miércoles, 22 de febrero de 2017

Los planetas y las gemas que los representan, en el De Planctu Naturae de Alain de Lille. Por Francisco Pejanaute Rubio.








Francisco Pejanaute Rubio

La hermosa joven, Naturaleza, que se aparece en sueños a Alain para hacerle saber el disgusto que le embarga ante los extravíos sexuales de los hombres de su tiempo, va envuelta en maravillosas prendas y adornada con espléndidas joyas, de las cuales la primera que se describe es una diadema formada por doce maravillosas gemas que representan los doce signos del Zodíaco y, junto con ellas, otras siete piedras preciosas, en continua danza, con las que se alude a los siete Planetas. Cuando describe las piedras que representan los signos zodiacales, Alain no desvela a qué signo en concreto corresponde cada gema, pero en el caso de los planetas cada gema es asignada expresamente a cada uno de ellos.
Dos son los puntos que pretendemos examinar en el texto de Alain1: el orden en que el “doctor universalis” presenta los planetas y las gemas con las que identifica a cada uno de ellos.
1 Las referencias a la obra de Alain estarán hechas siguiendo la edición de N. HÄRING, Alan of Lille, “De Planctu Naturae”, Studi Medievali, 3ª serie, 19, 1978, 797-879, que ha venido a sustituir la desfasada de la Patrologia Latina.


1. El orden de los planetas

The Wheel of the Zodiac ~ 12th century


Los antiguos, cuando ofrecen, con sus nombres, la lista de los planetas, siguen uno de estos dos sistemas: o el conocido como “caldeo”, en el que el Sol aparece en medio, o el “egipcio”, en el que la Luna y el Sol aparecen, juntos, al principio o al final de la serie. En uno y en otro caso podríamos considerar como sistema “recto” al que ofrece los nombres de los planetas siguiendo el criterio de la mayor a menor distancia de la tierra, e “invertido” al que los presenta de menor a mayor.
Macrobio nos ha descrito los dos sistemas, ofreciendo los nombres de Platón y de Cicerón como representantes de los seguidores del sistema “egipcio” y “caldeo” respectivamente2. Ahora bien, como vamos a decir más adelante, la afirmación de Macrobio debe ser matizada debidamente. El sistema “caldeo”, el de uso más extendido, a partir sobre todo de época romana, fue atribuido a diversos pensadores griegos: a Pitágoras, a los Pitagóricos o a Arquímedes3.
2 MACROBIO, Commentarium in “Somnium Scipionis”, I 19, 2 ss.: “Ciceroni Archimedes et Chaldaeorum ratio consentit, Plato Aegyptios omnium philosophiae disciplinarum parentes secutus est, qui ita solem inter lunam et Mercurium locatum uolunt, ut rationem tamen et deprehenderint et edixerint, cur a non nullis sol supra Mercurium supraque Venerem esse credatur (…)”.
3 Cfr. J. SOUBIRAN, en nota a VITRUVIO, De architectura, IX 1,5 (Vitruve, De l’architecture, livre IX. París, “Les Belles Lettres”, 1969, p. 86).
El empleo mayoritario de estos dos sistemas no es óbice para que se hayan usado otros. J. Soubiran4 alude a la variante ofrecida por Aquiles Tacio, en la que el Sol aparece situado entre Venus y Mercurio.
Nosotros, por nuestra parte, en una racionalización de las distintas series, introduciríamos un tercer sistema: aquel en el que las posiciones de Júpiter y Saturno están invertidas (las inversiones de Venus y Mercurio, como tendremos ocasión de decir, no son significativas), circunstancia sorprendente ya que las órbitas de ambos planetas están muy distantes una de otra y ya los antiguos habían valorado acertadamente sus diferencias. Tal inversión de posiciones se dan tanto en la serie corta (la limitada a los auténticos cinco planetas) como en la larga (la que incluye la mención de la Luna y del Sol). Tendríamos, por consiguiente, tres sistemas: el “caldeo”, el “egipcio” y el sistema con Júpiter y Saturno invertidos.

England, 11th century (London, British Library, MS Harley 647, f. 21v).

Sistema “caldeo”: de entre los autores que nos han servido de base para el análisis presentan este sistema Gémino5, Cicerón6, en ambos casos con el sistema invertido; Higino7, con el sistema invertido; Vitruvio8, igualmente con el sistema invertido; Manilio9; Plinio10; Macrobio11, con el sistema invertido; Marciano Capella12 y Bernardo Silvestre13, con el sistema invertido.
5 Eisagogue eis ta phainómena, I 24 ss.
6 De diuinatione, II 91 y Somnium Scipionis, 4 (17).
7 De Astronomia, IV 14.
8 O. c., IX 1,5.
9 Astronomica, I 806-8 y V 5-7.
10 Naturalis Historia, II 32 ss.
11 O. c., II 3, 13.
12 De Nuptiis Philologiae et Mercurii, I 28. Capela enumera los planetas en su relación con las Musas. De las nueve Musas, Urania, musa de la Astronomía, está sentada en la órbita más alejada, donde están colocadas las estrellas fijas, mientras que Talía lo está en la tierra porque, como dice el autor, “sólo Talía, porque el cisne que la transportaba, sin poder resistir la carga ni el remonte de su vuelo, se había dirigido a sus nutricios lagos, quedaba sentada, abandonada, en la fecundidad misma de la floreciente campiña” (traducción de Pedro-Manuel Suárez Martínez), mientras que las otras siete Musas están, cada una, ligadas a los distintos planetas: Polimnia a Saturno; Euterpe a Júpiter; Erato a Marte; Melpómene al Sol; Terpsícore a Venus; Calíope a Cilenio [= Mercurio] y Clío a la Luna.
13 Cosmographia, I (“Megacosmus”), 3, 137-154.
Sistema “egipcio”: es el seguido por Platón14, Cicerón15, Vitruvio16 y Apuleyo17.
14 Timeo, 38 y, tal vez también, República, 616e-617a.
15 De natura deorum, II 50-53.
16 O. c., IX 1, 5-9.
17 De Platone et eius dogmate, I 203 y De mundo, 292-3.
Sistema con inversión de Júpiter y Saturno: Higino18, san Isidoro19 y Petrus Compostellanus20. Los dos primeros ofrecen la serie reducida (sólo los auténticos cinco planetas), mientras que el Compostelano ofrece la plena abriendo la serie con el Sol y terminándola con la Luna.
18 O. c., II 42.
19 Etymologiae, III 71, 20-21.
20 De Consolatione Rationis, pp. 69-70 de la ed. de P.Blanco Soto: Petri Compostellani “De Consolatione Rationis” libri duo. Münster i. W., 1912.

