viernes, 13 de diciembre de 2013

Armónicas en Astrología








Armónicas en astrología


 La técnica de armónicas tiene, al mismo tiempo, mala fama y un halo de seriedad y solemnidad que la envuelve y la legitima. “Mala fama” porque se la supone complicadísima para el cálculo, oscura para la interpretación, desconcertante por cómo cambian las cartas natales cuando les aplicamos armónicas.
Y las armónicas son al mismo tiempo supuestamente “serias”, sólo para astrólogos profesionales o estudiantes avanzados, porque implican ondas sinódicas, matemática estadística, ritmos y sub-ritmos de periodos cósmicos… 
De más está decir que algo difícil y misterioso es atractivo para todos los amantes de la astrología, seamos o no escorpianos, y por eso mi objetivo acá es contarles, de manera introductoria, de qué hablamos cuando hablamos de Armónicas en astrología.
En primer lugar, la técnica de armónicas sirve para complementar la interpretación de un mapa natal. Aunque puede usarse con objetivos predictivos, es básicamente una ayuda para el análisis de radix, y de hecho hasta prescinde del análisis de signos y casas –se usan casas iguales para las armónicas-. Además, es una técnica que está por encima de muchas contiendas astrológicas: con armónicas evitamos los conflictos por los sistemas de casas más adecuados, las tradiciones occidentales y orientales de la astrología, los orbes y la teoría general para la interpretación de aspectos… Pero… ¿No era que las armónicas eran sólo para entendidos?
Si nos acercamos al libro seminal de John Addey, Harmonics in Astrology (publicado por primera vez en 1976), veremos que empiezan las complicaciones. En principio, los cálculos infinitos para entender los ritmos de ondas armónicas, los gráficos que se ven difíciles a menos que tengamos una fuerte base matemática… Todo parece muy árido, y de hecho Addey mismo advierte que su libro no es para leerlo de una sentada, sino que uno tiene que tomarse tiempo para digerir las explicaciones. Es que el objetivo no es aprender a hacer cuentas (¡gracias Era de Acuario por tus grandes softwares astrológicos, que nos proveen de todas las cartas que necesitamos!), sino lograr comprender la dinámica del simbolismo que está atado a los números.
¿Cómo trabajamos con armónicas? Lo que hacemos (en realidad, lo que hacen los programas por nosotros) es pensar nuestra carta a partir de grados absolutos. Entonces, si tenemos un planeta a 10º de Tauro, por ejemplo, en grados absolutos lo tendríamos a 40º, y así sucesivamente. Elegimos una armónica para trabajar (de 2 a 12 –aunque en términos teóricos, podríamos multiplicar por cualquier grado, de 1 a 360-) y multiplicamos cada uno de los planetas (en grados, minutos y segundos de arco) por ese número. Con el número obtenido, volvemos a llevarlo a grados absolutos (restando 360º si el resultado es mayor a los 360º del zodíaco) y ubicamos, entonces, los nuevos planetas sobre el mapa zodiacal.
La manera en que se verá la nueva carta de armónicas mostrará agrupaciones planetarias que no se veían en el mapa natal. Cuando vemos conjunciones en una carta de armónicas (y seamos generosos con los orbes), lo que estamos observando, a primera vista, son energías planetarias que vibran, que se conectan, a partir del mismo número. El lector atento se preguntará: ¿pero esto no es lo mismo que la teoría de aspectos? ¿Para qué necesito, por ejemplo, calcular la Cuarta Armónica si puedo identificar a simple vista las cuadraturas, las conjunciones y las oposiciones en una carta? Esto es porque una Cuarta Armónica no sólo pondrá a todos esos aspectos en conjunción, sino que incluirá otros submúltiplos de la cuadratura (la semi y la sesquicuadratura, y también aspectos menores (22 ½ grados, 67 ½ grados, 157 ½ grados) que son difíciles de reconocer en la carta, pero que pueden darnos mucha información sobre aspectos y patrones de aspectos que atraviesan una carta.
