lunes, 14 de julio de 2014

El regente del Término. Por Rafael Gil Brand.









El regente del término

 

Los términos – horia (sing. horion) en griego – forman una división peculiar de los signos zodiacales, de suma importancia en la astrología helenística (ver cuadro adjunto). La lógica subyacente a la distribución de los términos es la siguiente:
Para empezar, hay que saber que son asignados a los planetas ciertos periodos de años, llamados años mayores, medios y menores. Los que aquí nos interesan son los años mayores de los cinco planetas (quitando al Sol y a la Luna), que son los siguientes:


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Pues bien, cada signo es dividido en cinco sectores desiguales, uno para cada uno de los cinco planetas, de tal manera que el número total de grados que suman los doce términos de un planeta, equivale a sus años mayores. Si sumamos por ejemplo los grados que abarcan todos los 12 términos de Mercurio, obtendremos 76 grados, que son sus  años mayores.


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Tengamos en cuenta que un grado es una unidad básica del círculo, y que como tal es equiparable a una unidad de tiempo, principalmente a un año. Esta analogía grado = año es de suma importancia en el cálculo de las direcciones. Como veremos en seguida, la función prioritaria de los términos radica precisamente en el cálculo de los años de vida, así como de diferentes periodos en la vida del nativo.
Los regentes están repartidos en cada signo siguiendo básicamente las siguientes reglas:
a) El primer término es regido por uno de los regentes principales de la triplicidad, dando preferencia al regente del domicilio o de la exaltación, si se trata de un planeta de la misma secta que el signo (excepción: Acuario, donde prende la regla c).
b) en los primeros términos se da preferencia a los planetas benéficos, mientras los maléficos rigen los últimos dos términos, a no ser que tengan fuerte dignidad en este signo (regla a). la única escepción es Cáncer, cuyo primer término es regido por Marte (regente triplicidad).
c) El segundo término es regido o bien por el segundo regente de la triplicidad, o bien por el planeta regente del domicilio o de la triplicidad del signo siguiente, siempre que sea planeta benéfico. Los demas términos son regidos por los planetas asociados a los signos subsiguientes (3er término = 3er signo, etc).
Una de las técnicas relacionadas con el cálculo de la longevidad se basa en el Alcocoden, como se denominaba en la astrología árabe. Los griegos llamaban a este planeta el regente de la vida. No es éste el lugar para dar detalles sobre esta teoría. Lo que aquí nos interesa es que este planeta era definido por astrólogos de primera fila como Doroteo de Sidón y Vettius Valens, como el regente del término de la luminaria vigente, si esta se encuentra en lugar afético (en principio, las casas que forman aspecto con el ascendente). En caso de no estar ahí situadas las luminarias, se tomará el Ascendente, la Parte de la Fortuna o el grado de la lunación anterior. Esto no es otra cosa que el Hyleg de los árabes, que los griegos llamaban Afetes.
El regente del término del Hyleg era considerado el planeta que indicaba el tiempo de vida del nativo (tiempo que podía ser acortado por una serie de circunstancias en que no voy a entrar aquí). En segundo lugar, Doroteo utiliza también el regente del signo, y otros autores prefieren usar al regente del término como corregente, al lado del regente del domicilio. En cualquier caso, el regente del término se consideraba un factor importante en relación con la longevidad.
Autores posteriores, empezando por Ptolomeo, extendieron la determinación del regente de la vida a las demás dignidades, especialmente el regente de la triplicidad y el de la exaltación. Pero muy probablemente esto no correspondiera a la doctrina original. Sin embargo, la enseñanza de Ptolomeo fue muy tenida en cuenta en tiempos posteriores, y llevó a la teoría del Almuten a que aludí al principio. Teoría que tiende precisamente a diluir las diferentes funciones que tienen las dignidades, y que a la vista de lo que nos enseñan las autoridades más antiguas, habría que someter a una revisión crítica.
Por extensión, el regente del término puede considerarse corregente – al lado del regente del domicilio – de cualquier factor vital de la carta. Así, vale la pena considerar siempre al regente del término del Ascendente, para analizar más de cerca la índole y disposición del nativo. Si este planeta es más dominante que el regente del domicilio, y además aspecta al ascendente, puede llegar a ser el factor predominante en el carácter y disposición del nativo.
