viernes, 10 de febrero de 2017

La Importancia del Libro Conplido en los ludizios de las Estrellas en la Astrología Medieval.Por Luís Miguel de Vicente García











La Importancia del Libro Conplido en los ludizios de las Estrellas en la Astrología Medieval

Reflexiones sobre la selección de obras astrológicas del códice B338 del siglo XV del archivo catedralicio de Segovia
Luis Miguel de Vicente García
Universidad Autónoma de Madrid

El manuscrito que manejamos se halla en el archivo catedralicio de Segovia con la signatura B338. La obra en sí no tiene título; empieza directamente con la parte octava del Libro conplido en los iudizios de las estrellas (folios 7-85v) Beaujouan había informado de la existencia de este códice en un congreso en 1965.

En castellano sólo contábamos hasta ahora con la edición del Libro conplido en los iudizios de las estrellas de Gerold Hilty, basada en el ms. 3065 de la Biblioteca Nacional de Madrid original del siglo XIII. Esa edición de 1954 – extremadamente cuidadosa – contiene sólo las cinco primeras partes de las ocho que formaban la versión original.1

1 Hilty está en estos momentos preparando la edición critica del Libro conplido reuniendo las tres partes que le faltaban a su edición de 1954 en base a los muchos manuscritos que ha podido manejar en estos años, y yo me encargo en esa edición de la transcripción de la octava parte del libro conplido segiin este códice que ya transcribí en 1989 como apêndice de mi tesis doctoral y del que Hilty ofreció también dos capítulos transcritos en 1988, sin que yo conociera esta trascripción parcial del libro octavo cuando inicié la mía.

(…)

Simón de Phares, astrólogo francés del siglo XV que se ocupo de dar una información valiosa sobre la astrologia y los astrólogos según se conocían hasta su época, considera a Aben Ragel como el mayor astrólogo en materia de astrologia judiciária.

(…)

El libro se empezó a traducir del árabe al castellano por el judio Yehudá b. Mosé ha-Kohén en Toledo, el doce de marzo de 1254, fecha que estableció concluyentcmente Hilty en su edición de 1954. En un artículo aparecido un año después, Hilty ofrecía más datos sobre la persona y la labor del traductor. Su artículo proporciono un cuadro muy valioso sobre las obras traducidas por Yehudá b. Mosé ha-Kohén, incluyendo a los colaboradores con quien trabajó y una cronología de su labor. También demostró Hilty con nuevos datos la misma identidad entre los nombres Yehudá Mosca el menor y Yehudá b. Mosé ha-Kohén; cuestión ya sugerida por Américo Castro, Procter (“The Scientific Works”) y demostrada también, aunque mucho después del trabajo de Hilty, por S. Gil, quien coincide básicamente con Hilty, aunque no da referencias al artículo de éste. Estos críticos afirman la identidad de un mismo traductor bajo las diferentes fluctuaciones de la onomástica medieval, frente a los estudiosos que sostienen la teoría de dos personalidades distintas. Para Hilty, “Mosca” era el apellido del traductor. Entre 1225 y 1231 Yehudá b. Mosé ha-Kohén colabora en una recensión latina del tratado de la Azafea de Azarquiel; es por esa época un principiante todavía pero, para poder hacer esa recensión, nos dice Hilty, debería haber nacido hacia 1205. Su labor la realizaría sobre todo en Todelo, ciudad donde Procter sitúa su nacimiento. En Toledo tenía su padre seguramente el cargo de rabino; cargo que nunca tuvo el hijo, según Hilty, a diferencia de lo que han pensado otros críticos. En 1231 tenía el título de médico. Entre los años 1225 y 1231, Yehudá aparece trabajando al servicio de un inspector; entre 1231 y 1243 no se conocen datos sobre su actividad pero Hilty lo supone continuando su labor como médico y traductor en Toledo, pues en esta ciudad se encuentra en 1243, como alfaquín al servicio del infante Alfonso, que le encarga traducir el Lapidario entre 1243 y 1250. Es en 1254 cuando halla Yehudá b. Mosé el oríginal árabe del Libro conplido y propone al rey traducirlo. En la primera mitad de 1256 termina la traducción del Libro de las estrellas fixas, y en febrero de 1259 acaba las traducciones del Libro del alcora y del Libro de las cruzes. Esto culmina para Hilty una primera etapa en la que la labor de Yehudá b. Mosé es sobre todo de traductor de obras astrológicas y astronómicas. En un segundo período su actividad se concentra no en la traducción sino en la investigación astronómica: colabora en la elaboración de las Tablas alfonsíes, y es “ayimtador” astronómico en la composición definitiva del Libro de las estrellas fixas en 1276. Otras de las obras -de carácter astrológico predominantemente- de cuya traducción se encargó Yehudá b. Mosé, solo o en colabora ción con otro traductor, son: Los IIII Libros de las estrellas de la ochaua espera; Libro de la faiçon de la espera et de sus figuras et de sus huebras que es llamado libro de la alcora; y, al parecer de Sarton y de Muñoz Sendino también sería Yehudá b. Mosé el traductor del Tetrabiblon o Quatripartito de Ptolomeo. Y para David Romano también seria el traductor del Picatrix.