sunmeasure

Una presentación extraña, en la que no se adivina el criterio sobre el que está hecha la enumeración (a no ser que hayan influido razones puramente literarias) es la ofrecida por Claudio Claudiano21: Marte, Tonante (= Júpiter), Luna, Saturno, Citerea (= Venus), Cilenio (= Mercúrio) y Sol.
21 De consulatu Stilichonis, II 437-440.
Antes de pasar a examinar la actitud adoptada por Alain en la presentación de los nombres de los planetas, hagamos alguna ligera observación a las presentaciones de algunos de los autores mencionados.
a) Platón, según Macrobio (como ya hemos apuntado) representa a los seguidores del sistema “egipcio”. Es verdad que en Timeo 38 distingue, por un lado, la Luna y el Sol y, por otro, los otros cinco planetas, con lo que tiene que ser incluido entre los seguidores del sistema “egipcio”, pero al enumerar los auténticos cinco planetas, sólo menciona por su nombre a Venus y “al que está consagrado a Hermes” (= Mercúrio), pasando por alto los otros tres, porque, dice, “en cuanto a los otros planetas, si se quisiera exponer con detalle dónde y por qué razones Dios los ha colocado, este tema, que no es más que accesorio, nos exigiría más trabajo que el tema en relación con el cual lo trataríamos. Más tarde, cuando estemos más desocupados, volveremos sobre esta cuestión con todo el desarrollo que ella merece”. En la República, por su parte, habla de los movimientos de los planetas y de los colores que se les atribuyen pero no los menciona por sus nombres.
b) Cicerón emplea los dos sistemas, como lo hemos hecho notar: en De Diuinatione y en el Somnium Scipionis sigue el “caldeo”, pero en De Natura Deorum emplea el “egipcio”. Lo mismo hace Vitruvio pero con la particularidad de que no sólo se trata dentro de la misma obra sino incluso en dos pasajes seguidos: cuando los enumera simplemente, sigue el “caldeo” invertido, pero cuando pasa a describirlos, se vuelve al “egipcio”.
c) Mercurio y Venus, para los antiguos, describen órbitas muy similares y acompañan al Sol constantemente, unas veces precediéndolo y, otras, siguiéndolo; de ahí que a veces los designan con expresiones como “satellites” o “asseclae”. Ello explica que, en las enumeraciones de los planetas, no sólo van siempre juntos sino que unas veces Mercurio precede a Venus y otras le sigue, sin que el dato sea significativo.
En cuanto a Alain, enumera los planetas tanto en el De Planctu Naturae como en la otra obra literaria, el Anticlaudianus. En el primer caso, cuando describe a la hermosa doncella Naturaleza y, en el segundo, cuando Phrónesis, en su viaje al Cielo, atraviesa las órbitas planetarias. En este segundo caso en dos pasajes distintos: en IV 43-6, donde solamente se hace una presentación de los astros y en IV 333 ss., donde se describe cada uno, ofreciéndose sus propiedades e informando acerca de la música que cada astro, por separado, genera con su movimiento. Lo particularmente curioso es que en las tres ocasiones utiliza un sistema distinto en cada caso: el “caldeo” en De Planctu, el “egipcio” en Anticlaudianus IV 333 ss. y el “sistema con Júpiter y Saturno invertidos” – en una presentación plena de los planetas – en Antic. IV 43-6, con la Luna y el Sol abriendo la serie.

2. Gemas y planetas

the-zodiac-1496-granger_

Como hemos dicho más arriba, Alain atribuye una gema a cada planeta o, por mejor decir, habla de las gemas como representantes de los planetas22.
22 Entre los diversos lapidarios que Alain pudo conocer a la hora de componer su De Planctu están, como más importantes, los de PLINIO, N.H., XXXVII, san ISIDORO, Etymologiae, XVI y MARBODO, Liber lapidum. A ellos haremos referencia, a continuación, a propósito de cada gema.
Según Alain, a Saturno le corresponde el diamante; a Júpiter, el ágata; a Marte, la asterites; al Sol, el carbunclo o rubí; a Mercurio, el jacinto; a Venus, el zafiro y a la Luna, la margarita o perla, que, aunque no es un mineral, suele aparecer entre los minerales en muchos lapidarios23.
23 PLINIO no la incluye en el l. XXXVII, reservado a los minerales preciosos, sino en IX, 106 ss.; s. ISID., 10, 1; MARB., L.
Las razones que han movido a Alain a aplicar una determinada gema a un determinado planeta no están claras en la mayor parte de los casos. En otros autores el criterio seguido parece haber sido el del color y el brillo de los minerales, relacionándolos, por una parte, con los colores y brillos de los planetas y, por otra, con determinadas cualidades de los dioses cuyos nombres ostentan dichos astros. En el caso de Alain, un cierto criterio podría rastrearse en alguno de los casos: por ejemplo, el diamante, una de cuyas cualidades, puesta de relieve por los lapidarios, es su propiedad de no ser atacado por ningún fuego24, permaneciendo inalterable ante el mismo, va bien a Saturno, el planeta frío por excelencia por ser el que más alejado está del sol. Es evidente la relación entre el carbunclo o rubi con el Sol: dicha gema, como dice el autor de las Etimologías, de color encendido como el carbón, supera a todas las gemas ígneas, “cuyo fulgor ni siquiera la noche lo vence, pues luce en medio de las tinieblas, de tal manera que lanza llamas hasta los ojos”. También parece bien establecida la relación entre la perla o margarita, de color blanco lechoso (a la que san Isidoro califica de “prima candidarum gemmarum”) con la pálida Luna. En los restantes casos, otras posibles relaciones se nos figuran mucho más laxas y dudosas.
24 “Nec unquam incalescit” dice san Isidoro y “nulloque domabilis igne”, Marbodo.
Alain, a la hora de relacionar los planetas con determinadas gemas tuvo algún precedente, aunque no muchos. Pero, antes de hablar de ellos, queremos detenernos en la influencia que Alain ejerció, en este campo como en numerosos otros de su obra, sobre el autor de otro prosímetro –De Consolatione Rationis-, es decir, Petrus Compostellanus que, según la tesis tradicionnal, sería un hispano del s. XII25, pero que, según quiere María González Haba en un trabajo muy convincente26, no es hispano sino italiano y no pertenece al s. XII sino al XIV27.
25 Para citar sólo un par de testimonios, cfr. M. MANITIUS, Geschichte der lateinischen Literatur des Mittelalters, München, 1964 (= 1931), T. III, p. 154 y F. RICO, “Las letras latinas del s. XII en Galicia, León y Castilla”, en Abaco. Estudios sobre literatura española, 2. Madrid, 1969, p. 58.
26 La obra “De Consolatione Rationis” de Petrus Compostellanus, München, 1975, especialmente en pp. 24 ss.
27 La obra del Compostelano, editada por Pedro Blanco Soto como se ha dicho en n. 20, necesita una revisión a fondo y una nueva edición (así lo hacía constar ya M. Manitius en el pasaje citado en n. 35), que ponga remedio a los múltiples errores que contiene: cfr. Mª González Haba, o. c., p. 8.
Las jóvenes que acompañan a Astrología en el De Consolatione Rationis llevan cada una, en sus guirnaldas, una gema representando a un planeta. Las muchachas son la personificación de siete virtudes, las cuatro cardinales y las tres teologales:
Prudencia lleva un carbunclo con la imagen del Sol; Justicia, un ágata con la imagen de Júpiter; Templanza, un diamante con la de Saturno; Fortaleza, una asterites con la imagen de Marte; Fe, un zafiro con la de Venus; Esperanza, un jacinto con la imagen de Mercurio y Caridad, un crisolito con la de la Luna.
Como se ve, en el Compostelano los siete planetas están relacionados con las mismas gemas que en Alain. La única excepción es la Luna, ligada a la margarita en Alain y al crisolito en el Compostelano. Ahora bien, en el primer lapidario astrológico, de los dos que ofrece (antes de la descripción pormenorizada de las piedras) el conocido como “lapidario de Damigerón-Evax”28, el crisolito se aplica al Sol, pero en el segundo lapidario, se atribuye a la Luna, como en el Compostelano.

