola Zambelli (PhD) o «The Starry Rubric: Seventeenth-Century English Astrology and Magic» del profesor Alexander Cummins (PhD), por citar sólo un par de investigaciones históricamente rigurosas sobre el tema.
Frente a lo anterior podríamos preguntarnos, ¿es la astrología parte de la ciencia o parte de la magia? Sin embargo esta pregunta sólo tiene sentido en la modernidad, por cuanto hasta antes de la Ilustración ciencia y magia se entremezclaban de manera confusa, como bien ha demostrado la historiadora británica Frances Yates en sus estudios sobre el pensamiento hermético durante el renacimiento tardío y el barroco. Aunque las cosas nunca han sido fáciles para la astrología, tras el obtuso racionalismo ilustrado el contexto cultural se volvió realmente adverso, mucho más que en tiempos del Santo Oficio. Si pudiéramos retroceder a la biblioteca de Lilly en la Inglaterra de 1650, nos encontraríamos con su bien atesorada copia del Picatrix, famoso volumen de magia talismánica. También hallaríamos su copia del Liber Hermetis De XV Stellis, otro importante grimorio de magia astrológica. Son las mismas copias que luego heredaría su amigo Elías Ashmole, ilustre miembro de la Royal Society, reconocido astrólogo y alquimista de la época. En la actualidad esos libros se guardan en la biblioteca Bodleiana de la Universidad de Oxford, prueba de que en otro tiempo los talismanes eran parte integral del acervo técnico de todo buen astrólogo.
Mucha polémica puede acaecer como producto de un choque de cosmovisiones entre astrología antigua y moderna. Los talismanes están justo en medio de la discordia por ésta razón. El astrólogo tradicional trabaja sobre un tapiz compuesto de metafísica y magia. El astrólogo moderno trabaja sobre un trasfondo de física y psicología. Es esta diferencia de paradigmas la que genera muchos episodios de incomprensión. En lo personal, no me avergüenzo de lo que hacían nuestros ancestros; por el contrario, me siento orgulloso de todos sus conocimientos y técnicas, magia talismánica incluida. Creo que es importante preservar todos estos saberes, que han estado a punto de desaparecer para siempre a causa de la persecución y del desprecio. Así como valoramos la conservación de las tradiciones mágicas y religiosas de los pueblos indígenas, creo igualmente importante conservar las tradiciones y técnicas de los antiguos astrólogos, pues no entiendo que consideremos relevante preservar la historia de todas las civilizaciones excepto de la nuestra. Todos tenemos una historia, unas raíces, una identidad. No nos avergoncemos de ellas.
http://astrologosdelmundo.ning.com/profiles/blogs/apolog-a-de-los-talismanes-astrol-gicos?xg_source=msg_mes_network
El concepto helenístico de Destino. Por Robert Schmidt.
El Concepto Helenístico de Destino
Destino (Sino), lo que los Griegos llamaron Moira,
es quizás mejor entendido en este contexto de un principio cósmico de
repartición obligatoria activo tanto en los cielos como en la Tierra. No
hace a un hombre hombre, o a un planeta planeta, o en alguna manera
constituye la esencia de las cosas; luego, no es un principio metafísico en el sentido que concierne al ser en tanto que ser. En
cambio, toma como su provincia lo que es generalmente visto como
contingente y accidental – asuntos que eran excluidos de una
consideración filosófica seria por los filósofos de Atenas mismos como
siendo en último término in-inteligibles. Es Moira lo que hace a un
hombre tal y tal: de pelo oscuro antes que claro, rico antes que pobre,
sano más que enfermo, etc.
Moira
es un principio de repartición en tanto que cuenta, divide y distribuye.
De todos los posibles eventos que pueden acaecer a los seres humanos, Moira selecciona y distribuye a cada individuo su “debida parte”. Es también Moira
la que mide el lapso de tiempo de la vida humana individual y quien
arregla que los eventos apropiados sucedan “justo a tiempo”. A su vez, Moira
es un principio de re-combinación y síntesis. Une las diversas
asignaciones en las diferentes áreas de la vida del individuo en un
todo. Desde este punto de vista, una vida humana es un “paquete”.
Finalmente, las victorias en la vida de uno solo tienen sentido cuando
consideramos las tragedias, las simas cuando consideramos las mesetas.
Los varios eventos en una vida humana dada pueden ser realmente reunidos
en un todo solo si son vinculantes en un individuo dado – esto es, si Moira le asigna a el o a ella un destino
tal. Entonces, desde este punto de vista, el significado último de una
vida humana está inextricablemente ligado con el concepto de sino.
En relación a los seres humanos, los planetas son instrumentos de Moira.
La astrología Helenística entiende planetas en casas, planetas en
signos, y las varias combinaciones entre uno y otro, simbolizando
eventos teniendo lugar en el alma cósmica, la que posee todos los
poderes de cognición, apetencia, percepción, rememoración etc., de los
cuales el alma humana es capaz. No es este el lugar para entrar en la
altamente interesante cuestión de la causación celestial en la
astrología Helenística. Baste decir aquí que es solo a lo que el alma
cósmica anticipa en sus propios trabajos internos a lo cual le es permitido suceder en el reino humano.
Sin embargo, las estrellas y los planetas
mismos no están menos sujetos a Moira que los seres humanos. Por
ejemplo, es Moira la que divide el círculo eclíptico en doce signos y
asigna a cada uno su propio y único rol astrológico en el alma cósmica,
lo que constituye su propio destino. Sin la operación de Moira, el
zodiaco es simplemente una banda continua de espacio sin ningún obvio
comienzo o final, careciendo de todo significado astrológico. Pero es
también Moira la que re-combina los signos del zodiaco en un sistema, de
tal manera que ellos pueden relacionarse el uno con el otro de acuerdo a
triplicidades, cuadruplicidades, etc.
No podemos prescindir del concepto de
destino al hablar de astrología Helenística. Todos los conceptos
astrológicos y técnicas finalmente derivan su significación y motivación
de la articulación del modelo cosmológico subyacente en términos de Moira.
Como veremos, es central a la división del zodíaco en doce casas, al
mismo tiempo dándoles a estas casas su coherencia e integridad como
sistema.
Por supuesto, la idea de un destino fijado
es algo que la astrología moderna considera que ha sido ampliamente
superado. Y a su manera, es probablemente correcto rechazar la noción de
que todos los eventos que les suceden a los humanos están
predeterminados. Sin embargo, esta nunca fue la comprensión del destino
en los primeros escritos Helenísticos, y sería injusto rechazar la
astrologìa Helenística por culpa de una cruda caricatura de su muy
sofisticado concepto del destino. Entonces le pediría al lector
reservarse el juicio sobre este punto hasta que haya considerado lo que
los antiguos astrólogos de hecho querían decir con este concepto.