(…)

Sobre el método de la traducción del Libro conplido, propone Hilty, frente a la teoria de la existencia de una fase intermedia entre la labor del traductor del texto árabe y la versión escrita, que la escritura la haría un “cotraductor” y no “un amanuense cualquiera”, lo cual explicaría las diferencias dialectales en las distintas obras a cargo de Yehudá b. Mosé há-Kohén. Hilty propone la existencia de todo un equipo de traductores dentro del cual Yehudá b. Mosé ha-Kohén actuaría de enmendador, encargado de la revisión lingüistica y astronómica del texto.

(…)

El Libro conplido se traduce según Romano en la época en que los judíos son más libres para traducir ya que lo vierten directamente del árabe al castellano y acabarán por crear sus propios textos como las Tablas alfonsies.

(…)

Además de la octava parte del Libro conplido, el códice contiene ocho obras más; la letra en esos casos es de varías clases: gótica, cvirsiva, humanística y cortesana del siglo XV.

Contiene las siguientes obras, además de la octava parte del Libro conplido:

1. Libro de las cruçes en los juyzios de las estrellas.

2. Cánones del almanaque perpetuo.

3. Introductorio del Alcabicii.

4. Los siete climas de la tierra.

5. Sobre çircunferençia.

6. luizios del libro de Aben Regel.

7. Tablas para saber las verdaderas conjunciones de la luna.

8. Capitulo en saber de las lluvias.

(…)

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Las primeras preguntas que debemos hacernos frente a los textos que contiene este códice, es por qué se copian en el siglo XV este tipo de obras, con qué criterio se seleccionan y qué relación guardan con la cultura de este siglo. La transcripción del códice completo, con la identificación de cada obra, ayudará sin duda a aclarar esos interrogantes.

Entre los escasísimos documentos de astrología editados en castellano hay que destacar la excelente edición del Tratado de astrología atribuido a Enrique de Villena. La redacción de la version que se conoce del Tratado se hizo en Segovia en 1428, según Samsó2, por un tal Andrés Rodriguez. Estamos, por lo tanto, en una época muy cercana a la elaboración del códice segoviano que manejamos, y seguramente en la misma ciudad. Para Samsó la elaboración del tratado es “representativo de la decadencia de este período en el campo de la astronomía española”, ya que se simplifican mucho los conceptos astronómico-astrológicos, y el léxico técnico que se emplea en el Tratado atribuido a Villena varía bastante respecto a los libros de los colaboradores alfonsíes. Esta decadencia, según ha demostrado Samsó, se refiere solamente a la primera parte del siglo XV, ya que hacia la segunda mitad del siglo se produjo un resurgiraiento de los estudios astrológicos, bajo cuyo influjo se copiarian, posiblemente, las obras del códice segoviano, de tradición astrológica marcadamente alfonsí: “La situación cambiará por completo en la segunda mitad del siglo XV, en la que se producirán tres hechos de importancia: la aparición de la gran figura del astrónomo salmantino Abrahan Zacuto; la dotación de una cátedra de Astrología en Salamanca hacia 1460; en tercer lugar, (…) el desarrollo de los estúdios de astronomía náutica en Portugal”. La creación de la cátedra sahnantina logra que la astrología castellana se iguale con la europea al darle una dimensión universitaria. Lo normal había venido siendo que fueran los judíos quienes cultivaran por su cuenta las disciplinas científicas: éstos eran los médicos, los astrólogos y los especialistas en todas las ciencias, más que las universidades: “la production scientifique ibérique des anneés 1320 á 1460 s’inscrit presque entiérement en dehors du cadre universitaire, à moins qu’elle n’émane d’Espagnols résidant hors de leur pays (…) on ne trouve guére, en Espagne, de production scientifíque typiquement universitaire avant 1460”.

2 El prólogo de Julio Samsó es valiosismo para determinar el estado de la astrología en el siglo XV, sobre todo desde el punto de vista de las ideas astronómicas que contiene el Tratado; Samsó es un buen conocedor del funcionamiento interno de la astrología y sus fundamentos científicos. A él remitimos para quien quiera ver un desarrollo de las ideas astronómicas propiamente dichas desde Alfonso hasta la época del Tratado.

A pesar de la fundación temprana de las universidades españolas – Palencia (1208), Huesca (1354), Zaragoza (1474) – la ciencia no tuvo en ellas mucho desarrollo salvo el estudio de la medicina en la universidad de Lérida. La universidad de Salamanca, aunque fundada en 1227 y protegida por Alfonso X, sólo se vigoriza a fines del siglo XIV, y empieza a desempeñar un papel verdaderamente importante en las ciencias a partir de 1460, con la creación de una cátedra de astrologia.


