miércoles, 12 de noviembre de 2014

Quién fue Plácidus ?









Enciclopedia de Ocultismo y Parapsicología 2001 .

 
Plácido de Titis (o Tito) (1603-1668)

Astrólogo italiano, matemático y monje católico romano, nacido en Perugia, Italia, en una prominente familia noble. Poco se sabe de sus primeros años, antes de su adhesión a la orden Olivetian alrededor de 1624 a los 21 años tarde se convirtió en un lector de matemáticas y física en la Universidad de Padua y luego en 1657 fue nombrado profesor de matemáticas en la Universidad de Milán en Pavía. Permaneció en Pavía para el resto de su vida.

En la vida de Plácido, la astrología era todavía la preocupación apropiada de académicos y eclesiásticos, y Plácido sirvió como astrólogo a una serie de líderes políticos prominentes, entre ellos Leopoldo Guillermo (1614-1662), el archiduque de Austria. En sus estudios se centró en la antigua obra astrológica Claudio Ptolomeo 's el Tetrabiblos, y en él creía que había discernido método perdida de Ptolomeo de "casas de división." (En la lectura de una carta de la astrología, uno debe no sólo dividir el gráfico en los 12 signos astrológicos, sino también girar la tabla para tener en cuenta la rotación de la tierra durante un período de 24 horas. Astrológica casas sirven como un segundo sistema de división que (entre otras funciones) que facilita la rotación. Plácido publicó sus hallazgos en dos volúmenes en 1650 y 1657.

La obra de Plácido tuvo poco impacto inmediato en la astrología, que estaba entrando en un período de declive, incluso cuando estaba escribiendo. A finales del siglo XVIII, sin embargo, como el renacimiento de la astrología comenzó en Inglaterra, Manoa Sibley tradujo algunos escritos de Plácido en Inglés, y una segunda traducción, por John Cooper, fue publicado en 1814. RC Smith, más conocido bajo su seudónimo, Raphael, utilizado la traducción de Sibley en su anual efemérides de Rafael, las efemérides más popular para el próximo siglo. (Una efemérides ofrece los gráficos diarios de los planetas y es utilizado por los astrólogos para preparar rápidamente un gráfico horóscopo.) Efemérides de Raphael todavía se publica y es utilizado por muchos astrólogos en Gran Bretaña. A través de Raphael el sistema Placidian se convirtió en el sistema dominante en astrología y hoy.
 
Fuentes:

BAUGNET, Michael. Introducción al Primum Mobile .... por Plácido de Titis. Traducido por John Cooper. Londres: Davis y Dickson, 1814.

Brau, Jean-Louis, Helen Weaver, y Allan Edwards, eds. Enciclopedia Larousse de la Astrología. Nueva York: New American Library, 1982.

Holden, James H., y Robert A. Hughes. Pioneros Astrológica de América. Tempe, Ariz .: Federación Americana de Astrólogos, 1988.

Lewis, James L. La Astrología enciclopedia. Detroit: Gale Research, 1994.

Plácido de Tito. Astronomía y Filosofía Primaria. Traducción de Manoa Sibley. Londres: W. Justins de 1789.

-. Una colección de treinta Nacimientos notables. Traducción de Manoa Sibley. Londres: W. Justins de 1789.


martes, 11 de noviembre de 2014

Quién fue Julio Fírmico Materno ?


 

 

Biografía

Pocos son los datos sobre él. Nació a comienzos del siglo IV después de Cristo en Junin, Siracusa. Fue senador romano y por un tiempo abogado, pero abandonó la profesión a causa de los enemigos que le acarreaba y para dedicarse a los estudios humanísticos. Escribió Matheseos libri VIII y casi diez años después, convertido al Cristianismo, el De errore profanarum religionum.

Obra

Los Matheseos libri octo fueron escritos entre el 335 y el 337, según Mommsen, con el título De Nativitatibus sive Matheseos libri VIII, y fue dedicada al gobernador de la Campania Lolliano Mavorcio. Constituye el más vasto tratado de astrología de la Antigüedad, fruto de experiencias y estudios en el saber del Neoplatonismo.
El primer libro resulta interesante en cuanto que, a diferencia de los otros siete, de contenido exclusivamente técnico, contiene una verdadera y propia apología moral de la astrología, ciencia caída en sospecha y recelo inevitablemente para los cristianos, pero ampliamente practicada en el tiempo del autor por influjo de la especulación neoplatónica. Afirma que la influencia de los astros se ejercita sobre la parte divina del alma humana y que sólo un alma pura y libre de todos los pecados puede apoyarse en la astrología, disciplina que pone en constante contacto con la divinidad.
Se demuestra por la importancia de los astros en determinar la vida humana y la súplica de la historia del mundo hasta la edad de Saturno a la luz de tal principio. Y los restantes libros esparcen diversas nociones técnicas relativas a la materia, con un estilo compilativo que sin embargo rinde cuentas como síntesis de una larga tradición precedente.
Si esta primera obra mostraba ya a un autor como un alma naturalmente cristiana, no sorprende su consiguiente conversión al Cristianismo, de la cual ignoramos causa, lugar y fecha. No hay otro inequívoco testimonio que su obra apologética De errore profanarum religionum, escrita entre el año 346 y el 350.
La tradición del texto se reduce a un único testimonio: un códice Vaticano-Palatino del siglo XI acéfalo (falto del principio): la parte restante comienza reseñando los cultos naturalistas a los elementos y demostrando su absurdo. Considera después que los cultos de origen oriental que eran antaño más practicados fueron asumidos por los paganos: los Misterios de Isis, Cibeles, Mitra, el culto de los Coribantes, de Adonis y otros. Aplica los principios de Evémero de Mesene para demostrar que todas esas divinidades no son otra cosa que hombres ensalzados después de su muerte hasta alcanzar honores celestiales y de cuyos pecados los hombres se sirvieron para justificar los propios.
Con algunas fantasías etimológicas (por ejemplo, Serapis es hecho derivar de Σάρρας παίς, "el hijo de Sara", esto es, José) intenta explicar los orígenes de algunos seres a partir de textos bíblicos. En los capítulos siguientes ofrece noticia de las frases y fórmulas usadas en los códices usados en las religiones mistéricas vinculándolas a las fórmulas bíblicas.
La lengua del autor aspira a la pureza del clasicismo, pero no se sustrae a incluir vocablos de su época, abusando bastante de la expresión retórica, el énfasis y las incursiones en la prosa poética. El uso de cláusulas métricas lo vincula a la tradición oratoria cicieroniana. El estilo de la obra reclama ser vecino del de los africanos Tertuliano y Arnobio, y recurre voluntariamente a la irrisión y el sarcasmo.
En sus obras resalta el fanatismo casi feroz con que el autor exhorta a los emperadores Constante y Constancio II a perseguir sin piedad a los secuaces del Paganismo. Se deduce de su obra cuál debía ser el estado de ánimo en muchos cristianos, particularmente los neófitos, en el breve tiempo entre las sangrientas persecuciones de Diocleciano y el Edicto de Milán.
Hoy su obra apologética es considerada de particular interés para la historia de las religiones, ofreciendo material de primera mano y plausible sobre los cultos mistéricos practicados en Sicilia en época tardoimperial.


Fuente : Wikipedia. 


lunes, 10 de noviembre de 2014

Quién fue Gerolamo Cardano ?. Por Vicente Cassanya.









