sábado, 15 de noviembre de 2014

Astrología.











La astrología (en griego: 'estudio de los astros') es un conjunto de creencias que intentan relacionar las características de una persona con su signo zodiacal; es decir, con la posición de los astros en el momento de su nacimiento. Supone el llegar a ese conocimiento mediante la observación de la posición de los astros y las características comunes de muchas personas con fechas de nacimiento idénticas. Las personas que estudian la astrología sostienen que las posiciones de los astros tendrían relación con los rasgos de la personalidad de una persona, con los sucesos importantes de su vida y con sus características físicas.
En la antigüedad, la astrología concurría con la astronomía, estudio científico de los astros, pero ambas se fueron separando después del Renacimiento a raíz del racionalismo, al igual que la alquimia se separó de la química. La Iglesia católica se opuso a la práctica de la astrología supersticiosa o judiciaria, a través de la Bula contra la astrología (1586) del papa Urbano VIII, por la cual la condenó oficialmente. Siguió una segunda bula papal, en 1631, que condenó esta clase de astrología por herética.
En la actualidad, la comunidad científica considera que la astrología es una pseudociencia o una superstición, la cual cita una ausencia de predicciones astrológicas estadísticamente significativas, mientras que la psicología explica mucha de la fe ciega en la astrología como forma de prejuicio cognitivo o sesgo cognitivo. El consenso científico, según lo expresado por la National Science Foundation, considera que la astrología es una creencia pseudocientífica.



Etimología

 

La palabra «astrología» significa 'estudio de los astros'. Proviene del griego: αστρολογία (astrologuía), de άστρον (ástron): 'estrella' y λόγος (logos): 'palabra, estudio'.
En algunos textos astrológicos, se registra una etimología errónea (más «esotérica»): astro: 'ser', y logía: 'lógica'.


Historia


En la antigüedad

 

Los orígenes de la astrología se mezclan con los de la astronomía, ya que prácticamente todas las civilizaciones han acudido a los astros tratando de averiguar el destino de los seres humanos.
La observación del cielo proporcionó grandes instrumentos de cálculo y las bases de la astronomía y astrología actual, de las que destaca el actual horóscopo, por otra parte ya desfasado puesto que las estrellas sí se mueven, aunque despacio, a lo largo del tiempo. Otros pueblos desarrollaron su propia astrología, y aunque se combinaron durante toda la edad antigua conservaron sus diferencias. Los egipcios, por ejemplo, mejoraban la medición e incluían los ángulos relativos y no solo las colisiones.
Después pasó a Grecia y Roma, con predominio del vocabulario claramente zoroástrico. En Grecia y Egipto empezó a nacer la astronomía como conocimiento puro separándose de las supersticiones. En Roma se empezó a denunciar tímidamente a la astrología como superchería.
Ptolomeo en su Almagesto recupera la división clásica zoroástrica dándole una precisión astronómica a la división del cielo en 12 sectores. En China, de manera independiente, se desarrolló también una astrología, similar en algunas cosas a la occidental y distinta en otras muchas.


Edad Media

 



Astrónomos estudiando un eclipse, pintura de 1571 de Antoine Caron.

En sus inicios, el cristianismo ―sobre todo los Padres de la iglesia―, se dio cuenta de que la astrología contradecía la doctrina católica, pues de algún modo parecía contradecir el libre albedrío. La postura oficial de la Iglesia Católica fue la del rechazo y condenar a sus seguidores.
San Agustín condenó duramente la astrología, porque absolvía a los pecadores y le atribuía las culpas «al Creador y gobernante del cielo y las estrellas». Sin embargo, a pesar de las condenas oficiales, la astrología se conservó durante el oscurantismo de la Edad Media y con mejor suerte que el resto de tradiciones paganas, muchas de ellas realmente perseguidas bajo la acusación de brujería. Lo interesante es que muchos reyes católicos dentro de sus cortes, eran auxiliados por algún astrólogo, para la toma de decisiones.


Renacimiento

 

A partir del siglo XIV la astrología sufrió un duro revés. Nicolás Copérnico en su obra De revolutionibus orbium coelestium, propuso que los planetas se mueven alrededor del Sol, y no en torno a la Tierra, como creían casi todos los antiguos, incluyendo los astrólogos. Paradójicamente, su teoría contó con gran resistencia por parte de la Iglesia católica porque creía que contradecía las Escrituras.
En ese momento la astrología se separa de la astronomía. Johannes Kepler manifestó en sus escritos que no creía en la astrología pero que era el medio habitual de ganarse la vida y conseguir dinero de reyes y nobles. En esos tiempos difíciles, los astrónomos necesitaban una excusa para su supervivencia, y lo usaban como una forma de arte, o una forma de videncia.