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(…)

El carácter de la astrologia de las obras del códice segoviano refleja bien la actitud tomista hacia la astrologia: casi todas las obras tienen una función práctica en la sociedad. Hay tablas astronómicas y almanaques de gran utilidad para la organización de todo tipo de actividades desde la navegación a los calendarios; hay pequeños tratados para predecir las lluvias; existe, pues, en el criterio de selección de los textos del códice segoviano, una intención dominante de que sean prácticos; se va perfilando la noción de astrologia científica que recuerda lo que San Isidoro, Alcuino o Hugo de San Víctor habían definido por “astrologia natural”. De las nueve obras del códice, siete tratan directamente de cuestiones relacionadas con el dominio de la naturaleza exclusivamente; no afectan a la predicción de lo humano: o son almanaques, o predicción de lluvias, o cuestiones especulativas como el brevísimo Tratado sobre la circunferencia. De las dos obras restantes, la octava parte del Libro conplido tiene que ver también de un modo fundamental con las predicciones de fenómenos metereológicos o con las predicciones anuales, las cuales están de moda en toda Europa durante el siglo XV. Se dejan fuera, en cambio, las partes del Libro conplido que conciemen a las cuestiones de astrología de interrogaciones y elecciones o a la astrología judiciaria. De fondo pesa el critério tomista sobre el tipo de astrología válida tanto como la academización de la astrología que habría de enfocarla hacia cuestiones científicas o de utilidad y validez práctica y imiversal; enfoque que acabaría desembocando, con el pasar del tiempo, en el estudio exclusivo de la astronomía.

Por otro lado, las obras del códice de la Catedral de Segovia contienen buena parte de los textos que formaban parte de la educación de un astrólogo en la España y en la Europa del siglo XV.

(…)

Una de las dos obras principales en la formación primaria de un astrólogo, el Introductorio del Alcabicii, se incluye en el códice segoviano.

(…)

El Introductorio se convirtió asimismo en una obra indispensable en la formación de los médicos.

(…)

El astrólogo Alcabicioal-Qabisi – se sitúa en Alepo hacia el siglo X; su obra fue traducida por Juan de Sevilla en 1120 y su uso fue recomendado en París, según nos testimonian unos comentarios de Juan de Sajonia, en 1331, y prescrito luego para los estudiantes de medicina, junto con el Quadripartitum y el pseudo-Centiloquium.

De tanta importancia como el Introductorio fue el Libro conplido de Aben Ragel. Esta obra era algo más que un manual básico en la formación de un astrólogo; era considerado durante el siglo XV, junto con las obras de Ptolomeo, como gran fuente de autoridad en cuestiones de astrología: Simón de Phares era partidario de las teorias de Aben Ragel como otros tantos astrólogos, por ejemplo Jean Marende, autor de un horóscopo de nacimiento del rey Luis XI “et qui était comme Simón de Phares lui-méme un partisan des méthodes de Haly Abenragel”. El libro conplido, traducido del castellano al latín por Egidio de Tebalde en 1256, sería utilizado sobre todo para cubrir los aspectos de los que no daba cuenta el Quatripartitum de Ptolomeo. Se citaba también El libro conplido para la definición de términos astrológicos que no tenían equivalente en la tradición ptolomaica. En las polémicas entre astrólogos, suele aparecer El libro conplido como argumento de autoridad: Máxime Préaud da el ejemplo de una discusión astrológica sobre el efecto de determinadas conjunciones; discusión en la que un astrólogo, Conrad, se apoya en El libro conplido frente a los seguidores de Ptolomeo.

Por otro lado, podemos preguntamos por qué se ha copiado en el códice segoviano solamente la parte octava del libro conplido; parte que concieme a las revoluciones de los años. La respuesta está, de nuevo, en el carácter de la astrología durante el siglo XV: la astrología de las revoluciones de los años fue la que más de moda estuvo durante este siglo: “La plupart des astrologues devaient rédiger réguliérement de telles prédictions (las predicciones anuales), comme le font aujourd’hui nos <voyantes>”. Préaud suministra una serie de ejemplos extraídos de la información que proporciona Simón de Phares. La parte octava del Libro conplido debió servir de manual para estas predicciones anuales y por esa razón fue el objeto de la selección del códice de la catedral de Segovia, en una época en la que el interés por la astrología de elecciones e interrogaciones cedió terreno en favor de las predicciones anuales. Este es un tema difícil de documentar de una manera concluyente en el caso de España, donde carecemos de ediciones de la mayor parte del material astrológico de este siglo.

En suma, la importancia de las obras del códice segoviano, y la relación de algunas de ellas con el escritorio alfonsí, confirman la revitalización de la astrología en la segunda parte del siglo XV; la vuelta a las tradiciones astrológicas del pasado coincide con el interés con que en Europa se mira a España como la cuna tradicional de las ciencias ocultas:

L’animisme universel d’Amaud de Villeneuve, le lullisme et la cabale juive ont, évidemment, en se conjuguant, constitué une ambiance favorable aux sciences occultes (…) Pourtant, du fait de traditions anciennes (…) l’Espagne apparaissait, au XVe siécle, comme la terre d’élection des sciences occultes.


Horsehead and Orion Nebulas


Bibliografía

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miércoles, 8 de febrero de 2017

Planetary Hours, aplicación de móvil.












Cuando me piden una carta horaria y no estoy en casa siempre echo mano de esta aplicación de móvil para saber el Señor de la Hora.

