ARMONICAS EN ASTROLOGIA
La técnica de armónicas tiene,
al mismo tiempo, mala fama y un halo de seriedad y solemnidad que la envuelve y
la legitima. “Mala fama” porque se la supone complicadísima para el cálculo,
oscura para la interpretación, desconcertante por cómo cambian las cartas
natales cuando les aplicamos armónicas.
Y las armónicas son al mismo
tiempo supuestamente “serias”, sólo para astrólogos profesionales o estudiantes
avanzados, porque implican ondas sinódicas, matemática estadística, ritmos y
sub-ritmos de periodos cósmicos…
De más está decir que algo
difícil y misterioso es atractivo para todos los amantes de la astrología,
seamos o no escorpianos, y por eso mi objetivo acá es contarles, de manera
introductoria, de qué hablamos cuando hablamos de Armónicas en astrología.
En primer lugar, la técnica de
armónicas sirve para complementar la interpretación de un mapa natal. Aunque
puede usarse con objetivos predictivos, es básicamente una ayuda para el
análisis de radix, y de hecho hasta prescinde del análisis de signos y casas
–se usan casas iguales para las armónicas-. Además, es una técnica que está por
encima de muchas contiendas astrológicas: con armónicas evitamos los conflictos
por los sistemas de casas más adecuados, las tradiciones occidentales y
orientales de la astrología, los orbes y la teoría general para la
interpretación de aspectos… Pero… ¿No era que las armónicas eran sólo para
entendidos?
Si nos acercamos al libro
seminal de John Addey, Harmonics
in Astrology (publicado por primera vez en 1976), veremos que empiezan
las complicaciones. En principio, los cálculos infinitos para entender los
ritmos de ondas armónicas, los gráficos que se ven difíciles a menos que
tengamos una fuerte base matemática… Todo parece muy árido, y de hecho Addey
mismo advierte que su libro no es para leerlo de una sentada, sino que uno
tiene que tomarse tiempo para digerir las explicaciones. Es que el objetivo no
es aprender a hacer cuentas (¡gracias Era de Acuario por tus grandes softwares
astrológicos, que nos proveen de todas las cartas que necesitamos!), sino
lograr comprender la dinámica del simbolismo que está atado a los números.
¿Cómo trabajamos con armónicas?
Lo que hacemos (en realidad, lo que hacen los programas por nosotros) es pensar
nuestra carta a partir de grados absolutos. Entonces, si tenemos un planeta a
10º de Tauro, por ejemplo, en grados absolutos lo tendríamos a 40º, y así
sucesivamente. Elegimos una armónica para trabajar (de 2 a 12 –aunque en
términos teóricos, podríamos multiplicar por cualquier grado, de 1 a 360-) y
multiplicamos cada uno de los planetas (en grados, minutos y segundos de arco)
por ese número. Con el número obtenido, volvemos a llevarlo a grados absolutos
(restando 360º si el resultado es mayor a los 360º del zodíaco) y ubicamos,
entonces, los nuevos planetas sobre el mapa zodiacal.
La manera en que se verá la
nueva carta de armónicas mostrará agrupaciones planetarias que no se veían en
el mapa natal. Cuando vemos conjunciones en una carta de armónicas (y seamos
generosos con los orbes), lo que estamos observando, a primera vista, son
energías planetarias que vibran, que se conectan, a partir del mismo número. El
lector atento se preguntará: ¿pero esto no es lo mismo que la teoría de
aspectos? ¿Para qué necesito, por ejemplo, calcular la Cuarta Armónica si puedo
identificar a simple vista las cuadraturas, las conjunciones y las oposiciones
en una carta? Esto es porque una Cuarta Armónica no sólo pondrá a todos esos
aspectos en conjunción, sino que incluirá otros submúltiplos de la cuadratura (la
semi y la sesquicuadratura, y también aspectos menores (22 ½ grados, 67 ½
grados, 157 ½ grados) que son difíciles de reconocer en la carta, pero que
pueden darnos mucha información sobre aspectos y patrones de aspectos que
atraviesan una carta.