Edad Moderna

 

La astrología sobrevivió al Renacimiento y a la eclosión de la ciencia adaptándose. Así, los astrólogos desecharon la teoría de los cuatro humores, aunque se mantuvieran algunos restos. A medida que se fueron descubriendo nuevos planetas en el Sistema Solar, a Escorpio, Acuario y Piscis, se les adjudicó una nueva regencia. Por lo tanto, estos planetas, además de tener su regente actual, tienen como co-regentes a sus primeros planetas. Por ejemplo, el signo Piscis estaba regido por Júpiter hasta que en 1846 se descubrió Neptuno, que se transformó en el planeta de dicho signo. Actualmente Júpiter rige a Sagitario y es coregente de Piscis y Neptuno, como regente del signo.


Astrología occidental

 


Según la astrología occidental, el destino de cada ser humano se vería afectado en gran medida por el influjo de la posición de los astros, en el momento y lugar de su nacimiento, a partir de los cuales se obtiene su carta astral. El movimiento de los astros marcaría la suerte de individuos, e incluso de grupos, países, negocios, etc.
Los tamaños y formas de las constelaciones han sido fijadas por convención, siendo de tamaños muy variados. Según esta convención, se aceptan 88 constelaciones claramente delimitadas usando el sistema de coordenadas estelares.


El mapa astrológico

 

A diferencia de lo que se piensa habitualmente, la astrología no se reduce a la definición psicológica de los nativos de los signos zodiacales. Muestra por el contrario una compleja estructura de la que forman parte las posiciones de todos los planetas, junto con el Sol y la Luna, según la visión aparente que tenemos de ellos desde la Tierra. Desde aquí los vemos en línea con algún signo zodiacal, y el astrólogo entiende, por ejemplo, que «la Luna está en Piscis», o que «tu Mercurio está en Leo»... Cada uno de los planetas corresponde a un arquetipo que se relaciona con el signo en el que está emplazado, fusionándose las características de ambos. Los modernos astrólogos definen a la astrología como un lenguaje simbólico.
Lo mencionado se relaciona con lo que en astrología recibe el nombre de carta astral. Pero la formación de ésta tiene en cuenta por otra parte, los ángulos que forman los planetas con la Tierra en un momento dado, unos respecto de otros, y que reciben el nombre de «aspectos». Por último, la carta astral tiene su estructura en las casas, que corresponden a la división de la superficie de nuestro planeta en doce secciones, las doce casas. La marca astrológica que da paso en el gráfico astral a la primera casa, es bien conocida por su nombre, el «ascendente». Se trata del signo que asciende por el horizonte en la fecha y hora de nuestro nacimiento.


La eclíptica

 

La eclíptica es la banda circular que define el plano que contiene a la órbita que la Tierra recorre alrededor del Sol. Visto desde la Tierra, es la región del cielo que recorre el Sol al moverse por el cielo. Los astrónomos la utilizan como plano fundamental de uno de los sistemas de referencia para medir la posición relativa de los objetos astronómicos, ya que permanece muy estable sobre el fondo de las «estrellas fijas».
En este sistema de coordenadas, la posición de un planeta se calcula usando dos números, análogos a las coordenadas geográficas:

  • La latitud eclíptica mide la desviación del planeta del círculo en cuestión, y se mide en grados.
  • La longitud eclíptica se determina midiendo en el sentido contrario a las agujas del reloj, la dirección desde el punto cero en la eclíptica. Toma valores entre 0 y 360°.
El punto cero en la eclíptica se estableció usando el equinoccio vernal (que significa ‘de la primavera’) en el hemisferio norte ―el 21 de marzo― la jornada durante la cual el día y noche tienen la misma duración en todo el planeta (la palabra «equinoccio» proviene del latín aequi noctium, que significa ‘igual noche’). Este punto se define matemáticamente usando el punto de intersección entre el ecuador y la eclíptica (el plano formado por la órbita de la Tierra). El ecuador celeste se determina por la posición del eje de la Tierra en el espacio. Si este eje permaneciera siempre estable, el equinoccio vernal del 21 de marzo sería un punto fijo en el espacio.
Al alcanzar la astronomía un alto desarrollo en la antigüedad durante la edad helenística entre el 200 a. C. y el 200 de nuestra era, el equinoccio vernal en el hemisferio norte se situó entre las fronteras de las constelaciones de las estrellas fijas de Aries y Piscis. Los astrólogos de la época dividieron el círculo de la eclíptica en doce segmentos iguales de 30° usando este punto cero como un marco de referencia. A estos segmentos se les dieron los mismos nombres de las constelaciones de estrellas fijas que quedaban más o menos encuadradas por estas zonas. Es importante distinguir estos segmentos de 30° de la eclíptica (o signos del zodíaco), de la constelación zodiacal de estrellas fijas de fondo de las que tomaron su nombre en el pasado, y que, a diferencia de los signos del zodiaco, no corresponden a parcelas de la esfera celeste iguales entre sí.


