viernes, 8 de noviembre de 2019

El orfismo y la magia. Por Raquel Martín Hernández








En los últimos dos siglos se ha desarrollado un fructífero debate en torno al orfismo. A grandes rasgos, e intentando definir en unas breves líneas un movimiento tremendamente complejo y variable, podríamos hablar del orfismo como un movimiento religioso mistérico, con un importante componente salvacionista, al que podía acceder quien se sometiese a diversos ritos iniciáticos o τελεταί por una elección individual. Estos ritos tenían a Orfeo como patrón y sus libros eran considerados de gran importacia tanto para el desarrollo de los rituales como para la reflexión religiosa y filosófica. Se considera el orfismo, por tanto, una religión del libro y es por la literatura órfica por la que podemos articular el movimiento, ya que este grupo religioso no se agrupó en comunidades estables ni tuvo un sacerdocio jerarquizado. Sus teorías acerca de la dualidad humana, el pecado antecedente, la inmortalidad del alma y la reencarnación, así como el modo de vida de los seguidores órficos centrado en el mantenimiento de la pureza del alma, sitúan este movimiento religioso como uno de los más innovadores de época clásica y la huella de sus enseñanzas puede seguirse sin dificultad hasta época cristiana. El orfismo no fue un movimiento religioso unitario y podía ser sentido y desarrollado de muy diversas formas por sus adeptos. El desarrollo de sus doctrinas, reinterpretadas por los escritores una y otra vez, da muestra de lo voluble de éstas y es de vital importancia reconocer dicha característica a la hora de afrontar el estudio de tan complejo movimiento mistérico.



https://eprints.ucm.es/7431/1/T29556.pdf



 

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