Se me ocurre que la gente habla algo superficialmente del karma,
de las justas consecuencias de las acciones presentes sobre su futuro.
Ahora, en el sistema de casas Helenístico, las consecuencias directas
que las propias acciones tienen sobre la propia vida son simplemente
destino de la casa 10 (o en otros casos, de la casa 4), aunque no hay
evidencia de que los astrólogos Helenísticos aquí o en ninguna otra
parte ampliaran esta noción para incluir las vidas pasadas o futuras de
acuerdo con alguna doctrina de la reencarnación. Puede la astrología
caracterizar otros once modos fundamentales de destino? Como el lector
descubrirá, Los astrólogos Helenísticos pudieron.
Sigue.....
viernes, 10 de marzo de 2017
Clases de Astrología clásica por Skype.
A quien esté interesad@, doy clases de Astrología clásica por Skype .
Astrología horaria
Astrología elecccional
Astrología genetliaca o natal :
Grado del Divisor y Direcciones Primarias de Ptolomeo
Progresiones Secundarias
Revolución solar + Profección de 30º por año.
Tránsitos.
Me interesa sobre todo el aspecto predictivo, aunque lo compagino con el estudio del carácter.
jueves, 9 de marzo de 2017
La Filosofía que debería enseñarse. Por Javier Sádaba.
Javier Sádaba
A un abogado se le pide que gane los pleitos en los que está metido. No se le pide ser un gran orador a no ser que ayude a conseguir la absolución de sus clientes. A un ingeniero se le pide que compruebe la solidez de los materiales pero no que se luzca explicándonos qué son las derivadas o las integrales aunque si conoce esta parte de la matemática mucho mejor. Si nos volvemos a la Filosofía nos podemos preguntar qué es lo que se le exige a uno que se dedica, por profesión, al filosofar. La pregunta no es, desde luego, nueva sino que recorre nuestra historia. Sin intento alguno por dar por cerrado el tema lo cual sería tan temerario como intentar demostrar la existencia del diablo, me voy a permitir decir en qué creo que consiste la Filosofía que debería enseñarse y, en lo posible, aprenderse. Lo hago porque las instituciones políticas están metiendo el dedo en la llaga y pienso que bastantes defensores de la Filosofía no son muy capaces de quitar ese dedo de la llaga. Me remitiré a aquellos aspectos que componen la columna vertebral de una actividad que aunque todos, al menos implícitamente, realizan otros la llevan a cabo explícitamente y cobrando por ello.
Un filósofo ha de conocer la historia de su materia, al menos en sus trazos esenciales. Y no perder el tiempo leyendo a figuras de tercera categoría que se enredan con las palabras y a base de impostar una profunda manera de ver el mundo no hace sino proferir frases vacías. Autores, y es un ejemplo importante, como Aristóteles o Kant tendrían que ser conocidos y reconocidos. Volviendo una y otra vez a sus textos. Y a poder ser en su idioma original. Una vez establecida esa base o primer piso, digamos que la filosofía ha de analizar y clarificar nuestra manera de hablar. El lenguaje humano, característica indudable del Homo Sapiens Sapiens, es uno de los grandes logros de la evolución. Pero el lenguaje tiene dos caras. Por un lado, nos permite relacionarnos con los demás, crear infinidad de bienes útiles o puramente artísticos y ser conscientes de nosotros mismos. Pero, por otro, es una fuente inagotable de confusiones. El lenguaje puede desviarnos con proyecciones puramente fantásticas, dar vida a monstruos o convertir las ficciones en irreales ilusiones. De ahí que sea necesario someterlo a más de un filtro. El análisis y clarificación del lenguaje no nos llevará al núcleo último de la realidad, a una celestial verdad. Evitará, sin embargo, que caigamos en fes ciegas, creencias sin fundamento y, sobre todo, será útil para limpiar las telarañas que recubren con excesiva frecuencia la vida cotidiana y la sociopolítica.
En la vida de todos los días cometemos un buen número de falacias que entorpecen la comunicación. Una falacia no es una falsedad. Lo falaz consiste en argumentar mal, sea o no cierto el resultado de la argumentación. Es falaz decir que, por ejemplo, “el Athletic es el Athletic” porque no he dicho nada sino que he repetido lo mismo. Más perversa acostumbra a ser la falacia que toma la parte por el todo. Como algunos alemanes resultan rígidos o cuadriculados para otras sociedades, piénsese en la española, se concluye que los alemanes, todos, son rígidos y cuadriculados. Los malos entendidos son constantes. En algunos casos son inocuos pero en otros pueden resultar falales. Limar el lenguaje, darle la máxima claridad y llamar a las cosas por su nombre es uno de los cometidos de una filosofía que no habla por hablar o que en vez de espabilar entontece. En ocasiones las oscuridad es aplaudida o por los que gustan de la oscuridad o por los que toman el engrudo verbal por profunda sabiduría. Lo dicho no implica que no podamos jugar con el lenguaje, que saquemos jugo a la ambigüedad o que exploremos sus límites. No me refiero solo a la poesía. Me refiero a algo más prosaico aunque de indudable importancia. De esos cruces linguísticos nace el chiste. El chiste es un signo de inteligencia, por muchos chistes insoportables que oigamos tantas veces del gracioso de turno. El chiste, repitámoslo, es fruto de la inteligencia y del sentido del humor. Sin humor no sobreviviríamos. De ahí que sea tan difícil entender a una persona que no haya contado un chiste en su vida.
Aclarar el lenguaje es una función necesaria de la filosofía pero no se acaba ahí su tarea. Si nos limitáramos a limpiar las impurezas del lenguaje nos pareceríamos a aquel astrónomo que se pasara toda su vida limpiando el telescopio y sin mirar nunca a las estrellas. El lenguaje ha de engarzarse con la realidad. Por eso, una Filosofía que no esté al tanto de los hechos que sean relevantes para nuestra vida se convierte en un instrumento inútil. De ahí que el filosofar deba estar al tanto de la actualidad científica. Muy especialmente de las llamadas ciencias duras, las empíricas por excelencia. En nuestros días tal vez la que ocupa el primer lugar frente al espejo filosófico sea la Biología, y más concretamente, la Genómica. Si no es posible cantar su letra al menos que se sepa su música. Las, por desgracia, separadas y hasta enfrentadas Ciencias y Letras o Humanidades deberían hermanarse en la Filosofía. La ciencia, y sobre todo la más exigente, no es ajena al filosofar Se opone, más bien, a un filosofar que da únicamente vueltas sobre sí mismo convirtiéndose en una camelo y en una impostura.