Medieval astrologers and surveyors at work, 15th century

28 El lapidario de Damigerón, autor de época de Tertuliano, se nos ha conservado en una traducción latina – Liber de lapidibus – del s. VI. Editado por E. ABEL en 1881 (Orphei lithica. Accedit Damigeron de lapidibus, Berlín, reimpr. en Hildesheim, 1971), forma parte de Les lapidaires grecs, publicados por R. HALLEUX y J. SCHAMP, París, “Les Belles Lettres”, 1985.
Que el Compostelano ha seguido fielmente a Alain lo vemos en el hecho de que, a la hora de describir las propiedades de las distintas gemas, toma de Alain expresiones incluso al pie de la letra (también aquí la única excepción es la descripción de la Luna):
Saturno: Alain: “motu ceteris avarior (…) tanti frigoris gelicidio senescebat ut (…) genialis nature probaret conformitas”. Compostelano: “(…) sororibus in motu tardior sue frigiditatis gelicidiis corpora videbantur afficere”.
Júpiter: Alain: “qui (…) quorundam inimicitias transformabat in graciam”. Compostelano: “vicinas astantium inimicitias transformabat in gratiam”.
Marte: Alain: “(…) qui, minaci sue fulgurationis vultu terribilis, ceteris minabatur perniciem”. Compostelano: “(…) qui (…) inferioribus caliditatis sue imperiali minabatur pernicie”.
Sol: Alain: “carbunculus, qui solis gerens ymaginem, sue radiationis cereo noctis proscribens umbracula (…)”. Compostelano: “carbunculus, qui solis gerens ymaginem, tenebrositatis opasce proscribebat umbraculum”.
Mercurio y Venus (Alain los enumera y los describe juntos): “(solis) insistendo vestigiis, ipsi velut assecle ancillando prefati luminis nunquam fraudabantur aspectu. Brevique interiecta distancia circa eius orbem currunt pariter (…)”. Compostelano: Venus: “sui luminis claritate parva spacii distancia interiecta soli precursor ancillabatur ad ortum”. Mercurio: “communi quadam familiaritate solis nunquam fraudabatur aspectibus”.
Decíamos más arriba que, a la hora de relacionar los planetas con determinadas gemas, Alain había podido contar con algún precedente. Este es el caso del lapidario de Damigerón-Evax. El lapidario contiene dos cartas introductorias, dos breves lapidarios astrológicos y la descripción de 86 piedras preciosas. La primera carta (traducción, al parecer, de un original griego procedente de Egipto) no contiene ni nombre de signatario ni de destinatario, mientras que la segunda ofrece ambos: “Evax”, rey de los árabes, el signatario, y “el emperador Tiberio”, el destinatario.
El segundo lapidario contiene la enumeración de los siete planetas relacionados con otras tantas gemas: a Saturno le corresponde el ágata, al Sol el heliotropo, a la Luna el crisolito, a Marte el sardio, a Mercurio la hematites, a Júpiter la herbosa y a Venus la egyptila.

Isidore_of_Seville_Four_elements

El primero, por su parte, parece un lapidario astrológico zodiacal truncado ya que en él se pasa revista a sólo siete signos del Zodíaco a los que corresponden determinadas gemas. Ahora bien, la enumeración de sólo siete signos, coincidiendo con el número de planetas invita a reemplazar los signos zodiacales en cuestión por los planetas de los que son domicilio o sede en la Astrología29 (sabido es que los auténticos cinco planetas tienen dos domicilios en el Zodíaco: uno diurno y otro nocturno, mientras que el Sol sólo tiene uno, el diurno, y la Luna sólo uno, el nocturno), con lo que en Damigerón-Evax tenemos un lapidario indirectamente planetario: al Sol, con domicilio en Leo, le corresponde la gema crisolito; a la Luna, con domicilio en Cáncer, la afroselina; a Marte, con sede en Aries, la hematites; a Júpiter, con domicilio en Sagitario, la ceraunia; a Venus, con domicilio en Tauro, la “medos”; a Mercurio, con sede en Virgo, la arábiga, y a Saturno, con sede en Capricornio, la ostraquita30.
29 La lista completa de los domicilios o sedes las ofrece, por ejemplo, FÍRMICO MATERNO en su Mathesis sive Astronomica, II 2, 3-5, y algunos datos aparecen en Lucano, Pharsalia, I 625-60.
30 El tercer lapidario de la obra conocida como Lapidario de Alfonso X el Sabio, el que trata de “las piedras según la conjunción de los Planetas” (pp. 190 ss. de Alfonso X. “Lapidario”. (Según el manuscrito escurialense H.I. 15). Introducción, edición, notas y vocabulario de Sagrario Rodríguez M. Montalvo. Madrid, Gredos, 1981), relaciona a los planetas con gemas; y es que “se camian muchas vezes las uertudes delas piedras segund el estado delas planetas”.
Como es bien sabido, el “Lapidario” de Alfonso X contiene, en realidad, cuatro lapidarios: el primero (traducido por Yhuda Mosca el Menor y atribuido a Abolays) presenta las piedras preciosas según los signos del Zodíaco; el segundo (anónimo, aunque también traducido o compuesto, probablemente, por Yhuda Mosca) trata de las gemas según las fases de los signos zodiacales; el tercero (anónimo), trata de las piedras, como se ha dicho, según los planetas; y el cuarto (atribuido a Mahomat Aben Quich) las presenta por orden alfabético.
En el tercero (que es el que a nosotros nos interesa) los planetas están presentados siguiendo el sistema “caldeo”, en su versión recta, es decir: Saturno, Júpiter, Marte, Sol, Venus, Mercurio y Luna. En este caso no es una sola piedra la atribuida a cada uno de los planetas, sino varias; por lo general las gemas están mencionadas con sus nombres árabes. En solo un caso una piedra coincide, en su atribución a un planeta, con la misma piedra atribuida por Alain (y el Compostelano) a ese planeta: se trata del diamante, atribuído a Saturno, el planeta por el que comienza la serie, debido a que “es mas alta planeta que todas las otras, et desi vernemos descendiendo fasta la Luna, que es la más baxa, por quien recebimos uertud delas otras planetas, según la puso Dios en ellas”.
Para terminar, y aprovechando la referencia al primer lapidário de Damigerón-Evax, hagamos constar las relaciones que se han establecido, en diversas ocasiones y por distintos autores, entre las gemas y los signos del Zodíaco. Es una cuestión sumamente atractiva, aunque, por el momento, sólo vamos a aludir a algunos aspectos de la misma.
Como se ha dicho más arriba, Alain, cuando habla de las gemas y de los signos zodiacales, no menciona los nombres de las piedras preciosas. Sí lo hace Marciano Capella, que tal vez pudiera ayudar a la hora de identificar las relaciones que Alain parece querer establecer entre signos zodiacales y gemas. Es parecer generalmente admitido31 que el primero que relacionó gemas con signos zodiacales fue Filón, en su Vita Mosis, interpretando alegóricamente las gemas del pectoral de Aarón. Las piedras, en dicho pectoral, aparecen ordenadas en líneas de tres (como en Capela, en donde cada trío de gemas representa una estación del año).
31 Véase, por ejemplo, Danuta SHANZER, A Philosophical and Literary Commentary on Martianus Capella’s “De Nuptiis Philologiae et Mercurii” Book I, Berkeley, Los Angeles, Londres, 1986, p. 163.
En Apocalipsis, por su parte, las hiladas del muro de la nueva Jerusalén están formadas por un conjunto de doce piedras preciosas (ocho de las cuales coinciden con ocho del pectoral de Aarón).
Parece, pues, que la relación de gemas con signos zodiacales es un tema judío que ha tomado origen de la interpretación alegórica del pasaje del Éxodo.
Hildeberto de Lavardin, en el s. XI, en el poema 42 de sus Carmina Minora, hace una interpretación alegórica de las doce gemas del Apocalipsis (las mismas doce y, además, ofrecidas en el mismo orden) relacionándolas con los doce patriarcas, hijos de Jacob. El mismo título del poema en la edición de la Patrologia Latina hace referencia a tal interpretación: “De duodecim patriarchis, allegorice per lapides Rationarii summi pontificis designatis”. (En la edición de A.B.Scott: “De XII lapidibus et nominibus filiorum Israel”).