Por ejemplo, en la carta de Joan Baez tenemos al regente del ascendente – Júpiter – en casa 2, es decir sin relación de aspecto con el ascendente. Sin embargo Venus, regente del término del ascendente, se halla en casa angular, cerca del Medio Cielo, y en relación de aspecto con el Ascendente. Firmico Materno interpreta: “El Horóscopo (Ascendente) en término de Venus indica músicos o nativos que tienen a tales como amigos. Además personas buenas, bondadosas, bienhechoras y simpáticas, que tienen el deseo de ayudar a los demás”. De hecho, Venus en Sagitario – dispositor además de la Luna exaltada en casa 3 – es el planeta que mejor describe el talento, la disposición y la actividad que caracteriza a esta mujer.
Otra aplicación de los regentes del término, importantísima, se relaciona con la dirección del ascendente (u otros factores hylegíacos). El tiempo que dura el paso del ascendente dirigido por un término determinado, es regido por el regente de dicho término. Los árabes llamaban a este planeta el “divisor” o “partidor”, ya que se le adjudicaba una parte o un periodo de vida.
Por razones profesionales la familia de Joan Baez cambió de domicilio varias veces, lo cual, entre otras cosas, viene indicado por el regente de casa 4 en signo dual, y debilitado por la combustión. Otro indicador es Marte domiciliado en casa 9 y aspectando a la Luna. Cuando el ascendente dirigido pasaba el término de este planeta, la familia se trasladó a Paris, y en el año 51, cuando pasa por el término de Saturno, se establece por un tiempo en Bagdad. Saturno es regente de casa 12 – relacionada con los exilios y los sufrimientos – y la miseria de la que fue testigo en el Irak causó gran impresión en la joven Joan Baez.
Después el ascendente cambia al signo de Aries. La familia se instala en California, y durante el paso del ascendente por el término de Júpiter se despierta su concienca social y política, especialmente después de escuchar una charla de Martin Luther King. Al hacer el trígono a Venus, a sus doce años, comienza a tocar la guitarra. Durante el paso por el término siguiente de Venus desarrolla su talento musical, y al final de ese término Joan Baez inicia su carrera como cantante, causando gan impacto en el festival de música folk.
Cuando alcanza su primer gran éxito con el LP “Joan Baez”, el ascendente acaba de entrar en el término de Mercurio, y ha entrado en orbe de un grado con Júpiter, regente de casa 10 y dispositor de Venus, el Sol y Mercurio. Mercurio es regente de casa 7, y es en esta fase que conoce a Bob Dylan, con el que tuvo una relación corta, pero marcante.
Complementemos este dato con las profecciones mencionadas al tratar al regente del domicilio. El año en que sale su LP con el que alcanzaría fama mundial (Octubre 1960) el signo activado por profección es Libra, siendo por tanto Venus regente del año. Si hacemos la profección desde Sagitario, donde se encuentra la luminaria del tiempo y Venus misma, llegamos a Cáncer, casa 5 (creatividad) y signo en que se halla la Parte de Fortuna. Este es también el signo activado en la profección mensual (9 de Octubre a 9 de Noviembre). La Luna creciente y en su luz, exaltada en casa 3 en la carta de Joan Baez, es indicadora de su creatividad artística y su capacidad para transmitir sus ideas (casa 3). En la revolución solar veremos a Venus conjunta (por signo) a Júpiter, y a la Luna de nuevo en Tauro, transmitiendo la luz de Venus a Júpiter. Si hacemos por fín la profección desde Júpiter, su regente del ascendente, llegamos a Escorpio, en que se encuentra Marte natal. Este es el signo en que transitan Venus y Júpiter en la revolución solar. Poco después de su cumpleaños Júpiter entrará en Sagitario, su casa 10, y transitará varias veces a Venus, regente del año. La profección desde la Luna, en fin, cae directamente en Sagitario, casa 10 de Joan Baez, y que da cobijo a Venus, Mercurio y Sol.
La tercera función de las triplicidades, que en cierto modo se deriva de lo dicho, era caracterizar la expresión de los planetas que los ocupan. Ya en la astrología helenística encontramos interpretaciones de los planetas “en los términos” de otro, y a veces se equiparan con las posiciones “en el domicilio” del mismo planeta. De nuevo vemos que el término viene a ser una dignidad o un sector con funciones parecidas a los domicilios.



 http://www.astrologia-tradicional.net/la-funcion-de-las-dignidades-en-la-astrologia-helenistica/




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