La Filosofía, finalmente, no puede soslayar su compromiso sociopolítico y su deber de desvelar aquello que se oculta, se disuelve en banalidades o se toma como tabú. No en vano nace el filosofar como tarea moral. De ahí que el filósofo tenga que proponer o denunciar ciertas formas de justicia. En otras palabras, que aspire, y aporte argumentos, a que los humanos vivan en sociedad combinando la libertad individual con las necesidades de todos. Si no logra dar razones convincentes mostrará, al menos, que, por ejemplo, la opción a favor de una sociedad igualitaria nos ofrece bienes objetivos y satisfacción de conciencia. Pero volvamos a la destrucción de mitos que puedan embotar nuestras cabezas. Palabras densas, sin matizar, descaradamente ideologizadas, repetidas una y otra vez, acaban funcionando como verdades intocables. Piénsese, y es un ejemplo, en el tantas veces invocado y tantas veces pisoteado Estado de Derecho. Un ideal Estado de Derecho es una meta a la que habría que aspirar. Primero en cada uno de los Estados existentes. Y segundo, y eso sí que es un ideal a alcanzar, convertido en un orden mundial en el que nadie estuviera por encima de nadie. Sucede, sin embargo, que Estado de Derecho se utiliza como muletilla o cuando no se sabe qué decir. O como un mantra que conjuraría todos los males. En estos campos es donde la Filosofía, sin miedo, tendría que entrar, llamar a las cosas por su nombre y acentuar la crítica y la autocrítica.
La Filosofía se refiere lo que sucede dentro de los límites del espacio y del tiempo. Del resto nada sabe ni puede saber. Eso no obsta para que el sentido de la existencia, como cuestión de si merece la pena o no vivir, nos acucie sin cesar. Que no tenga una respuesta no significa que el choque contra los límites citados sea inútil. Porque avivará nuestras emociones y nos incitará a vivir lo mejor posible con nosotros mismos y con los demás. Y a compartir, sin dogmatismo alguno, la vida con todos aquellos que nacemos y morimos en el mismo barco. Escribió Wittgenstein que “Existe lo que no se puede decir”. Rápidamente se le tiraron encima acusándole de sinsentido. Porque si no se puede decir, no se puede decir y se acabó el asunto. Tal vez olvidaron sus críticos que detrás de sus crípticas palabras se escondía la modestia de quien reconoce la inmensidad de lo que desconocemos. Y eso también nos puede ayudar a vivir. Mientras tanto gocemos de todos los placeres posibles, evitemos el sufrimiento inútil, desarrollemos nuestras capacidades y hagámonos eco de los demás.
La Filosofía no arregla los desperfectos del mundo. Ayuda a conocernos y conocer. Como ayuda a vivir bien. Es eso lo que habría que enseñar. Es eso lo que tendríamos que aprender. Sin dogmatizar pero siendo despiadadamente críticos. Empezando con nosotros mismos. Y además de todo lo dicho y de su importancia práctica, no hay que olvidar el placer que otorga el filosofar por sí mismo. De ahí que no esté de más recordar al clásico: enseñar deleitando y deleitar enseñando.
http://blogs.publico.es/dominiopublico/19396/filosofia/
miércoles, 8 de marzo de 2017
La Medicina en un Manuscrito de Astrología del Siglo XV. Por José María Cobos Bueno.
La Medicina en un Manuscrito de Astrología del Siglo XV
Universidad de Extremadura
Resumen
Una de las causas de la
decadencia de la Astronomía castellana en la primera mitad del siglo XV
es la condena que de ella hace el cristianismo. Pero la creación de la Cátedra de Astrología de Salamanca
y la navegación portuguesa hacen que se retome de nuevo esta ciencia.
Otro hecho relevante, y no menos importante, es la aparición en escena
del judío Abraham Zacut. Su obra Hibbur ha-gadol se puede considerar puente entre las tablas alfonsinas y las rudolfinas. En este trabajo presentamos a unZacut astrólogo que como otros escribe una obra, por encargo, que pensamos repugnaba al científico.
Abraham Zacut
Es conocido que la producción astronómica
en los orígenes del Renacimiento se centran en tablas y almanaques.
Entre los autores más significativos se encuentran el catalán Bemardo de Granollach (1421-c. 1487) y Alfonso de Córdoba. Pero, sin lugar a dudas, el científico más importante para el devenir de la ciencia es Zacut;
considerado como el último matemático hebreo-español, que, por razones
bien conocidas, tuvo que emigrar a tierras extranjeras. Su obra Hibbur ha-gadol(El gran Tratado)son
las tablas astronómicas que alcanzan mayor resonancia. Se traduce a
diversas lenguas y fueron empleadas para el cálculo de efemérides por Colón, Vasco de Gama y Behaim. También es previsible que Colón utilizara algunos de los regimientosdel discípulo de Zacut, el también judío José Vicinho.
También se atribuye a Zacut
la invención de un astrolabio de cobre para la determinación de la
altura del sol, pero realmente lo que cabe pensar es que lo que hizo fue
simplificar alguno de los existentes adaptándolo exclusivamente para
usos náuticos.
Si se analiza la astronomía
de este momento se observa que toda iba orientada a su parte práctica,
la que podía ser útil a los navegantes: lo que significaba realizar
observaciones.
Estas primeras
observaciones fueron nocturnas y presentaban serias dificultades en la
zona ecuatorial. De aquí que se introdujeran las tablas de declinación
solar después de 1471, fecha en que los portugueses llegaron a Asia. El
que el Hibbur ha-godolde Abraham Zacut
tenga por radix el año 1473 apunta a que este astrónomo salmantino fue
el encargado de calcularlas y para ello tuvo muchos modelos orientales
en los que inspirarse, puesto que no todas las tablas empleadas en el
renacimiento tienen el mismo origen.
Hecha esta pequeña introducción con la intención de poner de manifiesto el papel tan importante que juega Zacut en la Astronomía de su momento, pasemos a analizar a este personaje, gloria de los científicos españoles.
Abraham bar Samuel bar Abraham Zacut, según consta al frente de su obra Hibbur ha-gadoly del capitulo XIX del mismo en los manuscritos de Lyon y Salamanca. Pocos son los datos biográficos que se poseen de Zacut,
al que se considera el último matemático hebreo-español. Realmente las
controversias comienzan cuando se quiere situar su nacimiento: por un
lado el lugar y por otro la fecha. Respecto al primer punto, durante
algún tiempo se pensó que podía ser natural de Salamanca o Evora, el
jesuita Román de la Higuera lo sitúa em Toledo, la Enciclopedia Espasa
lo sitúa con cierta indecisiónen Salamanca.
