Lauren Bacall nace en New York, el día 16.09.1924 a las 2.00 a.m. según Astrodatas, pero yo creo que nació a la 1.45 a.m Veamos algunas fechas de su biografía : El día 21.05.1945 se casa que el actor Humphrey Bogart, un hombre bastante mayor que ella. Lo contrasto con el ciclo del 84, que se utiliza para verificar situaciones de la casa VII.
Ahí tenemos a Saturno, un hombre mayor, en la cúspide de su casa VII. Por otro lado la Luna, que es regente de su Ascendente también está en conjunción al Ascendente natal. Veamos ahora la muerte de Humphry Bogart en la carta de Lauren, y lo contrastaré con el ciclo del 156, el ciclo que señala todas las muertes.
En este caso está señalando el final del matrimonio. El atacir del Ascendente si sitúa sobre el Fondo del cielo en Libra, indicando un final. Me parece muy curiosa esa posición y esa forma de señalar la muerte del marido, ya que estaban muy unidos. Queda pendiente hacer una sinastría entre ambos. Ya para finalizar , miramos la carta del día de ayer, 12.08.2014 y lo contrastamos co el ciclo del 96, para ver como estaba su cielo en la fecha de su fallecimiento.
En este gráfico el atacir más significativo es el de la Parte del infortunio sobre Saturno, que es el regente tradicional de su casa VIII. La Parte del infortunio viene de Escorpio y es una clara indicadora de muerte.
Recuerdo mis visitas a distintos astrólogos en momentos claves de mi vida, en su día me decanté por esa opción que me atraía más por su misterio y quizá porque yo idealizaba el tema. El caso es que con algunos me llevé una decepción y con otr@s salí francamente agradecido. La cuestión es que al astrólogo suele ir gente con problemas existenciales y que la " necesidad " de que te resuelvan los problemas, suele ser inversamente proporcional a los resultados. Me explico : Ir a visitar a un astrólogo no implica que tus problemas se resuelven, indica solo que quieres resolver tus problemas. El astrólogo mirará tu carta astral y a modo de brújula , y con mejor o peor acierto, te dirá que influencias te afectan en esos momentos e intentará que salgas de la consulta con mucho mejor ánimo del que has llegado. Para ello no es necesario que te regale los oidos, solo que te ayude a ubicarte en tu propio mapa existencial. Y estaba pensando en estas cosas, más que nada porque los astrólogos no hacemos milagros. Y también somos influenciados por los astros.....por supuesto.
Nota del Editor: Este texto apareció en el Grupo Exegesis
Discussion (lista de correo centrada en la astrología) el 12 dic.
1999 (4.98). Dennis Frank cita extractos de un libro del físico
Roger Jones ("Physics as Metaphor", 1982; London, Abacus (Sphere Books),
1983, p.63-71) y comentarios sobre el mismo. Dennis, autor de "The
Astrologer and the Paradigm Shift" (1992) posee un grado B.Sc. en Física,
y se le puede contactar en geewiz@ihug.co.nz
Ya que he estado presentando en esta lista, aspectos de una visión
contemporánea de la astrología, desde la perspectiva de un
graduado en física que se volvió astrólogo, considero
que seria útil estimar en qué grado otros que
intentan un camino similar presentan una descripción parecida. Una
apreciación de la interfase ciencia/astrología aparece
debajo como ilustración. El autor se doctoró en física
(1961), durante 6 años trabajó como investigador científico
en física experimental de la energía y luego se desempeñó
como profesor asociado de física en la Universidad de Minnesota.
Es posible descubrir una poderosa alternativa a la metáfora
espacial que sostenemos, mediante una consideración simpática
de la astrología. La unidad e interconexión de
todas las cosas se refleja en la combinación y equivalencia
de los dominios interno y externo de la conciencia y del espacio.
La astrología coloca un espejo frente a la conciencia humana.