Personaje excéntrico y polémico dedicó su vida a las Matemáticas, la Medicina, la Astrología y la Filosofía.
JERÓNIMO CARDAN
Hijo ilegítimo de un jurista, Cardan nació en Pavía el 21 de septiembre del año 1501, a pesar del intento de aborto por parte de sus padres. Padeció una infancia plagada de enfermedades y desatenciones afectivas. Sin embargo, fue educado en las universidades de Pavía y Padua, consiguiendo el grado de doctorado en medicina. Fue profesor en Milán, Pavía y Bolonia. A pesar de su difícil carácter, su reputación llegó tan lejos que el año 1562 se trasladó a Escocia para curar al arzobispo de Saint Andrews, John Hawkins, que tenía una difícil enfermedad. Cardan demostró entonces intuir el problema de las alergias y el asma -muy desconocido por entonces-, al curar al arzobispo de este problema. Como médico era bueno, aunque como astrólogo cometió grandes errores. Durante su largo viaje para curar al arzobispo, Cardan fue consultado por el joven rey de Inglaterra, Eduardo VI, de 16 años de edad, que por entonces estaba enfermo. Cardan advirtió que era difícil hacer pronósticos para una persona enferma, pero los hizo, y se equivocó al pronosticarle muchos años de vida, ya que murió a los pocos meses. En el año 1545 publicó Ars Magna, un tratado de álgebra -el más avanzado de su época- en el que daba solución, por primera vez, a la ecuación cúbica o de tercer grado. El problema es que la solución la había obtenido por mediación de Tartaglia, su auténtico descubridor, quien le había pedido mantenerla en secreto. A pesar de todo, Cardan era un genio. A él se deben las primeras descripciones médicas de las fiebres tifoideas. También publicó un libro con el título Liber de ludo aleae (Libro de los juegos de azar), en el que presenta los primeros cálculos sistemáticos de probabilidades. Publicó muchas obras estrictamente astrológicas, como De revolutione annorum, mensium et dierum, (1547). En el año 1570 fue acusado de herejía por hacer la carta astral de Jesucristo y arrestado por ello. Después de unos meses logró ser liberado con la ayuda del Papa, pero perdió su condición de profesor y se le prohibió publicar libros. Ya solo pudo completar su autobiografía, De propia vita. En el año 1571 se trasladó a Roma como astrólogo al servicio del Papa. Cardan predijo con exactitud la fecha de su muerte y, algunos malitencionados, de entre sus numerosos enemigos, llegaron a decir que se había suicidado con tal de acertar.
 
 
 
 
 
 

sábado, 8 de noviembre de 2014

La Astrología en la cristiandad.









La astrología en la Cristiandad
 
 
La conversión de Constantino el Grande al cristianismo puso fin a la importancia de esta ciencia, la cual durante más de 500 años había regido la vida pública de Roma. En el año 321, Constantino expidió un edicto amenazando de muerte a todos los caldeos, magos, y sus seguido-res. Con ello la Astrología desapareció durante siglos de las partes cristianas de Europa occidental. Solamente las escuelas árabes de enseñanza, especialmente de España después de que los Moros conquistaron la Península Ibérica, aceptaron la sabiduría de tiempos clásicos. Los escolares árabes y judíos fueron los representantes de la Astrología en la Edad Media, mientras que la Iglesia y algunos gobiernos de países cristianos la rechazaron y persiguieron.
El Califa Al-Mansur, constructor de Bagdad, fue como su hijo, el famoso Harun-al-Rashid, un promotor de la enseñanza. Fue el primer califa que llamó a los escolares judíos a su alrededor para desarrollar en su imperio el estudio de las ciencias matemáticas, especialmente la Astronomía. En el año 777 el docto judío Jacob ben Tarik fundó en Bagdad una escuela para el estudio de la Astronomía y la Astrología que pronto tuvo una gran reputación; entre aquellos que estudiaron aquí estuvo Alquindi (Alkendi), un notorio astrónomo.
Fue uno de los pupilos de Alquindi, Abumassar (Abu Mashar), de Bath en Chorassan, nacido cerca del año 805, que fue el más grande astrólogo árabe de la Edad Media. Entre los astrólogos judíos más reputados se pueden mencionar Sahl ben Bishr al-Israel (cerca del 820); Rabban al-Taban, el bien conocido cabalista y escolar talmúdico; Shabbethai Donalo (913-970), quien escribió un comentario de la Astrología del “Sefer Yezirah” que después fue un trabajo estándar en Europa Occidental; y finalmente, el poeta lírico y matemático judío Abraham ibn Ezra.
El esparcimiento de la Astrología fue impulsado por los escolares judíos que vivían en tierras cristianas, ya que la consideraban como una parte necesaria para los estudios cabalísticos y talmúdicos.
El celebrado poema didáctico “Imago Mundi”, escrito por Gauthier de Metz en 1245, tiene un capítulo completo sobre Astrología. Pierre d’Ailly, el notorio teólogo y astrónomo francés, escribió varios tratados sobre el tema. La importancia pública de la Astrología creció a la par que los desórdenes internos de la Iglesia aumentaron y declinaba el poder imperial y papal. Hacia el final de la Edad Media casi todos los príncipes, así como cada regente de importancia, tenía su astrólogo de la corte. Personas como Angelo Catto, el astrólogo de Luis XI de Francia. El renacimiento de la enseñanza clásica trajo un segundo período de prosperidad para la Astrología.
Hacia el final del siglo XII los florentinos emplearon a Guido Bonatti como su astrólogo oficial. Emperadores y papas se volvieron devotos de la Astrología, los emperadores Carlos IV y V, y los papas Sixto IV, Julio II, León X, y Pablo III. Entre los celosos patrones de la ciencia estuvieron los Medici. Catalina de Medici hizo la Astrología popular en Francia. Erigió un observatorio astrológico para ella cerca de París, y su astrólogo de la corte fue el famoso médico Michel de Notredame (Nostradamus) que publicó en 1555 su trabajo principal sobre Astrología.
Otro bien conocido hombre fue Lucas Gauricus, el astrólogo de la corte de los papas León X y Clemente VII, que publicó un gran número de tratados astrológicos. Algunos de los últimos astrólogos romanos entre quienes estaba probablemente Firmicus Maternus, pensaron reformar la Astrología idealizándola y elevando su tono moral. El mismo propósito animó a Paolo Toscanelli, llamado Maistro Pagollo, un médico ampliamente respetado por la piedad de su vida, que perteneció al docto y artístico círculo que reunió al Hermano Ambrosius Camaldulensis en el Monasterio de los Ángeles. Ellos fueron profesores especiales de Astrología en las universidades de Pavia, Boloña e incluso en la Sapienza durante el pontificado de León X.
Los tres centros intelectuales de Astrología en el período más brillante del Renacimiento fueron Boloña, Milán, y Mantua. El trabajo de J.A. Campanus, publicado en Roma en 1495, y con frecuencia comentado, “Oratio initio studii Perugiae habita” muestra una clara luz en la falta de comprensión mostrada por los Padres de la Iglesia en su actitud hacia el fatalismo pagano. Entre otras cosas se dice aquí: “Quanquam Augustinus, sanctissimus ille vir quidem ac doctissimus, sed fortassis ad fidem religionemque propensior, negat quicquam vel mali astrorum necessitate contingere”.
Aun el progreso victorioso del sistema de Copérnico no pudo destruir la confianza en la Astrología. Los más grandes astrónomos estuvieron aún obligados a asignarle su tiempo a hacer predicciones astrológicas en las cortes por bien a la ganancia; Tycho Brahe hizo cálculos para el emperador Rodolfo II, y el mismo Kepler, el más distinguido astrónomo de la época, fue astrólogo de la corte imperial. En el mismo período se escribieron tratados astrológicos por el más célebre de los astrólogos ingleses, William Lilly de Diseworth, Leicestershire, quien recibió una pensión de 100 libras del Consejo de Estado de Cromwell. Entre sus trabajos estaba uno frecuentemente publicado, “Astrología Cristiana”.
El último astrólogo de importancia en el continente europeo fue Jean-Baptiste Morin, que hizo la “Astrología Gallica” en 1661.
 
 
 http://www.infiniticonsultores.com/acrux/0065.html
 
 
 

La Astrología, accidente histórico.









 

La astrología, accidente histórico


Astrología y astronomía (por sus etimologías tratado de los astros-leyes de los astros, respectivamente) fueron en un principio términos sinónimos. Cuando los griegos consideraron a la astronomía como a una rama de la matemática, la sinonimia se extendió también a esta ciencia. Así, en la época medieval se llamó frecuentemente "matemáticos" a los astrólogos, mientras se confundía astronomía con astrología convirtiendo así las leyes de los astros en leyes de los destinos humanos.
Sin embargo, la observación insistente y cuidadosa del cielo que dio origen a la ciencia astronómica se debió, pura y exclusivamente, a razones de orden práctico: la necesidad de medir el tiempo y de establecer la alternancia de las estaciones (un calendario, en fin) para ordenar las tareas agrícolas y los ritos del culto. Más tarde estas observaciones se usaron también en un sentido astrológico, debido a las características de las antiguas culturas, mezcla de mitos, magia y religión.