Esta controversia no se
entiende si se analizan los diversos documentos y testimonios dejados,
incluidos los del propio autor. Así Zacut en el Séfer Yujasin, escribe:
“Rabi Abraham Zacut, hombre de Salamanca (salmantino)”.
También en el manuscrito español del Tratado breve en las influencias del cielo, dice:
“(…) a mí Rabi abraham Zacut de Salamanca astrólogo”.
Nicolás Antonio escribe:
“(…) Salmantinus fuit patria, cujus urbis nomine eum appellant Petrus Siruelus in fine prooemii Cursus quatuor Mathematicarum Artium, &Petrus Cunxus de Republ. Hebroerumcap. XXVIII. inscribiturque ipse in propio libro Almanach (…)”.
Sobre el segundo punto,
fecha de nacimiento, todo son conjeturas y todas admisibles. Siguiendo a
Vera y Cantera su nacimiento se situaría en 1452, basándose estos
autores en lo que Zacut escribe en un pasaje del capítulo II de su obra maestra, donde, al tratar del manejo de la tabla para averiguar la hora de la revolución de cualquier nacimiento:
“Ejemplo para esto, porque
mejor lo entiendas: uno nació en el año 452, a 12 de agosto, tres horas
después de mediodía, y han transcurrido para est nachniento veinticinco
años completos, y queremos saber la época de la revolución del año 26.”
Aceptar esta fecha de
nacimiento nos permitiría asegurar que cuando escribe su obra maestra
tenía veinticinco años, debido a que esta obra está datada en 1477.
A pesar de esta conjetura, comúnmente se señala el nacimiento hacia1450a pesar de que Freimann lo sitúa en cerca del año 200 del milenio sexto, o sea 1440.
Es previsible que pasara su
juventud en Salamanca y que al menos hasta 1477 viviera en esta ciudad
por su propio testimonio que refleja en el capítulo IX del Hibbur ha-gadol. Aunque es probable que su estancia se sitŭe hasta 1481 o 1482.
Debido al ambiente
familiar, su padre era hombre docto que había recibido la Cábala de
beneméritos sabios, del cuál nuestro autor aprendió la Ley y otras
enseñanzas, es verosímil que Zacut acudiera a la Universidad de Salamanca, entonces una de las más prestigiosas y famosas, donde aprendió Astrología y Matemáticas.
Regentaba la Cátedra de Astrología Nicolás Polonio hasta 1464 en que declarada vacante, por ausencia de su titular, accedió a ella un amigo de Zacut, Juan Selaya o Salaya.
Sobre su época de
magisterio tampoco se poseen documentos que demuestren rigurosamente las
diversas conjeturas que se han formulado. Así, unos, sostienen que Zacut enseñó en Zaragoza; otros aseguran que lo hizo en Cartagena y casi todos coinciden que desempeñó la cátedra de Astrología
en la Universidad de Salamanca, punto que tampoco se apoya en
documentos fidedignos y sólo se podría demostrar si aparecieran las
actas de los claustros de dicha Universidad entre los años 1481 a 1503,
desaparecidas, pues en las actas con fecha anterior ni figura como profesor ni entre los lectores y sustitutos. Ahora bien, lo que si está documentado es que enseñó Astrología en la Academia Renacentista del maestre Fray Juan de Zúñiga y Pimentel.
De su primera época nos interesa destacar su relación con el obispo D. Gonzalo de Vivero.
Fue su protector y a tan alta consideración llegó esta relación que
incluso en su testamento tuvo un recuerdo para nuestro astrólogo:
“Item mandó que den al
judio abraham, astrologo, qujnjentos mrs. e diez fanegas de trigo e
mandó que ciertos quadernos que ende estan en romance escriptos que el
dicho judio escriujo, que todo se ponga en vn volumen e este en la
libreria con los otros sus libros en la dicha su yglesia, porque es
prouechoso para entender las tablas del dicho judio”.
En reciprocidad Zacut le dedica su obra más importante realizada por encargo del obispo y que Salaya poco después traducía del hebreo al castellano.
Muerto su protector, 1480, Zacut debió
quedar marginado y es previsible que no le fuera muy bien en Salamanca
y, para gloria de Extremadura, recaló en Gata (Cáceres), donde residía a
la sazón, D. Juan de Zúñiga y Pimentel,
último maestre de la Orden de Alcántara, “(…) muy magnifico y de grand
linaje illustre – dice el propio Zacut – amador de todas las sciencias y
sabidor en ellas, que a su fama todos los sabios y letrados dexan sus
tierras y su nascimiento por buscar sosiego verdadero y perfection
conplida, que a su causa se esfuerçan las sciencias y sus letrados y na
rrefrigerio y remuneración, y pueden por cierto dezir todos los sabios
lo que dixo la rreina saba por el rey salomón: Aumentaste sobre tu fama,
bienaventurados tus servidores, los que están a oyr tus palabras”.
De aquí se puede deducir que Zacut
debió vivir algún tiempo en la villa cacereña. La llegada a Gata debió
ser algo precipitada pues según su próprio testimonio, introducción del Tratado breve en la influencias del cielo, tiene
que confiar en su memoria para escribir la obra que le encarga el
Maestre debido a que no ha Ilevado sus libros. Para Fray Alonso de
Torres, Zacut, acompaña al maestre a la villa de Zalamea de esta misma opinión es Rodríguez Moñino sin embargo Vera cuestiona esta hipótesis.
Por ahora no existe más documentación que
la referida de Torres y Tapia respecto a su estancia en tierras
extremeñas por lo que ignoramos si vuelve a Salamanca y en que año lo
hace. Algunos autores le suponen en ésta última ciudad cuando el viaje,
que según se afirma, hizo Colón a fines de 1486 o principios de 1487, en busca de apoyos para su proyecto. Freimann dice: según pareceZacut tuvo conversación y tratocon el descubridor de América, y durante la permanencia de éste en Salamanca, el sabio judío, le mostró, al parecer, muchos libros de Astronomía, y en especial un libro ilustre de R. Abraham Abenezra. Por estas fechas se sabe que los Reyes Católicos están en Salamanca y que:
“Así que Cristóval Colón
se vino a la corte del rey don Fernando e de la reina doña Isabel, e
les fizo relación de su imaginación; al cual tanpoco no davan mucho
crédito, e él les platicó muy de cierto lo que les dezia e les mostró el
mapa mundi, de manera que les puso en deseo de saber de aquellas
tierras. E dexando a él, Ilamaron onbres sabios, estrólogos e astrónomos
e onbres de la arte de la Cosmografía, de quien se informaron; e la
opinión de los más dellos, oída la plática de Cristóval Colón,
se falló que dezía verdad; de manera que el rey y la reina se
aficionaron a él, e le mandaron dar tres navíos, en Sevilla, bastecidos
por el tienpo que el pedía de gente e bituallas, e lo enbiaron en nonbre
de Dios e de Nuestra Señora a descobrir”.
