sábado, 24 de mayo de 2014

Un poco de historia sobre el zodiaco. Por Rafael Gil Brand.








Un poco de historia


Veamos ahora una serie de datos históricos respecto al origen y la evolución del zodiaco, que me parecen significativos:

  • La división regular de la eclíptica en doce sectores de 30° cada uno ya se utilizaba en Mesopotamia en el siglo VI a.C. (posiblemente ya antes) según los documentos históricos disponibles. Este zodiaco era claramente sideral: sabemos que los astrónomos babilónicos determinaron la posición del punto vernal a 10° de Aries, y más tarde a 8° de Aries, lo cual obviamente es una corrección de la primera medida como consecuencia de la precesión. Por tanto hay que partir de que los caldeos utilizaban un zodiaco sidéreo con respecto al cual calculaban la posición del equinoccio. Tengamos en cuenta también que la simbología asociada a las constelaciones es mucho más antigua aún (independientemente de que existiera un zodiaco regular).

  • Los astrólogos helénicos constatan que su ciencia les viene transmitida por los caldeos y egipcios. Una de las primeras escuelas en la antigua Grecia fue la del astrólogo caldeo Beroso (s.III a.C.). De manera que, el menos en un principio, debieron de asumir el zodiaco sideral, ya que se trata de un sistema claramente babilónico, preexistente a la astrología helénica. El argumento de que fue la astrología helénica la que formuló los significados de los signos, en una época en que los zodiacos coincidían no me vale, pues aparte de testimonios como el de Diodoro (50 a.C.), que nos informa de la ciencia astrológica de los caldeos, ¿qué sabemos nosotros lo que enseñó un Beroso? Es más plausible pensar que los griegos pusieran por escrito lo que sus antecesores transmitían oralmente. De hecho Diodoro nos dice que “entre los caldeos esta rama de la filosofía es propia de una casta … y se transmite de padres a hijos” (13) (que es como decir que la astrología la mamaban de pequeñitos).

  • La astrología griega y la hindú son dos ramas de la misma tradición. En los siglos posteriores a Alejandro Magno las ciencias helénicas fueron transmitidas hasta la India, y viceversa. Incluso después de la toma de poder de los Sasánidas en el siglo tercero d.C. la lengua griega se mantuvo entre las clases cultas en la zona de Irán y Afganistán actuales. Así, entre los términos técnicos de la astrología védica nos encontramos con una serie de palabras de origen griego. Una de las primeras obras hindúes sobre astrología genetlíaca, el Yavanajataka (ca. 270 d.C.), es una traducción de un texto griego, según rezan los últimos versos de la obra. David Pingree saca la conclusión de que la obra original podría haber sido escrita en Alejandría (14).

  • Un gran número de astrólogos griegos y romanos basaba sus cálculos en un zodiaco sidéreo, aunque la diferencia entre ambos zodiacos en aquella época fuera pequeña. En el capítulo dedicado a los signos zodiacales Vettius Valens por ejemplo dice: „Aries es de naturaleza acuosa, trae truenos y granizo. Especialmente su primera parte, hasta el equinoccio, trae tempestades…“ (15). Anteriormente a esta cita Valens ha descrito a Aries desde el punto de vista astrológico, y aquí se refiere a la „influencia“ del Sol en su paso por el signo. Este texto no solo deja claro que el comienzo de Aries no coincide con el punto vernal, sino que además distingue el equinoccio como un factor estacional independiente del signo zodiacal.

  • El primer astrónomo, que sepamos, que describió un zodiaco tropical fue Euctemon (siglo V a.C.). En sus parapegma (cuya información es puramente astronómica y meteorológica) hacía coincidir el primer grado de Aries con el equinoccio de primavera, el primero de Cáncer con el solsticio de verano etc. Es decir, utilizaba un calendario solar basado en las estaciones del año, dando a las doce partes de la eclíptica el nombre de los signos zodiacales. Los caldeos también utilizaban – paralelamente al calendario lunar - una división estacional en doce meses. El equinoccio coincidía aquí con el día 15 del mes de Nissan. La diferencia reside en que Euctemon dió a los meses el nombre de los signos zodiacales, mientras los babilonios reservaron estos símbolos, vinculados a las constelaciones estelares del mismo nombre, para el zodiaco sidéreo.

  • Hiparco de Nicea (siglo II a.C.), el descubridor de la precesión de los equinoccios, asumió la definición tropical del zodiaco. Pero la introducción de este zodiaco tropical en la astrología propiamente dicha no parece llevarse a cabo hasta la época de Claudio Ptolomeo (siglo II d.C.), cuya astronomía se basaba en gran parte en la obra de Hiparco. Aunque es posible que ya Posidonio (s. II-I a.C.) aplicara el zodiaco de Hiparco. El Almagesto de Ptolomeo impuso el paradigma cosmológico vigente durante toda la Edad Media, y la superioridad de sus tablas planetarias con respecto a sus predecesoras indudablemente contribuyó a establecer a la larga el zodiaco tropical.