Old Orthodox Apocalipse Wall-painting from medieval Osogovo Monastery, Republic of Macedonia




https://espacoastrologico.org/2013/02/04/los-planetas-y-las-gemas-que-los-representan-en-el-de-planctu-naturae-de-alain-de-lille/

Una viñeta, para pensar.











Ha existido alguna vez la conciencia de clase ?

Si la hubo alguna vez  se está extinguiendo como ocurre con los los glaciares y el cambio climático.

Esta viñeta, en clave de humor, da que pensar.





Desde luego se presta a un debate en profundidad.


https://es.wikipedia.org/wiki/Conciencia_de_clase



lunes, 20 de febrero de 2017

La insoportable levedad del ser. De Milan Kundera.












La insoportable levedad del ser, de Milan Kundera, es uno de esos libros memorables que suelen utilizarse como pequeños hitos a la hora de seguir la bibliografía de su autor. 
Una novela completísima, llena de pequeños momentos donde el narrador consigue romper la realidad como si fuera una vidriera y dejar claro que no es una novela más, ni una historia de amor, sino todo un manifiesto sobre la vida y sus detalles. Tomás, un médico mujeriego, conoce a Teresa casi por casualidad y se la lleva a la cama. Tras descubrir que ella no es como las demás (con ella el juego no es el mismo, parece ir más allá del sexo), inician un extraño romance lleno de contradicciones, como las aventuras de Tomás o lo pronto que comienzan a vivir juntos. 
Este encuentro tan accidentado será el centro de una espiral que obedece a la vez a la malicia del azar y la fatalidad del eterno retorno, y que irá volviéndose cada vez más dolorosa, más insoportable, a medida que vayan entrando personajes como Sabina (la atractiva fotógrafa) o Franz, el amante de ésta, un marido idealista que encuentra el sentido de su matrimonio en la infidelidad. Pero eso es el argumento. 
Bajo un título que asusta y enamora, el libro realmente son páginas y páginas sobre cómo se toman los personajes la historia. Las incomodidades que le causa a Tomás la vida en pareja, los quebraderos de cabeza de Teresa al descubrir los celos, el miedo de Franz. Cómo estos personajes afrontan el mundo dentro de su paraíso/infierno particular, cómo respiran, se mueven y piden la hora, con una profundidad psicológica que (a veces, algunas) roza la perfección.

 

https://zoonpolitikonmx.files.wordpress.com/2014/06/milan-kundera-la-insoportable-levedad-del-ser.pdf


La Prosperidad y la Riqueza, Técnicas y Métodos Antiguos.Por Juan Verdera Grimany








Juan Verdera Grimany

El tema de la prosperidad siempre ha sido uno de los mas llamativos debido al impacto que en la vida tiene, por esta razón los sabios antiguos se afanaron en dilucidar con la mayor certeza posible métodos para acertar en sus pronósticos.
 Actualmente estos métodos antiguos están en desuso o simplemente son desconocidos por una grana mayoría de astrólogos y estudiantes de la astrología. El por que de esta cuestión radica en que los textos antiguos no han sido conocidos por la gran mayoría de astrólogos renacentistas y por otra parte, cuando han sido revisados no ha sido comprendido a cabalidad las técnicas que estos proponían. Intentemos entonces explicar dichas técnicas y veamos como han de ser usadas.
 Doroteo de Sidon, el cual es una de las fuentes mas antiguas con las que contamos nos dice que:
 “Es necesario también observar el signo en el cual la Luna entra al tercer día desde el nacimiento del nativo, así esto debe ser conocido por el lugar de la Luna y por el señor de la exaltación y que planeta está asociado con ella y por su señor y por los planetas que la aspectan. Ello indicará al nativo porque, si es benéfico aspectando este signo, ello indicará primero la bondad de su formación (educación) y su buena fortuna.Y si son maléficos indicará su miseria”.

 Carmen Astrologicum Dorothei Sidoni, pag 171. D. Pingree 1976

 En este caso Doroteo pone de relieve el uso de un principio universal aplicado a la Luna para sacar provecho del mismo de manera particular. El principio básico radica en que cuando se produce la Lunación, la Luna no posee luz alguna y es sólo al tercer día cuando comienza a mostrar su luz. De igual manera, cualquier evento o ciclo, mostrará sus posibilidades al tercer día desde su inicio o planteamiento y es por ello que Doroteo nos muestra dicha técnica.

tema1_

En este tema la Luna al tercer día llega hasta los 15º de Aries, siendo el señor de su Exaltación el Sol. En este caso la Luna no nos revela gran cosa porque aspecta sólo a Júpiter en una casa cadente y a la parte de Fortuna pero además lo hace con Venus que transmitirá su luz al Sol en cuanto ingrese en el siguiente signo, además de esto, el Sol posee un aspecto de Trígono con Marte angular y en triplicidad y sus regentes de triplicidad son angulares que como veremos mas adelante muestran gran riqueza según las reglas legadas por Doroteo.

tema2_

El segundo aspecto a tener en cuenta es que por el señor de la exaltación o mediante él conoceremos la elevación del nativo, pero por que? Por que no tomar otro señor como el del signo o el de la triplicidad u otro cualquiera? La respuesta a esta cuestión es que Doroteo entiende que es la sociedad quien determina estas cuestiones y el indicador mas afín es justamente el señor de la exaltación, mostrándonos de esta manera si es aceptado o no socialmente y marcando si ésta le permitirá tomar un lugar en la misma. El señor entonces de la exaltación del lugar ocupado por la Luna nos dirá si existe aceptación, elevación, mediocridad o miseria. Lo buscado en este caso es si el señor de la exaltación mira a la Luna en dicho signo y por tanto ofrece su beneplácito o recepción para ofrecer el máximo de benefícios de dicha situación. Además de ello, los posibles aspectos en tal posición de los restantes planetas indicarán la ayuda u obstáculos para tal logro.
Luego de este planteamiento con sus diversas graduaciones, Doroteo nos plantea otra opción a tener en cuenta:
“Si tu encuentras el dodecatemorión (igualmente al tercer día) de la Luna con maléficos o aspectándolo, entonces esto es indicativo de infortuna para el nativo. Si tu encuentras la Luna vacía de todos los planetas y ninguno la aspecta, o no hay ninguno en el ascendente o lo aspecta (al ascendente), entonces este nativo estará vacío de bondad en su vida y poseerá (en cambio) dolor y dureza en sus ocupaciones o en lo que necesite.”