Refleja el sentir medieval de hallarse inserto en el cosmos. Si tratamos de comprender la astrología de una manera simpática
a partir de las formas Griega y medieval de conciencia que la han nutrido,
hallamos que el principio fundamental que sustenta lo astrológico
"como arriba, es abajo" resulta decididamente poco consistente con la concepción
de un mundo interior subjetivo propio de la mente y otro exterior objetivo
atribuíble a la realidad, lo que habitualmente se asume como algo
natural hoy dia. Nuestras ideas del arriba y el abajo o del
interior y el exterior corresponden a dos ámbitos espaciales diferentes."
Para el astrólogo medieval, el arriba y el abajo no se refieren
a lugares diferentes sino a diferentes aspectos de lo mismo. No puede haber
un arriba sin el abajo. Ambos están conectados, de hecho unificados,
y las muchas correspondencias y relaciones percibidas entre ambos conforman
el estudio de la astrología. La astrología consiste
así en la explicación de las conexiones que existen
entre las estrellas y el mundo humano, es decir entre dos reinos aparentemente
diversos que en realidad son uno. Como la experiencia de tal unidad
habitualmente no nos es brindada, hallamos correspondencias, ecos, indicios
de un reino en el otro. Al emplear las estrellas para estudiarnos
a nosotros mismos, tácitamente aceptamos esta unidad y así
vamos a hallar nuestro ser interior reflejado en nuestra experiencia del
mundo y su espacio."
La conciencia medieval no ha percibido tan agudamente como lo hace
la nuestra, que la mente y el resto del espacio orgánico del cuerpo
humano está limitado por la piel. Nos percibimos como definidos
y delimitados de todo lo exterior a nosotros. Lo que está
dentro es yo y lo que está fuera es lo otro. No hay
nada entre los dos y no se superponen. Si pienso acerca de esto hallo
alguna ambigüedad cuando ingiero. Algo de mi ingesta permanece
extraño y es expelido. El resto va a devenir yo. (....)
Cuando conceptualizo acerca de mi cuerpo en esta forma, es como si mi cuerpo
no fuera en realidad, yo. Me parezco a un agente que utiliza mi cuerpo,
el cual así pasa a ser algo otro. Esta gradual disminución
del yo es un rasgo característico de la conciencia y su espacio
en la modernidad. En tanto pienso acerca de mi mismo en términos
de los procesos físicos, químicos y biológicos que
la ciencia tan bien ha descripto, imagino mi conciencia o mi ser como ocupando
una zona diminuta, vagamente ubicada dentro de mi cabeza (al menos allí
me parece percibirla). Dónde son llevados así
mi yo y mi espacio interior? En verdad, sin la revolución
en cuanto a la expansión de la mente en los años 60 y 70,
el peso aplastante de los argumentos de la ciencia moderna podría
habernos convencido ya de que no existimos en absoluto, que solo es real
lo que es otro, que la conciencia e incluso la vida misma son efímeras
e ilusorias."
El espacio astrológico o medieval, en cambio, no presenta
este carácter de abstracción y desvitalización. No
tendría siquiera un carácter propiamente espacial, si lo
pudiéramos experimentar. Gran parte de lo que una persona
medieval consideraría como espacial, hoy lo llamaríamos
mental, emocional, o psicológico. Para la mente medieval, el espacio,
o mejor digamos las relaciones espaciales, comprenden las conexiones percibidas
entre las cosas. Si un caballero fuera llamado quijotesco o mercurial,
esto era tanto una consideración espacial como psicológica
(para emplear categorías modernas). El caballero y el elemento eran
dos aspectos diferentes de la misma cosa, conectados de un modo que era
oscuramente percibido por la mente medieval, como espacio.
No existía un espacio geométrico separado, externo, en el
cual se configurarían relaciones abstractas. Mas
bien existía entre las cosas una red de relaciones orgánicas
y reflexivas, cuya cualidad para la mente medieval era análoga a
nuestra percepción del espacio."
En tal medio de interconexión orgánica, el astrólogo
medieval evaluaba la relación entre el ser humano y las estrellas.