Factores de índole religiosa

 
La contribución de las dos grandes culturas prehelénicas, la egipcia y la mesopotámica, ha sido bien diferente.
Es poco lo que sabemos de la astronomía egipcia, debido a la falta de papiros astronómicos anteriores a la época helenística (siglos Ill/l a. C.). No cabe duda, sin embargo, de que los egipcios realizaron observaciones astronómicas desde épocas muy tempranas, ya que en el tercer milenio a. C. establecieron el primer calendario solar basándose en la marcha regular de los astros y en las no tan regulares crecidas del Nilo. Calendario que ha servido de base al nuestro, tras sufrir dos reformas: la juliana (siglo I a. G.) y la gregoriana (siglo XVI). El año egipcio de trescientos sesenta y cinco días estaba dividido en doce meses de treinta días cada uno, más cinco días suplementarios. Cada mes se dividía en tres decenas de días, que se caracterizaban por el grupo de estrellas —o de una única estrella brillante— que asomaba por el horizonte cada diez días. Más tarde estos grupos de estrellas fueron utilizados muchas veces por los astrólogos del período grecorromano, a pesar del zodíaco griego, conocido por los egipcios sólo en la época helenística posterior a las campañas de Alejandro Magno.
Aunque no puede hablarse de una astrología de los antiguos egipcios, es indudable la influencia del cielo en su religión. No olvidemos que en determinado momento sustituyeron a todos los dioses de su panteón por un dios único: el Sol. Además, en algunos casos, dicha influencia celeste adquirió ribetes de astrología: creían, por ejemplo, que la brillante estrella Sotis (la actual Sirio) provocaba las crecidas del Nilo. Mientras la astronomía de los egipcios revela un carácter litúrgico y religioso, la astronomía de los pueblos de la Mesopotamia presenta un fondo mágico y adivinatorio, fuente original de la astrología.
Los babilonios heredan la magia de los sumerios, que ya no es la magia animista del hombre prehistórico sino de índole más religiosa, con caracteres protectores que se resuelven en encantamientos y exorcismos, sobre todo frente « la enfermedad. El mundo exterior deja de ser el mundo demoníaco ancestral y se puebla de dioses benéficos y maléficos, Detectar en ese mundo los signos favorables o desfavorables resulta vital: de ahí la importancia de la adivinación.
Dichos signos debían rastrearse en los sueños, en el comportamiento de los animales y en su aspecto, así como en e! de las plantas y los minerales; en las entrañas de animales sacrificados, sobre todo en el hígado; en los rasgos de la fisonomía humana y, por supuesto, en los astros y en las pertubaciones atmosféricas.
Si estos antecedentes permiten afirmar que la astrología tuvo su origen en la Mesopotamia, cabe agregar que sus caracteres específicos la diferencian de la astrología actual. Aquella fue una astrología de neto corte político y social, referida más a los fenómenos naturales y a la colectividad humana que a seres individuales, si exceptuamos al rey, representante del dios y habitante del templo divino. Los presagios que los sacerdotes leían en los astros hablaban de hambrunas y sequías, de guerras o inundaciones, de buenas cosechas, de victorias militares y crecidas normales. Fue una astrología fundada en la correspondencia entre dioses y planetas y en la relación entre los fenómenos celestes —sobre todo los eclipses— y los fenómenos terrestres; correspondencias y relaciones que los sacerdotes observaban y anotaban en sus tablillas.
Los persas consignaron en el Avesta sus creencias astrológicas: el alma de cada ser humano tiene asignada una estrella a cuyo seno retornará al morir. Esta relación entre el alma y las estrellas reaparece mucho después en una leyenda árabe, según la cual a cada persona le pertenece una estrella, que nace y muere con ella. Conviene recordar, asimismo, que la calidad de "mago", tan frecuentemente conferida a los astrólogos, corresponde a una palabra de origen persa.
Puede decirse que la astrología, tal como hoy la entendemos, nace durante el período helenístico de la conjunción de las creencias orientales con los elementos griegos, y madura durante el período grecorromano. Varios factores intervinieron en este proceso. Las Campañas de Alejandro (segunda mitad del siglo IV a.C.), que produjeron una "helenización del Oriente", contribuyeron también a la "orientalización de Occidente", sobre todo en el terreno religioso.
La religión de los griegos, con su Olimpo poblado de dioses demasiado humanos, no resistió el embate de las creencias orientales que entre otros elementos introdujeron la astrología entre los griegos y, más tarde, por intermedio de éstos, en la India.
En cuanto a la astrología china, el fenómeno es más complejo. En primer lugar, entre el pueblo chino prospera toda clase de artes adivinatorias; en segundo término, se trata de un pueblo esencialmente agrícola, que desde muy antiguo reconoció la influencia del sol y de la luna sobre las estaciones. Estos dos hechos permiten pensar que las prácticas astrológicas tuvieron en China un origen semejante al de la Mesopotamia.
A partir de los primeros siglos de la era cristiana, comienza a practicarse y adquiere gran desarrollo la astrología actual. En cambio, estas prácticas no hicieron mella entre los judíos, por lo menos en la época helenística. Ya Jeremías: ". . .no temáis las señales del cielo, de las que tienen pavor las gentes. . .". Isaías, por su parte, apostrofa a Babilonia: "Quédate con tus encantamientos y con las muchas hechicerías con que te fatigaste en tu juventud", y agrega, refiriéndose a "los que miden el cielo": ". . .serán como paja y el fuego los quemará; no se salvarán a sí mismos del poder de las llamas. . ."


El fondo filosófico

 
A estos factores de índole religiosa que contribuyeron a la estructuración de la astrología actual, debemos agregar varios factores de fondo filosóficos.
En el pensamiento griego clásico, fusión de ley y de mito, de ciencia y de poesía, no tiene cabida la idea de astrología en el sentido actual, si bien se identifica el cielo con las ideas de perfección y de divinidad. Es probable que la idea del cosmos como un universo bien ordenado y de los planetas no como cuerpos "errantes" sino como cuerpos perfectos —esferas— que se mueven según movimientos perfectos, es decir uniformes, se deba a los filósofos pitagóricos del IV a. C.
Estas ideas serán desarrolladas más tarde por Platón, a quien se debe también la importante concepción —para la astrología actual— de la correspondencia existente entre el macrocosmos (el universo) y el microcosmos (el hombre), en virtud del carácter divino e inmortal de las almas del mundo y del hombre. También influirá en la astrología la idea de la divinidad de los astros, tal como aparece en el "Epinomis", diálogo platónico probablemente apócrifo. Para Aristóteles, más realista, el cielo tiene sus propias leyes, independientes de las humanas: "Si Zeus —es decir el cielo— hace llover, no es para que crezcan las mieses sino por necesidad." Aunque en su astronomía la divinidad es una "causa primera", este concepto, puramente metafísico, es sólo el punto de partida de su explicación mecánica del sistema planetario.
En cambio en Alejandría, centro cultural del mundo helenizado a partir del siglo IV a. C. la convivencia del filósofo griego, del sacerdote egipcio —mezcla de intelectual y religioso— y del astrólogo caldeo, convierte a la antigua astrología sumerja, fruto quizás de una conciencia ingenua, en una tarea de rasgos científicos, muy intelectualizada.
Las corrientes filosóficas de la época, de acentuados tintes místicos, y sobre todo el estoicismo, ejercen su influencia decisiva en tal transformación. Según los estoicos, el hombre y el mundo constituían un todo ordenado, que se mantenía unido mediante el "pneuma". Este .término ("soplo" en griego) designaba al alma, espíritu o conciencia universal que poseía los caracteres de la divinidad. La cohesión entre los elementos, la razón y la vida misma no eran sino distintos estados de tensión del "pneuma", comparable al parche de un tambor, cuyas distintas tensiones producen sonidos diferentes. Mientras el alma humana para Aristóteles era resultado de una especial organización de la vida que desaparecía con la muerte, para los estoicos era parte integrante del alma del mundo y de la muerte la devolvía a su lugar de origen. De aquí nace la vinculación entre la vida humana y la vida de las estrellas.
La concepción estoica otorga también nueva vida a la doctrina del macrocosmos y el microcosmos, a la que Platón había conferido carácter racional al explicar la creación de la especie humana. Según Platón, el Demiurgo —constructor o artífice del universo, de índole distinta al dios de los estoicos— encomendó a los dioses menores la creación de las razas mortales, y ellos utilizaron para crear al hombre los mismos elementos que el Demiurgo había usado para crear el universo. En consecuencia, el universo y el hombre —es decir el macrocosmos y el microcosmos— resultaron impregnados de igual racionalidad y movidos por mecanismos semejantes, lo que permitió establecer correspondencias y paralelismos entre ambos mundos.