Cada armónica está asociada a un tema para la interpretación, con algunas diferencias respecto de los tópicos tradicionales de las casas occidentales. Veamos algunos ejemplos: la Segunda Armónica se refiere a riquezas y posesiones, la Tercera a hermanos y conocidos (y también a enfermedades o defectos que no heredamos, sino que adquirimos a lo largo de nuestra vida), la Cuarta al hogar, la Quinta a las actividades lúdicas y a los talentos artísticos, el éxito y la creación, y la Sexta a la salud. La Séptima, sin embargo, señala a los hijos (y también se relaciona con la religión, lo sagrado, lo místico y la inspiración creativa) y la Novena, se dice, muestra al futuro esposo/esposa. La Octava armónica (y en cierta medida también la Cuarta) tiene que ver con condiciones externas y desafíos que nos prueban en nuestra capacidad de respuesta y lucha, la Onceava con nuestros sueños y esperanzas.
De esta manera, una persona que tenga muchos aspectos a partir de la multiplicación por 5 (quintiles), será alguien inclinado hacia el arte, pero no en un sentido ideal o simbólico, sino como alguien que lleva a la práctica lo que su imaginación le dicta. Los aspectos de 5 buscan el éxito, así que los quintiles, que en la Quinta Armónica se verán como conjunciones, mostrarán a aquel que une forma y materia en un producto concreto. ¿Cómo vemos en la práctica? Además de analizar la carta de armónicas como un nuevo radix para la persona en función del tema central de la armónica que estemos estudiando, John Addey indica que las armónicas deben interpretarse en función de la carta radix de la persona (como ya dije al principio, la técnica de armónicas pretende ser una ayuda a la interpretación). Entonces, confrontando la Quinta Armónica de alguien con su MC, Ascendente, Sol y Luna natales podemos analizar mejor sus inclinaciones vocacionales: ¿tiene esta persona talento para poner en práctica su creatividad, para mostrar el producto de su creación? Addey muestra en su libro una pequeña estadística en la que analiza el Sol, la Luna, el Ascendente, el MC y las posiciones de Urano y Saturno (en tanto planetas asociados a la astrología -¡aunque sabemos que esto es debatible!-), tanto radix como de Quinta Armónica, de varios astrólogos. De allí, ve como conclusión que astrólogos con cartas natales muy diferentes comparten todos, por Quinta Armónica, muchos elementos en los grados 0º a 5º de los signos cardinales. De esta manera, las armónicas se convierten en otra herramienta para una actividad clave de la astrología, que es el trabajo sobre estadísticas para analizar cartas.
Como ven, las armónicas en astrología son útiles por varias razones. En primer lugar, porque permiten focalizar de manera puntual en un tema que está ya presentado en el radix. Sirven para mirar microscópicamente los contenidos asociados a las casas tradicionales del horóscopo trópico y para identificar aspectos y patrones que escapan a una mirada de simple vista. Personalmente, trabajo mucho con armónicas para temas de orientación vocacional y siempre me han dado mucha información, ya sea que hayan confirmado una hipótesis que ya tenía a partir del radix, o abriendo nuevos caminos y alternativas que no se me habían ocurrido.
En segundo lugar, la técnica de armónicas es fácil para el cálculo, el análisis a primera vista de energías planetarias que se ponen claramente en relación, y son accesibles para astrólogos en diferentes momentos de su formación y práctica en el arte.
Y en tercer lugar, yo creo que las armónicas son una técnica importante porque nos ayudan a focalizarnos en la idea de ciclos y números, que es tan básica y fundamental de la astrología, pero al mismo tiempo suele escapársenos en la actividad cotidiana. La idea de que nuestro universo está recorriendo instancias de ciclos, naturales (desde el ciclo de 28 días de la Luna) o impuestos (las horas, por ejemplo) sobre los cuales nosotros nos insertamos es el eco que la astrología siempre está repitiéndonos. En la síntesis superadora de la dicotomía determinismo y libre albedrío, la astrología (y la técnica de armónicas como herramienta) puede darnos pistas para entender nuestras facultades electivas operando en consonancia con los principios del destino, ofreciéndonos un campo de acción delineado sobre el cual tomamos, libremente, nuestras decisiones.
(mayo 2011)

 http://www.starryherald.com.ar/articulo.php?id=46

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