No pensaba en los términos que hoy podríamos utilizar en
cuanto a la influencia del planeta Mercurio sobre alguien en el momento
de su nacimiento, proyectada a través de millones de millas de espacio
vacío. Mas bien identificaba en el momento primero, cuando
el recién nacido tomaba su primer aliento vital, el rasgo de un
evento único impreso en la totalidad del cosmos y reflejado en todos
sus ritmos y pautas. Del mismo modo podría haber leído
la esencia y potencial del niño en otros modelos reflectantes y
sinónimos –las ondas y corrientes del mar, el movimiento de las
hojas en el bosque, los elementos de la tierra o las estrellas en
el cielo."
La astrología no concierne, por lo tanto, a las causas y los
efectos. No tiene mas sentido decir que Mercurio ha impreso su sello en
el recién nacido, que el que tenga decir que el recién nacido
ha impreso el suyo sobre Mercurio. No es que uno afecte al otro, sino que
ambos se reflejan. La configuración total de tierra y cielo
es un símbolo profundo de la situación armónica
del niño y de Mercurio en ese momento y de sus
relaciones con otros cuerpos celestes. En este importante sentido, la astrología
es antitética respecto de la ciencia y el pensamiento modernos
tendientes a proponer que el cosmos y las relaciones causales carecen de
significado y propósito."
Nuestro mundo moderno, azaroso y carente de significado, no
seria concebible para el astrólogo medieval. Significado
y conocimiento están incorporados en el espacio astrológico,
que es simbólico, orgánico y sincrónico, en lugar
de vacío, geométrico y causal. La relación
espacial entre Mercurio y el niño (en nuestro sentido moderno del
espacio) es de poca importancia en la astrología medieval.
Un mapa natal representa las relaciones orgánicas y armónicas
mas bien que geométricas, entre los distintos elementos astrológicos.
El énfasis primario está puesto en la relación orgánica,
reflectante y simbólica, conexión que es percibida intuitivamente
por el astrólogo, tal como era vivida por una persona común
en la Edad Media."
Las distinciones modernas entre simbólico y real, metafórico
y literal, interno y externo, subjetivo y objetivo, tienen poco significado
para la conciencia medieval. Para los astrólogos, alquimistas
y artistas medievales, quienes buscaban la unidad de toda la conciencia,
vida y ser, qué posible significado se le podría dar a un
espacio abstracto, externo y perspectivístico? Ellos sabían
que el espacio era una metáfora, un símbolo de todas las
interrelaciones y armonías entre las estrellas, los elementos, y
los seres humanos. En la conciencia moderna, las leyes matemáticas
de causa y efecto en el espacio geométrico son vestigios emasculados
de las conexiones compartidas con todas las cosas, vividamente sentidas
por una conciencia mas temprana."
Como no hay forma de separar nuestro conocimiento del mundo de nuestra
conciencia de él, los cambios sea en el mundo o en la mente deben
ser comprendidos como modificaciones operantes en ambos. Mundo y mente
son aspectos aparentemente diferentes, quizás complementarios,
de la misma cosa. Por lo cual una visión diferente del mundo
sostenida por pueblos antiguos, la cual consideramos como mas simple e
ingenua que la nuestra, no es el reflejo de un conocimiento inferior, sino
una manifestación metafóricamente diferente del mundo, que
resulta de un estado de conciencia distinto. [El concepto de] evolución
de la conciencia se sustenta en la inseparabilidad de mente y materia
y en el reconocimiento de que otros han experimentado el mundo
de una manera distinta a la nuestra. Lo cual requiere que aceptemos
una visión del mundo "primitiva" como una descripción seria,
co-simpatizante y aguda de una experiencia anterior, mas bien que como
una visión desinformada, supersticiosa o inferior. Si la experiencia
ha cambiado y la conciencia es inseparable de la realidad, entonces
hay que asumir que se ha producido una evolución de la conciencia/realidad. En la modernidad, nuestro perdido sentimiento de síntesis
o conexión ha sido intelectualizado como una asunción acerca
de la realidad (que la misma está separada y es independiente de
nuestro mundo mental interno, y que, de hecho, subsume este mundo interno,
el cual deviene así, no real). Concebimos el espacio como
un vacío infinito, sin vida, frío, oscuro, nulo y extraño.
