Sprenger dice (antes de 1500 ) : "Hay que decir la herejía de las
brujas y no de los brujos: éstos son poca cosa". Y otro, en tiempos de
Luis XIII: "Por un brujo, diez mil brujas".
"La naturaleza las hace brujas..." Es el genio propio de la mujer y
de su temperamento. La mujer nace hada. Por el retorno regular de la
exaltación, es sibila. Por el amor, maga. Por su finura, su malicia (con
frecuencia fantástica y bienhechora) es bruja y echa suertes, o por lo
menos engaña, adormece las enfermedades.
Todo pueblo primitivo tiene el mismo comienzo: lo vemos por los
Viajes. El hombre caza y combate. La mujer se ingenia, imagina: en-
gendra sueños y dioses. Cierto día es vidente: tiene las alas infinitas del
deseo y del ensueño. Para contar mejor el tiempo, observa el cielo.
Pero la tierra no está por ello menos en su corazón. Con los ojos bajos
sobre las flores enamoradas, ella misma joven y flor, la mujer traba con
las flores un conocimiento personal. Es mujer y les pide que curen a
los que ella ama.
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