  • Un predecesor de la división tropical fue probablemente el sistema caldeo de los tiempos de ascensión(16), que se componía de 12 segmentos de la eclíptica dispuestos simétricamente con respecto a los equinoccios, pero que los caldeos distinguían de los signos zodiacales. Los griegos más tarde identificaron estos segmentos con los signos: en vez de definir que el segmento primero comienza a 10° o 8° de Aries – como habían hecho los caldeos – lo equipararon al signo de Aries en su totalidad. Esta norma la siguieron también astrólogos como Vettius Valens, que por lo demás trabajaban con posiciones sidéreas. Argumento que muchos esgrimen en contra de un zodiaco sideral utilizado por los griegos. Este hecho tiene su explicación: es posible que Valens y sus coetáneos hicieran coincidir los tiempos de ascensión con los signos zodiacales, porque sabían que en su época el equinoccio se hallaba muy cerca de 0° de Aries (más o menos sobre 3°), de manera que a efectos prácticos la diferencia era despreciable para aquella época. Además hay que tener en cuenta que los astrólogos de entonces no tenían ni por asomo una idea tan clara de la dinámica de la precesión como la podemos tener nosotros, de manera que confundían fácilmente conceptos sidéreos y tropicales.

  • Las posiciones planetarias de los horóscopos de ejemplo que vienen en la Antología de Vettius Valens son sidéreos, como demuestran Neugebauer y van Hoesen en su estudio sobre horóscopos griegos (17). Lo mismo vale para los horóscopos en la obra de Palco y Retorio (siglos V y VI d.C.). Estos autores ya conocían las tablas de Ptolomeo.

  • De un comentario de Teón de Alejandría (s. IV d.C.) sobre la utilización de tablas se deduce que a menudo los astrólogos corregían las posiciones planetarias de Ptolomeo a coordenadas sidéreas. Según van der Waerden, experto en astronomía antigua, „el informe de Teón demuestra claramente la popularidad del zodiaco sidéreo entre los astrólogos del último período romano“ (18).

  • Teón de Alejandría transmite también la antigua teoría de la trepidación, según la cual el punto vernal oscilaría alrededor de un equinoccio medio (que equivaldría al cero de Aries sideral), pudiendo alcanzar una distancia máxima de 8°(19). Más tarde el astrónomo andalusí Azarquiel (s. XI d.C.) desarrolló una serie de modelos matemáticos para explicar la trepidación (20) (dib.3). No sería hasta después de Copérnico que los astrónomos abandonaran definitivamente esta teoría.
                                             

                                                                                       Dib.3



  • En el primer período de la astralogía árabe parece haberse utilizado un zodiaco sidéreo, aunque con un desfase de unos 4° con respecto al cero Aries original de los caldeos (el ayanamsa que utilizan en la India suele estar entre estos dos valores). El gran maestro Abu Masar (s. VIII-IX d.C.) explica en su Introducción breve a la Astrología en el apartado dedicado al signo de Piscis: „en su última parte se halla el equinoccio“, mientras en Aries leemos que “la luz diurna es mayor que la horas iguales” (21). En los demás signos mutables y cardinales hallamos sentencias análogas. Se trata de definiciones que apuntan claramente a un zodiaco sidéreo con los equinoccios en los últimos grados de Piscis-Virgo, coherente con la época en que vive Abu Masar.

 

Resumiendo, podemos concluir que:

    • El sistema astrológico fue concebido en un principio en base a un zodiaco sidéreo (aunque desconozcamos por el momento las razones que tuvieron los antiguos para definir y ubicar los signos de la manera que lo hicieron).


    • Los signos zodiacales y sus dignidades planetarias asociadas  constituían el fundamento estructural de toda la interpretación del horóscopo.

    • El zodiaco sidéreo se mantuvo en Roma, en Bizancio e incluso en la astrología árabe hasta ya entrada la Edad Media, paralelamente a un zodiaco tropical, al tiempo que se confundían conceptos derivados de ambos zodiacos.

    • Hasta el Renacimiento los astrónomos no eran verdaderamente conscientes de la naturaleza de la precesión ni de sus consecuencias, y seguían manteniendo la teoría de la trepidación.

    • La astrología hindú o védica no es en absoluto un sistema diferente del occidental, sino más bien una rama de la misma tradición que continuó utilizando el zodiaco sidéreo original. Es más, el estudio de la astrología hindú puede ayudarnos a entender muchas facetas de la tradición astrológica occidental.

    • La astrología hindú sigue utilizando el zodiaco como fundamento estructural del mismo modo que lo hacían nuestros antepasados helénicos. De hecho – y salvando el tema de los zodiacos - el parecido entre la astrología hindú y la helénica o árabe es mayor que entre la hindú y muchas variantes en boga de la astrología occidental moderna.
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    •  http://www.astrologia-vedica.net/Retornoalasestrellas.htm
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