El zodíaco

 
Según ya hemos dicho, la astrología con sus actuales caracteres —el predominio del horóscopo individual, sobre todo, lo que los caldeos utilizaron esporádicamente desde fines del siglo V a. c.— nace en el mundo elenístico, donde aparecen los conceptos del zodíaco y sus signos.
El zodíaco es una faja celeste por donde viajan, aparentemente, el Sol, la Luna y los planetas, cruzada en la parte central por la eclíptica, circunferencia convencional que señala la trayectoria solar.
Desde antiguo se habían distinguido en esa faja grupos de estrellas de distinta forma y extensión —constelaciones—, a los que la imaginación popular había dado nombres de acuerdo con sus semejanzas. De ahí que los griegos designaran a esta faja con el nombre de zodíaco, palabra que deriva de un término que significa "pequeñas figuras" (la etimología que hace derivar zodíaco de animal no parece correcta).
Los caldeos habían dividido al zodíaco en doce partes iguales de treinta grados cada una, que se hicieron corresponder aproximadamente con doce constelaciones. De este modo, a cada constelación correspondía una parte o "signo" del zodíaco, aunque a veces la constelación escapara del signo y hasta del zodíaco. A estas dos divisiones del zodíaco —una irregular por las constelaciones y otra regular por los signos—, los astrólogos agregaron otra división regular por las "casas". Es decir, otra división en doce partes iguales a partir de un punto variable, el "ascendente", intersección de la eclíptica con el horizonte en un instante y lugar determinado.


El nombre astrológico de las doce constelaciones zodiacales, en el sentido del movimiento aparente del Sol, es el siguiente: Aries (Carnero), Tauro (Toro), Géminis (Mellizos), Cáncer (Cangrejo),Leo (León), Virgo (Virgen), Libra (Balanza), Escorpio (Escorpión), Sagitario (Arquero), Capricornio (Cabra), Acuario (Aguatero), Piséis (Peces).
Desde el punto de vista astronómico, son importantes las dos intersecciones de la eclíptica con el ecuador celeste, sobre todo una de ellas, el llamado "punto vernal", como origen de coordenadas celestes.
En la época helenística ese punto se encontraba en Aries, motivo por el cual los astrólogos la eligieron como primera constelación zodiacal. En virtud del fenómeno de precesión de los equinocios (rotación del eje terrestre alrededor del eje de la eclíptica que se produce en un lapso de 26.000 años), ese punto ha retrocedido desde entonces: ha recorrido la constelación, Piséis, y actualmente está por entrar a Acuario. Al astrólogo, empero, no le interesa este movimiento porque no trabaja con las constelaciones sino con los "signos", aunque de este hecho resulten ciertas contradicciones entre las astrología y la realidad astronómica.


Los planetas y los días de la semana

 
Un legado astrológico probablemente helenístico que aún perdura en el mundo latino es el nombre de los días de la semana, que reflejan claramente los nombres de los siete planetas conocidos en el mundo antiguo. En orden decreciente de su distancia con la Tierra, ellos son: Saturno, Júpiter, Marte, Sol, Venus, Mercurio y Luna (la sustitución del "día del Sol", el inglés "sunday" o el alemán "Sonntag", por el domingo, "día del Dómine" —Señor— fue una innovación posterior).
La historia de este legado no es simple. Los babilonios habían dividido la semana en siete días, cada uno de los cuales estaba consagrado a un dios. Como a cada dios le correspondía una estrella, es decir un planeta, cada día de la semana tomó el nombre del planeta correspondiente.
Llama la atención, sin embargo, que el orden de los días de la semana no coincida con el orden de los planetas; por ejemplo, a Saturno (sábado) sigue Júpiter (jueves) y no el Sol (domingo). Pero un examen más detenido demuestra que entre el orden de los planetas y el orden de los días de la semana existe una relación fija. Para comprobarlo bastan dos sencillos diagramas: dibújese una circunferencia y divídase en siete partes iguales. Si en cada uno de los puntos se colocan, en su orden, los nombres de los planetas, y se unen entre sí siguiendo el orden de los correspondientes días de la semana, se obtendrá uno de los dos eptágonos estrellados, es decir un polígono regular. Si, en cambio, se colocan los nombres de los días de la semana en su orden y se unen los puntos siguiendo el de los correspondientes planetas, se obtiene el otro eptágono estrellado. Pero esto ya no es astrología sino pitagorismo.


Astrología y astronomía

 
Así como la astrología hizo presa fácil del mundo helenizado, también rápidamente en el mundo romano y terminó extendiéndose a las tribus germánicas, más allá de las fronteras del Imperio.
A pesar de la general aceptación, también hubo opiniones desfavorables. Carneades (siglo II a. C.), filósofo platónico integrante de la embajada que introdujo la filosofía griega entre los romanos, afirmaba que era imposible comprobar la verdad de los horóscopos, y en apoyo de sus argumentos señalaba los destinos distintos de los hermanos mellizos y se preguntaba por qué los animales no tenían horóscopo. En el siglo siguiente, Cicerón sostenía que los muertos en una misma batalla, dado que estaban signados por un mismo destino fatal, deberían haber nacido todos en el mismo instante y en el mismo lugar.
Tiempo después, Vitrubio se muestra más imparcial y también más impreciso. En su "Arquitectura" dice, refiriéndose a la astrología: "En lo que respecta a la rama de la astronomía que se refiere a la influencia de los doce signos, de los cinco astros, del Sol y de la Luna sobre la vida humana, debemos dejar todo esto a los cálculos de los caldeos, a quienes debemos el arte de confeccionar horóscopos que les permiten declarar el pasado y el futuro mediante cálculos fundados sobre los astros.
Tales descubrimientos han sido transmitidos por hombres inteligentes y de gran agudeza, provenientes directamente de la nación de los caldeos. El primero de ellos. Seroso, que se estableció en la isla de Cos, donde abrió una escuela. Más tarde continuó en esa tarea Antipater, y luego Arquinábolos dejó las reglas para confeccionar horóscopos fundados ya no en el momento del nacimiento sino en el de la gestación."
En el siglo I de la era cristiana, Plinio, en su poco crítica-"Historia Natural", informa que las artes mágicas arraigaron a través de tres conductos: la medicina, la religión y la astrología. Alude a la antigüedad de las tres artes y se extraña de que Hornero no las mencione en su "Ilíada", mientras que en la "Odisea" abundan los actos de magia.
Refiriéndose a la astrología en particular, dice que el hombre la ha incorporado a las otras artes porque "todo hombre ansia conocer su porvenir y piensa que tal conocimiento se extrae con más certidumbre del cielo." En los primeros siglos de nuestra era aparecen nuevas concepciones filosóficas: las ideas cristianas y judías luchan victoriosamente contra el ya decadente paganismo; el gnosticismo—mezcla de concepciones racionales y místicas— favorece las especulaciones de tipo mágico y, por ende, a la astrología.
En este ambiente cultural, la astrología se desarrolla ampliamente y llega a su punto culminante con la obra de Ptolomeo (siglo II d. C.), quien al separar netamente a la astronomía de la astrología convierte a ésta en una rama autónoma del saber, rama que describe y estudia en un tratado especial, el Tetrabiblos, verdadera biblia de los astrólogos actuales. Aunque es evidente que las nociones de Ptolomeo —tierra fija y astros móviles—, cabe destacar que sus dos obras fundamentales, el Almagesto (astronomía) y el Tetrabiblos (astrología) difieren en su estructura científica. Mientras en el primer tratado desarrolla la astronomía en forma estrictamente científica, sobre la base de rigurosas demostraciones geométricas, en el segundo se limita a tratar los mismos temas mediante aproximados métodos aritméticos.
Las cuatro partes (de ahí el título "Cuatro Libros") que componen la obra astrológica de Ptolomeo comprenden, respectivamente, generalidades acerca de la astrología y de los planetas, a los que divide en maléficos y benéficos, masculinos y femeninos, diurnos y nocturnos; pronósticos de carácter general concernientes a las distintas regiones de la tierra o a características de los planetas; pronósticos de carácter individual; factores astrológicos vinculados con distintas circunstancias y aspectos personales.
Ptolomeo comienza distinguiendo las dos maneras de formular predicciones astronómicas: 1) señalando la configuración de los astros según sus movimientos (astronomía); 2) los cambios producidos en las cosas por influencia de los astros (astrología). Resuelve que, aunque en este último campo no se ha arribado a la misma perfección que en el primero, lo considerará de acuerdo con la filosofía, es decir científicamente.
En consecuencia fundamenta a la astrología en estos términos: "Ante todo es evidente, sin necesidad de mayor prueba, que una cierta fuerza circula y se extiende desde la naturaleza etérea y eterna a. todo lo que envuelve la tierra, provocando continuos cambios. Ante todo en los elementos sublunares, fuego y aire, que se agitan en virtud de los movimientos del éter, y con ello hacen partícipes de su movimiento a las cosas inferiores: la tierra y el agua, y todos los animales y plantas que en ellos nacen." Reseña luego los distintos efectos del Sol y de la Luna y agrega: "El curso de los astros asume, en el aire numerosos significados: anuncia las tormentas, las lluvias y los vientos que afectan a las cosas terrestres.
La configuración misma que adoptan entre sí, en especial cuando al acercarse unen sus efectos, provocan múltiples y variados cambios. En efecto, si bien en el orden de la constitución general del mundo las fuerzas del Sol son las preponderantes, algo agregan o quitan las que residen en los demás astros. En lo que se refiere a la Luna, la cosa es más evidente y frecuente, en virtud de las lunas llenas y nuevas y de los espacios que las separan. Para los demás astros la cosa es menos cierta y se produce a intervalos más separados; por ejemplo, cuando aparecen o desaparecen, o cuando están en condiciones especiales.
Si se atiende a estos hechos, no sólo se comprenderá fácilmente cómo la constitución de las cosas es afectada por el movimiento de los astros, sino que además señalará cómo, de acuerdo con el estado del cielo, se forma y estructura el nacimiento y desarrollo de los gérmenes." A esta última creencia aludía Cicerón cuando decía, al referirse a los astrólogos, que "creían no sólo verosímil sino absolutamente cierto que los animales y los niños se forman según la disposición del cielo en el momento de su nacimiento, y que bajo tal influencia se constituían el ingenio, las costumbres, los hábitos y los caracteres de los cuerpos, así como todo el curso de la vida y de las acciones futuras de cada uno."