 Carmen Astrologicum Dorothei Sidoni, pag 171. D. Pingree 1976

En este caso, el uso de las dodecatemorias es llamativo para la obtención de un resultado similar, y es de notar que las dodecatemorias son muy usadas como complemento de lo indicado por un planeta en un signo, ya que éstas representan las diversas graduaciones que posee un signo y podríamos denominarla como “correcta afinación”, porque un signo no muestra igual fuerza o potencia en su totalidad y en cada sección requiere del apoyo del señor de su correspondiente partición para obtener su máximo. En este caso como en otros usos de las particiones también ha de indicarse que señores semejantes en naturaleza como puede ser los de triplicidad, también pueden ser beneficiosos aunque no sea el señor propiamente de la dodecatemoria.
Las dodecatemorias además de ser particiones a semejanza de los signos, suelen ser clasificadas en masculinas y femeninas. Así En Aries, la primera dodecatemoria sería de Aries (Marte) y masculina y la siguiente sería de Tauro (Venus) y femenina, por tanto no solo basta con que el señor de la dodecatemoria mire dicha partición para obtener un máximo sino que a ello se suma la idea de que una dodecatemoria masculina de día es mucho mejor que una femenina, siendo a la inversa de noche, pues las femeninas serán preferidas a las masculinas.
Es importante entender que son los planetas dueños de dichas dodecatemorias los que deben ser observados y no la partición misma en si, porque el espacio siempre posee un dueño y es dicho dueño quien dispone de tal espacio. Así pues en un tema cualquiera el señor de la dodecatemoria puede o no estar en dicho espacio, pero su ubicación, orientalidad con respecto al Sol, domicilio, exaltación y otras consideraciones serán un indicador de que tal cuestión se verá favorecida o perjudicada según sea el caso.
Los antiguos además de estas consideraciones añaden indicaciones para mirar los ángulos que se forman a partir de ellas y no solo dichos espacios a modo de ángulos sino que los regentes de dichos puntos son de vital importancia. Además de esto suelen ser combinadas con los señores de los términos y dichos señores ayuda y aumentan su poder cuando aplican al señor de la dodecatemoria, como por ejemplo un planeta a 6º de Aries, donde su dodecatemoria correspondería a Mercurio y el término sería de Júpiter, entonces los aspectos de Júpiter a Mercurio sería mas importantes en relación a dicha posición mas que ningún otro que pudiera recibir.


Dodecatemorias Planetarias

Pero no solo mediante el tercer día de la Luna observaba Doroteo la prosperidad del nativo, sino que mostró otros elementos que por su eficacia era muy reveladores de su técnica depurada. Un ejemplo de esto lo tenemos en su señalamiento de la Luna creciendo o menguando, pues en un caso indicará prosperidad y aumento y en el otro será indicativo de disminución y penurias. Aunque cabe destacar que en la práctica la Luna decreciendo ofrecerá bienes mas bien de tipo espiritual como podrían ser colecciones de libros, etc.
Doroteo señala de igual manera el uso del décimo lugar a partir de la Luna, pues él será indicativo de elevación y prosperidad:
– “Mira la Xº lugar desde la Luna; si tu encuentras un benéfico en ella, ello indica esplendor y bienes para el nativo, pero si encuentras un maléfico en ella, (encontrarás) disminución y daño de esto.”

 Carmen Astrologicum Dorothei Sidoni

Lo que puede ser inferido de este planteamiento es que las posiciones de los planetas también interactúan entre si, a partir del lugar donde están ubicados de igual manera en que se miran las casas y posiciones con respecto al Ascendente, mostrando prosperidad o impedimentos según sea el caso. Así la casa VIIIª a partir de cualquier planeta, será una casa de daño para lo indicado por dicho planeta, pero hemos de recordar que no solo por lo encontrado en dichas posiciones se percibe el designio, sino que la interrelación del señor de dicha casa con el planeta regente de la casa mirada, nos ofrecerá una información que de otra manera no sabríamos como buscar. Esta técnica como puede apreciarse es semejante a la de las casas derivadas, solo que más correctamente dilucidado, se toma la posición de sus señores y no la posición y derivadas de los espacios. A raíz de estas consideraciones otros autores posteriores denominaron a un planeta en la décima del otro “estar exaltado sobre el otro”, así un planeta en casa Iª está exaltado sobre uno en casa IVª y uno en VIIª lo está sobre uno en casa Xª.
Doroteo además de legarnos tales joyas, mostró un sistema que podría denominarse como el mas universal de todos y que fue eliminado por completo con el paso de los años, y los mismos autores persas y Judíos quizá no llegaron a comprender del todo o al menos no lo supieron explicar apropiadamente, aunque siempre remiten a la obra de Doroteo, lo cual podría ser una muestra de respeto quizá para dejar que fuese él mismo quien expresara el sistema. Me refiero en este caso al uso de los señores regentes de la triplicidad.

triplicidades_

Dichos regentes son capaces de revelarnos varios elementos de vital importancia. El primero de ellos se relaciona con la cantidad. Esto quiere decir que un planeta X en cualquier lugar del círculo que se encuentre, no mostrará la totalidad de su potencia o cantidades a no ser que los regentes de la triplicidad lo apoyen. La idea básicamente consiste en que los planetas en los signos (sean cuales sean) no posee la totalidad de la cantidad sino solamente un tercio de dicha cantidad. Estas cantidades se evidenciarán según la distancia que exista entre el ángulo hasta su caída en la casa cadente de dicho ángulo. Al haber 4 ángulos principales en un tema cualquiera, habrá entonces cuatro posibles posiciones de máxima fuerza y estas serán siempre las mas cercanas a dichas cúspides.
Lo siguiente a ser observado es que desde una cúspide hasta la siguiente este espacio es dividido en 6 partes proporcionales. Si hubiese 90º entonces cada 15º habría una graduación de cantidades. Lo importante en este caso es que la proporción se hará partiendo en 6 partes iguales.
A continuación para obtener la información que requerimos se requiere buscar la luminaria regente, lo cual será deducido en función del tiempo de nacimiento. Si la natividad o el evento es diurno, será el Sol quien será observado, en caso de ser nocturno el tema, será la Luna quien nos de la información correspondiente.
Los regentes de la triplicidad ofrecidos por Doroteo son como sigue, en lo casos nocturnos se intercambia el segundo regente por el primero y el tercero permanece invariable:
Fuego: Sol-Júpiter-Saturno Aire: Saturno-Mercurio-Júpiter Agua: Venus-Marte-Luna Tierra: Venus-Luna-Marte