El Señor de la Hora es indispensable para validar una carta horaria.

Para que una carta Horaria sea válida :

El almuten del Ascendente y el Señor de la Hora  son el mismo planeta.

Los dos son planetas de la misma Triplicidad.

Ambos comparten al menos una cualidad elemental, calor / frio , o  humedad / sequedad .


Las Creencias. Por Gemma Pizarro.




Frame of Mind series. Composition of human face wire-frame and fractal elements with metaphorical relationship to mind, reason, thought, mental powers and mystic consciousness


“Tus creencias se convierten en tus pensamientos,
tus pensamientos se convierten en tus palabras,
tus palabras se convierten en tus actos,
tus actos se convierten en tus hábitos,
tus hábitos se convierten en tus valores,
tus valores se convierten en tu destino”.
Mahatma Gandhi.


Seguramente has escuchado alguna vez esto de que las personas no cambian. En
realidad, las personas sí cambian, pero lo hacen cuando cambian sus creencias.
¿Qué es una creencia? Es lo que una persona cree que es posible o no es
posible; son ideas, convicciones, formas, maneras de pensar, percepciones o
maneras de ver las cosas.
Si quieres llevar tu vida a otro nivel, tienes que estar dispuesto a desprenderte de
algunas de tus antiguas formas de pensar, y adoptar otras nuevas.
Me encantaría preguntarte, ¿tienes alguna creencia identificada que está
obstaculizando tu camino? ¿No te has podido desarrollar en algunos aspectos
económicos, sexuales, emocionales por alguna creencia?
Bien a continuación te explicare:
una creencia es la acción de creer, el hecho de creer una cosa verdadera,
posible o verosímil.
una creencia está ligada al contexto de lugar, tiempo y circunstancia.
una creencia está fundada en presuposiciones.
Las cosas tienen el sentido que le des. Si crees que algo es así, esa será la
realidad que estás creando. Te dará igual si es verdad o no, hasta que los
resultados que obtengas te den o no la razón. Nada tiene significado más allá del
que tú quieras darle.
Las creencias determinan cómo te comportas en cada área de tu vida. Cada uno
de nosotros, a cada instante, tenemos creencias determinadas sobre el dinero, el
amor, la salud, la amistad o cualquier asunto importante de la vida. No podemos
evitar vivir sin nuestras creencias, siempre van a acompañarnos en nuestro día a
día. Lo importante es revisar cuáles son estas creencias y escoger las que mejor
se adapten a nuestro momento.
Nos pasamos la vida viendo aquellas cosas que justifican nuestra manera de ver
el mundo, por eso nos cuesta tanto aceptar las ideas de los demás y admitir que
no tenemos razón en nuestra manera de ver la realidad.
El miedo aparece cuando salimos del mapa mental en el que hemos creado
nuestro mundo ya que nos sentimos indefensos y desorientados. Creemos que
quedarnos sin razón es acabar en el vacío, quedarse sin nada. Esta es una ilusión
que está implicada emocionalmente, ya que la sensación de vacío no nos gusta, y
hace que nos agarremos e impliquemos en las cosas que creemos.
Hay una manera sencilla de cambiar creencias y no es otra que la de experimentar
haciendo cosas nuevas. Una cosa es creer y la otra es saber. Haz las cosas de
forma diferente y, a partir de ahí, te darás cuenta que la realidad puede ser de otra
manera distinta de cómo la imaginabas.
Cualquier persona puede cambiar sus creencias, pero un requisito indispensable
para lograrlo es el saber cómo cambiarlas. Se requieren una serie de condiciones
para poder realizar este cambio.
 
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¿Cómo actúan las creencias en nuestra vida?
Es muy simple. Las creencias actúan como filtros de una cámara, cambiando la
forma en la que ves el mundo.
Una creencia es como un vestido que se pone uno en la mañana y del que nos
olvidamos rápidamente. Aquí será bueno preguntarse ¿es consciente que está
usted vestido? Ustedes lo saben pero no se lo preguntan en todo el día, lo
olvidamos, lo mismo sucede con las creencias; tenemos una creencia y no nos la
cuestionamos.
¿En donde se encuentra el origen de la creencia?
1. En un acontecimiento único, un shock importante, un traumatismo,
una experiencia fuerte en el plano emocional. Ejemplo: un niño llega con
las mejores calificaciones esperando que su madre le felicite, no recibe
ninguna felicitación sino indiferencia; la madre le dice “no es suficiente
sacar buenas calificaciones” de allí en adelante él considera que no es
suficiente tener buenas calificaciones.
2. En una serie de experiencias menos fuertes, menos impactantes
aunque repetitivas. Ejemplo; un hombre presta su coche a un amigo, se lo
entrega descompuesto, meses después lo vuelve a prestar a otro amigo y
se lo entrega descompuesto, a partir de esas experiencias, ya no prestará
su coche porque tiene la creencia que se lo entregarán descompuesto.
3. En un acontecimiento educativo. La creencia tiene una génesis, un
origen y un desarrollo. La educación, la transmisión de conocimientos nos
hace heredar una parte de las creencias de nuestros padres, de nuestros
ancestros, de nuestros educadores. Uno de los ejemplos más frecuentes es
la interiorización durante la infancia, de mensajes de los padres; valores,
prohibiciones, exhortaciones: “sé prudente”, “sé gentil” “sé perfecto”…
Conflictos, sufrimientos de uno de los miembros, el papel de los hombres,
de las mujeres, de la sexualidad…
Las Creencia Limitante es un vínculo arbitrario entre dos objetos. Por ejemplo,
el saludar es señal de amabilidad; o cuando te sonríen es porque te quier en. Este
vínculo se vive como absoluto; por ejemplo: siempre, nunca, todo el mundo, nadie,
siempre, cada vez que…
La creencia se califica como limitante porque impone comportamientos limitados,
emociones incómodas que dan origen a síntomas.
 
