Sea muy digno de elogio un médico que sea astrólogo, con el fin de que aplique en el momento los remedios a los enfermos. Como en tiempos antiguos un día Crinas de Marsella con sabiduría cumplió su arte con fortuna, recibió de paga doscientas cincuenta mil monedas de oro; y otras tantas dio para los muros de su patria. Provechosa es sin duda la observación de los astros y de las efemérides para la medicina, y muy lucrativa al mismo tiempo. (CCAG XII, p. 168) Aunque en los versos con que comienzo este trabajo no se trata de magos, sino del conocido médico Crinas de Marsella, me ha parecido oportuno comenzar con ellos por dos razones: 1) porque en época helenístico-romana, pese a los esfuerzos de Galeno en contra, las fronteras entre magia y medicina no son muy nítidas; y 2) porque ilustra la importancia de la astrología en el curriculum del médico como lo será también en el del mago, a quien ahora dedicamos nuestra atención. Pero tratándose de magos antiguos, en los que su particular acción extraordina- ria está determinada por condiciones especiales, psicológicas, personales e incluso biológicas, parece demasiado atrevido hablar de curriculum, como si la magia fuera una carrera profesional institucionalizada.
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