Es importante que dichos regentes aspecten o bien a la Luna o bien al Ascendente o al regente del Ascendente o bien al Luminar prominente de día o de noche o bien al señor del Luminar prominente. Estas indicaciones son estrictas para que la información que ofrecen tanto los regentes de triplicidad o cualquier otro planeta indiquen la particularidad con respecto al evento o nativo observado, pues de lo contrario la información no hará referencia al particular sino que lo hará hacia cualquier elemento externo al nativo o evento observado. Esta es la manera en la cual lo Universal se aplica a lo particular y se manifiesta de manera específica, puesto que los Universales no se refieren sino a aquellos elementos Universales.
Luego de estas consideraciones Doroteo nos indica aquellos elementos que han subsistido en casi todos los tratados modernos tales como mirar al señor del Ascendente, de la casa Xª y al señor de la casa de la propiedad, la cual es la 2ª a partir del Ascendente, el señor de la casa XI, el señor de la VIIIª y de la Vª, etc…. sin embargo estas consideraciones últimas, sólo se refieren a las particularidades del tipo de ganancias y no a las cantidades. Así una persona con Venus en casa segunda hará que las ganancias sean fáciles, y provengan de aquellas cuestiones relacionadas con Venus. Esta consideración sin embargo no nos dice que cantidad o cantidades serán adquiridas por el individuo lo cual lo hará sin duda alguna los señores de la triplicidad de a Luminaria predominante. La escala de valores será entonces determinada por la angularidad de dichos planetas. Si dos de ellos están angulares y el tercero no, el individuo prosperará, si dos de ellos están sucedentes y el tercero no, el individuo prosperará menos pero lo hará.
Un detalle a tener en cuenta en estas consideraciones es que los regentes de triplicidad también nos hablan de los tiempos en que estas ganancias se producen, siendo el 1º regente el responsable del primer tercio de la vida, el 2º del segundo tercio y el 3º del tercero, con lo cual para poder determinar las épocas donde las ganancias se producirán será preciso saber cuanto vivirá el individuo y luego dividir dicho tiempo en tres partes iguales.
Además de estas consideraciones Doroteo también nos dice que si los regentes de la Luminaria dominante están en malos sitios pero la contraria está en buenas posiciones, la vida del individuo no se verá tan llena de pérdidas. En caso de que los regentes de triplicidad de ambas luminarias estén en malos sitios, la Parte de la Fortuna y sus señores será quien tenga la última palabra, porque lo mejor será si está en Domicilio, Exaltación, Triplicidad, Término o Faz y bien aspectado. Es aconsejable mirar al señor de la Rueda de Fortuna y no a la fortuna misma de la misma manera a como se efectúa con el Ascendente y su regente. Y esto será así en todos los casos tratados. La Luna en todos los casos nos indicará si la cantidad prometida aumenta o disminuye en función de la quincena en la cual esté, así una Luna menguante mostrará una cuarta parte del todo, una Luna Creciente mostrará el todo, la Luna Nueva mostrará la mitad y la Luna Llena (hasta la menguante) mostrará una tercera parte de lo prometido.
Vetius Valens por su parte nos muestra algunas indicaciones que son dignas de tener en cuenta con respecto al éxito y la fortuna. Haciendo uso de la Sizigia precedente al nacimiento nos dice:
 – “Si el signo de la Luna nueva o de la Luna llena o el regente de este signo está en el Ascendente o en el Medio Cielo, el nativo será afortunado. Si el Sol o la Luna o la mayoría de las estrellas son encontradas en el I.C, el nativo será distinguido y rico, pero las estrellas le arruinarán su vida terriblemente o se verá envuelto en odios, pleitos y calumnias.”

 Complete Anthology, libro IIº, Vettius Valens. Mark. T. Riley

He aquí un ejemplo de lo anterior según las indicaciones de Valens:

tema3_

Como se puede apreciar es uno de los puntos hylegíacos el preferido para definir la fortuna del individuo. Una vez mas es el regente de la Lunación es quien ofrece la información sobre la elevación y riquezas. Por otra parte, la idea de elementos nocivos en relación al ángulo del I.Coeli está determinado por su oposición a la casa Xª y por tanto se convierte en la casa VIIª a partir de esta, y dicha casa es la de los pleitos y litigios. La regla con respecto a planetas o posiciones vuelve a ser tenida en cuenta. Curioso, no obstante, resulta el hecho de que Valens no hable de la casa VII con respecto al regente del asunto tratado como hace Doroteo, lo cual nos muestra que muchas de las informaciones que poseía estaban quizá incompletas.
Otras consideraciones similares pueden ser deducidas de la posición y regentes de la Rueda de Fortuna, el Punto del Espíritu y otros elementos.
– “Si el Sol está en el Daimon, en su propia secta, y con el regente de su casa y en su propia casa, el nativo será distinguido, elegante y tendrá muchos amigos. Y si ocurre en otro lugar, el nativo será afortunado después de los cronocratores de su contrario.”
 – “Si los regentes del Daimon y de la Fortuna son encontrados en el lugar de la Base, con el regente de la casa en conjunción, el nativo será ilustre y renombrado.”

 Complete Anthology, libro IIº, Vettius Valens. Mark. T. Riley

En este caso Valens nos introduce en el uso de ciertas partes como la del Daimon, la de la Base o la Fortuna, las cuales ofrecen cuando menos información poco conocida sobre el uso de tales partes o lotes. La parte del Daimon es calculada de la siguiente manera:
– “Para los nacimientos diurnos ella es encontrada determinando la distancia desde la Luna hasta el Sol (y para los temas nocturnos, desde el Sol hasta la Luna), contando esta distancia desde el Ascendente.”

 Complete Anthology, libro IIº, Vettius Valens. Mark. T. Riley

Como se observa claramente, la parte del espíritu es a la inversa que la del cálculo de la Fortuna. Para la parte de la Base la fórmula nos la describe de la siguiente manera:
– “Esta es encontrada determinando la distancia desde la Fortuna hasta el Daimon (por el día) o desde el Daimon hasta la Fortuna (en temas nocturnos), entonces cuenta la distancia desde el Ascendente.”…..

 Complete Anthology, libro IIº, Vettius Valens. Mark. T. Riley

Las posibles combinaciones entre estos regentes y sus partes estando situadas unas encima de otras será entonces lo que determine la fortuna del nativo. Las fórmulas en este sentido son muy variadas y sugerentes. Unas empleando los regentes de las partes y otras combinando sus lugares, etc.
Por eso Valens una vez mas expresa lo siguiente:
– “Entonces, si los señores intercambian sus lugares- i.e. si el señor de la Parte de la Fortuna está en el lugar de la Parte de la Base, el señor de la Base está en el lugar de la Parte del Daimon, y el regente del Daimon está en el lugar de la Fortuna – el nativo es afortunado, real, o notable. Si el señor de la Base, está junto al regente del Daimon, en el lugar del Daimon, el nativo es afortunado y pensamiento elevado. Si los regentes del Daimon, la Fortuna y la Base están en sus propios sitios, en dicho caso igualmente, el nativo es afortunado.”

 Complete Anthology, libro IIº, Vettius Valens. Mark. T. Riley

Retorio al hablar sobre la riqueza y prosperidad del nativo señala como elemento sugerente el uso de la casa XI desde la posición de la parte de la Fortuna, además incluye al regente por término. Las diferentes maneras de observar y delinear estos elementos a veces son intercambiables aunque cada parte es significadora de un aspecto en particular de cada materia.


La idea de intercambiar elementos ha venido a ser uno de los grandes problemas legados del poco entendimiento con que los astrólogos posteriores han tratado el tema desde el renacimiento o quizá antes. Un término no es igual que una dodecatemoria y tampoco son semejantes al signo o a las faces o decanatos, aunque se haya transmitido de tal manera. Así las dodecatemorias como antes hemos indicado poseen una naturaleza por una parte dual, relacionado con lo masculino y lo femenino, con lo diurno y lo nocturno y por tanto su vínculo es directo con las luminarias. Por otra parte funcionan como armónicos de los signos y por tanto reflejan la influencia de sus señores. Lo mas común dentro de las fórmulas donde se usan las dodecatemorias es ubicar la de los dos luminares por estas mismas cuestiones, aunque es extensible al resto de planetas. Lo mas común es buscar el atestiguamiento mediante aspectos de los regentes mismos de dichas particiones, sobre todo por conjunción. Un ejemplo dentro del tema tratado es el siguiente:
– “Si la dodecatemoria de la Luna está en trino con ella, esto significa persona renombrada; pero si está en oposición a ella, indicará persona ignominiosa (sin fama).
 – Si la dodecatemoria de Saturno cae en el lugar de Júpiter, el tendrá controversia con su rey, pero si cae donde Marte, entonces se verá envuelto en muchos procesos judiciales, y si es en el de Mercurio el se verá afligido por los hijos y hermanos;y si es en el de Venus, se verá afligido por las mujeres; si es en el Sol, el perjuicio vendrá por la salud de los padres o algo semejante para el padre mismo.