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¿A través de este artículo te has podido dar cuenta de las creencias que te
impiden avanzar, ir mas adelante, evolucionar en aspectos de tu vida? Pues
es momento que hagas algo al respecto, ya que estas creencias están
obstaculizando tu camino, te impiden disfrutar de la vida, de tu sexualidad, de vivir
sin culpa tus sentimientos, tus emociones. Ahora me preguntarás, ¿y cómo las
puedo cambiar? o ¿qué es lo que debo hacer con ellas? ¿No has sido capaz de
verlas porque están tan arraigadas en ti que forman parte de tu ser? O quizás,
¿sabes que existen pero no has tenido el coraje de cambiarlas y vuelven a
aparecer en tu día a día?
Bien, es momento de tomar cartas en el asunto, de mirar con consciencia qué es
lo que deseas modificar. Y te tengo una excelente noticia, no estás solo o sola,
puedes transformarlas; y para eso estamos, para ayudarte en este camino. Es
momento de actuar, lo primero que debes hacer es permitirnos ayudarte y tomar
una terapia de cambio de creencias. Estamos para ayudarte en el camino de
transformación de tus creencias limitantes, porque mereces avanzar en tu vida,
porque mereces ser feliz y mereces vivir sin culpa.
 
 
 
 
 
 

Pseudepígrafos de la Astrología Antigua. Por Aurelio Pérez Jiménez.








Pseudepígrafos de la Astrología Antigua



Aurelio Pérez Jiménez
Universidad de Málaga
Edición Javier Martínez. Mundus vult decipi. Estudios interdisciplinares sobre falsificación textual y literaria.
Pseudepigrafia (do grego ψευδεπιγραφία) é o estudo dos pseudepígrafos ou pseudo-epígrafos, que são textos antigos, aos quais é atribuída falsa autoria.

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Si en otros géneros literarios los escritos de autoría falsa han sido importantes, en el de la astrología (y la alquimia) están extraordinariamente bien representados. A esto han contribuido dos razones especiales: 1) la necesidad de prestigiar con la autoridad de figuras míticas o ya prestigiosas en la época helenística y romana una doctrina que se sentía ajena en el occidente mediterráneo y cuyo origen se asociaba a Mesopotamia o Egipto. De ahí que la astrología cuente en la tradición grecorromana no sólo con iniciadores mitológicos como Prometeo, Atlas, Heracles, Hiperión, Minos, Orfeo, etc., sino también con autores que sistematizaron sus doctrinas, bien porque las recibieron directamente de la divinidad, por revelación, como Hermes Trismegisto o Nequepso y Petosiris, Adán, Seth, Henoch, porque su actividad o su filosofía tenía que ver con la adivinación y los astros (Abrahám, Daniel, Zoroastro, Ostanes, Pitágoras, Hipócrates, Demócrito, Platón,  Aristóteles, Galeno) o porque con su sabiduría estaban capacitados para el magisterio astrológico entre los griegos (Salomón, Manetón y el mismo Alejandro). 2) El otro motivo, difícilmente diferenciable del primero, es la intención de ocultar la práctica astrológica a la que responde la redacción de estos escritos; práctica que es discutida por los filósofos providencia listas (como los platónicos), por los escépticos e incluso perseguida por los decretos de expulsión que se dictaron en Roma desde la época republicana hasta los primeros siglos de oficialidad del cristianismo (IV y V), cuando toman el relevo las proclamaciones de anathema que leemos en los Concilios. Así, puesta bajo el nombre de autores respetados por todos  y, en el caso de los cristianos, de sus patriarcas y otros héroes bíblicos, los autores de estos saberes heterodoxos esperaban eludir su responsabilid y poner a salvo los contenidos que divulgaban. Y certamente lo consiguieron, a juzgar por la cantidad de tratados o fragmentos de ellos que conservamos en los manuscritos occidentales y bizantinos.
La forma en que se presentan las enseñanzas de estos apócrifos tiene mucho que ver con el espíritu novelesco de la época en que se configuraron, el período helenístico-romano. Unas veces hay revelación directa por divinidades cuyo carácter sapiencial las hace idóneas para ello: el dios dicta sus conocimientos al discípulo elegido (Hermes-Thoth) o lo hace a través de ángeles y démones (Seth); otras veces se trata de visiones extáticas (Nequepso) similares a la del Escipión ciceroniano o bien de ha llazgos fortuitos de un papiro o de una estela que contiene estos escritos (Ostanes-Demócrito), al estilo de Evémero y su historia de Panquea; pero lo habitual, com o señala Festugière, es la historia de un rey instruido por un sabio mediante la correspondencia epistolar (Nequepso Petosiris, Alejandro-Aristóteles).
Pues bien, en el caso de la astrología, si prescindimos del problema sobre los iniciadores legendarios (dioses como Prometeo o héroes como Heracles) de la adivinación astral, los tratados astrológicos cuentan con una buena cantidad de apócrifos o de pseudepígrafos griegos puestos bajo el nombre de personajes prestigios os de los cuatro grandes pilares de la cultura esotérica helenístico-romana: los egipcios, los persas, los judíos helenizados y los propios griegos.