Fuente Consultada:

Enciclopedia de los Grandes Fenómenos de Nuestro Tiempo Tomo II Astrología, Horóscopos y Ciencia



 http://www.portalplanetasedna.com.ar/historia_astrologia.htm





viernes, 7 de noviembre de 2014

Aforismos recogidos de la Tradición. Diversos autores.











Los aforismos son legados de antiguos antecesores que recogían
sucintamente impresiones de muchos estudios.
La astrología moderna ha descuidado demasiado la tradición. La
deformación frecuente de textos por errores de copista respecto al original provocó
que mucha gente haya llegado al error antes que a la verdad.
Ciertos aforismos no conciernen más que a casos particulares, muy raros,
que sería un error hacer una regla general.
Otros se encuentran allí como coartada en el caso donde la Inquisición
habría acusado al autor de falta de religiosidad que atenta al dogma católico.


1. Ningún suceso especial sobrevendrá si el tema radical no lo manifiesta. Lo
mismo en lo que concierne a aflicciones.
2. Una revolución solar pone al nativo en un determinado hecho cuando el
significador de este hecho determinado se ha elaborado en el lugar ocupado en el
radix.
3. Saturno en 1 de revolución solar amenaza cautiverio, heridas o incluso muerte,
sean otros o el mismo individuo.
4. Marte en 10 de revolución solar, peligro por armas, choques, heridas. Atenta
primordialmente a la posición social.
5. La Luna en el ascendente libre de maléficos indica buena salud.
6. El regente del ascendente de revolución solar dignificado o bien ubicado en el
ascendente es síntoma de salud.
7. La Luna regente del ascendente de revolución solar al llegar al sector 6 indica
un descenso de vitalidad.
8. La Luna con malos aspectos, débil, conjunta u opuesta a un planeta en la
Casa VI confiere al órgano atribuido en esta casa un trastorno cualquiera.
9. Saturno en la Casa VI en la revolución solar y natal significa con frecuencia
una enfermedad crónica.
10. Saturno en la Casa VII natal y de revolución solar da dolores reumáticos.
11. Saturno en la Casa VIII natal y de revolución solar da tendencia a
hemorroides.
12. Júpiter en 6 natal y revolución solar permite una pronta curación y hace más
leves las enfermedades, salvo si en el natal rige la Casa I o la Casa VIII.
13. Marte en la Casa VI natal y de revolución solar causa fiebre o enfermedades
súbitas.
14. El Sol en la Casa VI natal y de revolución solar da una debilidad cardíaca, a
no ser que estén bien Júpiter y Saturno.
15. El regente del ascendente de revolución solar en conjunción al Nodo Sur
indica que no deberá excederse en la toma de medicamentos.
16. Si en el nacimiento un planeta maléfico se encuentra situado en el
ascendente sin estar dignificado y en la revolución solar también se encuentra en
el ascendente, auspicia un año funesto.
17. Si en una revolución solar un planeta maléfico se encuentra en la Casa IV,
riesgo de accidente que deberá tomarse en consideración.
18. La Luna en revolución solar en domicilio de Mercurio, agiliza el razonamiento
y la lógica.
19. Si Mercurio es más predominante que la Luna, la razón dominará a los
sentimientos.
20. Mercurio en la Casa I natal o de revolución solar otorga un espíritu hábil y
llevado a sacar provecho de sus relaciones.
21. Si Mercurio está angular particularmente en el ascendente, en la Casa VII o
en la Casa X, aporta finura y sutilidad.
22. Saturno en revolución solar junto a Mercurio dará ingeniosidad y tendrá
atracción por el cálculo o técnica.
23. Venus con Mercurio en natal y revolución solar muestra elocuencia y
persuasión.
24. La Luna en la Casa I natal y de revolución solar tiende a la inestabilidad.
25. Mercurio armónico con Saturno da un espíritu serio, búsqueda filosófica.
Perspicacia en ciencias sociales o humanas.
26. Mercurio armónico con Júpiter da una profundidad analítica, favorece la
interpretación de dogmas y leyes.
27. Mercurio bien aspectado con Marte confiere dones matemáticos, o se siente
atraído por los debates y lo sarcástico.
28. Mercurio armónico con Venus predispone a la música, poesía.
29. Saturno en la Casa IX natal y de revolución solar hace con frecuencia
grandes filósofos.
30. Marte regente del ascendente confiere una manera impulsiva e imprudente
en el proceder.
31. Si el regente del ascendente anual está retrógrado ocasiona obstáculos,
retrasos.
32. La Luna en el domicilio del Sol en natal y revolución solar inclina a tratar
asuntos públicos.
33. Marte debilitado o mal aspectado en revolución solar amenaza mala salud de
hermanos.
34. Mercurio regente del ascendente anual de revolución solar disonante con
Marte en la Casa IV anuncia el peligro para algún hermano propiciando su
fallecimiento.
35. Si un maléfico se encuentra en el sector 3 disonante al Sol, el hermano
estará expuesto a accidentes.
36. Saturno mal aspectado en revolución solar anuncia mala salud familiar.
37. El Sol conjunto a Saturno en la Casa IV y mal as-pectados posibilita la muerte
del padre.
38. Sol y Luna en revolución solar mal aspectados en la Casa VII o en la Casa IV
frecuentemente es síntoma de muertes en la familia.
39. Sol y Luna juntamente con un maléfico, los parientes corren el peligro de ver
perjudicado su patrimonio, salud o dignidad.
40. Marte y Saturno anuncia asiduamente enfermedad de la madre o incluso
muerte.
41. La Luna con Saturno mal aspectados anuncia la muerte de la madre.
42. Saturno en revolución solar, encontrándose en el lugar ocupado por Júpiter
natal, aporta beneficios y mejora económica.
43. Júpiter predominante en el radix y bien aspectado en revolución solar
confiere mayormente riquezas.
44. La Luna en la Casa II de revolución solar bien as-pectada motiva un aumento
de riqueza.
45. La Luna situada en domicilio concluye significaciones natales.
46. La Luna en la Casa X natal y de revolución solar hace fluctuar la fortuna.
47. Si el regente del ascendente anual está mal aspectado y en el tema natal
está en lugar favorable, factibiliza las riquezas.
48. El regente de la Casa II de revolución solar en el ascendente de la revolución
solar rentabiliza y significa los medios de existencia en progresión.
49. Planetas benéficos en la Casa IV de revolución solar aportan beneficios
duraderos.
50. Saturno y Marte en el medio cielo son significado-res de dificultades y
peligros.
51. Marte en la Casa X natal y de revolución solar sin ser el regente del
ascendente aporta desgracias repentinas.
52. Si el ascendente y su regente reciben aspectos tensionales por los planetas
maléficos, es de prever pérdidas y obstáculos.
53. El regente de la Casa II de revolución solar mal aspectado con el regente del
ascendente marcará las dificultades económicas.
54. Cuando los planetas maléficos se ubican en el ascendente o medio cielo de
revolución solar, y los benéficos bajo el horizonte, induce a contratiempos al
principio, seguidos de mejoría con el paso mensual.
55. Generalmente la llegada de Venus al lugar de Júpiter en revolución aporta la
venida de una esposa.
56. El regente de la Casa VII infortunado por los maléficos sin apoyo de Júpiter,
significa enfermedad del cónyuge, desgana.
57. Cuando un maléfico se encuentra en la Casa IV y otro en la Casa VII de
revolución solar, con frecuencia trae la muerte del cónyuge.
58. Júpiter en la Casa V natal y de revolución solar facilita el nacimiento de hijos.
59. El regente del ascendente de revolución solar situado en la Casa IV, posibilita
el engendramiento de un hijo.
60. Si el ascendente de revolución solar está en el lugar del Júpiter radical y si
éste, a la vez, está conjunto al ascendente o regente, posibilita el nacimiento de un
niño.
61. Júpiter en la Casa V natal o de revolución solar otorga numerosos amigos.
62. Júpiter en la Casa XI de revolución solar aporta nuevas y favorables
amistades.
63. El regente del ascendente en la Casa IV o VII propicia nuevos conocidos,
mujeres, subalternos, que estimarán y respetarán.
64. Los planetas maléficos en la Casa XI de revolución solar significan
desgracias a causa de amigos o la muerte de alguno.
65. Júpiter en la Casa XII natal y de revolución solar destruye las malas
intenciones de posibles enemigos.
66. El Sol en la Casa VII natal y de revolución solar aporta enemigos a temer.
67. Júpiter en la Casa IX de revolución solar beneficia en los viajes, pudiendo
estos destacar por alguna especificación.
68. La Luna como regente del ascendente de revolución solar experimentará la
necesidad de viajar.
69. El regente anual en la Casa IX indica un viaje relevante.
70. El regente del ascendente de revolución solar en la Casa IV anuncia que el
individuo realizará pocos viajes, o al menos ésa será su intención