No podemos asegurar el lugar en que Zacut
se encuentra cuando en 1492 aparece el decreto de expulsión de los
judíos. Ahora bien aunque algunos autores piensan que se encontraba en
Zaragoza y algún otro que Ilega a Lisboa desde el Norte de España, pero
por testimonios judíos, los que en ese momento se encontraban en
Zaragoza emigran en general al reino de Navarra, mientras que los judíos
de Castilla comienzan a salir hacia Portugal en la primera semana de
Julio 1492 con el consentimiento del rey Don Juan II. La salida la efectuaron por Benavente, Zamora, Ciudad Rodrigo, Valencia de Alcántara y Badajoz.
La mayoría de éstos en el
mes de marzo de 1493 partieron hacia África y sólo quedaron en Portugal
seiscientas casas, sin lugar a dudas las más ricas. El hecho cierto es
que poco después, Zacut, se encuentra al servicio de Don Juan II como su astrónomo y cronista.
Gracias a su Hibbur ha-godolejerce
una influencia importante sobre la marina portuguesa, marina en la
cual, por otra parte, sirve personalmente cuando se refugia en Portugal;
en 1493, se encuentra en Lisboa. Se puede incluso afirmar que los
servicios de Zacut fueron inmediatamente utilizados por
el Rey Portugal, D. Juan II, desde el momento en que fija su residencia
en la capital portuguesa; esto lo demuestra un documento datado el 9 de
junio de 1493, em el cual, el monarca le asigna una cierta cantidad de
dinero, el astrólogo firmará el recibo correspondiente en calidad de Matemático del Rey.
Otro dato a tener encuenta
es que después de la guerra declarada a España por D. Alfonso V, se
refugia en Portugal D. Diego de Calcadilla, religioso que había dirigido
la cátedra de Astrología en la Universidad de Salamanca entre 1467 y abril de 1476, por lo que es previsible conociera a Zacut y su obra, lo que podría significar que le sirvió introductor ante D. Juan II.
Con la llegada al trono de Portugal de Don Manuel, Zacut, alcanza su máximo esplendor en la corte portuguesa, y así conjuntamente con su discípulo Vicinho, va a estar presente en todos los proyectos de los navegantes portugueses.
Además de la influencia, documentalmente comprobada que ejerció sobre Vasco de Gama, también se puede probar que la obra de Zacut juega un papel importante en otro ilustre navegante, Americo Vespucio. Éste, en su carta relativa al tercer viaje (entre septiembre y diciembre de 1502), dice:
“(…) Per dar ragione sotto
brevitá a questo ch’i dico et per iscuxarmi dal detto de’ molivolí, dico
averío conosc(i)uto nelli eclixit et nelle congniunziune della luna
colli pianeti; et v’ó perduti molti sonni di notte in conformami colli
detti de savi che anno conposto gli strumenti et scrito sopra e’
movimenti et congniunzione et aspetti et eclixit delli due luminari et
delle stelle erratiche, come fu el savio re don Alfonso nelle sue tavole
et Giovanni da Montereggio nel suo Almanach, per el Blanchino, et per
l’Almanach de’ rrabbi Zacuti giudeo, ch’é perpetuo; e
composti in diversi meridiani, et il re don Alfonso in Toleto et
Giovanni da Montereggi in el meridiani di Ferrara et gli altri dua a
quello di Salamanca (…)”.
Gracias a las notas dejadas por Colón
en los márgenes de ciertos libros nos ha Ilegado una información, no
recogida en otro sitio, que demuestran la influencia que ejerció Zacut en sus viajes.
A pesar de las buenas relaciones y de los servicios prestados al rey Don Manuel, Zacut
resulta víctima del edicto de expulsión decretado por este rey. Para
algunos autores habría partido hacia el norte de África (Túnez) en 1497 y
ante la intranquilidad por el peligro de invasión española resuelve
trasladarse a Turquía donde reside hasta su muerte en 1515.
Durante su estancia en África y hasta no Ilegar a Túnez donde existía una comunidad judía docta y próspera, Zacut debió pasarlo mal, como él mismo refleja en la Introducción de su Crónica.
“Por mis pecados,
a causa de la gravedad de las persecuciones, del cautiverio y de la
penúria de alimentación, no tengo fuerzas ni ciencia, mi entendimiento
há desaparecido, hase embotado mi juicio”.
Su obra excelsa Hibbur ha-godola lo largo de la historia ha recibido diversos nombres: Haajibbur hagadol, Almnanach perpetuum, Almagesto, Bi’ur lujot, Séfer tekunat Zacut, Séfer tekufot wemezalot e incluso Los cánones de las Tablas.
La Astrología de Abraham Zacut
Es sabido que el cristianismo condena la Astrología.
Esta condena se mantiene durante varios siglos, pero tenía muchas y
variadas matizaciones. Así el índice del inquisidor general Gaspar de
Quiroga (1499-1594) dice:
“Se prohiben todos los
libros, tractados y escriptos, en la parte que tratan y dan reglas y
hacen arte o ciencia para conocer por las estrellas y sus aspectos (…)
lo por venir que está en la libertad del hombre y los casos fortuitos
que han de acontecer, o que enseñan a responder lo hecho o acontescido
en las cosas pasadas libres y ocultas, o lo que sucederá en lo que
depende de nuestra libertad, que son las palles de la judiciaria que
llaman de nascimiento, interrogaciones y elecciones (…). Pero no por
esto se prohiben las partes de la astrología
que tocan el conocimiento de los tiempos y sucesos generales del mundo,
ni las que enseñan por el nacimiento de cada uno a conocer sus
inclinaciones, condiciones y cualidades corporales, ni lo que pertenece a
la agricultura y navegación y medicina y las elecciones que cerca de
estas cosas naturales se hacen”.
Por la misma época leemos en los estatutos, 1561, de la Universidad de Salamanca:
“En la Cátedra de Astrología, el primer año se lea en los ocho meses Esphera y Theóricas de planetasy unas tablas; en la substitución, astrolabio.
El segundo año, seis libros de Euclides y Arithmética hasta las raíces cuadradas y cúbicas, el Almagestode Ptolomeo, o su epítome de Monte Regio, o Geber o Copérnico, al voto de los oyentes; en la substitución, la esphera.
El tercer año, Cosmographía o Geographía, un introductorio de judiciana perpectiva o un instrumento al voto de lo oyentes”.