1. Pseudepígrafos greco-egipcios
Una parte importante de la tradición literaria griega atribuía a los egipcios el origen de la astrología, lo que parece ser una reivindicación patriótica de los alejandrinos de época tolemaica.5 A ello debió contribuir, además del carácter astral de la religión de Isis y Osiris y de la proyección mitológica y religiosa de los antiguos indicadores celestes del calendario egipcio (los decanos), la sistematización, probablemente iniciada en época tolemaica, de lo de los dos corpora que sirvieron de fuente a prácticamente toda la astrología grecorromana a partir de mediados del II a.C. y que continuaron manteniendo su prestigio esotérico en la época medieval y moderna: los tratados de Hermes Trismegisto y de Nequepso6Petosiris.
5 Cf. BOUCHE-LECLERQ 1899: 35-39. Sobre la ambientación tolemaica de los estadios más antigos de los textos astrológicos, sigue siendo útil el libro de Cumont 1934.
6 Adaptamos a las normas de transcripción propuestas por Fernández Galiano el nombre griego de este astrólogo (Νεχεψώ), conocido en la literatura moderna como Nechepso o Necepso.
Hermes Trismegisto, también llamado ‘Hermes el Tebano’ no es sino la helenización del dios egipcio Thot, tutelar de la ciencia, la escritura y, en particular, de la astrología y la astronomía. Habría dictado su saber a sus sacerdotes de Menfis y, según al gunos testimonios, la obra estaría escrita en secretos libros y estelas. La denominación Hermes Trismegistos remonta al siglo III a.C., a la época de Tolomeo IV Filópator (221-204). En la tradición posterior aparece como último dios y primer hombre.
La información más precisa sobre los Astrologoúmena (ἀστρολογούμενα)* de Hermes la debemos a Clemente de Alejandría que menciona 42 tratados, de los que se encargaban distintos grados de sacerdotes: treintiséis (el número corresponde a los decanos egipcios) contienen toda la filosofía egipcia y, de ellos, los 4 de astronomía (constelaciones, planetas, sol y luna) eran custodiados por el horoscópos. El resto trataba de cuestiones diferentes (cosmografía, corografía, justicia, religión, derecho y educación. Los seis que nos dan la cifra de 42, custodiados por los pastóphoroi contenían la iatromatemática: anatomía, enfermedades, instrumental médico, remedios curativos, afecciones de la vista y afecciones de las mujeres. Es probable que estos libros, tal vez conocidos por Clemente, procedieran de algún rollo conocido por los griegos desde el siglo IV (Eudoxo) y traducido al griego a comienzos del III, durante el reinado de Tolomeo II Filadelfo. La incorporación posterior de tratados teológicos, místicos y filosóficos, de orientación gnóstica (núcleo del Corpus Hermeticum), llegó a cifras exageradas como los 20.000 libros de que habla Jámblico (c. 330 d.C.) o los 36.52515 de Manetón. En época árabe Massala menciona sólo veinticuatro libros astrológicos: dieciséis sobre horoscopia individual, cinco sobre astrología catártica (predicción del momento oportuno para iniciar atividades), dos sobre monomoiríai (propiedades astrológicas de los grados de cada signo) y uno sobre la Sphaera Barbarica (constelaciones ajenas a la observación de los griegos). El material astrológico contenido en los fragmentos y libros atribuidos a Hermes Trismegisto incluye: 1) Tratados de astrología universal: Geniká entre los que destacan las Apokatastasis (ἀποκατάστασις) o doctrinas relativas a los ciclos astrológicos del mundo (en particular el Thema mundi ** u horóscopo del universo) y tratados sobre eclipses, brontología, cometas, terremotos y predicciones del nuevo año; 2) los Salmeschiniaka,20 libros en los que, según Porfirio, se recogían los nombres de los principales dioses astrales (planetas, Zodíaco, paranatéllonta, regentes de las horas y decanos), se describían remedios contra las enfermedades, y se hablaba sobre las ascensiones y ocultaciones delas estrellas y su importancia para e l conocimiento del futuro; 3) el Panáretos, un tratado citado sólo por Pablo de Alejandría (IV d . C.), que contiene la doctrina de las siete suertes (klêroi) de los planetas y que debió ser utilizado además por Fírmico Materno y por el astrólogo del 379; 4) tratados de medicina astrológica entre los que se incluyen: Iatromathematiká (citados por el astrólogo del 379, en ellos se indicaba la posición de ciertos planetas en determinados decanos como causa de enfermedades y se fijaba una melotesia decánica); Iatromathematica de Hermes Trismegisto al egipcio Ammón (con pronósticos sobre enfermedades: fue utilizado por el Ps.