 Retorius the Egyptian, 60, James Herschel Holden

En su introducción a las dodecatemorias Fírmico afirma lo siguiente:
– “Algunas personas piensan que por medio de estas puede ser encontrada la esencia completa de la carta y ellos claman que todo aquello que está oculto en la carta puede ser revelado por las dodecatemorias.”

 Matheseos Libri VIII, xiii, Firmico Materno

Estas consideraciones ponen de relieve la importancia que se les otorgaba dichos puntos con lo cual deberían ser re-examinadas. Un elemento que escapa a la explicación de los antiguos radica en que los puntos de cuadratura, trígono y oposiciones son relevantes porque los planetas regentes de las dodecatemorias correspondientes a dichas partes serán mucho mas críticos que cualquier otro de manera similar a los señores de las casas. Si ocurriera que La Luna está en una dodecatemoria de Saturno por ejemplo, y en su opuesto se ubica la de Venus, un aspecto con Venus podría ser fatal mas que cualquier otro, de manera semejante a cuando el Reg de Ascendente aplica al regente de la casa VIII o la XII. Lo mismo puede ser deducido de los demás aspectos. La idea finalmente que se intenta transmitir es que aquello oculto a la vista de las diversas combinaciones de la carta, puede ser descubierto y se hace obvio mediante el uso de las dodecatemorias y sus términos correspondientes.
Por otra parte Fírmico nos revela el funcionamiento de otra técnica, esta vez basada en las Faces o Decanos, lo cual no ha tenido continuidad como en los casos anteriores. Expliquemos en que consiste esta manera de encontrar la fortuna mediante esta técnica ancestral.
La idea básica consiste en que cada signo posee tres decanos o Faces, pero dichos decanos no dotan de poder a un planeta en su totalidad de grados sino sólo en algunos de los 10 que pose. Los grados a los que se refiere Fírmico son denominados como grados llenos o vacíos y en la tradición trascendieron con otros nombres y nomenclaturas.
Cuando un planeta está en propia Faz, sólo adquirirá la potencia del decano siempre que esté en los grados llenos, si no es así, su poder no será manifiesto. Por otra parte no solo la propia faz resulta eficiente sino que el planeta puede estar en una Faz que corresponda a su propia triplicidad, exaltación o un planeta amigo, aunque esto último en menor medida.
Una vez sabido esto, Fírmico indica que deben ser revisados los Luminares y los otros cinco planetas restantes y afirma que si son encontrados en dichos puntos la fortuna del nativo será máxima, sobre todo si el Ascendente posee similar configuración. Con sólo un planeta en dichos grados (y Faz) será mediocre, quien tenga dos se aproximará a cierta cantidad de buena fortuna, con tres la fortuna será buena mas allá de lo común, con cuatro su riqueza será mucha como los reyes y mas allá de esto indica que no es posible alcanzarlo en carta humana alguna.
Esta manera de clasificar la fortuna también es extensible a los cinco puntos Gilegíacos pero además es posible aplicarlo a los diversos regentes de el Ascendente, siendo estos el regente del signo, el regente de exaltación, de triplicidad, del término y finalmente de la Faz. Así mismo es posible aplicarlo a otras cúspides con resultados sorprendentes. Así Fírmico nos dice:
– “En manera similar el Medio Cielo en grados vacíos predice carencia de éxito, pero en grados llenos indica toda clase de fortalezas y esto es válido para cualquier otra casa. Lo mismo es verdad sobre la Parte de la Fortuna, el regente de la carta, y aquellos que determinan la ocupación. Para todos estos, incluso estando ubicados en casa favorables, si no están en “grados llenos” perderán su poder. Pero si están en grados llenos, ellos garantizarán mas firmemente todo aquello que prometan.”

 Matheseos Libri VIII, libro IV, XXII. Firmico Materno

Esta manera de entender el funcionamiento de las Faces o Decanos no fue transmitida al Medioevo y muchísimo menos a épocas posteriores, aunque ciertos autores recogieron algunas de dichas indicaciones por separado como la clasificación de grados.

DECANORUM_

Alí Ben Ragel es uno de los grandes compiladores medievales y como tal recoge variadas perlas del saber antiguo, sin embargo muchas de las fórmulas antes vistas no reaparecen, siendo sustituidas por otras con no menor veracidad. Pongamos un ejemplo de ello:
– “Mas cuando quisieras saber que será de aquél que está enseñoreado en aquella su dignidad de riqueza o de pobreza, o si llegará a tener o si la derramará (dispersará), presta atención en esto a la parte de la Fortuna y a su señor y a la Luna y al grado de la casa del haber (casa II), y pues si llegare la Luna al grado de la Parte de la Fortuna, y ella afortunada, y el grado de la casa del haber otro tanto (de igual manera), significa que tendrá mucho haber (riquezas) y que será apoderado en legarlo. Y cuando fueren las infortunas caídas (cadentes con respecto a) de la Luna y del señor de la parte de la Fortuna con lo que antes dijimos, significa salvamiento de su haber…etc.”

 Libro Cumplido.libro III, Alí Ben Ragel, Hilty

Como podrá observarse la idea de tomar los planetas unos con respecto a otros es heredado como parte de la tradición. Se le da mayor importancia a la parte de Fortuna y a la Luna y su relación con esta, así como las posiciones con respecto a las mismas.
Ben Ragel en su libro IV, hablando sobre el haber, nos cuenta que los regentes de triplicidad de la casa II, si son encontrados con recto movimiento, en buen estado y firmes en los ángulos y otras tantas consideraciones, el nativo será rico. Sin embargo Ben Ragel se olvida de mencionar que las casas por si mismas son particiones que pertenecen a los planetas y no deben ser miradas por si mismas. Una casa, por muy afortunada que esté por sus ocupantes, siempre dependerá de su Almutén y de su regente, por tanto la regla es útil, mas no así su explicación.
Otro indicador interesante que muestra Ben Ragel es el siguiente:
– “Presta a atención al primer planeta que entrare en el lugar de la Luna en los nacimientos nocturnos o en el lugar del Sol en los nacimientos diurnos, y aquél planeta será significador del fin del estado del nacido en riqueza y en pobreza.”

 Libro Cumplido.libro IV, Alí Ben Ragel, Hilty

Al recoger la información sobre los señores de la triplicidad heredados por DoroteoBen Ragel sólo se fija en sus dignidades, regencias, fortalezas y debilidades lo cual solo nos lleva a las calidades y no las cantidades de dichos planetas.
– “Cuando los señores de la triplicidad del Sol en los nacimientos diurnos fueran todos afortunados y apoderados y recibidos y en buenos lugares y en sus dignidades, aquél nacido será rico y abondado en toda su vida. Y si los unos de ellos fueran afortunados y buenos y apoderados y los otros fueren infortunados y malos, tendrá el haber y la riqueza en la parte de la vida que corresponda a aquél planeta afortunado, y tendrá pobreza y mengua en la parte del otro planeta que fuera infortunado; que el primero de estos significadores significa el comienzo de la vida, que es el tercio primero, y el segundo significa el tercio segundo, y el tercero significa el tercero. Y de esta manera juzgarás de los señores de la triplicidad de la Luna en los nacimientos nocturnos.”