También en defensa de cierta Astrología escribe Pedro Sánchez Ciruelo en su obra publicada en 1529, Tratado en el qual se repruevan todas las supersticiones y hechicerías:
“Los cielos y las
estrellas, alterando el aire y la tierra, también alteran a los hombres y
a las otra animalias que moran en la tierra y en el aire y en el agua, y
ansí los cielos causan en nuestros cuerpos diversas inclinaciones y
habilidades en muchas artes y ciencias (…). El
verdadero filósofo que conoce las virtudes y propiedades de las
estrellas, podrá por ellas conocer los efectos sobredichos en los
elementos y en los hombres y árboles, y podrá naturalmente decirlos
antes que vengan (…). Esta astrología es lícita y verdadera ciencia como la filosofía natural y la medicina“.
Como se ve todavía se mezclaban Astronomía y Astrología. Cuando las observaciones astronómicas se acompañaban de pronósticos del tiempo se identificaba con Astrología naturaly cuando era la predicción del destino se denominaba Astrología judiciaria;pero en general es la necesidad de establecer este pronóstico el que determina la necesidad de hacer estas observaciones.
Además de esta clasificación durante la Edad Media se destacan otros tipos de astrologías, así: Astrología mundial, predice
a partir de las posiciones de los astros acontecimientos que afectan a
una comunidad humana o a la humanidad entera (periodo de fertilidad,
hambres y sequías, guerras, epidemias, etc.); Astrología de elección, trata de establecer el momento favorable para emprender cualquier actividad humana (nacimiento, momento de la batalla, etc) y Astrología individual, predice
el futuro de los individuos basándose en las posiciones planetarias en
el momento de su nacimiento o con ocasión alguna circustancia destacada
de su vida (matrimonio, coronación de um monarca, etc.).
Para hacer estas
observaciones, el astrólogo necesita unas efemérides astronómicas que le
den la longitud de los planetas (se acostumbraba a incluir al Sol y la
Luna). El método seguido, hasta casi el siglo XIX, para fijar las
cúspides de las casas para lugares geográficos de distintas latitudes se
basaba en el del astrólogo árabe al- Qabisi (siglo X). Sin embargo nunca existió un consenso sobre el cómo debían calcularse tales cúspides.
Por otro lado la
representación gráfica de la situación de los astros en el cielo, con el
fin de expresar y leer en ellas las relaciones fastas o benéficas
(trígono, sextil) y nefastas o maléficas (cuadratura,
sesquicuadraturas), ha pasado por diversas perfecciones: desde las
cartas australes, horóscopos o temas coptos, hasta Ilegar a la Edad
Media que se representa por un cuadrado y a partir del Renacimiento en
forma circular.
La mezcla entre Astronomía-Astrología se mantiene hasta el siglo XVIII. Así en la obra Taboada Curiosade Antonio Ganido (siglo XVIII) se lee:
“(…) Astrologia ou
Astronomia que he un estudiozo examen, e conhecimiento do curso do
astros e de suas causas, para pronogticar por elles effectus futuros,
com certas figuras e instrumentos”.
Pero ya en la segunda mitad del siglo XVIII, Jerónimo Audije dice:
“Es el Nombre Astrología
según su origen lo mismo que tratado de los Astros y assí es vnivoco, y
igualmente conviene a la Ciencia que trata de sus movimientos, como a
la que discurre por sus influencias para pronosticar lo futuro: pero el
estilo común ha vsurpado esta voz Astrología para lo judiciario, dando el Nombre de Astronomía a la que trata delos movimientos.
Zacut se puede considerar heredero de los científicos de la Edad Media que hacen resurgir la Astrología que el cristianismo había desterrado.
La Astrología
de Zacut responde al concepto alfonsí, cuando esta palabra no estaba
contaminada, ya que su finalidad es hacer un trabajo científico.
La obra Alamnanach perpetuumnse puede considerar como perteneciente a este concepto. Sin embargo su Tratado breve en las influencias del cielo entra
dentro del más estricto concepto astrológico de su tiempo, pero que
tampoco había caído en la esfera contaminada que adquiere posteriormente
y que tiene su punto más álgido en el siglo XVIII y sufre su total
decadencia en el XX.
Un tratado astrológicode Zacut sería, así, un complemento del Almanach perpetuumy al mismo tiempo un mejor y más intimo testimonio de la posición intelectual del célebre rabino.
La mejor demostración de lo que decimos es leer al propio autor. Así en el capitulo 8 del Hajibbur, manuscrito de Salamanca, en que trata del ascendente y de las 12 casas:
“(…) e tanbién esto
aprouechará mucho a los phisicos para dar las purgas en el tiempo que
conuiene e mayor mente aprouecha a los que obran juicios de los planetas
para facer eleçiones: aunque mi querer en esto no es con ellos en este
libro ca yo no ordene este libro sinon por la sciencia e no por otro
prouecho”.
Es muy significativa la frase: ca yo no ordene este libro sino por la sciencia e no por otro prouecho.
Es evidente que el Tratado breve en las ynfluencias del cieloque escribe por encargo del Maestre de Alcántara es bien distinto del Hajibbur. Se puede considerar como un tratado de Astrología natural y judiciaria, donde se mezclan las supersticiones y absurdas teorías con precisiones científicas.
Algunos autores quieren ver como antecedente de esta obra a Arnaldo de Vilanova y Enrique de Villena. Pero sin lugar a dudas es Abraham ibn Ezra y su obra Rechit Joknutaho Principio de Sabiduría o Libro de Astrología, el precedente más claro y donde se pueden encontrar las ideas que expone Zacut en su Tratado.
A pesar de la condena por el cristianismo de las prácticas astrológicas los poderososseguían
disponiendo de astrólogos que utilizaban para sus predicciones. Estas
prácticas se han mantenido a lo largo de los siglos bajo distintos
aspectos. Queremos destacar que de forma análoga a Zacut, existieron otros que, además de una obra eminentemente científica, también tuvieron sus coqueteos con la Astrología.
En la Biblioteca de Coimbra existe una edición, 1578, de la obra de Ptolomeo, Livros dos Juizos –Tetrabiblon –cuyo
autor es Cardano. Como es usual de la época, tiene un añadido del
traductor. La página 601, de esta obra, comienza con doce ejemplos de
horóscopos entre los que se encuentran personajes como Enrique VI de
Inglaterra y Erasmo.
Al final de la obra escribe:
Gilorami Cardani, Mediolanensis
Medici geniturarum exempla. Praeterea et multa, quae ad interrogationes
et electiones pertinent superaddita. Et exemplum eclipsis, quam
consecuta est gravissima pestis.
También Kepler, que figuran entre los grandes astrónomos de todos los tiempos, hizo prácticas astrológicas.