Es el escenario vacío privado de sentimiento en el cual la materia
realiza sus azarosos actos sin meta. Esta concepción no provee
el mas mínimo rincón donde anclar el insignificante punto
de un planeta, templado por una estrella de segunda magnitud, sobre el
cual por mero accidente, contra una probabilidad imposible, la vida y finalmente
la conciencia han venido a coincidir. Nos vemos viviendo en un universo
básicamente extraño, otro, que nos ofrece poca esperanza
o socorro, y especialmente ningún significado ni propósito."
Nuestro espacio moderno es la perfecta metáfora de la
separación, la extensión, la individuación y la alienación.
No podemos siquiera concebir la existencia excepto en el espacio, que luego
deviene el medio por excelencia de la existencia. Existir proviene
del verbo latino que significa separarse, pasar a estar fuera de, y el
espacio es precisamente aquello de lo que estamos fuera. El espacio
es el antecedente, el detrás desde el cual emergemos a la existencia,
en el cual devenimos articulados, individuados, seres únicos.
De un lado de la moneda tendremos la existencia y la calidad de único,
del otro, la alienación y el aislamiento. Nuestra metáfora
espacial está ligada íntimamente con nuestros miedos y aprehensiones
sobre la vida, la muerte y la supervivencia."
El espacio de la conciencia medieval, en cambio, posee la calidad
de orgánico, conectivo, nutriente, humano, inteligente, vivo y significante.
Es un reino de sabiduría y un almacén del conocimiento.
Mas bien que espacio es lugar, hogar, entorno. Como la matriz
para el embrión, sostiene, calienta y nutre, provee bálsamos
y líneas de vida, no tiene limites precisos, no hay separación
entre lo intimo y lo externo. Si bien es menos definido, preciso
y geométrico que nuestro espacio, contiene cosas que nosotros no
consideraríamos como espaciales, elementos psicológicos,
emocionales, intuitivos. Incluye los sentimientos hacia los demás,
hacia los seres vivos y las cosas inanimadas, de modo que el sentir
del espacio medieval incorpora el amor, el aprecio, la inspiración,
la pertenencia, el parentesco y la santidad."
En el mundo medieval, quizás te sentirías menos individuo,
pero mucho mas una parte vital de las cosas. Pertenecías
a una organización mayor, y dentro de ella funcionabas con un sentido
y propósito. Quizás el significado y propósito
no fueran evidentes, pero estaban allí a tu alrededor. Podías
sentirlo, percibirlo. Los astrólogos y alquimistas lo buscaban
en las estrellas y en los elementos, donde las conexiones con tu ser no
estaban en el espacio, sino que eran el espacio. Menospreciamos a
la astrología, no tanto en razón de que funcione o no funcione,
sino por el tipo de explicación anómala que requeriría
dentro de nuestras actuales teorías físicas y geométricas
(los últimos "paradigmas" como diría Kuhn). Carl Jung emplea
la noción de sincronicidad para brindar alguna forma de explicación
a las facultades adivinatorias del antiguo I Ching y de la astrología."
Sincronicidad es el principio de que existen lazos no
causales entre hechos coincidentes o simbólicamente relacionados.
Un ejemplo podría ser el cardenal que veo desde mi ventana al mismo
tiempo que escribo un párrafo acerca de la cardinalidad. Otro
puede ser la correspondencia entre una posición prominente de Mercurio
y el nacimiento de un niño con marcados rasgos mercuriales.
La sincronicidad no es una explicación en el sentido científico
aceptado. Ya que un principio acausal en términos científicos
es una contradicción . Pero en lugar de rechazar a la sincronicidad
por este motivo, hemos de reconocer su poder para ayudarnos a trascender
nuestros limites. La verdadera contradicción reside en la
incompatibilidad entre la conciencia causal y la sincrónica
o entre el espacio astrológico y el físico.
Y tal incompatibilidad emerge de nuestro rechazo a percibir y aceptar
el status metafórico relativo de todas nuestras construcciones.