Cada armónica está asociada a
un tema para la interpretación, con algunas diferencias respecto de los tópicos
tradicionales de las casas occidentales. Veamos algunos ejemplos: la Segunda
Armónica se refiere a riquezas y posesiones, la Tercera a hermanos y conocidos
(y también a enfermedades o defectos que no heredamos, sino que adquirimos a lo
largo de nuestra vida), la Cuarta al hogar, la Quinta a las actividades lúdicas
y a los talentos artísticos, el éxito y la creación, y la Sexta a la salud. La
Séptima, sin embargo, señala a los hijos (y también se relaciona con la
religión, lo sagrado, lo místico y la inspiración creativa) y la Novena, se
dice, muestra al futuro esposo/esposa. La Octava armónica (y en cierta medida
también la Cuarta) tiene que ver con condiciones externas y desafíos que nos
prueban en nuestra capacidad de respuesta y lucha, la Onceava con nuestros
sueños y esperanzas.
De esta manera, una persona que
tenga muchos aspectos a partir de la multiplicación por 5 (quintiles), será
alguien inclinado hacia el arte, pero no en un sentido ideal o simbólico, sino
como alguien que lleva a la práctica lo que su imaginación le dicta. Los
aspectos de 5 buscan el éxito, así que los quintiles, que en la Quinta Armónica
se verán como conjunciones, mostrarán a aquel que une forma y materia en un
producto concreto. ¿Cómo vemos en la práctica? Además de analizar la carta de
armónicas como un nuevo radix para la persona en función del tema central de la
armónica que estemos estudiando, John Addey indica que las armónicas deben
interpretarse en función de la carta radix de la persona (como ya dije al
principio, la técnica de armónicas pretende ser una ayuda a la interpretación).
Entonces, confrontando la Quinta Armónica de alguien con su MC, Ascendente, Sol
y Luna natales podemos analizar mejor sus inclinaciones vocacionales: ¿tiene
esta persona talento para poner en práctica su creatividad, para mostrar el
producto de su creación? Addey muestra en su libro una pequeña estadística en
la que analiza el Sol, la Luna, el Ascendente, el MC y las posiciones de Urano
y Saturno (en tanto planetas asociados a la astrología -¡aunque sabemos que
esto es debatible!-), tanto radix como de Quinta Armónica, de varios
astrólogos. De allí, ve como conclusión que astrólogos con cartas natales muy
diferentes comparten todos, por Quinta Armónica, muchos elementos en los grados
0º a 5º de los signos cardinales. De esta manera, las armónicas se convierten
en otra herramienta para una actividad clave de la astrología, que es el
trabajo sobre estadísticas para analizar cartas.
Como ven, las armónicas en
astrología son útiles por varias razones. En primer lugar, porque permiten
focalizar de manera puntual en un tema que está ya presentado en el radix.
Sirven para mirar microscópicamente los contenidos asociados a las casas
tradicionales del horóscopo trópico y para identificar aspectos y patrones que
escapan a una mirada de simple vista. Personalmente, trabajo mucho con
armónicas para temas de orientación vocacional y siempre me han dado mucha información,
ya sea que hayan confirmado una hipótesis que ya tenía a partir del radix, o
abriendo nuevos caminos y alternativas que no se me habían ocurrido.
En segundo lugar, la técnica de
armónicas es fácil para el cálculo, el análisis a primera vista de energías
planetarias que se ponen claramente en relación, y son accesibles para
astrólogos en diferentes momentos de su formación y práctica en el arte.
Y en tercer lugar, yo creo que
las armónicas son una técnica importante porque nos ayudan a focalizarnos en la
idea de ciclos y números, que es tan básica y fundamental de la astrología,
pero al mismo tiempo suele escapársenos en la actividad cotidiana. La idea de
que nuestro universo está recorriendo instancias de ciclos, naturales (desde el
ciclo de 28 días de la Luna) o impuestos (las horas, por ejemplo) sobre los
cuales nosotros nos insertamos es el eco que la astrología siempre está
repitiéndonos. En la síntesis superadora de la dicotomía determinismo y libre
albedrío, la astrología (y la técnica de armónicas como herramienta) puede
darnos pistas para entender nuestras facultades electivas operando en
consonancia con los principios del destino, ofreciéndonos un campo de acción
delineado sobre el cual tomamos, libremente, nuestras decisiones.
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