En 1594, Kepler, se
incorpora a su puesto de profesor de Matemáticas y Moral en la escuela
del Seminario de Graz, capital de Estiria, entrando em funciones como
matemático del Landschaft, es decir, del Gobierno Regional.
Este cargo llevaba consigo
calcular y hacer imprimir calendarios que, acuerdo con la costumbre de
la época, estaban sazonados con toda clase Prognóstica, o sea, de
vaticinios sobre el tiempo, pronóstico sobre las cosechas, sobre
acontecimientos políticos, constelaciones estelares y augúrios
astrológicos derivados de todo ello. Al tener suerte en su primer
calendario, 1594, pudo cimentar su prestigio como astrólogo: sus
predicciones sobre el crudo frío invernal y el peligroso ataque de los
turcos correspondieron, casual y sorprendentemente, a la realidad. Estas
ganancias suplementarias obtenidas por la confección de calendarios le
debieron venir muy bien, puesto que, a pesar prometerle buenos
emolumentos, generalmente sólo le fueron abonados manera irregular, de
modo que con frecuencia sólo le quedaba la solución ganar dinero de
donde pudiera: mediante la elaboración de horóscopos.
Pero Kepler, debido a su
honradez científica, intentó darle una base teórica como algunos siglos
antes intentara hacer Cardano, aunque la conclusión a que debió llegar
se puede entender cuando relaciona, ironizando, la Astrología y la
Astronomía:
“Si Dios ha concedido a
cada animalito instrumentos para el sostén de su vida, por qué no ha de
ser justo que con la misma intención haya concedido la Astrología a los astrónomos?”.
Y en otras ocasiones será más duro:
“La ramera Astrología
debe sustentar a su madre, la Astronomía, ya que los salarios de los
matemáticos son tan exiguos que indefectiblemente la madre debería pasar
hambre si la hija nada ganase”.
La obra de Zacut es análoga
a las que se escriben en su época y que se hacían a cargo de un
mecenas. Así empieza y finaliza dedicándola a D. Juan de Zúñiga y
Pimentel.
Su contenido, como ya se ha dicho, entra dentro de la Astrología naturaly de la judiciaria;la primera parte encajaría en la natural;la segunda sería judiciariay la tercera sería mezcla de las dos. El apéndice encajaría dentro de la más ortodoxa judiciaria.
La introducción de la obra de Zacut es eclarecedora del pensamiento científico de nuestro autor. La utilización indistinta de las expresiones Astronomía y Astrología nos reafirma en la opinión, ya dicha, de ser un hombre de su momento histórico además de recuperar el significado Astrología que le había dado Alfonso X.
A pesar de no disponer de
referencias bibliográficas, demuestra su buena memoria cuando escribe
esta obra. Así con el fin de explicar la utilización la Astronomía (Astrología) referencia la controversia entre ptolomeicos y aristotélicos diciendo:
“Y la ciencia de la
astronomía adquiere y estudia de que parte viene esta mutación en el
mundo de los elementos de las influencias celestes y es al movimiento de
salud a enfermedad o de enfermedad a salud, mutación”.
Para inmediatamente poner las cosas en su sitio y decir:
“Como sea de la perfección
del astrólogo saber en todas las cosas naturales y en el arte de la
medicina que con esto se podrá ayudar para la influencia de los cielos y
para disponer los pasivos para que reciban la buena influencia de los
agentes o para desviar la mala influencia. Según dijo Ptolomeo en la
dicción quinta”.
Como se ha dicho, esta obra la escribe por encargo del Maestre Alcántara, pero Zacut justifica el encargo:
“Así mismo es la perfección
del médico que sepa de la propiedad de la influencia de los cielos y su
impresión que hacen en los hombres…”, y continúa;
“(…) pero porque las vidas
son breves, segun dijo Hipócrates, cada una de las ciencias es muy larga
y no llega la perfección de cada una de las ciencias salvo con muchas
partes, que no basta para comprender las partes de una sola ciencia;
cuanto mas de ambas por la brevedad de la vida y por esto parece
imposible de hallarse un hombre que las comprenda ambas perfectamente y
hallándose sería maravilla y lo mejor es el hombre que sea perfecto
maestro en una fija ciencia que no ser imperfecto de muchas y por esto
se halla poca vez médico que sepa perfectamente en esta ciencia aunque
es muy necesario para su arte según es dicho, y se dirá”.
Esta pequeña introducción la termina dando el contenido:
“La primera será como
introducción y proemio para las otras dos partes, que es en saber las
complexiones de los signos y de los planetas y sus dignidades y de
algunas estrellas principales de la octava y en que signo están y que
complexión tienen y de todas las otras cosas semejantes a estas.
La segunda parte tratará en todas las cosas que son necesarias de guardar a los médicos y se aprovechará de esta ciencia.
La tercera parte trata en
las cosas universales por la complexión del tiempo y la mutación del
aire y de las veintiocho mansiones de la Luna y de los nacimientos de
los hombres. Reglas universales por no negar a Ptolomeo
que dijo, el astrólogo no diga las cosas particulares antes
universalmente como aquel que ve las cosas de lejos y por esto los
juicios son entre necesarios y posibles”.
Su pensamiento religioso,
separando perfectamente lo que considera campo cientifico del campo
teológico, nos lo muestra nada más empezar la primera parte:
“Primero es de saber que
hay nueve esferas universalmente y esto según opinión de los mas de los
sabios y por esto se halla en el primer capítulo del Génesis nueve veces
firmamento. De la décima que es el empíreo, que habló Ezequiel, no
conviene al astrólogo hablar, pues pertenece al campo que es de la
teología”.
El manuscrito finaliza con un tratado de eclipses.
Medicina y Astrología
Tal como se ha dicho, la parte segunda del manuscrito, Tratado breve de las influencias del cielo,está dedicada a la Medicina. Empieza justificando la utilidad de la Astrología para los médicos, teniendo en cuenta opiniones tan solventes, para él, como Hipócrates:
“Habla en regimiento de los
físicos que fueren astrólogos y aunque no sepan mucho si almanaque
tuvieren y de esto Hipócrates cabeza de los médicos parece que afirma
ser esto cierto. Que dijo, ciego es el médico que no sabe astrología
(…).
Más adelante se apoya en Avicena:
(…) esto asimismo afirma
Avicena el gran maestro y muy aprobado en las cátedras, en lo que dijo
en el primer libro del canon capitulo octavo, hablando en las mutaciones
del aire aprobó que por cosas celestes haber mutación en las
enfermedades”.