Plutón retrógrado . Por Maya Time.













Plutón Retrógrado


El individuo vive un karma de experimentar la conciencia colectiva en si mismo. Siente el impacto del pensamiento mundial, y es consciente de cómo se relaciona éste con las ideas del mundo en todas las épocas. Al no expresar siempre lo que sabe, tiende a ver a los demás como parte de una totalidad más amplia y exclusiva antes que como una base en proporción constante uno a uno. En su vida personal, es mucho menos importante lo que hace que lo que piensa sobre lo que hace. La mayor parte del tiempo vive dentro de su conciencia, cribando la multitud de sentimientos que experimenta en su interior. El crecimiento espiritual posible con Plutón retrógrado sólo está limitado por la mente consciente del individuo. Puede mostrarse literalmente superior a la mayoría del karma de toda la raza si así lo decide. Curiosamente, si trata de evitar la elevación de su karma, sentirá de todos modos los karmas inferiores de cuantos le rodean. Así, si escoge elevarse a si mismo, empezará a vivir realmente la parábola de Jesús de "estar en este mundo pero no pertenecer a él". Para conseguirlo a la larga, atraviesa por retiros temporales durante la primera mitad de la vida, hasta que aprenda a ser impersonal con la intensidad del mundo que siente fuera de él, de modo que al final alcance el punto que ya no sentirá actuar en su interior. Este individuo con Plutón retrógrado piensa en los males de la sociedad como una razón personal para transformarse a si mismo. Sabe que no puede cambiar el mundo, no obstante, le gustaría hacerlo si eso fuera algo práctico o posible. Pero puede cambiar el mundo entero dentro de si mismo, acabando con los lazos de todo lo que le ata a cosas inferiores a su ser purificado. Éste es un proceso que supone varios años, y a veces muchas vidas para conseguirlo. En su más alta manifestación, representa la verdadera conciencia de Cristo de traer a este mundo la forma más pura de amor. En menor medida y con menos frecuencia, elimina continuamente de su vida todos los factores que impiden el progreso de su alma y la expresión de su espíritu. El individuo con Plutón retrógrado experimenta la lucha de la humanidad como un lucha personal consigo mismo. Personalmente, siente la necesidad de vencer en su interior todo lo que ha estado disminuyendo su conciencia de la sociedad en que vive. Así, reacciona enérgicamente ante la falta de honradez de otras personas hacia si mismas, considerándolo como una enfrenta personal a su propio progreso, que cree que debe hacer por el bien último de la civilización de la que él es parte importante. Debe aprender a alejarse un poco de los hábitos y de la forma de comportarse de los demás, cuyas vidas tienen poco que ver en realidad con su propia realidad interna.