-Galeno en sus Prognostica de decubitu; también se trataba la cuestión del macro cosmos y microcosmos, la melotesia planetaria y zodiacal y la importancia de la luna para de terminadas enfermedades; Libro sagrado de Hermes a Asclepio (que contenía otra melotesia decánica); Sobre los ojos (se indicaban en esta obra los grados del Zodíaco que condicionan las afecciones de la vista); Organon de Hermes Trismegisto (describía diversos métodos para predecir y conocer la salud de las personas y sivivirá o no el paciente); 5) tratados sobre horoscopia de los nacimientos, e influencias de las casas de la dodecátropos, utilizados por primera vez por Serapión y luego por Trasilo y otros autores; en el mismo grupo habría que incluir el tratado de horoscopia catárquica llamado Methodus mystica con el que se quieren responder cuestiones relacionadas con la naturaleza y condición de lo que va a nacer (humano, animal o monstruo) y con su profesión, carácter y formación; 6) Liber Hermetis Trismegisti: es la obra más completa que conservamos; está en un manuscrito de 1431, publicado por primera vez en 1936 y podría ser la traducción de un tratado griego de época de Hiparco,25 tal vez manejado por Fírmico Materno, entre otros astrólogos. Consta de 37 capítulos y se abre con un catálogo de los decanos (que incluye una melotesia y una corografía), único capítulo atribuible a Hermes Trismegisto, que fue utilizado en su versión primitiva tal vez por Teucro de Babilonia. Del conjunto destaca un catálogo de estrellas (cap. 3), cuya terminología e indicaciones corresponden al catálogo de Hiparco, y el cap. 25, De stellis fixis, in quibus gradibus oriuntur signorum, es decir, la doctrina de las monomoiríai, aunque el contenido es más amplio, ya que incluye pronósticos astrológicos de los grados zodiacales, referencias a los términos además de los paranatéllonta*** y sus influencias, coincidentes con Teucro de Babilonia; 7) tratados de botánica astrológica: bajo el nombre de Hermes Trismegisto circularon también relaciones de plantas o hierbas regidas por los planetas, los signos del Zodíaco o los decanos, casi siempre con indicaciones iatromatemáticas; en los códices astrológicos griegos se menciona en varias ocasiones el Libro de Hermes Trismegisto a Asclepio, sobre las plantas de los siete planetas y el Libro de Hermes Trismegisto a su discípulo Asclepio, sobre las plantas de los doce signos del Zodíaco, a los que remontan los catálogos de plantas que nos han llegado bajo los nombres de Alejandro, Tésalo, el rey Salomón, Tolomeo, Alexio, las Ciranides y otros anónimos; 8) además de las obras mencionadas, hay que citar la conocida por Fírmico Materno como Myriogenesis, dirigida también a Asclepio y que recoge las influencias de los 360 º de la eclíptica, así como una Sphaera Barbarica mencionada por Proclo): por último, con la astromagia tiene que ver el libro Pteryx (Ala) citado por un papiro mágico de Leiden (395 d .C.) que adscribe los perfumes a los planetas y el Anillo de Hermes al que hace referencia un papiro del British Museum. El Centiloquium Hermetis, conservado en la traducción latina de Antonio Lauro, es ya un producto medieval donde se mezclan doctrinas astrológicas árabes con los elementos antiguos.
* Terminologia mística que continha todos os ensinamentos importantes sobre astrologia helenística.
** La carta de la creación del mundo que tiene a Cáncer ascendiendo con Aries en el Medio cielo. Consecuentemente, Rhetorio llama a Cáncer el “Horóskopos del Cosmos” y a Aries el “Medio cielo del Cosmos”.
*** Además del Zodíaco y los Decanos, la importancia astrológica de la esfera celeste se completa con la descripción de los paranatéllonta, iniciada por Eudoxo y preocupación constante en los autores de catasterismos.  Pero la gran contribución helenística (en concreto de Teucro de Babilonia) fue atribuir significado astrológico a las constelaciones de la llamada sphaera barbarica, en especial a la dodecaoros egipcia, tratada además en el cap. 25 del Liber Hermetis.
15 Resultado de multiplicar por 25 los 1.461 años que contiene un período sotíaco.
20 El nombre, del que se ha discutido su origen babilonio, se ha demostrado (THIELE 1995: 53) que es de origen egipcio (significaría “marcha de las influencias”).
25 GUNDEL 1936: 3. GUNDEL 1966: 18, datación discutida por PINGREE que sugiere como terminus post quem el VI d.C. (1963: 227) e incluso data la compilación en el IX-X (1977: 219). Sin embargo, las longitudes estelares del catálogo del cap. 3 remontan al III/II a.C., mientras que las del cap. 25 corresponden en parte al V d.C. (FERABOLI 1994: XXI). El tratado ha sido ampliamente comentado por su primer editor GUNDEL (1936) y por HÜBNER 1995. Contamos ahora con una excelente edición nueva de FERABOLI (1994).