En tanto que insistamos en que un tipo de espacio es literal y objetivo,
y el otro es metafórico y mítico, estaremos limitados por
las aparentes contradicciones entre ambos. Ya que estas perspectivas
diferentes son complementarias y ninguna de ellas puede darnos la imagen
completa. El esclarecimiento de lo humano resulta probablemente de
una rara síntesis entre la totalidad de las perspectivas,
metáforas y construcciones, y nunca puede ser experimentado, entendido
o comunicado en términos de solo una de ellas. En la medida
en que la astrología es ya una síntesis parcial de algunas
de nuestras mas significativas metáforas, nos hacemos un flaco servicio
ignorando su sabiduría."
Inclusive, nos perjudicamos mucho al rechazar el estudio y
la contemplación seria de muchos sistemas míticos y
simbólicos de culturas tempranas, primitivas o alternativas.
Nuestra inhabilidad crónica para lidiar con tales temas como
el totemismo, animismo, reencarnación, percepción extrasensoria,
adivinación, y un mundo de criaturas míticas, arquetipos,
dioses y diosas con rasgos humanos, proviene de nuestra idolatría
hacia el espacio físico y geométrico. Es el espacio
que separa y distingue las cosas unas de otras y por ello requiere luego
de la causalidad para poder religarlas otra vez. Implícito
en el principio Jungueano de la sincronicidad está la idea de que
todas las cosas son reflejo unas de otras: cada modelo, cada hecho es un
microcosmo del universo entero. Esta noción holística
e inespacial tiene sus raíces en todas las culturas antiguas.
Que todo deriva del uno –es Uno- está hondamente enterrado en la
conciencia humana. Si puedo leer mi personalidad en las estrellas,
es porque yo y las estrellas somos uno y el mismo, somos diferentes
metáforas."
Antes de dejar a un lado la cuestión de la astrología,
hay otra metáfora que quisiera sugerir para que nos ayude. El método
de la astrología permite la construcción de un mapa natal
para cada ser. Esta figura es un mapa simbólico de los cielos
para el momento natal de la persona, a partir del cual un astrólogo
dotado puede leer el carácter y destino básicos de la persona.
(No es tan fatalista como podría sonar, ya que la astrología
juega con las potencialidades y los limites que definen un bosquejo amplio
de los hechos pero no los determinan en forma absoluta.). Así cada
personalidad y su destino están correlacionados a grandes rasgos
con las configuraciones estelares del mapa natal y sus desarrollos futuros.
En otras palabras, la colección completa de personalidades
humanas e historias de vida es una manifestación alternativa o una
metáfora de los sucederes evolutivos de nuestro sistema solar contemplados
desde la tierra. La totalidad de complejas ocurrencias y relaciones de
la vida humana y la sociedad tienen su contraparte en los hechos espaciotemporales
de la astronomía. Así toda la historia humana
es otra metáfora espaciotemporal.
Al extraer los conceptos fundamentales de esta descripción, obtenemos
lo siguiente. Primero, que la astrología se orienta hacia
la "unidad e interconectividad de todas las cosas". Segundo, hallamos
otra utilización de la analogía del espejo, que refleja "los
ámbitos interno y externo de la conciencia y el espacio".
Tercero, otra identificación con "la máxima hermética
que subyace a la astrología - 'como arriba, es abajo' ".
"Ambos reinos están conectados -de hecho, unificados",
es el cuarto concepto clave, en el cual vemos como el autor relaciona la
dualidad del macrocosmo/microcosmo, del espacio/mente, con la unidad subyacente
que es el contexto desde el cual emerge la divergencia. "La astrología
se constituye así en explicación de las conexiones que existen
entre las estrellas y los seres humanos, entre dos ámbitos diferentes
que en realidad son uno solo. Como la experiencia de esta unidad habitualmente
no nos es brindada, encontramos correspondencias, ecos, indicios de un
ámbito en el otro. Al emplear las estrellas para estudiarnos,
tácitamente aceptamos esta unidad y hallamos nuestro ser reflejado
en nuestra experiencia del mundo y su espacio". Como hemos
crecido en la creencia de que las estrellas no están conectadas
con el ser humano, nuestra relación personal con el cosmos permanece
tácita, y nos volvemos concientes de él solo por vía
de algunos signos y símbolos que resuenan dentro nuestro y evocan el sentimiento
de interconexión.