Para quienes son capaces de responder a Plutón natal retró­grado, las fuerzas regenerativas que impulsan a una reforma total de la propia conciencia estarán aún más profundamente enclavadas dentro del inconsciente, y no podrán ser expresa­das con facilidad. Al igual que sucede con Urano y Neptuno retrógrados natales, Plutón retrógrado deberá focalizar sus poderes transformativos en las condiciones que ya han sido establecidas dentro del individuo en el pasado. Generalmen­te, el individuo será más cauto psicológicamente que con Plu­tón directo. Se resistirá inconscientemente a que sus rasgos negativos internos sean escrutados tanto por su conciencia como por los demás. Al condenar a esas energías y al no en­contrar canales adecuados para su liberación, ciertas tensio­nes profundamente perturbadoras pueden trastornar el fun­cionamiento sano de la psique. Debido a que este Plutón es más interno, el individuo puede suprimir el deseo a algún nivel. Fuerzas reprimidas pueden crear presiones espantosas que se mantendrán escondidas en el interior, hasta que se produzca una violenta erupción. A veces, esos «despojos» de alta carga emocional pueden ser mejor liberados a través de los estados de sueño profundo, experiencias oníricas muy vivas, o diversas formas de conciencia alterada (a menudo in­ducidas por estímulos químicos). El individuo estará menos inclinado a buscar salidas externas para la liberación de esa energía. La intensidad de la voluntad se enfatizará con la re­trogradación, pero rara vez se exhibirá exteriormente de forma directa. Es más factible que primero sea demoledor con las estructuras internas con las que está en guerra, y que inmediatamente después intente acabar con la estructura so­cial externa. La dificultad aparente en encontrar salidas adecuadas a la poderosa energía plutoniana alentará el desarrollo de fobias poco comunes, complejos emocionales destructivos, com­pulsiones mórbidas, deseos fijos, y una amplia gama de per­versiones. Cuando Plutón retrógrado hace aspectos muy difí­ciles, la hostilidad puede dirigirse hacia el interior de forma implacable, o puede manifestarse como una agresión incon­trolable hacia la sociedad. Un Plutón igualmente afligido pero directo focalizará esa agresividad con más estrategia. Pero dado que los factores inconscientes parecen tener en este caso más influencia sobre su naturaleza, Plutón retró­grado indicará que el individuo posee menos control sobre los elementos más oscuros de sí mismo. Pero a la persona despierta, este Plutón le brinda la oportunidad de indagar profundamente en su interior para descubrir e investigar las raíces causales de sus defectos kármicos. Le permitirá com­prenderse en profundidad, y poseer además una percepción increíble sobre el funcionamiento del inconsciente. Será im­pulsado a explorar las motivaciones psicológicas ocultas de sí mismo y de los demás, en mayor medida que Plutón directo, que gasta demasiado tiempo en sus luchas por el poder, pues­to que la necesidad de dominio sobre los asuntos externos es mucho más fuerte. Plutón retrógrado aumenta la resistencia psicológica, probablemente debido a que este individuo debe volver a examinar partes de su pasado que pueden ser muy amenazadoras y abrumadoras para el ego. Sin ese aguante y esa resistencia interior, es factible que evitase ahondar tanto en sí mismo. Aunque a menudo de manera inconsciente, ten­drá miedo de ser inundado por la parte sombría de sí mismo, y sólo se sentirá más seguro cuando busque conocer activa­mente su naturaleza. Plutón retrógrado es quizás aún más compulsivo en su intento por descubrir los misterios funda­mentales del ser. Como Plutón permanece retrógrado más tiempo que la ma­yoría de los planetas, más personas tendrán a este planeta que a ningún otro retrógrado en su carta natal. Pero como Plutón representa cualidades del ser casi ultrahumanas, muy alejadas de lo que la vida nos ha condicionado a ser, muy pocos individuos serán capaces de manejar sus energías ines­crutables de manera comprensiva. Ya se encuentre retrógra­do o directo, la influencia directa de Plutón sobre la configu­ración consciente del individuo es casi nula. Parece que la única conexión que la mayoría tiene con Plutón es a través del efecto colectivo de los desarrollos masivos, y en especial los de naturaleza revolucionaria. Pero, los carismáticos y poderosos líderes que capitanean tales movimientos sociales, captarán la energía de Plutón a nivel personal. Sin embargo para la gran masa humana, Plutón actúa como una influencia sólo impersonal. Creo que el grupo de almas que encarnan juntas con Plutón retrógrado estarán colectivamente preocu­padas por retener su poder personal, guiadas por la determi­nación férrea de ignorar los símbolos externos de autoridad (mientras que quienes poseen Plutón directo se sentirán más impulsados a unir fuerzas en un intento por abatir tal presión autoritaria a través de la oposición activa). Las almas que tie­nen a Plutón retrógrado tendrán menos deseos de fundirse con el todo colectivo y expresarán rasgos más antisociales. En este grupo se hallarán los seres socialmente más aislados, mientras que los rebeldes agresivos y los descontentos socia­les que intentan minar activamente el Orden Establecido, es­tarán mayoritariamente en el grupo de Plutón directo. Qui­zás el grupo de Plutón retrógrado está empeñado en la revo­lución interior. Estos individuos pueden ser muy distantes, inaccesibles, en el sentido de la intimidad profunda, y más di­fíciles de conocer, quizá debido a su acentuada inclinación al secreto. Viven erupciones psicológicas y purgas internas completas apenas visibles en la superficie. Pero los pocos miembros relevantes de este grupo podrán ayudar a la huma­nidad a dar grandes pasos en la comprensión de los vastos e ilimitados poderes del espíritu, a través del trabajo con el in­consciente personal. Estos son los valientes pioneros dis­puestos a explorar los dominios externos del espacio interior, así como los reinos internos del espacio exterior. Se intere­san especialmente por la fuente del poder que genera los enormes cambios colectivos en el mundo, se sienten impulsa­dos a buscar la clave que les permitirá dominar este poder primigenio. (Pablo Picasso, Marie Curie, Alan Watts, Dylan Thomas, Aleister Crowley, Howard Hughes, Richard Nixon, Timothy Leary).

PROGRESADO: Cuando Plutón se vuelve retrógrado por progresión, perma­nece en esa fase durante el resto de la encarnación (160 años progresados). Los asuntos externos de la Casa que ocupa Plutón natal se volverán más complejos y multifacéticos con el paso del tiempo. Pero también pueden llevar al individuo a conectar con sus poderes regenerativos y produce una mayor renovación personal cuando es manejado con inteligencia. Un renacimiento psicológico, una transmutación de deseos, o una transformación de valores, serán más necesarios ahora que nunca, si quiere beneficiarse de los asuntos de esta Casa. Deberá mirar en su interior con mayor intensidad y con un sentido agudo de la realidad, a fin de comprender dónde y cómo deberá rehabilitarse. Ello exige que se enfrente a esas fuerzas oscuras que en el pasado se hicieron cargo de sus emociones. Quizás las condiciones no eran adecuadas para evolucionar, al comienzo de su vida, y cumplir con sus nece­sidades, por lo tanto no tuvo que confrontar a Plutón retró­grado hasta este momento señalado (su influencia fue mante­nida en suspenso hasta que las condiciones estuviesen madu­ras). Tal vez debería vivir experiencias más adecuadas a un Plutón directo antes de sufrir esta transición. ¿Quién lo sabe con seguridad? Kármicamente, el individuo será reintroducido a obsesiones poderosas o deseos intensos, expresados en vidas pasadas. Ahora será nuevamente puesto a prueba en esta vida, para ver si es capaz de relacionarse con sus potentes fuerzas inter­nas y pasiones, sin dejar que lo consuman o desgasten. Debe estar alerta ante el surgimiento de impulsos por el poder, ins­tintos manipulativos, deseos compulsivos o irresistibles, es­pecialmente de índole antisocial, o impulsos drásticos por cortar completamente las ataduras en las relaciones. Puede darle claves acerca de la parte más tétrica de su ser en rela­ción con las vidas pasadas. Ahora deberá examinar con más cuidado los contenidos de su ser no regenerado. Sin embar­go, este período progresado puede señalar también una eta­pa en la que el individuo es capaz de sintonizar con un nivel de percepción interna, en que reconoce y reclama los recur­sos potentes del alma de un pasado que incrementó significa­tivamente su crecimiento evolutivo. Podrá volver a conectar con esas dimensiones de sí mismo en las que fue capaz de al­canzar un grado de maestría que podrían ayudarlo ahora a limpiar todos los residuos personales y la negatividad racial kármica desde dentro. Martín Schulman cree que Plutón retrógrado permite al individuo experimentar «la conciencia de la masa dentro de sí mismo» Opina que el individuo «ex­perimenta la lucha de la humanidad como una confrontación personal en su interior. Siente personalmente la necesidad de superar en sí mismo todo aquello que disminuyó la con­ciencia de la sociedad en que vive» Estoy totalmente de acuerdo con la percepción de Schulman. Cuando Plutón se pone directo por progresión, sus efectos tardan en manifestarse. Como los otros planetas de la Octa­va Superior, Plutón dirigirá ahora más su atención hacia las necesidades generales de la sociedad, en vez de hacia el auto­desarrollo solitario. Idealmente, el individuo estará prepara­do para un compromiso social profundo, ya que su período recapitulativo ha concluido. Será capaz de ofrecer al mundo los beneficios de los poderes que ha desarrollado durante su período de autoexamen. No quiere decir, sin embargo, que lo hará. Pero las oportunidades para impactar socialmente al mundo se volverán evidentes. En la mayoría de los casos, el individuo se volverá más activo dentro de su propio contexto y aceptará las situaciones como son sin cuestionamientos ni análisis indebidos. Sentirá menos necesidad de ahondar en sí mismo para comprender su existencia, lo que será un agrada­ble alivio para algunos. Afortunadamente, el campo de bata­lla ya no se halla en el interior. Ahora podrá encontrar sali­das externas que le permitan airear sus fuerzas interiores concentradas de una forma que lo gratifique psicológicamen­te. Su atención se irá condicionando lentamente a observar los procesos mundanos en vez de los estrictamente subjeti­vos, descubrirá que posee una perspectiva más amplia de los asuntos sociales, compartida por muy pocos. Es capaz de vi­sualizar el drama humano desde un punto de vista más am­plio. Podrá también comprender mejor la motivación de las masas, incluso en sus expresiones radicales, ya que las ha ex­perimentado en sí mismo. Cuánto más dominio haya adquiri­do durante la fase retrógrada sobre las facetas más oscuras de su sombra, más capaz será de tolerar la expresión de sombras similares a nivel colectivo, ya que no las teme más. Y debido a que es más consciente de su naturaleza, puede ayudar a convertirlas en poderes renovados que contribuyan al creci­miento de la sociedad.