Es de cierta curiosidad el capítulo de la flobotomja. El
problema de sangrar al enfermo, que se mantiene casi hasta el siglo XX,
tiene un origen incierto aunque los primeros documentos que aparecen
datan del siglo XI. Así en el Flos Medicinae sen Flos Sanitatis,de la Escuela de Salerno, figura un epígrafe que bajo el título: La flebotomía y sus tiemposmenciona la conveniencia, necesidad o disconveniencia de la sangría, según las estaciones y meses del año. En el tratado De Vere(primavera) dice: Et nullumn tempus melius fit phlebotomiae – En ningún tiempo es mejor la sangría. En el De Aestate(verano), prescribe: Siut rarae phlebotomiae – Sean raras las sangrias – En el de Automno(otoño) indica: De farinacea Caveas et phlebotomia – Te abstendrás de comidas farináceas y de la sangria-, y en el De Hieme(inviemo) recomienda: Phlebotomia modo dabitur, purgatio nulle – Dárase con moderación alguna sangría, pero ninguna purga.
Respecto a los meses del
año dice: en el mes de Febrero recomienda la sangría del dedo pulgar (De
pollice sume cruorem);en el de Marzo dice: Venas non pandes(No abrirás las venas); en el de Abril, Cruor pedis est tninuendus(La sangre del pie debe disminuir); en el de Mayo, Scindatur vena(Ábrase la vena); en el de Julio, venam non scides(No abrirás la vena); en el de Agosto, Nema Saycari debet nec phlebotomia(Nadie ha de purgarse ni sangrarse); en el de Septiembre, Tunc venam pandes(Entonces abrirás tus venas) y en el Diciembre, Capitalis vena secetur(Córtese la vena capital).
Siguiendo con nuestro manuscrito, no dejan de ser menos curiosos los consejos que da en el apartado dedicado a la Regla pera saber como ha de esforzar. Las cuatro vertudes que son: la atractiva, la digestiva, la expulsiva y retentiva.
“La virtud atractiva
sesfuerza con calor y sequedad en cuerpo compuesto de elementos (…) y la
virtud retentiva sesfuerza quando la luna está en signo frío y seco,
mayormente en virgo. La virtud que digiere sesfuerza quando la luna está
en signos de aire que son… y la virtud expulsiva sesfuerza quando la
luna está en signos aqueos, que son: cáncer, escorpión, picis y en tauro
medicina expulsiva fecha en letuario es buena; en escorpión medicina
solutiva y evacuativa fecha en poción y brevajo es buena; y en picis
medicina solutiva y evacuativa dada em pildoras es buena para purgar
cólera (…),
y termina este epígrafe,
“Todo esto es en Dios que es piadoso”.
Esta relación entre Medicina y Astrología
es constante hasta el siglo XVIII, aunque a partir del XVII sufre
diversas matizaciones. Pero todavía en el siglo XVI existen autores que
le dan un tratamiento muy análogo al que da nuestro autor.
Así Tornamira en 1585 publica la obra:
Chronographia y
Repertorio de los Tiempos, a lo moderno, el qual trata varias diversas
cosas: de Cosnzographia, Sphera Theorica de Planetas, Philosophia,
Computo y Astronomia, donde se conforma la Astrologia con la Medicina.
Compuesto por Francisco Vicente de Tornamira, señor de Mora, natural de
la ciudad de Tudela, del Reyno de Navarra. Con el Luzzario.., y con los
Eclypses… con el pronostico dellos…Pamplona. Thomas Porralis
Savoya. M.D.LXXXV, donde la similitud con nuestro autor es eviderite.
Así, después de enumerar las artes liberales, Tornamira dice que el
médico debe conocer todas ellas:
“(…) el Médico tiene
necessidad de Granmatica para saber declarar y entender lo que lee (…)
de Dialéctica para conocer las causas y entender la razón delas
enfermedades para disputarlas, distinguiendo lo cierto delo incierto y
curarlas. De la Rethorica, para diffinir con verdaderos argumentos lo
que la sciencia trata; y razonar con orden y adorno della. De la
Arithmetica, para entender los numeros de las horas, de los dias, de los
augmentos y de los creticos y para las cantidades de lo que ordenan. De
la Geometría, para saber las calidades de las regiones, y sitios de los
lugares, y calidad de los Clymas y paralelos (…) De la Música para el
compás del pulso y porque ay muchas dolencias que se curan con ella,
como los mordidos de la Tarántula (…) Y finalmente de la Astrología,
para saber el movimiento de los cielos y influencia de los Planetas y
estrellas fixas, la mutación delos tiempos ideneos para saber aplicar
sus medicinas y pronosticar el succeso de sus enfermedades”.
El capítulo VI de esta obra lo dedica especialmente a la relación entre Astrología y Medicina, así dice:
“Cap. vj. De la amistad que ay entre la Medicina y Astrología: y dela necessidad que tienen los Médicos de la Astrología.
Grandees la necessidad que la Medicina tiene de la Astrología
para considerar las naturalezas, mouimientos y aspectos de las
estrellas y poder certificadamente pronosticar el sucesso que ha de auer
el día de la Crisis, entre la naturaleza y la Enfermedad que cada una
procura de preualecer y saber los tiempos idóneos del pulgar y sangrar:
lo qual confirma Hipócrates (…)”.
Como nuestro autor, también Tomamira se basa en la autoridad de los clásicos:
“De manera que qualquiere
que uuiere leydo los libros de Hippócrates y Galeno, entenderá
llanamente la necessidad que la medicina tiene de la Astrología:
pues ellos lo confiessan. Porque se offrescen casos donde será muy
dañoso al enfermo, visitarlo el médico, como lo dize Ptolomeo (…) que
quando la séptima casa y su señor estuuieren ifortunados, se aparte el
médico del enfermo, porque significa turbación en el doliente e
ignorancia del enfermedad en el médico”.
Después de recomendar leer a Hipócrates a los que quieren contradecir sus doctrinas, da el siguiente consejo:
“De qualquier médico que ignorase la Astrología, nadie se confie en sus manos:
porque no es perfecto
médico, sino como ciego que busca con el báculo el camino; y no meresce
tener título de médico ni tampoco puede ser perfecto médico el que
ignorare la Astrología. Con todo esto los médicos que
carecen desta Sciencia y no alcangan sus secretos, no quieren creer esta
authoridad por ser gente que no entiende los mesmos libros de
Hippócrates, Galeno y Hermes (…) Apollonio conpara al Médico que no sabe
Astrología, ala Phantasma que parece ser cuerpo viuo y
es sombra viuificada de spiritos. Hipparco (…) lo compara al ojo que no
está em potencia para exercitar su operación y acto. Galeno (…) dize
que los Médicos que ignoran la Astrología son piores que salteadores y matadores, por no conocer los neccesarios requisitos ala Medicina”.
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