El quinto concepto clave identificado es, que la astrología
hace surgir una problemática básica del limite: "La
mente y el resto del espacio orgánico del cuerpo está rodeado
por nuestra piel. Nos sentimos definidos y delimitados respecto de
lo que está fuera de nosotros. Lo que está dentro es
yo, y lo que está fuera es otro". La astrología ofrece
un significado personal del yo en relación con un contexto cósmico.
Las consecuencias psicológicas masivas de la descentración
paradigmática son marcadas. Esta patología prevaleciente
es producto de la ciencia durante los tres siglos pasados.
Sexto, el autor procede a postular una relación orgánica
entre los humanos y el cosmos: "Existía entre las cosas una
red de relaciones orgánicas y reflexivas, cuya cualidad para la
mente medieval era análoga a nuestro sentido del espacio.
En tal ámbito de conectividad orgánica, el astrólogo
medieval evaluaba la relación entre el ser humano y las estrellas".
El séptimo concepto clave está señalado cuando describe
las relaciones entre las cosas como reflectantes, implicando su mutua realimentación.
El octavo concepto clave es que, para el astrólogo, el espacio
contiene significados. "Significado y sabiduría están incorporados
en el espacio astrológico, que es simbólico, orgánico
y sincronístico, en lugar de vacío, geométrico y causal".
Esta es una diferencia primaria paradigmática entre la física
y la astrología; el espacio, en el paradigma astrológico
contemporáneo, contiene una dimensión cualitativa derivada
de una base arquetípica natural. Sin embargo, hemos
de recordar que los astrólogos solo consideran el espacio local.
Cuando se refieren al cosmos, una galaxia, el sistema solar, estos
espacios son descriptos como marcos de referencia en relación a
la superficie de la tierra o al centro de la tierra, y son experimentados
como componentes del cielo.
El noveno concepto es que el astrólogo contempla una relación
holística entre la parte y el todo, entre el microcosmos y el macrocosmos
"Es la relación orgánica, reflectante y simbólica
la de primaria importancia, y esta conexión es percibida intuitivamente
por el astrólogo, como la podría percibir una persona común
de la Edad Media. Las distinciones modernas entre simbólico y real,
metafórico y literal, interno y externo, subjetivo y objetivo, tienen
poco significado para la conciencia medieval". El horóscopo
es empleado como un diagrama de esta relación orgánica holística,
lo que permite un análisis detallado del mismo.
El décimo concepto es la complementariedad, tal como en la física
moderna. "Mundo y mente constituyen aspectos diferentes, quizás
complementarios, de la misma cosa". Si el cerebro ha evolucionado
para producir una mente al modelo del cosmos, es porque realiza una función
complementaria. El principio de complementariedad parece ser identificable
con el proceso cognitivo orgánico de reconocimiento de pautas.
Correlacionamos las pautas externas con respecto a una simultánea
pauta interna. Esto permite que la naturaleza unitaria del cosmos
sea identificada como un contexto de significados así como un reservorio
de potencialidades, del cual tales dualidades (mundo/mente, abajo/arriba)
emergen luego sincrónicamente en forma de estructuras o procesos
particulares.
El undécimo concepto es identificado como una polaridad natural
entre lo individual y lo colectivo, definidos en relación con el
contexto espacial. "Nuestro espacio moderno es la perfecta metáfora
de la separación, extensión, individuación, y alienación.
No podemos siquiera concebir la existencia excepto en el espacio, el cual
deviene así el medio por excelencia de la existencia. Existir
se deriva del verbo latino estar fuera, en tanto el espacio es exactamente
aquello de lo que estamos fuera. El espacio es el sustrato
del cual emergemos a la existencia, en el cual devenimos un ser articulado,
individuado, único. A un lado tenemos la existencia
y la calidad de único, al otro la alienación y el aislamiento.
Nuestra metáfora espacial queda ligada íntimamente
con nuestros temores y aprehensiones acerca del vivir, la muerte y la supervivencia."