Muy ligado a Hermes Trismegisto, en cuyas obras astrológicas y teosóficas figura como discípulo suyo, el dios griego de la salud Asclepio (Imuthes/Imhotep)32 aparece como autor de tratados principalmente iatromatemáticos. Algunos libros los escribe por dictado de Hermes, como un catálogo de decanos y sus influencias en talismanes. Pero otras veces él mismo dicta su obra a otros, como ocurre con la experiencia mágico-religiosa de Tésalo en su templo, donde la divinidad le revela las propiedades curativas de las plantas.33
 32 Véase sobre el culto en época grecorromana a este dios egipcio, identificado con Asclepio, el estudio reciente de CIAMPINI 2009: 226-232.
33 Cf. PÉREZ JIMÉNEZ 2009 y, sobre el significado mágico-religioso de esta experiencia, SFAMENI GASPARRO 2009, espec. pp. 298-302.
La otra gran contribución del Egipto tolemaico a la historia de la astrología antigua es el tratado de Nequepso (nombre de un faraón del siglo VII) y Petosiris (‘Regalo de Osiris’, identificado erróneamente con un sacerdote del siglo IV, cuya tumba se ha encontrado en Hermópolis, en el Alto Egipto; ni si quiera la denominación del personaje como ‘sacerdote’ está documentada en los textos, se trata sólo de una hipótesis) redactado hacia 150-120 a.C. A veces se les cita como autores de un manual de astrología conjunto en 15 libros como mínimo, refiriéndose a ambos por su nombre o como ‘Los egipcios’ o ‘Los antiguos’ y, a veces, por separado, como autores de tratados especializados. El autor del papiro astrológico Salt sugiere que ambos (el nombre de Nequepso aparece como Nequeo) reunieron los astrologoúmena de Hermes y Asclepio. En cuanto a Nequepso como autor individual de tratados astrológicos, nuestra fuente principal es Vetio Valente (II d.C.) que le atribuye en e l libro XIII del manual una lengua mística y presenta su iniciación astrológica en forma de viaje celeste en el que se le revelan los movimientos de los planetas. Especialmente Valente le adjudica doctrinas sobre las suertes y la octátopos (esquema de ocho casas, en lugar de doce); el XIV trataba de iatromatemática y versaba sobre las veinti cinco piedras curativas y plantas; este libro lo consultaron en la biblioteca de Alejandría Harpocración (época de Augusto) y Tésalo (Claudio-Nerón). También Galeno se refiere a la iatromatemática de Nequepso. De Petosiris los peratas hacían un hijo de Thoth. Como Nequepso, recibió sus conocimientos astrológicos por revelación de Hermes, Hesiquio y la Suda le atribuyen obras teológicas y, según el Ps.-Manetón, recibió las enseñanzas de Hermes y Asclepio. Sus obras tratan de astrología universal, aparición de cometas, eclipses de sol y luna, ascensión de Sirio y pronósticos del año nuevo sotíaco. Frente a Nequepso y otros, concede un papel más importante a la luna que al sol en el destino individual (el signo en que está la luna en la concepción del individuo domina el nacimiento; también concede la mayor importancia a la luna en la horoscopia catártica); a él remonta igualmente una tipología y caracteriología de los hijos de los planetas y de los signos. Por último, se le atribuye una Esfera de Petosiris conservado en parte. De todos modos, la crítica moderna tiende a considerar la obra en su conjunto y los fragmentos conservados pueden clasificarse, siguiendo a Heilen,43 en 10 grupos temáticos: 1) forma literaria y método; 2) cuestiones astrológicas elementales, como el orden de los planetas, aspectos y términos, ascensiones de los signos, grados brillantes y estrellas fijas brillantes; 3) astrología universal basada en los cometas, eclipses, color del sol y ascensión helíaca de Sirio; 4) thema mundi; 5) genethlialogía; 6) horoscopia catártica; 7) iatromatemática (en especial botánica y medicina decánica: los fragmentos vienen de Tésalo y Aecio de Amida; según Galeno la iatromatemática se desarrollaba en el libro XIV del manual); 8) astromagia, contenida en e l libro XV; 9) aritmología (en este apartado debemos incluir también la Esfera de Petosiris, aunque no está claro que proceda de la redacción del siglo II a.C.); y 10) teología, teurgia y misterios.
43 2011: 25. PINGREE 1974 proponía cuatro grandes grupos: a) fenómenos astrales y meteorológicos, como los eclipses, la ascensión de Sirio y cometas en relación con los signos del zodíaco; b) revelación de Nequepso que sería la exposición en trímetros yámbicos de la horoscopia individual y catárquica: ciclos buenos y malos, viajes, descendencia, cálculo de la duración de la vida; c) iatromatemática incluyendo los decanos; d) numerología fundamentada en los signos.
 
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