TRANSITO: La fase retrógrada de Plutón en tránsito dura unos 160 días, y ocurre una vez al año. Aunque su influencia se concentra es­pecialmente sobre la Casa que transita en estos momentos, se mueve tan lentamente que incluso su influencia sobre esta Casa podrá parecernos a la mayoría de nosotros poco nítida. Es preciso recordar que Plutón representa esa parte de nues­tra psique que es a menudo difícil de examinar a fondo. Nos indica allí dónde estamos en la total oscuridad, sobre la natu­raleza de los desarrollos internos que atravesamos, ya que trabaja en los niveles más profundos y subterráneos del ser. Pero su acción es inexorable y, a veces, hasta despiadada en el cumplimiento de sus metas últimas. Cuando Plutón está retrógrado, detiene el desarrollo externo de la Casa que transita (aunque con la mayor sutileza), y en vez de ello nos fuerza a focalizarnos allí donde hemos fracasado en regene­rarnos convenientemente durante los tránsitos previos del planeta. Rara vez somos conscientes de este hecho cuando sucede, y cuanto más perceptivos seamos de lo que nos ocu­rre, menos nos sacará de quicio este tránsito. Lo único que parecemos comprender es que ciertos asuntos difíciles del pasado, que fueron en su momento psicológicamente arduos de confrontar, son otra vez puestos en nuestro camino para volver a examinarlos (aun cuando las situaciones parezcan radicalmente diferentes). A Plutón sólo le preocupa confron­tarnos con la esencia de lo que no hemos transformado en una expresión más elevada. No está tan interesado en la forma en que nos trae esa percepción, al menos en términos de cómo amenaza nuestro ser centrado en el ego. Supongo que Plutón piensa que ése es nuestro problema, no el suyo. Plutón cuenta con muchos recursos que usará para impactar profundamente, y a veces de manera perturbadora, nuestra naturaleza, según las enraizadas vulnerabilidades que hemos permitido que corran desenfrenadas. Como Plutón es un planeta de motivaciones extremas, se in­clina a atacar esas partes más radicales de nosotros, y sólo nos fuerza a transformar lo que necesita rehabilitación. En estos momentos, Plutón retrógrado continua azuzándonos de una forma que puede parecernos incomprensible, e inclu­so persecutoria, cuando se considera desde nuestra experien­cia mundana cotidiana. Algunos de nosotros trataremos de oscurecer nuestras intenciones interiores en este sector de la vida y permanecer inocentes sobre la naturaleza de nuestras acciones, en cambio Plutón mantendrá su aguda mirada sobre las motivaciones reales y básicas detrás de tales acciones. Desde un punto de vista práctico, Plutón retrógrado en trán­sito sugiere que el individuo tiene una oportunidad, según la Casa implicada, para desandar sus pasos y descubrir las fuen­tes latentes de poder (recursos ocultos) previamente ignora­dos, que ahora pueden ayudarlo a avanzar sus objetivos en este sector, una vez que hayan sido desenterradas. Depende­rá especialmente del grado de autodisciplina, control emo­cional, y también de los apetitos (la sensualidad puede ser un problema cuando Plutón es muy activo en la carta). Plutón en esta fase puede incluso forzarnos a revaluar nuestros de­rechos y valores en relación a los ajenos. Plutón nos lleva a concentrarnos más profundamente en la naturaleza básica de las actividades de esta Casa en vez de dispersar al azar nues­tros intereses según los dictados de nuestra voluntad, si lo ha­cemos nos veremos obligados a una autoconfrontación tensa con las partes sin resolver de nosotros mismos, que nos senti­mos impotentes para superar. Como Saturno, Plutón nos muestra la realidad de nuestras limitaciones, aunque desde un punto de vista más psicológico. Para el individuo cons­ciente de sí mismo, puede ser una etapa maravillosa para aplicar sus percepciones más penetrantes sobre los elemen­tos descarriados del ser interno que necesitan una especie de renacimiento. Se trata de esas partes de la psique que se re­sisten de forma crónica a cambiar constructivamente su nivel emocional. Usualmente, donde exista la mayor resistencia interna a alterar nuestro esquema interior, es allí donde Plu­tón realiza su trabajo más efectivo. A Plutón retrógrado en tránsito le atrae explorar nuestras debilidades ocultas en el sector en que focaliza sus habilida­des escudriñadoras. En su fase retrógrada, todavía está más atento a los sutiles detalles que normalmente se pasan por alto. Ya que su período transitante retrógrado dura tanto, el individuo es gradualmente condicionado a ahondar en sí mis­mo para crecer en este sector, dado que las situaciones nor­males por sí solas no le proveerán de este potencial. Necesi­tará retirarse psicológicamente si desea ser más consciente de los recursos que le llegan desde sus profundidades inter­nas. Quienes no son autoconscientes tendrán menos posibili­dades de buscar los potenciales sutiles que se presentan en estos momentos. Se limitan a reaccionar al sorprendente giro de los sucesos que ocurrirán sin comprender nada, y sintién­dose víctimas de las circunstancias. Pero incluso este senti­miento indica una cierta sintonización con Plutón. Para la mayoría de personas, el tránsito retrógrado de Plutón por una Casa pasa casi desapercibido.

Para terminar este capítulo, me gustaría agregar que cuando un planeta se halla en su fase retrógrada, astronómicamente se halla más cerca de la Tierra. Durante este período parece tener más brillo que nunca (su disco parece más grande cuan­do se lo mira por el telescopio). En su libro Ciclos del Deve­nir, Alexander Ruperti establece que, «Cuando un planeta se pone retrógrado, lo que sucede desde un punto de vista geocéntrico no es que se mueva hacia atrás, sino que el plane­ta describe, al acercarse a la Tierra, una curva aparente en el espacio. Parece salir de su sendero orbital regular, como si fuese empujado hacia la Tierra, formando una curva que se dirige hacia nuestro planeta.»' Otro hecho astronómico inte­resante es que los planetas Mercurio y Venus forman conjun­ción con el Sol cuando se hallan en el punto medio de su ciclo retrógrado, mientras que los restantes cuerpos celestes, de Marte a Plutón, se oponen al Sol cuando se encuentran en el punto medio de su ciclo retrógrado. Observen que todos los planetas (a excepción de la Luna) en oposición al Sol, esta­rán siempre en posición retrógrada en la carta natal. Ruperti interpreta a un planeta retrógrado como aquel que permite al individuo estudiar su funcionamiento más atentamente (ya que se mueve más cerca de la Tierra), posibilitándonos quizá desarrollar nuevas perspectivas de ese planeta. Dane Rudh­yar cree que el factor importante de un planeta retrógrado es que se aleja de la dirección del Sol y de la Luna, sugiriendo que simboliza fuerzas que van contra el flujo natural de las energías de la vida, a fin de ayudarnos a regresar y encontrar soluciones mejores a los problemas que surgirán natural­mente durante el período directo.' El hecho que los planetas retrógrados nos parezcan más grandes y brillantes en este momento que ningún otro podría sugerir simbólicamente una iluminación mayor, quizá debido a nuestra sintonización más directa con nuestro inconsciente. Así como están astro­nómicamente realzados en este momento, también ilumina­rán aquellos factores psicológicos de nuestra naturaleza que necesitan de un examen más atento para ayudarnos a encon­trar modos más ventajosos de descifrar nuestro ser.


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