Desde un punto de vista individual, la identidad única es separada
del contexto del ámbito total, que incluye tanto el espacio
como la sociedad. Desde un punto de vista colectivo, los individuos
son contenidos por el espacio e incluidos en la humanidad, pero la raza
humana está separada del espacio (de acuerdo al paradigma vigente),
si bien está contenida en el espacio como parte de Gaia, el sistema
solar, la galaxia, y el cosmos. De allí que surge un corolario producido
por esta polaridad de la separación, en el cual las personas diferentes
parecen extrañas, el temor hacia los diferentes provoca la guerra,
y los individuos sufren una rebaja de su valor de parte de los sistemas
sociales; en la medida en que se separan a si mismos, se vuelven
reemplazables.
El duodécimo concepto es la sincronicidad, de la cual el autor
brinda una definición. "Sincronicidad es el principio de enlace
no causal entre hechos coincidentes o simbólicamente relacionados."
Este principio es identificado en relación con el motivo paradigmático
por el cual la astrología continúa siendo marginada por la
ciencia. "La verdadera contradicción reside en la incompatibilidad
de la conciencia sincrónica y la causal, o entre el espacio
astrológico y el físico. Y la incompatibilidad proviene de
nuestro rechazo a aprehender y aceptar la relatividad metafórica
de nuestras construcciones. Estas diferentes perspectivas son complementarias,
y ninguna de ellas puede dar una imagen completa. Implícito
en el principio de la sincronicidad Jungueana está la idea de que
todas las cosas son reflejo unas de otras: cada modelo, cada hecho
es un microcosmo del universo entero. Esta noción holística
y fundamentalmente no espacial tiene sus raíces en las culturas
antiguas". De este modo el autor reconoce que el principio
es operativo como parte de la naturaleza, y que ofrece un modelo
en el momento en que conecta cada hecho (microcosmos) con el cosmos (macrocosmos).
El lo identifica como esencialmente holístico, inespacial
y arraigado en las culturas de la antigüedad.
Estos 12 conceptos clave servirían para identificar la mayor
parte de las características básicas que en conjunto
ofrecen un fundamento metafísico a la astrología. Una aguda
mente analítica podría querer reducirlos a un numero menor,
ya que algunas superposiciones resultan evidentes. Mi propósito
es únicamente ilustrar el fundamento común que tienen con
contribuciones similares hechas a esta lista, de mi parte y de parte de
otros en los últimos meses. Parece muy significativo que las
descripciones actuales de estos puntos sean consistentes con creencias
medievales y cosmologías antiguas, pero necesitamos ir mas allá
de la aceptación tácita de un saber tradicional del cosmos,
que aun pervive. El refinamiento y perfeccionamiento de las
descripciones actuales, así como la amalgama en una visión
común, aun debe ser realizado. Solo entonces podrán
los astrólogos contribuir sustancialmente al cambio del paradigma.
Según dice Eduardo Gramaglia en su libro " Astrología hermética ", estos serían los 7 Partes herméticos fundamentales. Parte de Fortuna ( Luna ) Diurna : Asc + Luna - Sol Nocturna : Asc + Sol - Luna Parte del Daimon o Espíritu ( Sol ) Diurna : Asc + Sol - Luna Nocturna : Asc + Luna - Sol
Parte de Eros ( Venus ) Diurna : Asc + Venus - Parte Espíritu Nocturna : Asc + Parte Espíritu - Venus Parte de la Necesidad ( Mercurio )
Diurna : Asc + Parte Fortuna - Mercurio Nocturna : Asc + Mercurio - Parte Fortuna Parte del Coraje ( Marte ) Diurna : Asc + Parte Fortuna - Marte Nocturna . Asc + Marte - Parte Fortuna Parte de la Victoria ( Júpiter ) Diurna : Asc + Júpiter - Parte Espíritu Nocturna : Asc + Parte Espíritu - Júpiter Parte de Némesis ( Saturno ) Diurna : Asc + Parte Fortuna - Saturno Nocturna : Asc + Saturno - Parte Fortuna Veamos como quedan ubicados esos Partes en mi tema natal, lo calculo matemáticamente pues no tengo ningún programa que me los ubique.