La precesión de los equinoccios

 

Lo mismo que el de una peonza, el eje de la Tierra está sometido a un movimiento de precesión. Esto es consecuencia de que la Tierra no tiene una simetría esférica perfecta y de la atracción gravitatoria combinada de la Luna y el Sol, principalmente. Como resultado, el eje de la Tierra describe un movimiento cónico alrededor del polo casi-fijo de la eclíptica. Una rotación completa del eje de la Tierra alrededor del de la eclíptica siguiendo de este cono toma aproximadamente 26.000 años. Como resultado, el ecuador celeste también se desplaza, de modo que sus puntos de intersección con la eclíptica ―los puntos equinocciales― se trasladan de este a oeste a lo largo del círculo de la eclíptica; es decir, en dirección opuesta al zodíaco normal.
El equinoccio vernal, que corresponde al inicio de la primavera en el hemisferio norte, tarda aproximadamente 26.000 años en hacer una revolución completa alrededor de la eclíptica; es decir, a través de las doce constelaciones del zodiaco. Tarda una doceava parte de este tiempo ―aproximadamente 2160 años― para transitar cada signo zodiacal. En la antigüedad el equinoccio vernal se ubicó entre los signos de Piscis y Aries, y debido al movimiento de precesión, en la actualidad se ubica en la zona fronteriza entre las constelaciones de Acuario y Piscis, moviéndose lentamente hacia Acuario. Debido a que las constelaciones carecen de límites claros, es difícil definir exactamente cuándo el equinoccio vernal pasará de la constelación de Piscis a la de Acuario, es decir cuándo comenzará la llamada Era de Acuario. Dependiendo dónde se dibuje este límite, ocurrirá en algún momento entre 2100 y 2500 d. C.
La astrología occidental no usa el fondo de las estrellas fijas como referencia, sino que divide la eclíptica en doce segmentos iguales, de 30 grados cada uno, empezando por el equinoccio vernal y asignándoles los nombres de las antiguas constelaciones zodiacales, empezando por Aries. El equinoccio vernal es el punto de referencia a partir del cual se realizan medidas sobre la eclíptica y sobre el ecuador celeste. A causa de la precesión de los equinoccios, en la actualidad, el segmento del zodíaco conocido como Aries se sitúa, en realidad, sobre la constelación de Piscis.
Solo en algunas áreas específicas de la astrología ―como la astrología mundana que se ocupa de los grandes cambios de época― la relación entre estas constelaciones de estrellas fijas y la eclíptica se toma en consideración. De esta manera, se hace referencia a las grandes Eras (de Piscis, de Acuario, etc.).


Astrología horoscópica

 

La astrología horoscópica es un sistema que algunos dicen se desarrolló en la región mediterránea, específicamente en el Egipto helenístico alrededor de los siglos I y II a. C. Sin embargo, ha sido practicada en la India desde tiempos ancestrales y la astrología védica es la forma más antigua de astrología Horoscópica en el mundo. La tradición tiene que ver con diagramas en dos dimensiones de los cielos, llamados horóscopos, creados para momentos específicos en el tiempo. El diagrama es luego utilizado para interpretar el significado inherente en los alineamientos de cuerpos celestiales en el momento, basados en una serie de reglas y guías. Un Horóscopo era calculado normalmente para el momento del nacimiento de un individuo, o al principio de un emprendimiento o evento, bajo la premisa que los alineamientos de los cielos para ese instante determinan la naturaleza del sujeto en cuestión.
La astrología horoscópica es la forma de astrología más influyente en África, India, Europa y el Medio Oriente.
La astrología horoscópica se ha dividido en varias ramificaciones, dirigidas a propósitos o sujetos específicos. Las principales son la astrología natal cuyo estudio es el horóscopo del momento de nacimiento de un individuo, la astrología horaria que es usada para responder una pregunta específica con la carta del momento que la pregunta se hace. La astrología mundana es la aplicación de la astrología a eventos del mundo, incluyendo el clima, los terremotos, el crecimiento de imperios y religiones. En principio cualquier organización u objeto puede ser el sujeto de un horóscopo para el momento de su «nacimiento».



Fuente : Wikipedia. 






No hay comentarios:

Publicar un comentario