jueves, 21 de noviembre de 2019

Psicoactivos, misticismo y religión en el mundo antiguo. Por Carlos González Wagner.













 Desde que el hombre adquirió la capacidad de concebir la existencia de
un universo inmaterial no tangible, en torno suyo, la experiencia mistica fue
el aspecto nuclear de las vivencias de tipo religioso.  En si misma, una
experiencia de carácter místico no es más que un estado alterno de la
conciencia o, si se prefiere, una fase de psiquismo extra-ordinario. Tal estado
de psiquismo no habitual conoce una gradación siendo su punto álgido el
trance extático. «En el éxtasis liberación del alma de las ataduras del cuerpo
y comunicación con la divinidad, al alma le nacen impulsos de los que nada
sabe en su existencia cotidiana, cohibida como está en la envoltura de su
cuerpo. Pero ahora que vive en libertad como un espíritu entre los demás
espíritus, alzada sobre el tiempo y sus limitaciones, el alma se encuentra en
condiciones de lanzar su visión a cosas lejanas en el espacio, adonde sólo
pueden mirar los ojos del espíritu». Este éxtasis místico, propicio para el
encuentro y la comunicación con la realidad trascendente, con un mundo
dominado por la presencia divina, requiere de unas técnicas y prácticas
adecuadas.

 
https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=909306



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