 Libro Cumplido, Libro IV

Ben Ragel en este caso no distingue la cualidad de las cantidades. En la práctica, poco importa si los regentes no poseen dignidades esenciales aún así obrarán con fuerza y manifestarán riqueza. Esta misma pauta es seguida por otros autores medievales pero en ningún caso es explicado el por que. Algunos autores añaden el uso de las estrellas fijas siguiendo a Hermes, pero es en el uso de los regente de triplicidad donde se encuentra quizá la mejor guía para entender este asunto como en el siguiente ejemplo de una persona rica.

tema5_

En cualquier caso, los regentes de triplicidad mostrarán cantidades de lo que sea según sea el caso, si el regente es Universal como lo son las luminarias para la riqueza, será sobre este tema sobre el que arrojen luz, pero si se trata de algún otro, los mismos regentes indicarán igualmente tal cuestión, sin olvidar que requieren cierta conexión con lo individual como puede ser el regente del Ascendente o la Luna que siempre se comporta corregente. Mesahalah no obstante indica que en las Horarias el planeta debe mirar al Ascendente, bien que sea el Almutén, el regente mismo del Ascendente y en caso de que no sean estos, entonces se mira si la Luna cumple con esta regla. En caso contrario, el planeta con mas grados y que primero salga del signo en el cual está, será el que se emplee. Veamos como se particularizan los asuntos según Mesahalah:
– “Cuando hayas fijado el Ascendente y su grado, analiza el señor de la Casa de la Vida: si lo vieres que aspecta al Signo Ascendente, o alguno de los planetas reflejan su luz desde el Ascendente, has de operar por él.
 Si no es así, y es la Luna la que se haya en la misma situación que el señor del Ascendente, ha de operarse por ésta.
 Si ninguno de ambos aspecta al Ascendente, ni planeta alguno refleja su luz al Ascendente has de tomar el que tenga más valor en grados en el Signo en que se encuentra, y que ha de transitar antes al Signo siguiente, y opera por él.

 Opera Mesahalah

Este planteamiento pone de relieve el como se particularizan las influencias diversas pues de lo contrario no se harán efectivas en los diversos temas. Esto es algo que se olvida con facilidad en muchas ocasiones y en otras simplemente se desconoce. En el siguiente ejemplo, vemos como los maléficos en casa IIª y angulares no niegan la riqueza, que según Ben Ragel sería lo que ocurriría.

tema6_

Los regentes de triplicidad de la Luna son el Júpiter-Sol-Saturno. Saturno en casa 1ª está exaltado pero retrógrado y Júpiter en casa VIIª no pasa de estar en triplicidad, el regente de Ascendente en este caso Venus no posee ninguna dignidad salvo estar en propio término y está en cuadratura con el regente de la casa del haber, o sea la 2ª, aún así la riqueza de este individuo es muy considerable, como antes nos advirtió Doroteo.
Los regentes de triplicidad, una vez mas, cuando están dirigidos hacia las casas, lo cual há de hacerse mirando a sus regentes o Almutén y no a sus cúspides como algunos creen, mostrarán cantidad pero de los recursos relativos a la casa. En el caso que nos ocupa, los regentes de la casa IIª mostrarán si existen muchos medios de entrada o solo unos pocos. En el caso del Asc, los regentes del Almutén y del regente del Asc mostrarán la vitalidad del individuo, pero además los diversos intereses que pueda manifestar el individuo y sus diversas épocas, aplicarlo a la casa Vª, equivaldría quizá a decirnos la cantidad de hijos, los de IVª quizá nos hable de los diversos inmuebles y cosas semejantes según sea el caso. La práctica en cualquier caso será la mejor guía.
Por último conviene indicar que los temas por regla general se verán beneficiados o perjudicados de manera genérica siempre y cuando existan otros factores como el clima y la disposición de la casa IV, pues esta de alguna manera también indica el país donde se nace. Si dicha casa estuviera afligida y sin embargo la casa IX o la VII estuviese con mejores indicaciones, la riqueza prometida podría resultar al emigrar a otro país y no en el propio. Escoger entonces el país será cuestión de verificar los climas correspondientes y luego los países o ciudades mejor dispuestos según las direcciones mismas de la carta.
En caso de que los indicadores naturales no muestren signo de prosperidad o riqueza, las electivas usando la magia antigua pueden ser un buen remedio para arredrar la pobreza o las fatigas propias de la vida o al menos disminuirlas en gran medida.
Talismán para que aumenten la fortuna y el comercio. Haz una imagen en cuanto estén fastos el ascendente, la décima, sus dueños respectivos y los dueños de sus casas respectivas, la Luna y su dueño y el dueño del ascendente; después de que sean fastos la segunda y su dueño; procura que el regente de la segunda esté relacionado con el regente del ascendente en trígono o sextil y que entre ambos haya armonía y que la segunda esté fasta; procura que la casa de la felicidad esté en el ascendente o la décima relacionada con el dueño de la casa, y el dueño de la casa de la riqueza mirando hacia la casa de la riqueza; fastos la oncena y su dueño; y el portador de esta imagen será la más acaudalada criatura de Dios; además cualquier comercio que emprenda le será fácil y sacará dinero de todos sus movimientos.
 Picatrix. Libro 1º cap 5

Bibliografía

David Pingree: PICATRIX THE LATIN VERSION OF THE GHAYAT AL-HAKIM.1986;
Carmen Astrologicum Dorotei Sidoni, 1976.
Vettius Valens. The Antology book 1-7. Project Hindsight 1993; Complete Anthology. Mark Riley. 2011.
 Rhetorius the Egiptian Astrological Compendium, James Herschel Holden 2009.
 Firmico Materno: Liber Astronomicorum, Venetiis 1499. De Nativitatibus Iulius Firmicus Maternus, Venetiis 1497 Johannes Pompeius & Antonius Laurus.
 ALkabitio: Libelus Ysagogicus Abdilasi, Interprete Ioanne Hispalensi, Liber introductrius Abu Os Saqr Abd Al Aziz Ibn Utman Al Qabisi, 1485.
 Ali Ben Ragel: El Libro Conplido en los Iudizios de las estrellas, Harold Hilty, 1964.
 Charles Burnet: The Liber Aristotilis of Hugo of Santalla, ed Warburg Institute 1997.
 Messahalah: De elementis et Orbibus Coelestibus, 1549; De Cogitatione Epistola in Rebus Eclipsis, Liber Recepcionis, De Revolutionibus annorum Mundi de Significationibus planetarum in Nativitate; Works of Sahl & Mesha Allah, Benjamin Dykes 2008, Demetrios Santos.
Seyffarth, G: Systema Astronomia Aegipticae Quadripartium, 1833.
 Dorian Giesler Greenbaum, Ma, Late Classical Astrology: Paulus Alejandrinus and Olimpiodorus, 2001.
 Alkindi: Liber Novem Judicum in Iudiciis Astrorum. Venetiis 1509.